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Paz y Ciencia

miércoles, 28 de julio de 2010

Encuentros con Winnicott

¡Dios mío! ¡Haz que esté vivo cuando muera!.
Donald Woods Winnicott, pediatra y psicoanalista inglés (1896-1971)


En noviembre de este año hay en Bilbao unas jornadas que duran todo el fin de semana dedicadas a Donald Woods Winnicott. El otro día, hablando con un médico ajeno al mundo "psi" me decía si era el Freud del siglo XXI. Tal vez sí, está siendo reconquistado y además, como gustaba, su obra se está abriendo a nuevas perspectivas y está siendo ampliada y reinventada. Painceira y Nemirovsky son dos de los experimentados winnicottianos que llevan años detrás de este proyecto de divulgación de la obra de Winnicott y estudios inspirados en su obra. En España, en Zaraogoza concretamente, se va a publicar una obra monumental sobre este autor a cargo de Javier Lacruz Navas donde el que aquí escribe es uno de los colaboradores. Winnicott inspira, da viveza al trabajo y enseña a cambiar la técnica en función del consultante. Es todo un alarde de creatividad, él que dijo que la mejor manera de vivir es hacerlo de manera creativa, él que nos explicó que hay que llevar al analizando a un espacio de juego para poder realizar un análisis vivo. Él que reescribió algunas de las tesis de Freud, como lo hiciera Piera Aulagnier, Bion, Lacan, Anzieu, Anna Freud, Klein, Kohut, Bick y otros muchos autores creativos que vieron en la obra de Freud una invitación a seguir pensando y un elemento constituyente para edificar unas bases nuevas en función del contexto. Como dice irónicamente Pontalis en una obra del sesenta y tantos titulada "Después de Freud": "Viva el culturalismo". Pontalis critica las posturas de Anna Freud y Klein en cuanto a la existencia de traumas preedípicos recordando que el eje sigue siendo el Edipo, analiza las críticas de Lévy-Strauss y otros sobre el Edipo y también se desayuna con una mirada crítica hacia posturas como la de Harry Stack Sullivan quien fue un predecesor de las teorías sistémicas, un psicoanalista heterodoxo que dejó una simiente para que el psicoanálisis tuviera nuevas perspectivas, para ampliar el campo. El encuentro de noviembre en Bilbao dará lugar a contacto entre gentes que quieren avanzar en el psicoanálisis del siglo XXI, recuerdo que al leer a Pontalis sentía que éste tenía algo de nostalgia y un poco de ambivalencia en cuanto a su adherencia a las tesis freudianas, él mismo con una lírica formidable, advierte que son escritos realizados durante su formación, son exquisitos de todos modos. Son lo que Winnicott llamaría "letra viva".
Winnicott hizo cosas geniales, nos dejó un legado brillante que hay que conocer para poderlo usar, es un comienzo para apuntalar una psicología con sentido dentro del nonsense del discurso del inconsciente.
Este próximo año laboral volveré sobre sus escritos ya que a estas alturas me encuentro investigando en otros autores, ya saben ustedes que tiendo a la dispersión, al pensamiento divergente. Creo que Winnicott tuvo problemas por esta tendencia en el seno de la Sociedad Británica de Psicoanálisis. Su obra daba un vuelco a todo lo escrito hasta el momento. Sólo se le puede criticar la relativa ausencia del papel del padre y, como pediatra, una sabida y a veces quizá excesiva tendencia culposa hacia la madre. No obstante hay que leer trabajos suyos de radiodifusión como "Los bebés y sus madres" para entenderlo mejor en esta vertiente.
Pues bien, les dejo con otro viejo rockero, también fallecido, que nos invita a continuar. Un saludo, aquí con calor, en otros lugares en pleno invierno. Un abrazo. Rodrigo Córdoba Sanz.


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