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Paz y Ciencia

lunes, 22 de noviembre de 2010

Angustia


Los problemas derivados de la angustia son horribles para la persona que los padece. Normalmente, siguiendo el circuito oficial de atención médica que dispone el Salud (servicio de salud pública de España), lleva a un médico que deriva a un psiquiatra que atiende cada varios meses, unos minutos al paciente. Esto resulta insuficiente ya que no se consigue atender a las raíces del sufrimiento y se taponan los síntomas con medicamentos. La persona queda encasillada en una tabla diagnóstica, con el apunte de que muchos psiquiatras y psicólogos se quedan sin evaluar todos los ejes del DSM, del que tampoco soy excesivo amigo, pero considero que es la mejor forma consensuada de comunicarse entre profesionales. El DSM tiene 5 ejes y ellos evalúan los trastornos clínicos como el trastorno de ansiedad generalizada, el más común de los trastornos de ansiedad, la depresión mayor y otros muchos, en el eje II están los trastornos de personalidad, en el III las enfermedades orgánicas, en el IV los problemas psicosociales que suelen ser obviados, muchos profesionales sólo atienden a los 3 primeros. Y luego en el eje V hay una escala de evaluación de la actividad global para determinar el grado de actividad del individuo como muestra de su adaptación al medio.
En psicoterapia los diagnósticos son un estorbo, a no ser de que el paciente pida insistentemente un diagnóstico es contraproducente o en todo caso para comunicar a otro profesional que le vaya a atender.
Realizar un informe con fines legales o semejantes propósitos.
La angustia es un estado según el cual la barrera de protección del sujeto queda desbordada, esto puede suceder por precipitantes externos, la muerte de un familiar cercano por ejemplo, o por condiciones de una enfermedad latente. Se ven muchas situaciones de duelo, la angustia es algo común, acompaña la existencia del hombre desde el principio de la historia de la humanidad. Ha sido tratada de múltiples formas, muchas de ellas chamánicas o deshumanizadas, tratando a los enfermos como locos. Ahora la aceptación de acudir a un psicólogo es mucho más aceptada entre la población, ya que no existe tan poderosamente el estigma de loco asociado a las visitas con el terapeuta.
La angustia es omnipresente, cuando las personas logran entender las raíces de su angustia cambian la perspectiva, aunque entender intelectualmente es un punto de anclaje no sirve para la curación. Hay que hacer un "insight" emocional. Esto es tener un tratamiento en el que la persona pueda aceptarse con sus defectos y virtudes.
Los tratamientos, por su asociación con la medicina y nosología médica han tendido a abordar exclusivamente la enfermedad, sin atender a la totalidad del sujeto, desconociendo facetas de valores y virtudes de la persona. Para que el tratamiento sea fructífero hay que trabajar con toda la persona, esto ya lo adelantaban en el 60 Winnicott y luego Maslow, Rogers, Rollo May, Laing, el polémico Thomas Szasz y otros. El trabajo con una persona que padece lo que ahora se llama ansiedad, concepto académico, es mucho más profundo que tomar un orfidal o algo semejante. La angustia vital es una manera de ser, un fastidio para quien la vive y se entiende desde la biografía del sujeto y los acontecimientos de su medio ambiente, desde niño hasta el presente. Muchas personas tienen una dificultad de entender que lo que haya pasado en la infancia pueda tener relación con lo que les pasa en la actualidad, es común que vengan con sus propias teorías acerca de los motivos de su angustia. Esto, como diría Winnicott hay que escucharlo porque, como también decía Lacan,  somos el Sujeto supuesto Saber, es decir la persona que se supone que va a desvelar los problemas del paciente. Winnicott aprendió a escuchar como buen psicoanalista y luego a intervenir de forma que la interpretación la facilitaba al paciente para que pudiera crear lo dado. Como una asistencia a canasta. También hay que entender que estos pacientes están troquelados por un tipo de asistencia médica que aborda sólo el síntoma aunque existen muy buenos médicos de atención primaria y muy buenos psiquiatras, pero el establishment es el que es, y tiene sus limitaciones. Por tanto las personas vienen cada vez más informadas, con dudas y con referencias. Algunos tienen miedos insondables al principio y por eso estos tratamientos necesitan un tiempo determinado, una temperatura para cada paciente, adaptándonos a las necesidades del paciente. Rodrigo Córdoba Sanz.

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