Dos piezas de El Sostén del Ser

Dos piezas de “El Sostén del Ser”. Las contribuciones de Donald W. Winnicott y Piera Aulagnier. Ana Delia Levin de Said. Paidós. 2004.

No deja de sorprenderme cómo Freud (1914), en “Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico”, intenta separarse del modelo científico de su época, cuando les dice a sus interlocutores que “entendía las cosas menos científicamente”, ya que sus formulaciones teóricas surgían de su práctica clínica, de su cotidianidad. Acerca de las ideas que lo llevaron a sus tesis, dice en ese mismo trabajo:”…en modo alguno se habían engendrado en mí. Me habían sido transmitidas […], quedaron dormidas durante años hasta que un día despertaron como un conocimiento en apariencia original”. Esta posición de Freud es uno de los paradigmas de la creatividad en psicoanálisis: la transmisión. Pág. 21.

Tanto Winnicott como Aulagnier hacen referencia a un momento en el cual no podían dar cuenta de determinadas situaciones que se les presentaban en su clínica cotidiana. A este compromiso con el psicoanálisis Winnicott (1957-1963) lo enuncia como el “vacío”. Dice: “A veces, la experiencia clínica en psiquiatría de adultos hace que para el analista exista un ´vacío´ entre la valoración de un estado clínico y la comprensión de la etiología del mismo”. Aulagnier (1875) por su parte, habla a ese propósito de “deuda”: “Estamos lejos de haber saldado la deuda que hemos contraído desde hace mucho tiempo con el discurso psicótico”. Nuevamente presenciamos que la deuda y el vacío emergen de lo cotidiano. Pág. 23.