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Paz y Ciencia

lunes, 30 de noviembre de 2009

Defensa maníaca en adicciones

"Las defensas maníacas son un intento de evitar el proceso de intenso dolor y sufrimiento psíquico que estos descubrimientos implican. La experiencia depresiva se vincula con el conocimiento de la existencia de un mundo interno y de la posesión de un objeto valorado al que se necesita. Por eso, las DM se dirigen a evitar y negar este conocimiento huyendo hacia el mundo exterior, y negando, evitando o invirtiendo la dependencia del objeto, la ambivalencia, la preocupación y la culpa". Melanie Klein

Un ejemplo que en psiquiatría se puede atribuir al consumo de alcohol es de una persona que dice sentirse en épocas de su vida con poderes especiales, capaz de hacer cualquier cosa, sintíendose con un yo grandioso, extraordinario y sin límites. Una persona que considera que es un elegido y que tiene un don. Puede incluso ponernos ejemplos imposibles de sus poderes sobrenaturales.
En el fondo lo que existe es una profunda inseguridad, un pobre autoconcepto y una escisión del yo, que se muestra con impulsividad en el consumo de la droga y en el trabajo, esto desde luego se plasma en el espacio analítico que requiere ejercer una función de contención (Bion) o sostén (Winnicott). Este concepto de Melanie Klein fue trabajado también por Winnicott, Hanna Segal o Paula Heiman. Y ayuda a entender las construcciones de falso self (Winnicott) de los sujetos adictos. Como se sobrecompensa la falla narcisista con construcciones que pueden llegar a lo delirante y alucinatorio. Es una clínica muy clara en pacientes que llevan años de consumo.
La inseguridad, el pobre concepto del self y las autorrepresentaciones inestables se compensan con una idea delirante que desempeña una FUNCIóN, circunstancia que la psiquiatría clásica no contempla. Se trata de refugiarse en el fantaseo para ser imaginariamente un otro distinto, traspasando los limites de la realidad compartida.
El trabajo del analista es delicado ya que la herida en su autoestima es de tal profundidad que no podemos hacer interpretaciones inteligentes (Winnicott), ya que serían fuera de tiempo y temperatura de la sesión. Se trata de ofrecer un marco sufcientemente bueno para que el sujeto desde la trasferencia puede "revivir" su derrumbe, "que ya ha pasado" y crecer ante sus carencias con un nuevo comienzo (Balint).

domingo, 29 de noviembre de 2009

Salvador Dalí

Huida narcisista

El displacer que se percibe en el mundo exterior determina, ante todo, la retracción de la líbido o la huida temerosa hacia el "interior" (huida narcisística). La tensión displacentera de las necesidades que tratan de obtener satisfacción, determina evidentemente el acercamiento al mundo.

"Si el mundo exterior -expresa Reich- sólo confiriese placeres y satisfacciones no existiría el fenómeno llamado angustia", pero como el mundo es origen de estímulos displacenteros y peligrosos, la tendencia de la líbido objetal debe tener una antítesis que consiste en la tendencia narcisística hacia dentro, que es la angustia. El acercamiento libidinoso al mundo exterior y la huida narcisística del mismo sólo son expresiones de una función muy primitiva, que existe en sin excepción en todos los organismos vivientes.

Véase A. Tallaferro. "Curso Básico de Psicoanálisis". Paidós, 2007, Barcelona.

Las 3 ofensas al narcisismo humano

sábado, 28 de noviembre de 2009

Lo estimativo y el objeto subjetivo

Vivir refugiado en un mundo de sombras es lo que Platón nos enseñó con el Mito de la Caverna.
El sufrimiento psíquico nace en el plano de la subjetividad, en la manera de pensar, sentir, soñar, imaginar, representar y todo lo que relacione al sujeto con el objeto.
Los objetos son imágenes internas, introyectadas de la realidad exterior.
El mundo exterior se ve a través de esos objetos que moran en el mundo interno.
Vivir en un mundo de objetos subjetivos significa estar representando la realidad en función del fantaseo, es decir la distorsión de la realidad en función de un componente estimativo, no denotativo, de la realidad.
Esto produce un desajuste en la función de estar en el mundo.
No entraré en la génesis de estos estados de ensoñación, de omnipotencia o de pensamiento mágico pero si diré que la persona puede decir que vive en un sueño.
En función de la naturaleza de esos objetos internos que se plasman en la forma de representar la realidad se viven unos sentimientos u otros. Si esos objetos son réplicas de relaciones persecutorias la realidad se torna amenazante. Esos objetos dicen de la imagen interna que el sujeto tiene de su identidad, ya que le conectan con la realidad empírica. En el centro entonces está el sujeto con el bagaje de su trayectoria vital, la forma de vivir, que es fundamentalmente irracional, emocional y estimativa.
Un ejemplo paradigmático de este mundo refugiado en una realidad interna con deslizamientos sobre la realidad exterior es lo referente a la psicosis.
La psicosis funciona en una forma de proceso primario, es decir, análogo al sueño la persona no elabora su discurso sino que dice lo que piensa e imagina no necesariamente lo que se ve o se oye. La realidad se convierte pues en esa estampa proyectada en la pared, iluminada con una luz desde el promontorio, reflejando los objetos que hay fuera de la caverna.
Resulta interesante y el concepto de resistencia divaga sobre la dificultad para acceder a esos objetos internos y el resultado de la gestión entre su yo y la realidad exterior, que produce trastornos en el sujeto.
El mundo interno es una ventana abierta al inconsciente que cuesta trabajo de abrir, en una psicoterapia se invita al analizando a que poco a poco se vaya dejando conectar con su realidad interna para conocer la forma que tiene de filtrar la realidad exterior. Son componentes que el cognitivismo designa como automáticos y que son el mayor componente del funcionamiento psíquico, esto es detectado también por los estudios de las neurociencias.

viernes, 27 de noviembre de 2009

jueves, 26 de noviembre de 2009

Duerme

Cansada y cotejada por un día de trabajo
llegas a casa derrumbada y sólo la cama te llama
cierras los ojos y aparece la semilla de la vida
aprietas los puños en ese compás onírico
y encuentras la paz y el sosiego de un día imperfecto
qué lejos está la vida de ti y qué cerca estás de la cama
sin embargo la tierra parece muy lejos de ti y todo empieza a nublarse
es el efecto de la neblina que se yergue ante ti columpiando tu osadía
es el levantamiento de la noche que te invita a reposar.
Duerme.

Edipo


El complejo de Edipo ha tomado su nombre de una leyenda griega en un poema épico atribuido al poeta Cineton.
Edipo, símbolo de fatalidad o fuerza del destino, según la versión de Sófocles (497-405 a.C.) era hijo de Layo, rey de Tebas, y de Yocasta. Habiendo consultado Layo al oráculo de Delfos si sería feliz en su matrimonio, éste le anunció que el hijo que naciera de la unión con Yocasta le daría muerte.
Aterrorizado y tratando de rehuir tal destino, Layo entregó al niño a un criado con la orden de matarlo en el monte Citheron. El sirviente trabó a la criatura por los pies, abandonándola colgada de un árbol, de lo que da origen el nombre de Edipo (que significa: pies hinchados). Poco después fue salvado por un pastor que lo llevó a Corinto, donde lo adoptó la reina del lugar.
Al llegar Edipo a la mayoría de edad, entró en sospechas acerca de la legitimidad de su origen, y con el objeto de aclarar su duda interrogó al oráculo, del que sólo pudo obtener una respuesta nebulosa y extraña: Edipo, serás asesino de tu padre, esposo de tu madre y engendrarás una raza maldita entre lo hombres. Horrorizado por tal predicción trató de evitar que se cumpliese desterrándose voluntariamente de Corinto, de cuya reina le decían ser hijo. Camino de la Fócida y habiendo tropezado con un viajero en una senda estrecha que conducía a Delfos, disputaron sin conocerse, y el viajero, que no era otro que Layo, su padre, quedó muerto en la refriega. Huyó Edipo sin ser reconocido y llegó a la ciudad de Tebas, ciudad asolada por los estragos causados por la Esfinge. El padre de Yocasta, que regía el país desde la muerte de Layo, hacía difundir por toda Grecia la noticia de que daría su hija y corona al que librase a Tebas del tributo que pagaba a su monstruo. Edipo se ofreció para ello, acertó los enigmas propuestos por la Esfinge, la venció y la dio muerte. Obtuvo de este modo a Yocasta, ,su madre (como premio por la victoria), la hizo su esposa y tuvo de ella cuatro hijos.
Años después, Edipo llegó a saber el misterio de su nacimiento, reconociéndose , por lo tanto, parricida e incestuoso. Horrorizado, en castigo se arrancó los ojos.

Timeo, Platón

'... toda alma, cósmica o individual, está constituida según
número y proporción, atendiendo a las principales
consonancias musicales -la octava, la quinta, la cuarta- y a
la progresión matemática -aritmética y geométrica- de los
números, en la que esas relaciones musicales se descubren'.

Poema: El lobo estepario; Herman Hesse

Yo, lobo estepario, troto y troto,
la nieve cubre el mundo,
el cuervo aletea desde el abedul,
pero una liebre nunca, nunca un ciervo.
¡Amo tanto a los ciervos!
¡Ah, si encontrase alguno!
Lo apresaría entre mis dientes y mis patas,
eso es lo más hermoso que imagino.
Para los afectivos tendría buen corazón,
devoraría hasta el fondo de sus tiernos perniles,
bebería hasta hartarme de su sangre rojiza,
y luego aullaría toda la noche, solitario.
Hasta con una liebre me conformaría.
El sabor de su cálida carne es tan dulce de noche.
¿Acaso todo, todo lo que pueda alegrar
una pizca la vida está lejos de mí?
El pelo de mi rabo tiene ya un color gris,
apenas puedo ver con cierta claridad,
y hace años que murió mi compañera.
Ahora troto y sueño con los ciervos,
troto y sueño con liebres,
oigo soplar el viento en noches invernales,
calmo con nieve mi garganta ardiente,
llevo al diablo hasta mi pobre alma.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Trastorno Delirante

¡Quién soy, quién soy!
La tierra produce el grano,
Pero yo soy estéril,
Soy una concha desechable,
Rota, inútil, una cáscara desvainada.
Creador, Creador,
¡Devuélveme!
Créame por segunda vez
¡Y créame mejor!
Ellen West


Los trastornos psicóticos como el trastorno delirante, que es tener una idea inconcebible que llaman rara (aunque esto depende de la subjetividad y la cultura imperante así como el modelo educativo) es una patología que se manifiesta durante al menos un mes sin presencia de esquizofrenia, abuso de sustancias o enfermedad médica. Se mantiene una idea que no tiene correlación con la realidad. La restitución suele ser ad integrum, tiene buen pronóstico. Hay que destacar la presencia de ideas parásitas y la posibilidad de un delirio encapsulado que permanezca sin alterar la conducta. El trastorno delirante modifica la conducta del sujeto cuando se ve afectado por la presencia de las ideas alterando su estado de ánimo y su pensamiento. Es como un islote cognitivo donde gravitan ideas concomitantes.

Puede haber varios subtipos dependiendo del tema delirante que predomine:

Tipo erotomaníaco: ocurre cuando el tema principal de la idea delirante consiste en el pensamiento de que otra persona está enamorada del sujeto. La idea suele referirse más a una amor idealizado, que a una amor de atracción sexual. Normalmente, la persona sobre la que recae la idea ocupa un estatus superior, aunque también puede ser un auténtico desconocido. Pocas veces la idea delirante se mantiene en secreto, ya que es más común, que el sujeto intente ponerse en contacto con la persona objeto de dicha idea, por ejemplo, mediante cartas, regalos,…
Tipo de grandiosidad: la idea principal de este delirio consiste en que la persona cree que tiene un talento extraordinario, o de haber hecho un descubrimiento importante. Con menor frecuencia, pueden aparecer la idea delirante de tener una relación con alguien importante o bien dichas ideas también pueden tener un contenido religioso.
Tipo celotípico: el tema central de esta idea delirante es que la pareja tiene un amante o es infiel. Esta idea se apoya sobre inferencias erróneas apoyadas en pequeñas pruebas, como por ejemplo, manchas en las sábanas. El sujeto con esta idea intenta intervenir en la fidelidad imaginada, como por ejemplo, investigando al amante o agrediendo a la pareja.
Tipo persecutorio: este subtipo se refiere a la creencia del sujeto de que está siendo perseguido, engañado, espiado, envenenado, drogado, u obstruido en la consecución de sus metas a largo plazo. Normalmente, el núcleo de la idea es alguna injusticia que debe ser remediada mediante alguna acción legal y la persona puede enzarzarse en repetidos intentos para obtener alguna satisfacción legal. Estos sujetos, son, a menudo, irritables y pueden reaccionar contra los que creen que les están haciendo daño.
Tipo somático: en este subtipo, la idea delirante se refiere a funciones o sensaciones corporales. Las ideas más habituales son la convicción de que el sujeto emite un olor insoportable por la piel, la boca, el recto o la vagina; también puede creer que tiene algún parásito interno o que en algunas partes del cuerpo tiene malformaciones o bien que hay partes del cuerpo que no funcionan.
Tipo mixto: este subtipo se aplica cuando no hay ningún tema que predomine sobre otro.
Tipo no especificado: se aplica cuando la creencia dominante no puede ser determinada con claridad o bien cuando la idea no está descrita en los otros tipos de específicos. Por ejemplo, cuando la idea autoreferencial no tiene un componente importante de persecución o grandeza.

En esencia lo representativo es que ese problema refleja una proyección del mundo interno del paciente, transmitiéndonos su manera de estar-en-el-mundo. Su personalidad queda reflejada en el sistema delirante y en la fuerza con que se adhiere a la idea. No suele dar problemas psicosociales excepto los derivados de mantener en privado o no esta idea o ideas que resultan inverosímiles.

martes, 24 de noviembre de 2009

La Educación

Educar consiste en formar a individuos, hacerlos conscientes del mundo en el que viven, llegar a entender cómo funciona el Universo.
Tradicionalmente se ha enseñado siguiendo un molde rígido que enseñaba materias, esto ha hecho que los educandos se conviertan en receptáculos que llenan sus librerías mentales de información, sin asociar, sin conectar, sin relación. Sólo información.
Existe una corriente filosófica, pedagógica, psicológica y sociológica que trata de renovar el sistema educativo para contribuir a que los educandos se formen como personas.
La cultura guarda relación con el sistema educativo pero estamos en un mundo globalizado donde las fronteras son difusas y los métodos muy estandarizados.
Dice Fernando Savater ..en cuanto educadores no nos queda más remedio que ser optimistas, ¡ay! Y es que la enseñanza presupone el optimismo tal como la natación exige un medio líquido para ejercitarse. Quién no quiera mojarse, debe abandonar la natación; quién sienta repugnacia ante el optimismo que deje la enseñanza y que no pretenda pensar en qué consiste la educación. Porque educar es creer en la perfectibilidad humana, en la capacidad innata de aprender y en el deseo de sabe que la anima, en que hay cosas, (símbolos, técnicas, valores, memorias, hechos...) que pueden ser sabidos y que merecen serlo, en que los hombres podemos mejorarnos unos a otros por medio del conocimiento...
Dice Claudio Naranjo: He denunciado que la educación formal tradicional (p. ej., la patriarcal) es un desperdicio por demás destructivo en tiempos donde nuestra mayor necesidad no es otra cosa que la de una auténtica cultura, entendimiento y un buen corazón. Creo que la educación es nuestra mayor esperanza, en parte porque ya ha sentado las bases institucionales para lo que hasta ahora solamente tenía contemplado llevar a cabo, y que tal vez algún día realmente lo haga (ayudar en el desarrollo personal). Ahora bien, debido a que el problema más grave y más básico que tenemos en común es el subdesarrollo de la consciencia, y a que el viaje curativo contra la corriente del deterioro se percibe difícil, es necesario que hagamos hincapié en la prevención - y en la educación obligatoria ya contamos con el vehículo para la misma si solamente nos percatáramos de qué tan destructivo ha sido el querer educar a la juventud para que sean un reflejo de lo que nosotros somos, y de cómo, al creer que les estamos transmitiendo nuestros valores, lo que hacemos es mostrar una arrogante ceguera respecto a la forma en que les transmitimos nuestras plagas, y hasta qué grado lo hacemos.

Si la gran esperanza de cambiar la educación ha de realizarse - y más vale pronto que nunca - habrá de fincarse en la sanación y transformación de los educandos, puesto que resultaría ridículo pensar que ello pudiera lograrse mediante una reforma curricular solamente. Y es así que surge la interrogante: ¿contamos con un método efectivo y factible a través del cual pudiéramos educar a los docentes ofreciéndoles las experiencias y entrenamiento que el mundo académico nunca les pudo brindar, y que sin embargo resultan indispensables para una educación orientada hacia la evolución personal y social?

Creo haber creado semejante método y comprobado su efectividad tanto para satisfacción propia, como para la de mis colegas y alumnos. El lector interesado puede encontrar la información relevante en las secciones tocantes al SAT y al SAT-en-Educación, así como en mi libro Changing Education to Change the World, originalmente escrito en español (Cambiar Educación Para Cambiar El Mundo), y también publicado en portugués e italiano. (Incluyo el índice de contenido, su breve introducción, y un capítulo muestra donde se describe el trabajo experiencial con grupos que personalmente he desarrollado, y que es lo que justamente creo que necesita la educación para su transformación).

Quizá lo más importante de todo esto es que lo que pretendo hacer es convencer a la gente de que nuestra mayor esperanza para poder superar nuestra actual crisis de una sociedad y civilización patriarcal yace en la educación.


Recuerdo la cara de sorpresa de una futura profesora cuando le dije que es recomendable tener un análisis para ser un mejor profesor. Sorprende cambiar las cosas, recomendar lo que consideramos apropiado para una mejor comprensión de la naturaleza humana y un trato más cercano, que atienda a las emociones. Como dice Naranjo a ese subdesarrollo de la conciencia que debe ser trabajado enseñando a las personas a reconocer sus emociones, a entenderlas, a manejarlas, a relacionarse con otras personas, a respetar, a pensar, a soñar. Frutos de la imaginación que son sustituidos por ordenadores poderosos, videoconsolas y aficiones solitarias.
Ahora hay que encontrar tiempo para la reflexión, el compartir con la familia, con los amigos, el conocer otras formas de comprender el mundo...
La educación puede prevenir de forma profiláctica la aparición de problemas en la vida adulta y no se sabe bien cómo hacerlo. Todo lo que se escapa de la rutina tediosa del sistema educativo actual se mira con recelo, existen personas muy bien preparadas para atender los problemas educativos. Como dice Savater hay que mojarse y salir de la molicie para adentrarnos en un terreno donde nos descubriremos con nuestros hijos. Es una fase de crecimiento, "los hijos te cambian la vida", esta aseveración apunta también a que un hijo te enseña, no sólo datos sino maneras de comprender la realidad exterior y adentrarse en el terreno del mundo interno es a través de la confianza y una adecuada salud que separe y delimite los problemas de uno del joven. Esto requiere salirse del guión preestablecido por los itinerarios curriculares y ser creativo, para cambiar el mundo sólo hace falta el pensamiento divergente, preguntar y ser curioso, innovar siendo recomendado por especialistas. Entender la educación desde lo intelectual, lo corporal, lo emocional y lo espiritual, esto es el complemento de Claudio Naranjo frente a los exámenes, "un tiquet para el mercado". Véase: http://claudionaranjo.net/content_phoenix_spanish/education_spanish.html

Homoerotismo. Sándor Ferenczi. Apunte histórico

Sándor Ferenczi publica en 1914 "El homoerotismo: nosología de la homosexualidad masculina", comunicación presentada en el Congreso ed Weimar, el tercer Congreso Internacional.

Trata pues de realizar aquí un estudio diferencial de estos tipos de cuadros, profundizando entre el homoerotismo de sujeto (sintónico) y el homoerotismo de objeto (distónico). El homoerótico de objeto es aquel individuo que en su Yo no se siente homosexual. Ha logrado una identidad psicosexual diferenciada: su personalidad es masculina, aunque elige un objeto amoroso entre su propio sexo. Son hombres de rasgos viriles; en la elección buscan objetos púberes (niños o jóvenes), adoptando una actitud preferentemente activa respecto a ellos. Son los "hombres" dentro de la pareja homosexual, su papel es más bien activo y masculino. Ferenczi incluye este cuadro dentro de la neurosis obsesiva, son personas que rechazan su homosexualidad y desean ser liberados de él, es asintónica, la viven como un síntoma.

Para Ferenczi, por lo demás, la verdera inversión sería la del homoerótico de sujeto (homosexualidad sintónica). Este es un verdadero cuadro límite, más próximo a la psicosis. EL sujeto no tiene su identidad sexual muy bien definida, se vive como indereferenciado. Sus características distintivas son las siguientes: suelen ser hombres feminoides, sujetos pasivos en la relación homosexual, eligen como partenaires hombres maduros con las características del padre, puesto que ellos se colocan como la parte infantil y femenina en la pareja.
El tratamiento pretendería, en consecuencia, lograr la regresión a esas etapas infantiles de indiferenciación, en su caso, para facilitar su evolución a la etapa yoica de definición sexual.

Este es uno de los escritos claves más rico en sugerencias sobre el concepto de homosexualidad en psicoanálisis. Ferenczi emplea el término homoerótico, poniendo así el énfasis más bien en la actitud yoica que en la propia actividad homosexual, pasando, por tanto, de lo exclusivamente patológico a lo básicamente caracterial.

Véase Pedro E. Villlamarzo. "Sándor Ferenczi. La cuestión de las variaciones técnicas en psicoterapia psicoanalítica", Universa Terra, Salamanca, 2002.

lunes, 23 de noviembre de 2009

La curación por el espíritu

Stefan Zweig dio, en su libro “La curación por el espíritu”, un ejemplo sumamente claro que evidencia que había comprendido lo expresado por Freud:
“El inconsciente –dice- no es de ninguna manera el residuo del alma, sino, por el contrario, su materia prima, de la que sólo una porción mínima alcanza la superficie iluminada de la consciencia; pero la parte principal, llamada inconsciente, que no se manifiesta, no está por eso muerta o privada de dinamismo. Dotada de vida y acción influye en forma efectiva sobre nuestros pensamientos y sentimientos, representando el sector más plástico de nuestra existencia psíquica. Por eso el que el toda decisión no toma en cuenta el querer inconsciente, comete un error, puesto que excluye de sus cálculos el elemento principal de nuestras tensiones internas; se equivoca groseramente, como se equivocaría el que valuara la fuerza de un témpano considerando sólo la parte que emerge del agua. Su verdadero volumen queda bajo ella”.
Están aquí los restos de un hombre del que se puede decir que antes de él el mundo era distinto.

Palabras de Stefan Zweig en el acto del sepelio de los restos de Sigmund Freud en Londres.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Constelaciones Familiares y Novela Familiar


¿Qué son las Constelaciones Familiares? Son un tipo de terapia sistemática familiar creada por el psicoterapeuta alemán Bert Hellinger en los años 80. Las Constelaciones familiares se crean cuando una persona quiere aclarar un tema específico de su vida.
Freud en su trabajo sobre la novela de la familia expone que las biografías se cruzan y tienen una interrelación. Las constelaciones familiares explican que lo que somos tiene íntima relación con nuestros padres, abuelos y bisabuelos, todos los elementos que han tenido relación con nuestros antecesores son miembros de la constelación.
La novela familiar es el resultado de pensar dentro de una narrativa analítica el transcurrir de una familia. Dice Freud en "La novela familiar del neurótico" (1908)
Cuando el individuo, a medida de su crecimiento, se libera de la autoridad de sus padres, incurre en una de las consecuencias más necesarias, aunque también una de las más dolorosas que el curso de su desarrollo le acarrea. Es absolutamente inevitable que dicha liberación se lleve a cabo, al punto que debe haber sido cumplida en determinada medida por todo aquel que haya alcanzado un estado normal. Hasta el progreso mismo de la sociedad reposa esencialmente sobre esta oposición de las generaciones sucesivas. Por otra parte, existe cierta clase de neuróticos cuyo estado se halla evidentemente condicionado por el fracaso ante dicha tarea.

Para entender el ideal del yo desde el punto de vista de Piera Aulagnier hay que pensar en la madre y el padre, transmitiendo mensajes, enunciados identificatorios que van modelando la imago del hijo.
Dice Freud:
Para el niño pequeño los padres son, al principio, la única autoridad y la fuente de toda fe. El deseo más intenso y decisivo de esos años infantiles es el de llegar a parecérseles -es decir, al progenitor del propio sexo-; el deseo de llegar a ser grande, como el padre y la madre. Pero a medida que progresa el desarrollo intelectual es inevitable que el niño descubra poco a poco las verdaderas categorías a las cuales sus padres pertenecen. Conoce a otros padres, los compara con los propios y llega así a dudar de las cualidades únicas e incomparables que les había adjudicado. Pequeñas experiencias de su vida infantil, que despiertan en él un sentimiento de disconformidad, lo incitan a emprender la crítica de los padres y a aprovechar, en apoyo de esta actitud contra ellos, la ya adquirida noción de que otros padres son, en muchos sentidos, preferibles a los suyos. La psicología de las neurosis nos ha enseñado que a este resultado coadyuvan, entre otros factores, los más intensos impulsos de rivalidad sexual. Las ocasiones que los motivan tienen por tema evidente el sentimiento de ser despreciado. Son frecuentísimas las oportunidades en las cuales el niño es menospreciado o en que por lo menos se siente menospreciado, en las cuales siente que no recibe el pleno amor de sus padres o, principalmente, lamenta tener que compartirlo con hermanos y hermanas. La sensación de que su propio afecto no es plenamente retribuido se desahoga entonces en la idea, a menudo conscientemente recordada desde la más temprana infancia, de ser un hijastro o un hijo adoptivo. Numerosas personas que no han llegado a la neurosis recuerdan a menudo ocasiones de esta especie, en las cuales, influidos generalmente por alguna lectura, interpretaron así las actitudes hostiles de los padres y reaccionaron en consecuencia. Ya aquí se evidencia, empero, la influencia del sexo, pues el varón se inclina mucho más a desplegar impulsos hostiles contra el padre que contra la madre, y mucho más también a liberarse de aquél que de ésta. A este respecto, la actividad imaginativa de la niña tiende a ser mucho más atenuada. Estos impulsos psíquicos de la infancia, conscientemente recordados, nos ofrecen el factor que ha de permitirnos comprender el mito [del nacimiento del héroe].

Las constelaciones familiares tratan de desde un enfoque gestáltico, sistémico y psicoanalítico abordar la importancia de la familia en el desarrollo del individuo. Las constelaciones familiares entienden que hay un inconsciente familiar, grupal y social. Se imbrica el sujeto en la familia desde donde se entiende la red de relaciones, lo que ha sido. Pero se hace desde una disposición, de ahí que se hable de constelaciones ya que se pide en un psicodrama que disponga la persona a unos personajes encargados de dramatizar a los miembros de su familia en distintas posiciones.

El psicoanálisis trabaja con la fantasía del niño y Freud atendió esto con esmero, luego lo desarrolló su hija Anna Freud. El niño tiene un inconsciente y es interesante saber qué sueña, cómo juega, con qué juega y cómo representa a sus familiares, fundamentalmente a los padres. Pero las constelaciones familiares entienden que hay un todo que viene de antes de los padres y unas marcas que también deben de estudiarse, también heredamos los conflictos no resueltos que se hayan podido generar en el seno de nuestras familias debido a factores como pueden ser:

La violencia intra o extra familiar (guerras, asesinatos, suicidios, luchas de poder).
Perdidas de seres queridos.
Abortos.
Separaciones traumáticas.
Abandonos.
Accidentes fatales.
Exclusión de personas de la familia.
Inversión del orden jerárquico dentro del seno familiar.
Secretos familiares, como pueden ser la de la existencia de relaciones vinculantes extramaritales, hijos no reconocidos, crímenes, etc.

Es un enfoque más operativo, de grupo y vivencial para entender esto que ya perfiló Freud, les dejo con el resto de su trabajo:


Este incipiente extrañamiento de los padres, que puede designarse como novela familiar de los neuróticos, continúa con una nueva fase evolutiva que raramente subsiste en el recuerdo consciente, pero que casi siempre puede ser revelada por el psicoanálisis. En efecto, tanto la esencia misma de la neurosis como la de todo talento superior tienen por rasgo característico una actividad imaginativa de particular intensidad que, manifestada primero en los juegos infantiles, domina más tarde, hacia la época prepuberal, todo el tema de las relaciones familiares. Un ejemplo característico de este tipo particular de fantasías lo hallamos en el conocido ensueño diurno, que persiste mucho más allá de la pubertad. Examinando detenidamente estos sueños diurnos, compruébase que sirven a la realización de deseos y a la rectificación de las experiencias cotidianas, persiguiendo principalmente dos objetivos: el erótico y el ambicioso, aunque tras este último suele ocultarse también el fin erótico. Hacia la época mencionada, la imaginación del niño se dedica, pues, a la tarea de liberarse de los padres menospreciados y a reemplazarlos por otros, generalmente de categoría social más elevada. En esta relación el niño aprovechará cualquier coincidencia oportuna que le ofrezcan sus experiencias reales -como los encuentros con el señor feudal o el terrateniente, si vive en el campo, o con algún dignatario o aristócrata en la ciudad-, despertando dichas vivencias casuales la envidia del niño, que luego se expresa en la fantasía de sustituir al padre y a la madre por otros más encumbrados. La técnica aplicada para realizar tales fantasías -que en ese período son, por supuesto, conscientes- depende de la habilidad y del material que el niño encuentre a su disposición. También es importante considerar si las fantasías son elaboradas con mayor o menor afán de verosimilitud. Esta fase se alcanza en una época en la cual el niño ignora todavía las condiciones sexuales de la procreación.

Poco después, cuando el niño llega a conocer las múltiples vinculaciones sexuales entre el padre y la madre, cuando comprende que pater semper incertus est, mientras que la madre es certissima, la novela familiar experimenta una restricción peculiar: se limita en adelante a exaltar al padre, pero ya no duda del origen materno, aceptándolo como algo inalterable. Esta segunda fase (sexual) de la novela familiar es sustentada asimismo por otra motivación que falta en la primera fase (asexual). Con el conocimiento de los procesos sexuales surge en el niño la tendencia a imaginarse situaciones y relaciones eróticas, tendencia que es impulsada por el deseo de colocar a la madre -objeto de la más intensa curiosidad sexual- en situaciones de secreta infidelidad y de relaciones amorosas ocultas. De tal modo aquellas primeras fantasías, en cierto modo asexuales, se ponen a la altura de los nuevos conocimientos adquiridos.

Además, el tema de la venganza y de la ley del talión, que en la fase anterior ocupaba el primer plano, reaparece también aquí. Por regla general, estos niños neuróticos son precisamente aquellos que fueron castigados por sus padres para corregir sus hábitos sexuales y que ahora se vengan de ellos mediante tales fantasías.
Los hermanos menores son los que más particularmente tienden a utilizar estas creaciones imaginativas para privar a los hermanos mayores de sus prerrogativas (igual que sucede en las intrigas históricas) y a menudo no vacilan en adjudicar a la madre tantas relaciones amorosas ficticias como competidores fraternos encuentran. Puede darse entonces una interesante versión de esta novela familiar, en la cual su protagonista y autor vuelve a reclamar la legitimidad para sí mismo, mientras que elimina a los hermanos y hermanas, proclamándolos ilegítimos. Otros intereses particulares pueden orientar asimismo la novela familiar, cuyas múltiples facetas y cuya vasta aplicabilidad la tornan accesible a toda clase de tendencias. Así, por ejemplo, el pequeño fantaseador puede eliminar la prohibitiva relación de parentesco con una hermana a la cual se siente sexualmente atraído.

Quien se sienta inclinado a apartarse con horror de esta depravación del alma infantil, y aun esté tentado de negar que tales cosas sean posibles, habrá de tener en cuenta que todas estas obras de ficción, aparentemente tan plenas de hostilidad, no son en realidad tan malévolas, y hasta conservan bajo tenue disfraz, todo el primitivo afecto del niño por sus padres. La infidelidad y la ingratitud son sólo aparentes, pues si se examina en detalle la más común de estas fantasías novelescas, es decir, la sustitución de ambos padres, o sólo del padre, por personajes más encumbrados, se advertirá que todos estos nuevos padres aristocráticos están provistos de atributos derivados exclusivamente de recuerdos reales de los verdaderos y humildes padres, de modo que en realidad el niño no elimina al padre, sino que lo exalta. Más aún: todo ese esfuerzo por reemplazar al padre real con uno superior es sólo la expresión de la añoranza que el niño siente por aquel feliz tiempo pasado, cuando su padre le parecía el más noble y fuerte de los hombres, y su madre, la más amorosa y bella mujer. Del padre que ahora conoce se aparta hacia aquel en quien creyó durante los primeros años de la infancia; su fantasía no es, en el fondo, sino la expresión de su pesar por haber perdido esos días tan felices. Así, en estas fantasías vuelve a recuperar su plena vigencia la sobrevaloración que caracteriza los primeros años de la infancia. El estudio de los sueños ofrece una interesante contribución a dicho tema, pues su interpretación enseña que, incluso en años avanzados, cuando en un sueño aparecen las figuras encumbradas del emperador y de la emperatriz, ellas representan siempre al padre y a la madre del soñante. De donde la sobrevaloración infantil de los padres subsiste asimismo en los sueños de los adultos normales.


La novela familiar del neurótico [1908]

Sigmund Freud

Descripción de un estado físico: Antonin Artaud

Descripción de un estado físico


Una sensación de quemadura ácida en los miembros,
músculos retorcidos e incendiados, el sentimiento de ser un vidrio frágil,
un miedo, una retracción ante el movimiento y el ruido.
Un inconsciente desarreglo al andar, en los gestos,
en los movimientos.
Una voluntad tendida en perpetuidad para los más simples gestos,
la renuncia al gesto simple, una fatiga sorprendente y central,
una suerte de fatiga aspirante. Los movimientos a rehacer,
una suerte de fatiga mortal, de fatiga espiritual
en la más simple tensión muscular, el gesto de tomar, de prenderse inconscientemente
a cualquier cosa, sostenida por una voluntad aplicada.

Una fatiga de principio del mundo, la sensación de estar cargando el cuerpo, un sentimiento de increíble fragilidad,
que se transforma en rompiente dolor, un estado de entorpecimiento doloroso, de entorpecimiento localizado en la piel,
que no prohíbe ningún movimiento, pero que cambia el sentimiento interno de un miembro, y a la simple posición vertical
le otorga el premio de un esfuerzo victorioso.
Localizado probablemente en la piel, pero sentido como la supresión radical de un miembro y presentando al cerebro sólo imágenes de miembros filiformes y algodonosos, lejanas imágenes de miembros nunca
en su sitio.
La suerte de ruptura interna de la correspondencia de todos los nervios.

Un vértigo en movimiento, una especie de caída oblicua acompañando cualquier esfuerzo, una coagulación de calor
que encierra toda la extensión del cráneo, o se rompe a pedazos, placas de calor nunca quietas.
Una exacerbación dolorosa del cráneo, una cortante presión de los nervios, la nuca empeñada en sufrir, las sienes que se cristalizan o se petrifican, una cabeza hollada por caballos.

Ahora tendría que hablar de la descoporización de la realidad, de esa especie de ruptura aplicada, que parece multiplicarse ella misma entre las cosas y el sentimiento que producen en nuestro espíritu, el sitio que se toman. Esta clasificación instantánea
de las cosas en las células del espíritu, existe no tanto como un orden lógico, sino como un orden sentimental, afectivo.
Que ya no se hace: las cosas no tienen ya olor, no tienen sexo.
Pero su orden lógico a veces se rompe por su falta de aliento afectivo.
Las palabras se pudren en el llamado inconsciente del cerebro, todas las palabras por no importa qué operación mental,
y sobre todo aquellas que tocan los resortes más habituales, los más activos del espíritu.

Un vientre aplanado.
Un vientre de polvo fino y como en foco. Debajo del vientre una granada reventada.
La granada expande un flujo de copos que se eleva como lenguas de fuego, un fuego helado. El flujo se
agarra del vientre y lo hace girar.
Pero el vientre no da más vueltas. Son venas de sangre como vino, de sangre combinada con azufre y azafrán pero con un azufre endulzado con agua.

Sobre el vientre sobresalen los senos. Y más hacia arriba y en profundidad, pero en otro plano del espíritu un sol enardecido de manera que se podría pensar que es el seno el que arde. Y un pájaro
al pie de la granada.
El sol parece que tuviera una mirada.
Pero una mirada que estaría mirando el sol.
Y el aire todo es una como una melodía gélida pero una extensa, honda melodía bien compuesta
y secreta y colmada de ramificaciones congeladas.
Y todo construido con columnas, y con una especie de aguada arquitectónica que une el vientre
con la realidad.
La tela está ahuecada y estratificada.
La pintura está muy prensada a la tela.
Es como un círculo que se cierra sobre sí mismo, una suerte de abismo
en movimiento que se parte por el medio.
Es como un espíritu que se ve y se ahueca, está modelado y trabajado
sin cesar por las manos crispadas del espíritu.

Mientras tanto el espíritu siembra su fósforo. El espíritu está seguro. Tiene un pie bien apoyado
en este mundo.
El vientre, los senos, la granada, son como evidencias testimoniales de la realidad. Hay un pájaro muerto y hay un abundante surgimiento de columnas.
El aire está plagado de golpes de lápices como de golpes de cuchillos, como de esquirlas de uña mágica.
El aire está suficientemente alterado.
Así donde germina una semilla de irrealidad se dispone en células.
Las células se colocan cada una en su lugar, en abanico, rodeando el vientre,
delante del sol más lejos del pájaro y sobre ese flujo de agua sulfurosa.
Pero la arquitectura que sostiene y no dice nada es indiferente a las células.
Cada célula contiene un huevo donde se destaca el germen.
Repentinamente nace un huevo en cada célula.
En cada uno hay un hormigueo inhumano pero límpido,
las diversificaciones de un universo detenido.
Cada célula contiene bien su huevo y nos lo ofrece; pero al huevo no le importa demasiado
ser elegido o rechazado.
Algunas células no llevan huevo. En algunas crece una espiral.
Y en el aire cuelga una espiral más grande pero como azufrada, de fósforo todavía y cubierta
de irrealidad.
Y esta espiral tiene toda la relevancia del pensamiento más potente.
El vientre lleva a recordar la cirugía y la Morgue, la bodega, la plaza pública y la mesa de
operaciones.
El cuerpo del vientre parece tallado en granito o en mármol o en yeso, pero un yeso
endurecido.
Hay un casillero para una montaña.
Las burbujas del cielo dibuja sobre la montaña
una aureola fresca y translúcida. Alrededor de la montaña el aire es sonoro, compasivo,
antiguo, prohibido.
La entrada a la montaña está prohibida. La montaña tiene su lugar en el alma.
Ella es el horizonte de algo que no deja de retroceder.
Produce la impresión del horizonte infinito.
Y yo describo con lágrimas esta pintura porque esta pintura me toca el corazón.
En ella siento desplegarse mi pensamiento como en un espacio ideal, absoluto, pero un espacio
que tendría una forma posible de ser insertada en la realidad.
Caigo en ella del cielo.
Y alguna de mis fibras se desata y encuentra un lugar en determinados casilleros.
A ella regreso como a mi fuente,
allí siento el lugar y la disposición de mi espíritu.
El que ha pintado esa tela es el más grande pintor del mundo.
A André Mason lo que es justo.

De "L'Ombilic des limbes"
Versión de L.S.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Saludo


Nuestra cabeza es redonda para permitir al pensamiento cambiar de dirección. Francis Picabia.

Muchas son las personas que se acercan a este espacio y dejan sus creaciones para investigar. Desde personas afectadas de algún problema, educadores, psicólogos de distinta escuela y psiquiatras, también algún poeta y muchas personas que quedan todavía sin reconocer públicamente pero que sabemos están allí para darnos calor y compañía en estos días.

Es bonito compartir un interés por cambiar el mundo, como dice la persona que lleva la página http://altaeducacion.ning.com/. Una MASA CRÍTICA que se reúne en la red de redes para investigar y mirar nuevos caminos. Caminos que son distintos a los que escuchamos convencionalmente, caminos que están perfilados por otros o que queremos inventar.

Estas personas tienen un interés común, leer algo distinto sobre psicología, sociología, educación y psicoterapia distinto a lo que acostumbramos a escuchar en programas como SuperNanny (Cuatro) y otros bodrios dignos de la más mordiente de las críticas.
La escuela de la modificación de conducta parece contar con que las personas que consultan son tontas o no tienen intuición, que sólo tienen problemas de conducta. Esto es nefasto, falso y terrible.

Toda persona que sufre está inmersa en su subjetividad, cuestión que no maneja la escuela de Skinner, y no estoy hablando del secretario general de la escuela de los Simpsons sino de un psicólogo americano que no concebía la psicología en cuanto a sus variables intermedias u organísmicas. El sujeto tiene un poder genial en su capacidad creativa para cambiar su mundo y construir de un modo distinto la realidad.

Este cambiar la realidad debe ser nutrido desde la infancia, con unos buenos cuidados, ¡ojo! sin detenerse en modelos culpógenos de la salud mental para las madres, que resultan yatrogénicos y radicales.

Hablo desde el corazón esta vez, como me dijo alguien hay que escuchar al corazón para que lo que pensamos y decimos tenga un sentido más nítido, Blaise Pascal diría que el corazón tiene razones que la razón desconoce. Ya lo sabemos.
Bueno, os dejo con una bonita imagen de la página antes citada, recomendable.

Para los que atienden a la SuperNanny, recuerden que los niños son personitas en formación y que los métodos conductuales son tan burdos como decirle a una persona agorafóbica que salga de casa cada día 10 metros más, primero hasta la panadería y luego hasta el frutero. Eso no es psicología, no atiende el mundo interno del sujeto y son técnicas que cualquier persona con mínima intuición puede llevar a cabo, el sufrimiento tiene vertientes más amplias y el pragmatismo quizá no siempre escuche a la belleza de lo humano. Entramos en una cultura del instante, de curar un problema en un momento y esto es altamente peligroso porque no se da cobertura a la complejidad y hermosura de la mente humana. Para eso escojan las psicoterapias dinámicas.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Cambiar la educación para cambiar el mundo


Las ideas de Naranjo sobre la educación se ubican en la tradición de los pensadores integrales de la misma como Rousseau, Dewey, Montessori o Steiner. Él propone ‘una educación nueva, una educación de la persona entera para un mundo total’ para ‘entender lo que nos pasa y lo que pasa a nuestro alrededor’. Uno de los puntos centrales que encontramos en este libro es la necesidad de desarrollar una educación que pueda integrar a las personas y al mundo en que viven”.
Juan Cassassus
Funcionario Internacional. Especialista principal de la UNESCO para América Latina y el Caribe.

“La Educación es para el desarrollo humano integral, y no para formar seres dóciles, manejados, automatizados, sin visión futura, capaces sólo de manipular a los demás, producir, vender y contentarse con la pseudo-democracia. Claudio nos dice maravillosamente que la educación promueve ‘la libre realización de nuestras potencialidades evolutivas y creativas’ y añade sabiamente que este tipo de educación es urgente para nuestra supervivencia colectiva”.
Dra. Nicole Diesbach Rochefort
Académica e investigadora de Ciencias de la Educación.
Universidad Autónoma de Baja California.

“Este manuscrito sugiere que Naranjo ha entrado en esa fase de reflexión que hace a los grandes pensadores, los que tienen la ambición de entender la raíz profunda de nuestros males, y osan traspasar las fronteras de su propia disciplina.
Siguiendo el camino señalado por Claudio Naranjo, debemos preocuparnos no tanto del sistema económico que nos domina, sino de los aspectos psico-espirituales de nuestros males. Es posible, afirma Claudio Naranjo, operar una transformación, una sanación, que libere nuestra realidad interior y nos permita tener relaciones sanas con nosotros mismos, con los demás y con el entorno”.
Dra. Cecilia Montero
Socióloga investigadora del Centre Nationale de la
Recherche Scientifique, París.

Fritz Perls

Claudio Naranjo y el parto

miércoles, 18 de noviembre de 2009

La Terapia Gestáltica es un enfoque existencial, lo que significa que no nos ocupamos únicamente de tratar síntomas o estructuras de carácter, sino más bien de la existencia total de la persona...

Nuestro objetivo es hacer de cada uno de nosotros una persona entera, unificada...

Estamos aquí para impulsar el proceso de crecimiento y desarrollar las potencialidades humanas. No hablamos de felicidad instantánea, de avivamiento sensorial instantáneo, de curas instantáneas. El proceso de crecimiento es un proceso que toma tiempo.


Fritz Perls
"Sueños y existencia"

Haciendo Garabatos; Eduardo Smalinsky


Pintura: Maria Helena Vieira da Silva

Haciendo Garabatos:

Las diferencias entre angustia y desvalimiento.

Su articulación con los fenómenos fronterizos

Por Eduardo Smalinsky. Coautor del libro "Winnicott para principiantes" junto a Daniel Ripesi. www.espaciopotencial.com.ar


Entre el vacío y la ausencia, impactos (en el proceso de estructuración psíquica) de la no-presencia de aquel de quien se depende absolutamente.



En el artículo “El terror al desmoronamiento” (Fear of breakdown) de 1974, D.W.Winnicott habla de un derrumbe en la transferencia que implica el confrontarse con agonías primitivas, una forma de desesperación extrema ligada a situaciones traumáticas que acontecieron pero de las que no fue posible hacer una experiencia.

Winnicott afirma que en estos casos el paciente siente que algo catastrófico relacionado con su existir está por suceder. Plantea que el problema para el analista es como introducir la noción de que lo que se teme no es algo que vaya a ocurrir sino algo que aconteció en el pasado, pero que al no ser experienciado retorna como algo inminente.

Se produce dentro del análisis una actualización transferencial, es decir la repetición de lo que no tuvo lugar porque justamente a ese “otro primordial” no le fue posible sostener esa experiencia.

De esa manera tampoco existe la posibilidad de recordar lo que no fue experimentado.

De alguna manera podríamos pensar que lo que intenta el analizante es la búsqueda de la ausencia de una experiencia.

Esta idea abona el concepto de Andre Green sobre el trauma negativo, si en Freud la idea de trauma está indisolublemente conectada con lo sexual y en relación a lo visto y oído, el trauma negativo estará conectado con lo no visto y con lo no oído, es un trauma no sexual ligado a la ausencia de una experiencia. Desde esta perspectiva el desvalimiento no será necesariamente carencia, sino más bien intrusión. Se trata de una invasión, de un desbordamiento, de un dejarse pisotear. No es una falta de, sino un exceso de intrusión que provoca el blanco, el vacío, que es lo que no es posible de experimentar, queda entonces del lado de los afectos y no de las representaciones.

El diccionario de psicoanálisis de Laplanche y Pontalis dice: Estado de desvalimiento, estado de falta de ayuda, estado de impotencia infantil para resolver el incremento de la tensión interna de la necesidad, desamparo, en alemán Hilflosigkeit, en inglés Helplessness.

Si bien Freud rechaza el concepto elaborado por Otto Rank sobre la angustia del nacimiento, concede al trauma del nacimiento el valor de prototipo somático (respiratorio y cardíaco).

También Freud mismo hace un pasaje de la angustia de castración a la angustia de pérdida del amor del objeto.

Al desvalimiento podríamos situarlo entre el trauma del nacimiento y la angustia por pérdida de amor. Este desvalimiento que corresponde a una fase temprana puede reaparecer cuando existe el riesgo de la irrupción del amor de transferencia, es el momento de la hilflosigkeit y podríamos considerarlo un fenómeno fronterizo, o límite, en el sentido que justamente le da Green al límite como zona de elaboración.

Este hilflosigkeit psíquico como Freud lo menciona en la Conferencia 32 sobre “Angustia y vida pulsional” dice “la incapacidad de ayudarse a si mismo psíquicamente”…”la psique en estado de desvalimiento”, es el momento de la primacía del otro, el “nebenmensch” como es nombrado en el Proyecto.

En “Inhibición, síntoma y angustia”, Freud indica cómo pensar la cuestión del Hilflosigkeit en la cura, intenta primero establecer una escala de edades, peligros y de angustias. El peligro de castración en la fase fálica, el peligro de pérdida de amor en la primera infancia, pero cuando aborda el desvalimiento psíquico ya no le es posible distinguir el peligro, del afecto psíquico que le corresponde.

La angustia es siempre angustia de, ya sea por falta de objeto en Freud, o por la presencia del Otro, A en Lacan. La angustia contiene la expectativa de su objeto, la apertura sobre este. La angustia también es la anticipación de las representaciones. Es la posibilidad del analizante de poder hablar cuando está angustiado y hay otro que lo escucha. La angustia puede ser motor y brújula de un análisis.

La angustia puede ser la apertura hacia una pregunta, es parte fundamental de la interioridad.

El desvalimiento en cambio, no es desvalimiento de, el desvalimiento paraliza, indica que la vida continua fuera de si, en la apertura desesperada sobre el otro, hacia el otro, otro que no responde o lo hace mal.

Hay una prevalencia del fuera de si, del espacio psíquico externo e inevitablemente la dinámica de la cura se orienta hacia el análisis de la contratransferencia.

Ante el desvalimiento, el analista queda ubicado como otro al que se le demanda que reconozca un fracaso original y sus consecuencias.

Una forma clásica en la que el desvalimiento se manifiesta en la transferencia es la de hacer experimentar al analista lo que en algún sentido el paciente no se encuentra en condiciones. Esto se da al modo de la función de reverí tal como la desarrolla Bion.

En algún sentido podríamos pensar que esos pacientes, o durante lapsos de los tratamientos, en plena hilflosigkeit, el paciente existe porque el analista lo piensa, y es frecuente que gran parte del despliegue transferencial apunte a que el analista se tome el trabajo de no poder dejar de pensar en el paciente. Se produce muchas veces un trabajo que apunta a dejar al analista pendiente, como forma de continuar existiendo en la expectación que se genera en el analista. Todo sucede como si el espacio psíquico del analista, fuera para el paciente el único lugar fuera de si que asegura una continuidad mínima de la vida psíquica.

Lo propiamente analítico en estos casos es la paciencia, aunque es una palabra que expresa mal la complejidad que implica.

El desvalimiento significa la apertura máxima de un psiquismo al borde del abismo y al mismo tiempo la descalificación del otro, como forma de responder a la desesperanza de la vuelta al objeto.

Freud fue el primero en poner al desvalimiento psíquico en relación al estado precoz de la vida donde el yo está inmaduro, el problema es la constitución de la interioridad psíquica. La forma de alienación propia de la psicosis nace de que el otro es yo.

En las configuraciones fronterizas el único yo es otro, otro fuera de si.

Desde esta perspectiva, una hipótesis posible sería: para poder ser y para que el des-ser no se constituye en la forma privilegiada del sufrimiento psíquico, es necesario que la identificación/ introyección, con el objeto primario (pecho) sea suficiente (mínima).

La condición de ser es la formula pre-verbal “yo soy el pecho” que podría ser pensada como la fantasía fundadora del narcisismo primario. Es decir que el otro primordial esté conectado para que el objeto pecho esté mínimamente en tiempo y forma, cuando el bebé tenga la experiencia de encontrarlo/crearlo.

Para hablar de esto Ferenczi se refiere a los allegados al niño y a su tacto, Winnicott habla del ambiente y Freud en el proyecto del 95 escribe sobre la Verstandigung, como la comunicación del adulto y del niño en estado de desvalimiento.

Es decir que si el narcisismo se constituye con cierta solidez, se libera de mostrarse impaciente y exigente.

La alternativa es que cuando esperemos al amor de transferencia, surja el desvalimiento. Freud en “El malestar en la cultura” dice:…nunca estamos menos protegidos contra el sufrimiento que cuando amamos, nunca somos más desdichados y estamos en hilflosigkeit que cuando hemos perdido al objeto amado o su amor.

En definitiva el elemento distintivo entre la angustia neurótica y el desvalimiento es su correlato de esperanza y desesperanza respectivamente. Será el analista, en el mejor de los casos, el que en tanto otro, sostendrá la esperanza de ser usado, para constituir una experiencia inaugural en la que el paciente pueda sacar provecho de cada una de las fallas del analista.

martes, 17 de noviembre de 2009

Verdadero y Falso Self

El falso self es producto de una mala adaptación al medio ambiente, medio que se personifica por la madre y después el padre, que debe tener un sostén suficientemente bueno y permitir la ilusión primero de crear el mundo y después desilusionar. Esto se hace gradualmente por lo que hay un componente de frustración, principio de realidad frente al Ello freudiano que vive mediante objetos subjetivos. Si la madre está demandando al bebé todo el tiempo se encuentra con que éste pierde espontaneidad y vitalidad. Pierde la gracia de su self ("la persona que soy yo y solamente yo" diría DWW). Hay relación con el psiquesoma, unidad que se disocia en el falso self mente/ psiquesoma. El bebé pierde creatividad para crear el mundo, el pecho y la ilusión se desvanece para venir dada por la madre, que tal vez, corre demasiado.
La terapia en años avanzados de estos pacientes, postula Winnicott, es a través del jugar conseguir un medio ambiente suficientemente bueno que le permita ser, expresión que algunos han entendido como propia de un psicoterapeuta humanista.
El verdadero self, es el encuentro con las potencialidades innatas del individuo, con el crecimiento mental y esto, en un medio ambiente facilitador, propicia la curación, el encuentro y la aceptación del self, dejando al margen la disociación y los problemas psicosomáticos. Véase "Realidad y Juego" del autor.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Antipsiquiatría

Los movimientos de detracción a la psiquiatría clásica no nacieron hasta la década de los años 60. Las reflexiones comunes de sociólogos, filósofos, políticos, psiquiatras y enfermos mentales coincidieron en un severo replanteamiento del saber psiquiátrico y de las prácticas propugnadas. En 1967 David Cooper propuso el término Antipsiquiatría convirtiéndose en estandarte de estos nuevos planteamientos, si bien él mismo se sorprendió de la desmedida popularización del neologismo: el vocablo antipsiquiatría no encierra un conjunto doctrinal ni un tipo de praxis estandarizada, sino una serie de posturas críticas que sólo adquieren sentido en su particular contexto.
En nuestro pais el psiquiatra Ramón García presentó los primeros textos antipsiquiátricos, prologando la edición española de La Institución Negada y la introducción de ¿Psiquiatría o ideología de la locura?. Ambos son recopilaciones iniciadas por la familia BAsaglia y recogidas por su equipo, en torno a las experiencias psiquiátricas desarrolladas en el Hospital Psiquiátrico de Trieste.
Nuestra sociedad no quiere reconocerse en ese enfermo que lleva dentro y lo aparta y lo encierra en el mismo momento que diagnostica la enfermedad, excluye al enfermo. Michel Foucault, Enfermedad Mental y Personalidad. Buenos Aires, Paidós, 1961.
En la "Sección Antipsiquiatría" de la revista Ajoblanco, nº 16 nos encontramos con esto: es necesario (en alusión a Foucault), que los locos tomen la palabra para potenciar el contacto directo, espontáneo y vitalista de todos aquellos que hayan tenido algún encuentro con la psiquiatría en calidad de pacientes mentales -neuróticos, esquizofrénicos, homosexuales, psicópatas, toxicómanos, etc., y que comuniquen sus experiencias y vivencias, al tiempo que expresen sus gritos de protesta.
González Duro dice en "El aparato psiquiátrico": realmente, la psiquiatría actúa como una estructura de poder-saber, que define, conceptualiza, clasifica, controla y corrige las locuras de gentes débiles y marginadas, de acuerdo con los intereses y valores de una sociedad "normalizada" y "normalizante", valores que corresponden a los de la ideología dominante.

Ver el artículo de Valentín Galván, "La recepción extraacadémica de Michel Foucault en la cultura de la Transición española: la antipsiquiatría y la Historia de la locura en los psiquiatras progresistas". Rev. Asoc. Esp. Neuropsiquiatría, 2009, vol. XXXIX, nº104, pp. 485-500

domingo, 15 de noviembre de 2009

La Tara Tóxica. Antonin Artaud 1896-1948

La tara tóxica

Evoco el mordisco de inexistencia y de imperceptibles cohabitaciones. Venid, psiquiatras, os llamo a la cabecera de este hombre abotagado pero que todavía respira. Reuníos con vuestros equipos de abominables mercaderías en torno de ese cuerpo extendido cuan largo es y acostado sobre vuestros sarcasmos. No tiene salvación, os digo que está INTOXICADO, y harto de vuestros derrumbamientos de barreras, de vuestros fantasmas vacíos, de vuestros gorjeos de desollados.
Está harto. Pisotead, pues, ese cuerpo vacío, ese cuerpo transparente que ha desafiado lo prohibido. Está MUERTO. Ha atravesado aquel infierno que le prometíais más allá de la licuefacción ósea, y de una extraña liberación espiritual que significaba para vosotros el mayor de todos los peligros. ¡Y he aquí que una maraña de nervios lo domina!
Ah medicina, aquí tenéis al hombre que ha TOCADO el peligro. Has triunfado, psiquiatra, has TRIUNFADO, pero él te sobrepasa. El hormigueo del sueño irrita sus miembros embotados. Un conjunto de voluntades adversas lo afloja, elevándose en él como bruscas murallas. El ciclo se derrumba estrepitosamente. ¿Qué siente? Ha dejado atrás el sentimiento de sí mismo. Se te escapa por miles y miles de aberturas. Crees haberlo atrapado y es libre. No te pertenece.
No te pertenece. DENOMINACIÓN. ¿Hacia dónde apunta tu pobre sensibilidad? ¿A devolverlo a las manos de su madre, a convertirlo en el canal, en el desaguadero de la más ínfima confraternidad mental posible, del común denominador consciente más pequeño?
Puedes estar tranquilo: ÉL ES CONSCIENTE.
Pero es el Consciente Máximo.
Pero es el pedestal de un soplo que agobia tu cráneo de torpe demente pues él ha ganado por lo menos el hecho de haber derribado la Demencia. Y ahora, legiblemente, conscientemente, claramente, universalmente, ella sopla sobre tu castillo de mezquino delirio, te señala, temblorcillo atemorizado que retrocede delante de la Vida-Plena.
Pues flotar merced a miembros grandilocuentes, merced a gruesas manos de nadador, tener un corazón cuya claridades la medida del miedo, percibir la eternidad de un zumbido de insecto sobre el entarimado, entrever las mil y una comezones de la soledad nocturna, el perdón de hallarse abandonado, golpear contra murallas sin fin una cabeza que se entreabre y se rompe en llanto, extender sobre una mesa temblorosa un sexo inutilizable y completamente falseado, surgir al fin, surgir con la más temible de las cabezas frente a las mil abruptas rupturas de una existencia sin arraigo; vaciar por un lado la existencia y por el otro retomar el vacío de una libertad cristalina.
En el fondo, pues, de ese verbalismo tóxico, está el espasmo flotante de un cuerpo libre, de un cuerpo que retorna a sus orígenes, pues está clara la muralla de muerte cortada al ras y volcada. Porque así procede la muerte, mediante el hilo de una
angustia que el cuerpo no puede dejar de atravesar. La muralla bullente de la angustia exige primero un atroz encogimiento, un abandono primero de los órganos tal como puede soñarlo la desolación de un niño. A esa reunión de padres sube en un sueño la memoria, rostros de abuelos olvidados. Toda una reunión de razas humanas a las que pertenecen estos y los 0tros.
Primera aclaración de una rabia tóxica.
He aquí el extraño resplandor de los tóxicos que aplasta el espacio siniestramente familiar.
En la palpitación de la noche solitaria, aquí está ese rumor de hormigas que producen los descubrimientos, las revelaciones, las apariciones, aquí están esos grandes cuerpos varados que recobran viento y vuelo, aquí está el inmenso zarandeo de la Supervivencia. A esa convocatoria de cadáveres, el estupefaciente llega con su rostro sanioso. Disposiciones inmemoriales comienzan. La muerte tiene al principio el rostro de lo que no pudo ser. Una desolación soberana da la clave a esa multitud de sueños que sólo piden despertar. ¿Qué decís vosotros?
¡Y todavía pretendéis negar a importancia de esos Reinos, por los cuales apenas comienzo a marchar!

Publicado en "La Révolution Surréaliste", N° 11 (1928)
Versión de Aldo Pellegrini

The Bard´s Song: Blind Guardian




Now you all know
The bards and their songs
When hours have gone by
I'll close my eyes
In a world far away
We may meet again
But now hear my song
About the dawn of the night
Let's sing the bards' song

Tomorrow will take us away
Far from home
No one will ever know our names
But the bards' songs will remain
Tomorrow will take it away
The fear of today
It will be gone
Due to our magic songs

There's only one song
Left in my mind
Tales of a brave man
Who lived far from here
Now the bard songs are over
And it's time to leave
No one should ask you for the name
Of the one
Who tells the story

Tomorrow will take us away
Far from home
No one will ever know our names
But the bards' songs will remain
Tomorrow all will be known
And you're not alone
So don't be afraid
In the dark and cold
'Cause the bards' songs will remain
They all will remain

In my thoughts and in my dreams
They're always in my mind
These songs of hobbits, dwarves and men
And elves
Come close your eyes
You can see them too.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Matemática Lábil

Te quiero porque imagino tu rostro cuando no estás
te quiero porque siento tu piel cuando te has ido
te quiero porque quiero estar contigo
te quiero porque siento un chispazo en el alma cuando me reencuentro contigo
te quiero porque eres dulce, silenciosa y hermosa
te quiero siempre y a menudo con el ardor de un deleite lejano
te quiero aunque te enfades y me hagas sufrir
te quiero para siempre y sé que estas palabras no son sino un esbozo tenue y disperso
de lo que siento por ti cuando te abrazo.

Sándor Ferenczi: Variaciones Técnicas en psicoterapia psicoanalítica

Sándor Ferenczi en su tercera época, después de entrar en el Comité de los Cinco, en el que Ernest Jones fue uno de los promotores quiso investigar en la técnica activa.
Esto irritó a la comunidad psicoanalítica y por tanto al propio Freud quien le envió una serie de cartas recogidas por la editorial Síntesis. Freud le invitaba a reflexionar sobre las propias necesidades de Sándor, quien fuera su mejor compañero después de los intentos con Wilhelm Fliess y Carl Gustav Jung.
En esa técnica activa Ferenczi defendía el maternaje, en especial de pacientes psicóticos. Él daba besos y recibía cariños por parte de sus analizados, también introdujo el análisis mutuo, en el que él se ponía a disposición de un analizado-analizante que escuchaba las motivaciones de Ferenczi. Ferenczi decía: "Sin simpatía no hay curación", cuando podía haber dicho, por ejemplo "sin sinceridad no hay curación", matiza Pedro F. Villamarzo.
Estas técnicas activas extremas fueron entendidas por un analizado didáctico que fue a Hungría a analizarse con Ferenczi 2-3 veces al día. Se trata de Ernest Jones quien escribe que en este período Ferenczi estaba mostrando su psicosis larvada en base a esos delirios que responden a los cambios en la técnica. Lo curioso es que él (Ernest Jones) decidiera elegirle como analista.
Sobre el biógrafo de Freud se dice que tuvo en ese libro comentarios tendenciosos que desprestigiaron la obra de Ferenczi quien se centraba más en el papel del trauma que en la pulsión (fantasía). Michael Balint lo retomó en su texto "La Falta Básica".
Sobre el sesgo tendencioso de Jones se ha escrito:
"Evidentemente, este prejuicio personal menoscabó -dice Sándor Lorand- su autenticidad científica y le impidió verificar la exactitud de las informaciones que le llegaron sobre la salud, las relaciones y la conducta de Ferenczi -en sus últimos años-" [S. Lorand, 1968, I, p. 57].
En la revista "Le Coq-Heron" encontramos, por otra parte, una afirmación de Imre Hermann quien abunda en esta misma línea:
"Hemos de efectuar ahora una corrección sobre la lamentable afirmación de Jones, que pretende que en sus últimos años de su vida Ferenczi se vio afectado por una psicosis" [I. Hermann, 1975, p.14]
Este autor -Imre Hermann- visitó a Ferenczi en su último año y pudo constatar que su replegamiento se debía a su anemia perniciosa, enfermedad por la que falleció. También contribuyó su decepción por las "técnicas neocatárticas". El silencio en que se mantuvo y el distanciamiento de Freud de la última época, fue el caldo de cultivo ideal para nutrir todos esos bulos tendenciosos sobre su persona y enfermedad.

Véase:Pedro F. Villamarzo. "Sándor Ferenczi. La cuestión de las "variaciones técnicas en psicoterapia psicoanalítica"; Biblioteca Oscar Pfister. Universa Terra Ediciones, Salamanca, 2002.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Antonin Artaud (1896-1948)

Los enfermos y los médicos
La enfermedad es un estado,
la salud no es sino otro,
más desagraciado,
quiero decir más cobarde y más mezquino.
No hay enfermo que no se haya agigantado, no hay sano que un buen día
no haya caído en la traición, por no haber querido estar enfermo,
como algunos médicos que soporté.

He estado enfermo toda mi vida y no pido más que continuar estándolo,
pues los estados de privación de la vida me han dado siempre mejores indicios
sobre la plétora de mi poder que las creencias pequeño burguesas de que:
BASTA LA SALUD

Pues mi ser es bello pero espantoso. Y sólo es bello porque es espantoso.
Espantoso, espanto, formado de espantoso.

Curar una enfermedad es criminal
Significa aplastar la cabeza de un pillete mucho menos codicioso que la vida
Lo feo con-suena . Lo bello se pudre.

Pero, enfermo, no significa estar dopado con opio, cocaína o morfina.
Y es necesario amar el espanto de las fiebres.
la ictericia y su perfidia
mucho más que toda euforia.

Entonces la fiebre, la fiebre ardiente de mi cabeza,
-pues estoy en estado de fiebre ardiente desde hace cincuenta años que tengo de vida-
me dará
mi opio,
-este ser-
éste
cabeza ardiente que llegaré a ser, opio de la cabeza a los pies.
Pues,
la cocaína es un hueso,
la heroína, un superhombre de hueso.

Ca itrá la sará cafena
Ca itrá la sará cafá

y el opio es esta cueva
esta momificación de sangre cava ,
este residuo de esperma de cueva,
esta excrementación de viejo pillete,
esta desintegración de un viejo agujero,
esta excrementación de un pillete,
minúsculo pillete de ano sepultado,
cuyo nombre es:
mierda, pipí,
Con-ciencia de las enfermedades.
Y, opio de padre a higa,
higa, que a su vez, va de padre a hijo,-
es necesario que su polvillo vuelva a ti
cuando tu sufrir sin lecho sea suficiente.

Por eso considero
que es a mí, enfermo perenne,
a quien corresponde curar a todos los médicos,
-que han nacido médicos por insuficiencia de enfermedad-
y no a médicos ignorantes de mis estados espantosos de enfermo,
imponerme su insulinoterapia,
salvación de un mundo postrado.


Publicado en "Les Quatre Vents", N°8 (1947)
Versión de Aldo Pellegrini





Reseña biográfica http://amediavoz.com/artaud.htm#LOS ENFERMOS Y LOS MÉDICOS

Poeta francés nacido en Marsella en 1896.
Desde muy pequeño presentó cambios de comportamiento que motivaron su reclusión en sanatorios mentales en diversas ocasiones.
En 1920 se radicó en París y publicó los primeros versos bajo el título "Trictac del ciel" en 1924. A raíz de su amistad con André Breton, asumió el cargo de director de la oficina de investigaciones surrealistas, alternando su trabajo con la escritura de ensayos, guiones de películas y su sobresaliente obra poética "El ombligo de los limbos".
En el año de 1936, su interés por la cultura solar lo llevó a convivir con los indios Tarahumaras en México.
Después de varios años de reclusión psiquiátrica, publicó en 1947 el ensayo "Van Gogh le suicidé de la Société" , galardonado al año siguiente con el Prix Saint-Beuve.
Murió en marzo de 1948 en el asilo de Ivry-sur-Seine.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Un Psicoterapeuta o un Amigo

A un amigo no se le dicen cosas que se le cuentan a un psicoterapeuta y viceversa.
Un amigo no es un psicoterapeuta mientras funciona como amigo, un psicoterapeuta no funciona como tal mientras lo hace como amigo.
Ahora bien, ¿puede un psicoterapeuta ser un amigo?
Puede ser vivido como un amigo y eso es lícito, pero el psicoterapeuta debe saber posicionarse donde le corresponde, como asistente de la salud, como analista o como terapeuta gestalt. Si pasa a ser un amigo la eficacia del tratamiento es bien diferente, son parámetros distintos.
Un amigo es alguien valioso un psicoterapeuta también.
Dice la RAE: amigo, ga.
(Del lat. amīcus).
1. adj. Que tiene amistad. U. t. c. s. U. como tratamiento afectuoso, aunque no haya verdadera amistad.
2. adj. amistoso (‖ perteneciente a la amistad).
3. adj. Que gusta mucho de algo.
4. adj. poét. Dicho de un objeto material: Benéfico, benigno, grato.
¶ MORF. sup. irreg. amicísimo.
5. m. y f. Persona amancebada.
6. m. Ingen. En las minas, palo que se coloca atravesado en la punta del tiro o cintero para que, montándose los operarios, bajen y suban por los pozos.

El tratamiento es afectuoso y hay verdadera amistad, pero no es un amigo. Un amigo no interviene como un terapeuta, no representa lo que hace un terapeuta. Lo siguiente es más claro para lo que quiero transmitir:
amistad.
(Del lat. *amicĭtas, -ātis, por amicitĭa, amistad).
1. f. Afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato.
2. f. amancebamiento.
3. f. Merced, favor.
4. f. Afinidad, conexión entre cosas.
5. f. ant. Pacto amistoso entre dos o más personas.
6. f. ant. Deseo o gana de algo.
7. f. pl. Personas con las que se tiene amistad.

Existe un afecto puro y desinteresado (si no deja de ser un encuentro genuino y pasa a ser mercadería lo cual se percibe), es compartido y nace y se fortalece con un trato especial, distinto al de los amigos. Por lo que puede haber amistad pero eso no le convierte al terapeuta en un amigo.
La atmósfera debe ser confiable, eso es trabajo de la psicoterapia, con un terapeuta el trabajo empieza desde el desconocimiento, con un amigo hay lazos que distorsionan la objetividad. También el espacio intersubjetivo puede distorsionar la realidad pero ese es el trabajo que diferencia, también, al amigo del terapeuta. El terapeuta está entrenado para esas diferencias. No niego la amistad de ningún paciente, pero mientras le ayudo es más útil que se sitúe en la esfera de esa amistad como alianza de trabajo.
Se puede llegar a ser un amigo pero siempre desde el punto de vista del paciente, ya que, insisto, el terapeuta debe saber quien es y cómo se desempeña profesionalmente. Estaríamos traspasando la ética profesional y hay que conservar esto por el bien del consultante. Las diferencias a veces no son tan nítidas entiendo el debate del post "La Belleza de un Encuentro".
Un fuerte abrazo "amistoso".
Rodrigo Córdoba Sanz
Esto es una opinión personal desde un ángulo ético trazado por la experiencia de no mezclar y producir confusiones en el tratamiento. Hay que matizar que el psicoanálisis tiene unas miras más elevadas que cualquier otra clase de psicoterapia, aunque no siempre sea la mejor de las psicoterapias.
Espero contribuir al debate.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

La Belleza de un Encuentro

Un espacio de análisis es algo más que un lugar de salud. Es un camino hacia el descubrirnos. El paciente y el terapeuta van explorando juntos por los senderos de los sentimientos y los pensamientos. Se afina en lo hermoso de un contacto genuino entre dos personas, esto suena romántico y no siempre es así. Pero puede ser así.
La psicoterapia es un trabajo que aporta mucho a ambos miembros de esa díada donde se van construyendo nuevas maneras de pensar, nuevas perspectivas, nuevos ángulos, luz a lugares recónditos y armonía entre dos personas. Se trata de hilvanar el discurso del otro, consiste en compartir un lugar de creatividad, donde se va tejiendo una red de afectos que envuelven el consultorio.
Las primeras entrevistas, la fase preliminar tiene duración variable, depende de las características del consultante, el hecho de considerar un timing específico para cada persona es lo singular de los espacios "psi", donde el sujeto es entendido desde todas sus vertientes, el síntoma, el potencial de salud, su creatividad, sus relaciones, su manera de amar, de confiar, de aceptarse y aceptar a otros. Se trata de un trabajo exquisito que tiene por delante los primeros contactos, de tanteo, de screening, de evaluación, lo fundamental es establecer un buen rapport, que la persona se sienta en un ambiente confiable, protegido, recogido, resguardado y comprendido. Todo esto requiere tiempo y una sola entrevista apenas sirve más que para rellenar ciertos datos y escuchar el engorroso motivo de consulta. Este trabajo requiere cierta pasión medida y fría. También una buena salud mental y unas ganas de conocer y entender, así como pensar de forma distinta a como acostumbramos a hacerlo. Por esto enriquece psíquicamente en la mutualidad del vínculo. Trabajar lo intersubjetivo es trabajar el espacio transicional, es hablar sobre vincularidad, es la belleza de la unión singular, única e irrepetible entre dos personas que pasan a ser algo especial, inefable, tampoco "amigos" pero si de una estrecha confianza.

martes, 10 de noviembre de 2009

Setting


Compartir un espacio de análisis es el objetivo de Winnicott. Buscar un analizando-paciente cómplice, juguetón y dado a pensar, elaborando los conflictos psíquicos. Lejos queda como referente Ferenczi con el análisis que intentó de sus pacientes hacia él. Intentó poner patas arriba los cimientos que afianzó Freud.

La atmósfera es muy importante para Winnicott, y es fundamental que así sea ya que dadas las condiciones suficientemente buenas de encuadre, manteniendo horarios, puntualidad, honorarios y un respeto que tiene que ganarse el terapeuta. Respeto que no colisiona con la agresión para permitir que ese "objeto" se mantenga inerme ante los ataques y se pueda hacer la transición al jugar.
Existen personas más inhibidas, fóbicas, en cuyo caso resulta más difícil entablar este tipo de relación confiable por estar más controladas, más perseguidas y ansiosas.

En ese tipo de casos se trata de llevar el análisis a un punto donde se pueda jugar.
Hay que encontrar un sano balance entre la interpretación y el sostén para no fallar.
Recordemos que la interpretación es interesante y que sólo en algunos casos Winnicott prefería no intervenir así, el ejemplo de arriba puede ser uno de ellos.
Sin embargo hay que intervenir activamente para fundamentar el espacio transicional con una participación mutua de los intervinientes en la relación.
Esto puede ser muy bello.

Cito una pieza que gustaba a Winnicott: "En la playa de interminables mundos, los niños juegan". Tagore.

lunes, 9 de noviembre de 2009

El Uso de un objeto y la relación por medio de idnetificaciones

...deseo recordar que el rasgo esencial del concepto de objetos y fenómenos transcicionales es la paradoja y la aceptación de esta...
Para usar un objeto es preciso que el sujeto haya desarrollado una capacidad que le permita usarlos. Esto forma parte del paso al principio de realidad...
El desarrollo de la aptitud para usar un objeto es otro ejemplo del proceso de maduración como algo que depende de un ambiente facilitador.
Lo que existe entre la relación y el uso es la ubicación del objeto, por el sujeto, fuera de la zona de su control omnipotente, es decir, su percepción del objeto como un fenómeno exterior, no como una entidad proyectiva, y en rigor su reconocimiento como una entidad por derecho propio...

Así mismo interesa señalar esto desde el ángulo opuesto, y decir que la destrucción del objeto es la que lo coloca fuera de la zona del control omnipotente del sujeto...
gracias a la supervivencia del objeto el sujeto puede vivir una vida en el mundo de los objetos, cosa que le ofrece inmensos beneficios; pero es preciso pagar el precio, en forma de la aceptación de la creciente destrucción en la fantasía inconsciente vinculada con la relación de objeto.

El postulado central de mi tesis afirma que en tanto que el sujeto no destruye el objeto subjetivo (material de proyección), la destrucción aparece y se convierte en un aspecto central cuando el objeto es percibido de manera objetiva, tiene autonomía y pertenece a la realidad "compartida". Esta es la parte difícil de mi tesis, por lo menos para mí...la destrucción desempeña un papel en la formación de la realidad, pues ubica el objeto fuera de la persona. Para que así suceda son necesarias condiciones favorables.

En la práctica psicoanalítica los cambios positivos que se producen en esta zona pueden ser muy profundos. No dependen del trabajo interpretativo, sino de la supervivencia del analista a los ataques, lo cual implica e incluye la idea de la inexistencia de un cambio de calidad para pasar a la represalia.

Lo fundamental es la supervivencia del analista y que la técnica analítica se mantenga intacta.

Hace falta el término "destrucción", no por el impulso destructivo del bebé, sino por la posibilidad de que el objeto no sobreviva, lo cual significa también un cambio de actitud.
Se trata de un nuevo enfoque de todo el tema de las raíces de la agresión.
En la teoría ortodoxa siempre se encuentra presente el supuesto de que la agresión es una reacción al encuentro con el principio de realidad, en tanto que aquí el impulso destructivo es el que crea exterioridad. Este es el elemento fundamental en la estructura de mi argumentación.
Esta cualidad de "ser siempre destruido" hace que la realidad del objeto sobreviviente se sienta como tal, fortalece el tono del sentimiento y contribuye a la constancia del objeto. Ahora se lo puede usar.

Secuencia:1) elsujeto se relaciona con el objeto; 2)el bjeto está a punto de ser hallado por el sujeto, en lugar de ser ubicado por este en el mundo; 3) el sujeto destruye el objeto; 4) el objeto sobrevive a la destrucción; 5) el sujeto puede usar el objeto.
págs. 117-127 REALIDAD Y JUEGO. Gedisa. D.W. WINNICOTT

domingo, 8 de noviembre de 2009

Winnicott parte dos, un romance literario

Sigo releyendo la obra de Winnicott. Hoy en un rato que he tenido antes de hacer unos recados he leído ciertos aforismos que me han dejado lleno de placer.
Winnicott nos muestra que el jugar es una forma de psicoterapia. En un epígrafe habla de la técnica del jugar y allí explica en qué consiste su mirada a "el jugar".
Vuelve a repetir que se trata de conducir a la zona de juego al paciente porque "el juego es terapéutico", lo dice para niños y para adultos.
Esto tiene que ver con una atmósfera distendida donde poder enloquecer temporariamente, suspender la razón y la censura para poder pensar, asociar y crear.
Es otra manera de ofrecer un espacio donde se de la asociación libre pero jugando. Se trata de una manera lúdica de curar que cuesta tomarse en serio dados los clichés antiguos de las escuelas psicoanalíticas. Seguiremos jugando, yo seguiré con Winnicott y otros, en el consultorio también "jugaré", pero un juego sin reglas, improvisado, en un medio de contención donde cabe facilitar la intepretación del propio paciente quien sabe pero no descubre aspectos fundamentales de su sufrimiento. Somos asistentes, como bases de baloncesto o medio centros que brindan la pelota para que llegue a término.
Seguimos jugando.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Poemas T.S. Eliot


En continuidad con el post anterior les dejo unos poemas de T.S. Eliot, poeta releído por Winnicott.

T.S. ELIOT (Missouri, USA, 1888-Londes, 1965)


LA MUERTE DE SAN NARCISO



Ven bajo la sombra de esta roca gris
Entra bajo la sombra de esta roca gris,
Y te mostraré algo distinto, lo mismo de
Tu sombra extendiéndose sobre la arena al alba, o
Tu sombra saltando tras el fuego contra la piedra carmesí:
Te mostraré su ropa y miembros manchados de sangre
Y la sombra gris sobre sus labios.

Una vez caminaba entre el mar y los acantilados
Cuando el viento le hizo consciente dé sus miembros
sucediéndose suavemente
Y de sus brazos cruzados sobre el pecho.
Al caminar por la pradera
Estaba ahogado y sosegado por su propio ritmo.
En el río
Sus ojos se percataron de los ángulos agudos de sus ojos
Y sus manos, de las puntas agudas de sus dedos.
Sobrecogido por tal conocimiento
No pudo vivir al modo de los hombres, y se convirtió
en un danzante ante Dios
Si caminaba en las calles citadinas
Parecía pisotear los rostros, convulsos muslos y rodillas.
Así que surgió del fondo de la roca.

Al principio estaba seguro que había sido un árbol,
Entreverando sus ramas una con otra
Y trenzando sus raíces una con otra.

Luego supo que había sido un pez
Con el vientre blanco y resbaladizo atrapado entre sus dedos,
Retorciéndose en su propio puño, su antigua belleza
Fija por un instante en las puntas rosáceas de su nueva belleza.

Después había sido una muchacha
Acorralada en los bosques por un viejo borracho
Y así conoció al final el sabor de su propia blancura
El horror de su propia tersura,
Y se sintió borracho y viejo.

Se convirtió entonces en un danzante ante Dios.
Como su carne estaba enamorada de las flechas en llamas
Danzó en la arena ardiente
Hasta que las flechas llegaron.
Mientras las abrazaba, su carne blanca se rindió a lo rojo
de su sangre, y halló satisfacción.
Ahora él es verde, seco y manchado
Con la sombra en los labios.

(Traducción: Alberto Blanco)




EL PRIMER CORO DE LA ROCA



«Se cíerne el águila en la cumbre del cielo,
El cazador y la jauría cumplen su círculo.
¡Oh revolución incesante de configuradas estrellas!
¡Oh perpetuo recurso de estaciones determinadas!
¡Oh mundo del estío y del otoño, de muerte y nacimiento!
El infinito ciclo de las ideas y de los actos,
infinita invención, experimento infinito,
Trae conocimiento de la movilidad, pero no de la quietud;
Conocimiento del habla, pero no dei silencio;
Conocimiento de las palabras e ignorancia de la Palabra.
Todo nuestro conocimiento nos acerca a nuestra ignorancia,
Toda nuestra ignorancia nos acerca a la muerte,
Pero la cercanía de la muerte no nos acerca a Dios.
¿Dónde está la vida que hemos perdido en vivir?
¿Dónde está la sabiduría que hemos perdido en conocimiento?
¿Dónde el conocimiento que hemos perdido en información?
Los ciclos celestiales en veinte siglos
Nos apartan de Dios y nos aproximan al polvo.»

(Traducción: Jorge Luis Borges)

LOS HOMBRES HUECOS

I

Somos los hombres huecos
Somos los hombres rellenos
Inclinados unos con otros
La cabeza llena de paja. ¡Pobres!
Nuestras voces secas, cuando
Susurramos juntos
Son suaves y sin sentido
Como el viento sobre el pasto seco
O pies de ratas sobre vidrio roto
En nuestra bodega seca
Figura sin forma, sombra sin color,
Fuerza paralizada, gesto sin movimiento;
Aquellos que han cruzado
con mirada decidida, al otro reino, al de la muerte
Recuérdennos, -si es que lo hacen- no como perdidas
Violentas almas, sino sólo
Como los hombres huecos
Los hombres rellenos.


II

Ojos que no me atrevo a encontrar en sueños
En el reino de los sueños de la muerte
Ellos no aparecen
Allí los ojos son
Luz solar sobre una columna rota
Allí, está un árbol balanceándose
Y las voces son
En el canto del viento
Más distantes y más solemnes
Que una estrella desvaneciéndose.
Déjame estar lejos
En el reino de los sueños de la muerte
Déjame también ponerme,
Tales disfraces deliberados
Saco de rata, piel de cuervo,
Cruces del campo santo
Que se comportan como el viento se comporta
No mas cerca -
Ni siquiera en ese encuentro final
En el reino de las penumbras
III


Esta es la tierra muerta
Esta es tierra de cactus
Aquí las imágenes de piedra
Se levantan, aquí reciben
la súplica de la mano de un hombre muerto
Bajo el parpadeo de una estrella que se desvanece.
Es así
En el otro reino de la muerte
Despertando sólo
A la hora en que estamos
Temblando con ternura
Labios que podrían besar
Componen rezos para piedras rotas.


IV

Los ojos no están aquí
Aquí no hay ojos
En este valle de estrellas que agonizan
En este valle hundido
Esta mandíbula rota de nuestros reinos perdidos
En estos últimos lugares de reunión
Vamos a tientas, juntos
Evitando hablar
Reunidos a la orilla del río caudaloso
Ciegos, a menos
Que los ojos reaparezcan
Como la estrella perpetua
Rosa multifoliada
Del reino crepuscular de la muerte
La única esperanza
De los hombres vacíos.

V

Aquí vamos alrededor del espinoso peral
Espinoso peral espinoso peral
Aquí vamos alrededor del espinoso peral
A las cinco en punto de la mañana .
Entre la idea
Y la realidad
Entre el movimiento
Y el acto
La sombra cae
Porque tuyo es el reino
Entre la concepción
Y la creación
Entre la emoción
Y la respuesta
La sombra cae
La vida es muy larga
Entre el deseo
Y el espasmo
Entre la potencia
Y la existencia
Entre la esencia
Y el descenso
La sombra cae
Pues ligero es el reino
Pues ligero es
La vida es
Pues ligera es la
Así es como el mundo acaba
Así es como el mundo acaba
Así es como el mundo acaba
No con una explosión sino con un gemido.

Winnicott en relecturas: Realidad y Juego

Estoy releyendo "Realidad y Juego" de Winnicott. Está repleto de citas memorables.
Por ejemplo la de que "lo natural es el jugar y el Psicoanálisis es el juego más sofisticado del siglo XX". O aquella en la que dice que el tratamiento transcurre en una zona donde se solapan dos áreas de juego, la del paciente y la del terapeuta. Él habla como psicoterapeuta que tiene el bagaje de trabajar en el Paddington Green Children´s Hospital donde trataba la "hipocondría de las madres", suena provocador y así era Winnicott. Un señor inglés juguetón y muy inteligente que se salió de los márgenes del psicoanálisis y de la sombra de la gran Melanie Klein para cambiar "el jugar como verbo sustantivado", antes técnica de análisis y usarlo como método de psicoterapia e investigación. De ser una forma, véase "El Psicoanálisis de niños" de M. Klein, donde el juego es el medio para explorar la psique del niño, Winnicott lo emplea como una técnica (la llamaremos en homenaje a Ferenczi "activa"). Así da mayor contenido a la demanda de la madre que acude al hospital y en su consultorio puede inventar el "juego del garabato" y llegar a la siguiente conclusión: el psicoanálisis visto desde Winnicott es un espacio donde poder jugar y cuando el paciente no está preparado el análisis ha de centrarse en llevar al paciente al terreno del jugar. Klein hablaría de la posición esquizo-paranoide y de la posición depresiva, conceptos que incorpora Winnicott. Quizá el jugar tiene que ver con esa posición de reparación y creatividad que dirige hacia la salud al paciente, inexorablemente. Pero se trata de alcanzar esa "posición". Complejo trabajo del terapeuta que ha de brindar un medio ambiente suficientemente bueno.
Tampoco se queda en eso último Winnicott. También habla de aprovechar las fallas del analista en un contexto donde el analista era un ser infalible. Antes otros como Otto Rank y Ferenczi habían dudado de esto. Lacan habló del Sujeto Supuesto Saber pero él quiso reinventar el psicoanálisis y Winnicott lo hizo sin tanto ruido. Ahora, de manera diferida se descubre su obra, un autor poco estudiado en los programas curriculares. Solamente se estudia su contribución sobre los objetos transicionales y los fenómenos transicionales. Lo importante sobre ello es "el uso que hace del objeto" el niño, no el objeto, otra contribución de Winnicott.
Y como suele pasar con un buen libro, sus lecturas sucesivas aportan una mayor penetración en el texto y una mejor comprensión. Por ello invito a leer este texto ya que es una pieza que abre un hito en la historia de la psicoterapia. Digo psicoterapia por englobar a toda la psicoterapia porque como dice Echegoyen: "soy psicoterapeuta y en momentos de gran lucidez soy psicoanalista, ser psicoanalista todo el tiempo es muy difícil", cito de memoria.
Winnicott invitó a comprender el trabajo del análisis desde el disfrute, y esto acompaña la atmósfera de su obra y de su consultorio. También fue un terapeuta duro que a veces hacía interpretaciones demasiado largas. Recuerdo que durante un verano ingresó en un hospital psiquiátrico a una colega que luego escribiría un relato sobre su análisis con él, se trata de Margaret Little.
En definitiva, fue una persona y un profesional con muchos matices cuya riqueza psíquica se reflejó en su trabajo. Precioso el material que nos brinda aunque políticamente se situara en el Grupo Intermedio de la Sociedad Británica de Psicoanálisis, Grupo que en la práctica, según algunos no fue tan intermedio, Winnicott cita en el texto "Realidad y Juego" a Anna Freud y Melanie Klein, también a Wolff con el concepto de "objetos fetiche", aunque él no se caracterizara por el trabajo obsesivo enciclopédico de citar a otros, él inventaba y a veces coincidía, podría ser valorado como criptomnesia en según que pasajes pero la gran parte de su obra es tremendamente original, ofreciendo un nuevo psicoanálisis aunque en lo referente a los "pacientes neuróticos mantengo la técnica clásica de Sigmund Freud", dice Winnicott.
Estamos en la clínica del vacío, patologías fronterizas y una nueva modalidad asistencial, es prudente conocer a autores como Winnicott.