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Paz y Ciencia

martes, 2 de marzo de 2010

Apertura al Ser


En 1954 Winnicott señala: "…convendrá que tengamos claramente presente la diferencia entre la técnica y la ejecución del tratamiento. Es posible llevar a cabo un tratamiento con una técnica limitada y, a la inversa, con una técnica altamente evolucionada es posible fracasar en la puesta en práctica del tratamiento".

Heidegger, incluyendo expresamente el ámbito de lo psicoanalítico como parte de esta técnica, considera miope querer condenar el mundo técnico como si se tratara de una obra del diablo. Dice: "…Podemos servirnos de los objetos técnicos y mantenernos libres de ellos, dejándolos residir en si mismos, prohibiéndoles que nos planteen exigencias". Heidegger considera, por otra parte, que la técnica moderna, a través de lo que llama un desocultar provocante, muestra también una verdad del ser en el hombre.

Ambos autores, Winnicott desde el psicoanálisis, Heidegger desde la filosofía, consideran que la reflexión respecto al ser, que supone también, una reflexión sobre la persona en cada individuo, es fundamental y necesaria como modo de encontrar lo humano en el hombre, dentro de la técnica, más allá de la técnica.

En relación a lo psicoanalítico cabría preguntarse si, a veces, no es legítima
la resistencia del analizado a que lo expresado sea transformado sistemáticamente en una fórmula interpretativa. ¿No teme el paciente perder su propio ser, intuyendo que corre el riesgo de tener que asimilarse al sujeto ideal de alguna teoría psicoanalítica?.

Winnicott dice "…naturalmente, una palabra como 'ser', sabe más que nosotros,
dado que nos utiliza y nos manda."

Cuando Winnicott se refiere al "propio ser verdadero" destaca, en la consideración de éste, el rasgo de continuidad temporo-espacial interior, provisto por la madre ambiente (antecesora en la vida del posible psicoanalista futuro) a través del amparo, la asistencia corporal, la presentación de objeto y la función especular materna.


Winnicott organiza el tratamiento en un espacio potencial donde prima el ambiente, el sostén, la atmósfera y la creatividad. Esto es, lo que se va generando en el intercambio intersubjetivo entre analizando y analista. Aquí cabe hablar de poiesis, que viene de poesía. Porque cuando el analizando descubre la posibilidad de un espacio para simbolizar y jugar es cuando se abre la veta del tratamiento y el vector de la eficacia se intensifica.

Crear entre es la clave para entender la clave winnicottiana que considera que a través de la técnica se puede entender su teoría, no obstante, conocedor de la obra freudiana, kleiniana y lacaniana postula una manera de entender la clínica basada en el proceso, en lo que se va haciendo a cada instante para que el self del analizando pueda advenir, como diría Piera Aulagnier de forma similar.

El bagaje teórico es importante para el analista pero debe suspender su juicio en cada momento del análisis para adoptar la posición de supuesto saber donde se reconoce que el saber lo tiene el analizando y que el analista está para ofrecer una asistencia o "crear lo dado". Por eso Winnicott se sirve de diferentes técnicas con niños y adolescentes que con adultos pero en ambos casos considera el jugar como parte del tratamiento. Hasta ese momento jugar era un método de análisis, desde Winnicott es un modo de tratamiento.

Winnicott también plantea que la teoría se desprende de la técnica, él era un gran clínico y su teoría está enfocada en el espacio transicional, el lugar mental, donde se realiza la "mentalización" de la que hablaba Fonagy, el hacerse cargo el analizando de lo que está pasando dentro de él a través de una atmósfera cálida de sostén y de apoyo, donde se pueda servir el analizando del analista como objeto transicional, un objeto yo-no yo que relaciona el mundo interno con el externo en la superficie metafórica y autopoiética del espacio potencial.

En cursivas fragmentos del trabajo: "El espacio potencial como apertura al ser", de
Jaime Coloma Andrews

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