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Paz y Ciencia

lunes, 29 de marzo de 2010

Psicoanálisis y racionalismo crítico

Aquello que escribía en post anteriores, inspirado en la obra de Joan Coderch apunta a un racionalismo crítico que tiene que ver con que "yo puedo estar equivocado".
Esto en la técnica psicoanalítica es importante. Con frecuencia encontramos profesionales que consideran que su verdad, que su interpretación es cierta. Ya decía Castilla del Pino que una interpretación dada como verdadera es falsa. Porque es connotativa y sólo se puede entender en el espacio intersubjetivo del paciente-analista.
Dice Coderch, inpirado en Isaiah Berlin, que tenemos que ser más "zorras", esto es, personas que miran más la globalidad y sus relaciones que "erizos" que miran una única verdad. En psicoanálisis no hay dogmas, hay que cuestionar y plantear en un activismo dialéctico a la ciencia que creo el genial Freud. La interpretación pertinente es aquella que se da en un "timing" y una atmósfera adecuada, las demás son "impertinentes". Tal vez, esto último sea una de las razones por las que se asociala profesión con un saber cerrado, poco falseable y por tanto poco científico, siguiendo a K. Popper.
Winnicott nos hablaba de las "interpretaciones inteligentes", que pueden ser verdad pero que, en sus palabras, "cuantas veces he interrumpido el proceso de un paciente por hacer una interpretación a destiempo" (sic). Él procuraba acompañar y crear lo dado a través de imágenes mentales y metáforas, que es trabajo del analista, el que el paciente llegue por sí solo a la interpretación, al insight. Cuántas veces puede pasar que una interpretación se vive como persecutoria por desmontar una estructura irreductible. El paciente tiene una firme defensa y la interpretación le deja desnudo ante la realidad, viviendo el miedo y el ataque virulento de su analista, que le dice que está equivocado. Esto no es neutralidad ni abstinencia. Coderch tiene un libro delicioso sobre la "Interpretación en Psicoanálisis" que trata de explicar los tiempos, modos y maneras de una interpretación. La interpretación es una herramienta poderosa pero debe ser usada con mesura y cuidado, siguiendo los postulados del racionalismo crítico. En una atmósfera de diálogo, sin disparar interpretaciones que responden a quien sabe que maestro lleno de omnisciencia. Nuestra labor es humilde, de atención a una persona que sufre y nuestros métodos deben acompañar el proceso de descubrimiento. Por eso es bien apropiado cuestionar lo que Freud decía sobre homologar el trabajo del analista con el del cirujano, esa asepsia y esa precisión quirúrgica tiene que ver con centrarse en la labor analítica con esa misma dedicación. Ahora bien, no somos nada parecido a un cirujano, nuestra labor se realiza a través de la palabra y el afecto, en la transferencia, creo que debemos plantear interrogantes a las teorías que dictan donde se va a usar el bisturí, porque no se trata de abrir en canal al paciente. Por esto, esas palabras de Freud las pondría entre paréntesis. Considerando que exige una dedicación y una precisión exacta para la eficacia del tratamiento.
Desde Freud el psicoanálisis ha evolucionado mucho y ahora en la API existen distintos psicoanálisis, el reto de integrar los elementos comunes y aceptados parece apuntar a una forma más verídica, más válida de ciencia. Por esto es inetresante el diálogo entre escuelas y olvidar de vez en cuando los pretextos teóricos para escuchar la verdad del paciente.

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