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Paz y Ciencia

miércoles, 14 de enero de 2009

"Bajarse a alpha", ¡qué raro y emocionante suena!


Miren ustedes que me veo envuelto como todos nosotros en el yo-piel, sin embargo existen otras personas que se encierran voluntariamente en los designios de su mundo interno. Hoy una persona me hablaba de “bajarse a alpha”. Muy interesante la idea, como base tiene correlatos con la psicología científica sin embargo tiene un aire más que transpersonal, lindando lo esotérico. Debe ser algo de la Programación Neurolingüística (PNL).
Las ondas cerebrales durante el sueño son las alpha. Bajarse a alpha supone el conectarse, tal y como me lo han explicado, con conectarse con el mundo interno y tener experiencias transpersonales, extracorpóreas, lo que puede fácilmente para el pedante analista ser tildado de “proyección de deseos” o alucinaciones, recuerdo aquí las referencias de Elisabeth Kübler-Ross en sus libros.
Pues bien, se trata de bajarse a alpha, y he entendido alpha como el lugar imaginario donde reside nuestra fantasía y en ese rico y fértil mundo se puede construir una copia de la realidad externa que sirva para entender lo de fuera, el mundo externo.
Se trata de conectarse con la realidad psíquica, el mundo tal y como lo vivimos, tal y como es para nosotros, independientemente de cómo sea de manera consensuada.
Bajarse a alpha supone un ejercicio de introspección en la que se circula entre la fantasía y la realidad, sería una transición por el yo----no-yo.
Interesante también lo de generar un autoasistente, esto es, una persona imaginaria que presta ayuda y clarividencia, que se le puede poner nombre. Esta persona brinda ayuda y en definitiva esa función antropomórfica viene generada por la propia fantasía. Entiendo aquí fantasía como distinta de fantaseo. Cito unas palabras de R. Jarast del libro "Objeto Transicional y Yo-Piel"; capítulo 4:
“Se diferencia `fantasía´ de `fantaseo´. Mientras que la fantasía es un estado integrado que enriquece la vida psíquica, se conecta con la realidad y a la vez con los objetos y deseos del mundo interno, el fantaseo es un estado disociado que empobrece la vida y está desconectado de la realidad”. Añadiría que el fantaseo (phantasying) consiste en proyectar deseos e ilusiones, así como alucinar. Esto supone cierto grado de distorsión de la realidad. Mientras que el sentido de la realidad permanece intacto en la fantasy (fantasía), no es así en el phantasying (fantaseo).
Bajarse a alpha tal y como me comentaban me recuerda a lo que dice Norberto Levy en un librito que empecé a leer en la montaña, al Sol. Es un libro que iba con una revista, a veces incluso esos libros traen cosas útiles, ahora me doy cuenta.
Es un libro de un médico argentino titulado "El Asistente Interior" y trata de generar un “autoasistente” que brinde apoyo a la parte disociada y repudiada del self. Podemos explicarlo de ese modo. Ese asistente, en la viñeta de arriba tenía nombre y además era capaz de explicar aspectos de la realidad, por tanto la persona recurre al mundo imaginario, apela a su fantasía para explicar la realidad, estamos en un territorio escurridizo. Suena enajenante para quien no transite por el mundo psi, y también así suena pseudopsicótico.
Bajarse a alpha supone conectar con el mundo interno y escuchar eso en un momento histórico de apremios temporales e inversiones en coches caros y apartamentos en la playa supone cierto alivio de la esperanza. Aunque, insisto suena algo loco. A mí me parece hermosa la idea aunque entiendo que no hay que tener un estado alterado para acceder al mundo interno aunque el sueño cancele la censura y la represión facilitando el acceso a estratos inferiores de la conciencia, llámese el inconsciente.
Supone una especie de sueño despierto.
Por otro lado me hablaban de energías, esto ya no lo puedo entender con tanta claridad pero puedo inferir que se trata de un sentimiento oceánico de completud, de pertenencia y de sosiego que se expande por el yo, atravesando el yo-piel.

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