Falso Self y Refugios Psíquicos.

El refugio psíquico es lo que Winnicott trató como falso self. Se trata de una estructura reactiva a las demandas del medio ambiente, cuando está creciendo el aparato psíquico. Es decir presiones ambientales que impiden el gesto espontáneo del niño, desde las muestras de agresividad hasta el juego o la interacción con la madre y luego el padre. Durante esa época sensible el niño necesita creer que él crea el mundo, su omnipotencia le hace creer que él crea a los objetos, gradualmente la madre debe participar de esa ilusión y después desilusionar gradualmente presentando los objetos para que advenga el principio de realidad.
En familias con mucha emoción expresada, con padres con gran angustia (normal en primerizos) puede darse el caso de un excesivo control del bebé y luego del niño, que le dificulte desarrollar su personalidad naturalmente. El falso self es lo que Wilhelm Reich llamaría "coraza caracteriológica" y es una estructura defensiva, un antifaz que sirve para el disimulo y para el autoengaño. La cuestión en un sentido emocional es que la persona siente futilidad, sensación de irrealidad y vacío, no se reconoce, ha ido creciendo en una atmósfera donde la presión le ha llevado a enrocarse en una personalidad pseudo. Un falso self. Un libro de divulgación de Carl Honoré trata de esto a grosso modo, se titula "Bajo Presión" y versa sobre la actitud de los padres que influidos por el carácter de competitividad de la cultura intentan que su hijo sea una especie de máquina. Dicho en términos llanos. El falso self y el refugio psíquico es un recodo del mundo interno, de tipo reactivo y defensivo donde se resguarda el sujeto de las circunstancias de su contexto para poder seguir viviendo de una manera "pseudo", la atmósfera le lleva al refugio, a la ensoñación diurna y muchos de estos niños que luego crecen pueden ser hábiles poetas y soñantes pero el contacto con la realidad puede a veces producirles una abrasión en el yo-piel, siguiendo a Didier Anzieu.