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Paz y Ciencia

domingo, 21 de septiembre de 2008

Sobre las Psicoterapias Dinámicas (respuestas a preguntas)

Una médico de atención primaria me remite lo siguiente al correo: "Gracias por tu explicación, he podido entender mas de la Psicoterapia dinamica, pero me gustaria saber algo más.. por ejemplo sobre si se emplea algún metodo... limitaciones...contraindicaciones.... Gracias!!!!"

Bien, prosigamos. En principio no hay contraindicaciones. Bien es cierto que el instrumento de la psicoterapia psicoanalítica, la interpretación puede ser violenta, por ello aconsejo emplearla con cautela y después de tener un bajaje teórico, técnico y clínico extenso. Personalmente prefiero que sea el consultante quien haga el "insight", creando lo dado por el analista-terapeuta, si empleamos una expresión de Winnicott, dándole una asistencia, usando la jerga juguetona del analista Javier Lacruz Navas, clínico residente en Zaragoza. La psicoterapia no hace daño si no es invasiva, intrusiva o agresiva, esto depende inexorablemente del estilo del terapeuta, por ello es de exigir al terapeuta que haya pasado por un prolongado análisis personal antes de trabajar, para drenar angustias universales y conocer que se siente al otro lado de la mesa o en el diván, si así se trabaja. Yatrogenias existen las propias de un vínculo entre un médico o psicólogo, esto es, profesionales de la salud mental y un paciente, cliente o consultante que demanda ayuda. Se puede incurrir en errores médicos inducidos si no se detecta minuciosamente las emociones que nos provoca la trama del consultante (contratrasferencia y contraidentificación), sobre esto Paula Heiman, Racker y Grinberg han hecho grandes aportes.
Las limitaciones son las que se pueden dar en un vínculo terapéutico entre dos personas que tienen como misión y método la búsqueda de nuevas formas de construir la realidad de uno de los dos. A través de la neutralidad de uno de ellos, de ser un observador participante que en un espacio intersubjetivo donde interviene para que en un campo de fuerzas (K. Lewin) se genere una atmósfera de confianza para poder ir desmenuzando los problemas que se presentan como elementos beta (Bion), esto es, incapaces de ser asimilados, para ser procesados en el contexto terapéutico y poder reintroyectalos, asimilarlos, interiorizarlos y acomodarlos, como elemento alpha. En un ejercicio de reconstrucción y deconstrucción. Aquí hay que convocar además de lo que conoce mi amiga médica: los síntomas, también lo subjetivo y lo intersubjetivo, que es el espacio íntimo donde se genera la forma de leer la realidad y por tanto la manera de articular el psiquesoma con la realidad externa, el mundo interno con lo externo, el cuerpo-mente con el ambiente. Además de estar sometidos al dictado de operaciones bioquímicas, sentimos, pensamos y nos relacionamos, además tenemos teorías y un discurso idiosincrásico que consignaba como religiones privadas o mitologías internas, todo ello debe ser sacado de la caverna para poder hacerse cargo de lo que está pasando en la vida de esa persona que sufre y porta unos determinados síntomas. En definitiva es un método de exploración, Sigmund Freud hacía referencia a la arqueología, Karl Popper a la geología. Si seguimos con pensadores podemos citar a Marx sin filiaciones políticas, él comentaba que hasta ese momento de la historia la filosofía había encontrado muchas maneras de ver el mundo y que había llegado el momento de transformarlo. Es un trabajo que tiene un componente especulativo, quizá, de rastrear la realidad interna, pero a un coste mínimo ya que los logros conseguidos modifican la estructura de personalidad a largo plazo, circunstancia que no consigue ninguna medicación.
Freud definió el psicoanálisis así:
Una teoría sobre el funcionamiento psíquico humano.

Un método que investiga los aspectos inconscientes de la vida psíquica humana a través de sus manifestaciones en la libre asociación de ideas, en los sueños y fantasías y en los actos erróneos e involuntarios.

Una forma de psicoterapia, que opera mediante el descubrimiento de las raíces inconcientes de las emociones y los actos de la persona. Para ello, el analista invita al paciente a decir cuanto le venga a la mente (esto es, a asociar libremente) haciendo a un lado cualquier juicio sobre el valor o la pertinencia de sus propias ideas. Poco a poco se vuelven evidentes ciertos patrones repetitivos, característicos de cada paciente, en sus comunicaciones al analista, quien puede entonces, por medio de sus interpretaciones, llevar al paciente a descubrir por sí mismo el origén de sus dificultades al volver a experimentarlas en la situación anlítica.

Al estar basado en una relación entre dos personas tiene las limitaciones que se creen entre estas dos personas, Lacan decía que las resistencias eran del analista, no del paciente. Contra el aforismo freudiano. En definitiva, no hay limitaciones a priori sino prejuicios, estos son material elemental del análisis, pretextos del discurso que entra a formar parte del discurso como formaciones del inconsciente, unas veces manifiesto, otras veces oculto. Terminar diciendo que es importante tener interés en conocer aspectos del mundo interno. Un saludo, Rodrigo Córdoba Sanz.

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