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Paz y Ciencia

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Las paradojas del amor

Las Paradojas del Amor: La dimensión del Amor en el campo Psicoterapéutico








25-10-2005 - Por Laura G. Antúnez, Liliana Gimeno y Teresa A. Pantaleo



Las Paradojas del Amor: La dimensión del Amor en el campo Psicoterapéutico

25-10-2005 - Por Laura G. Antúnez, Liliana Gimeno y Teresa A. Pantaleo
en http://www.elsigma.com/



Es a partir de la práctica clínica, del encuentro con nuestros pacientes, de la escucha de sus relatos que nos interesó investigar el tema del Amor.



Hemos abrevado para nuestra investigación de diversas fuentes. El texto de Denis de Rougemot El amor y Occidente, hace surgir en nosotras relaciones, preguntas, conexiones teórico-clínicas, que integramos con materiales fílmicos, literarios y arte en general.



Entendemos a la Psicoterapia como una práctica clínica en cuyo cuerpo de saberes el psicoanálisis ocupa un lugar destacado.



El psicoanálisis se sirve de los mitos para dar cuenta de fenómenos que se dan de manera constante, reiterada, en el ser humano. Mitos tales como Narciso y Edipo nos permiten la comprensión de los caminos libidinales que hacen a la constitución de la subjetividad.



Dicho de otro modo, hacemos un recorrido partiendo de lo universal a lo singular. Sintetizando: Paradojas, no-resolución y singularidad, son los ejes que dan cuerpo al abordaje clínico hacia los diferentes modos de elaboración.



Paradoja: oscuridad.



No-resolución: existencia de un residuo.



Singularidad: historia personal.



De la constitución subjetiva singular dependerá el atravesamiento de los universales.



A partir de este recorrido elaboramos nuestra hipótesis de trabajo:



Así como el mito de Edipo es fundante del orden, la ley, la sexualidad, las generaciones, la transmisión de la cultura en la dimensión humana, en el campo del amor rige el mito de Tristán e Isolda. Este mito contiene todos los elementos universales que hacen a los fundamentos de las paradojas del amor: sufrimiento, pasión, adulterio, dolor, espera, idealización, muerte.



Tomamos a Tristán e Isolda porque este mito es considerado como el prototipo de las relaciones entre hombre y mujer.


La constitución subjetiva en la elección del objeto amoroso

¿Cuál es el camimo para comprender las paradojas del amor?

Nuestra investigación comienza recorriendo la organización libidinal que todo ser humano transita hasta llegar a su objeto de amor.

Se nace con toda la libido sobre sí mismo, narcisismo primario, este estado de indefensión y prematuración biológica con que entra a la vida el sujeto humano necesita la presencia de un otro, la madre. Otro que a través del lenguaje, los cuidados y el sostén facilite la organización de los ritmos hasta conformar el psiquismo.



En el inicio, las primeras experiencias sexuales son autoeróticas, ligadas a funciones de autoconservación, son las que van instalando en el psiquismo las primeras huellas mnémicas de satisfacción.



Las personas que tempranamente prodigan alimentación y protección al niño son sus primeros objetos sexuales. Es decir que la constitución subjetiva se va instalando a partir de los diferentes encuentros con el otro maternal, el otro del lenguaje. El otro maternal y el otro del lenguaje son las dos caras de la misma moneda, motorizadas por la función paterna. Esta función es la que instala al sujeto en la transmisión de la ley, el orden, las generaciones, la sexualidad, el deseo, lo simbólico, la socialización, la cultura.



En los distintos momentos de la constitución del aparato psíquico, el sujeto va acompañado, desde el nacimiento por una serie de mitos: el mito de Narciso, el mito de Edipo, reeditado en la adolescencia, y en el encuentro con el amor el mito de Tristán e Isolda



Pero ¿qué viene a decir en la experiencia humana el mito?, ¿Qué es un mito?


Mito: características generales

“El mito aparece cuando resulta peligroso o imposible reconocer claramente cierto número de hechos sociales o religiosos o de relaciones afectivas, que se insiste sin embargo en conservar, o que es imposible de destruir”.

No hay mito cuando es posible atenerse a las evidencias y a expresarlas de una manera manifiesta o directa. La naturaleza oscura no reside en su forma de expresión. La oscuridad corresponde al misterio de su origen, y a la importancia vital de los hechos que el mito simboliza. Si el origen no fuera oscuro no habría necesidad de mito.


Los mitos son leyendas de autor anónimo que contienen elementos sagrados.
Todo mito produce efectos que inciden en el entorno, desarma toda crítica y explicación alguna. El progreso de la acción y el efecto que produce en el público depende de un conjunto de reglas que van in crescendo. Su enunciado desarma toda crítica, reduce al silencio a la razón; o al menos, la priva de eficacia.

Pero necesitamos de un mito para expresar el hecho oscuro e inconfesable de que la pasión está vinculada con la muerte y que supone la destrucción para quienes abandonan a ella toda su fuerza.



El mito es el trabajo de hacer pasar lo oscuro, lo inconfensable, en relación a la rivalidad con el padre, de lo prohibido lo posible, la divinidad, la pasión desenfrenada, de la ley la no ley, del cuerpo, la muerte, el vacío, la mujer, el amor y el pago sobre el cuerpo del que quebranta los ordenes establecidos.



El mito actúa en todos los lugares en que la pasión es soñada como un ideal y no temida como una fiebre maligna; en todos los lugares en que su fatalidad es requerida, imaginada como una bella y deseada catástrofe y no meramente como una catástrofe.

Hacen pasar una verdad y es el sistema por el cual se tramitan todas las pasiones humanas.

Viven de la misma vida


Pasaremos a explicar someramente el mito de Edipo tal como Sófocles supo contemplar y extraer de él la dimensión de la tragedia humana. Luego el mito de Tristán e Isolda, saga universal a la cual Richard Wagner le otorga el vigor y la fuerza que atraviesa el campo del amor.



[1]















El “Edipo, rey” de Sófocles







La importancia del mito de Edipo radica en que es el nacimiento de la tragedia, del drama humano.



Tomamos para nuestro análisis psicoanalítico al mito de Edipo escrito por Sófocles, talentoso autor que le brinda un andamiaje simbólico sin alterar lo que en forma oral se transmitía en la Antigua Grecia. Sófocles presenta los avatares de la psicología humana dándole un lugar al tema que nunca antes había alcanzado en la cultura.



Recordemos a los personajes del mito: Edipo rey de Tebas, Layo, su padre-muerto, Yocasta, viuda-madre-esposa de Edipo, Creonte, hermano de Yocasta los hijos de Edipo y Yocasta: Antígona, Ismene, Etéocle, Polinice; la Esfigie, el Oráculo, el coro de Ancianos, el Destino, el nacimiento oscuro, lo que se fuga, el saber, el amor, la muerte.



Edipo es el niño abandonado, el adivinador de enigmas, el que toma el reino por aventura, el parricida sin saberlo, el incestuoso sin saberlo, el que se sentencia a sí mismo (la ceguera).



Los parlamentos con que los personajes del mito se representan son acompañados con la fuerza y el vigor del Coro de Ancianos. El Coro, la voz cantada, otorga la verosimilitud, la densidad y el dramatismo al mito de Edipo.



Cada personaje habla con toda la fuerza de la pasión y se expresa con toda la gama de los sentimientos y reacciones de la mente y el corazón del hombre. Esta es una de las razones por la cual este drama es comprensible y gustado en los tiempos.



Vemos al mito como representación inacabable, donde la repetición y la insistencia nos muestran al hombre perenne atravesado por los vuelos de la fortuna y sometido al tremendo imperio del Destino.



Está es la explicación de que este drama sea representado siempre y nunca acabe.



Los Coros toman el lamento del personaje, ahondando el dramatismo



El mérito de Sófocles radica precisamente en haber aprovechado hasta el más leve pormenor de la leyenda y haberle dado tanta vida y vigor dramático que parece una creación totalmente original.















Contenido manifiesto del mito de Tristán e Isolda







Cuando Tristán nace su padre acaba de morir y su madre Blancaflor no sobrevive al parto, de ahí su nombre, el color oscuro de su vida y el cielo de tormenta de desgracia que cubre la leyenda. Es criado y educado por el rey Marcos de Cornualles, hermano de Blancaflor.



Poco después de su pubertad, Tristán realiza su primer proeza como héroe. Derrota a Morholt, gigante irlandés que exigía su tributo de guerra en jovencitas y jovencitos de Cornualles. Acaba con la vida del gigante, recibiendo una estocada envenenada. Tristán, herido, parte en su barco hacia Irlanda, ya que la reina es la única que posee el remedio para salvarlo. El gigante era hermano de esta reina, él no confiesa ni su nombre ni el origen de su mal. Es Isolda la princesa real quien lo cuida y lo cura.



Años después, el rey Marcos decide casarse con la mujer de la que un pájaro le llevó un cabello de oro, le encarga a Tristán la búsqueda de la desconocida.



Una tempestad arroja el barco del héroe a Irlanda. Combate a un dragón que amenazaba el lugar. Herido por el monstruo es cuidado nuevamente por Isolda.



La princesa descubre que el herido es el asesino de su tío Morholt. Con la espada de Tristán amenaza con matarle y éste le revela la misión que el rey Marcos le encargó. Isolda se detiene, quiere ser reina. Navegan entonces hacia las tierras de Marcos. El calor de alta mar les produce sed. La sirvienta Brangania les da de beber por error un vino con hierbas que la madre de Isolda había preparado para que los futuros esposos se enamorasen. Ambos lo beben sin saber que han bebido su destrucción y su muerte, entrando en un destino trágico. Se confiesan su amor y ceden a él. La falta ha sido consumada, Tristán continúa comprometido con la misión que recibió del rey, conduce a Isolda hacia Marcos a pesar de la traición que le han hecho. Es Brangania quien en la noche nupcial sustituye a Isolda , preservando así el honor de su ama y expiando el error cometido.



Unos barones felones denuncian al rey el amor de Tristán e Isolda. Tristán es desterrado. Gracias a una nueva astucia convence a Marcos de su inocencia y regresa a la corte. El enano Frocín, cómplice de los varones tiende una trampa a los amantes, sembrando flor de trigo entre ambos lechos. Tristán salta sobre este espacio abriéndosele una vieja herida que mancha de sangre la flor de trigo. Esta es la prueba del adulterio.



Marcos y los barones irrumpen en el dormitorio, como castigo Isolda es entregada a una banda de leprosos y Tristán es condenado a muerte.



Tristán logra escapar liberando a Isolda y se esconden en el bosque de Morrois durante tres años llevando una vida áspera y dura.



Un día Marcos los sorprende durmiendo y ve entre sus cuerpos la espada de Tristán ,hecho que interpreta como un signo de castidad. No los toca y sin despertarlos toma la espada de Tristán y coloca en su lugar la espada real.



Luego de tres años el filtro deja de actuar. Tristán se arrepiente, Isolda añora la corte, van en búsqueda del ermitaño Ogrín mediante el cual Tristán ofrece al rey su mujer.



Marcos promete su perdón. Cuando el cortejo real se aproxima Isolda le pide a Tristán que permanezca en el país hasta que Marcos le dé un buen trato. Prometiéndole que se reunirán nuevamente. Lo hacen en forma clandestina en casa de Ogrín el guardabosque. Los barones felones delatan la situación. Entonces Isolda pide y obtiene un juicio de Dios para probar su inocencia.



Debe asir el hierro candente que deja intacta la mano del que no ha mentido. Elabora entonces un subterfugio: jura no haber estado jamás en los brazos de ningún hombre a excepción de su marido y los del campesino que la ayudó a bajar de su barca. Isolda omite decir que ese campesino era Tristán disfrazado. Menuda paradoja miente y no miente a la vez.



Con el tiempo, Tristán cree que la reina ha dejado de amarlo, decide casarse más allá del mar por su nombre, honor y su belleza con la Isolda, de las blancas manos a quien deja virgen pues añora a Isolda, la rubia.



Reavivada la herida hace llamar a la reina de Cornualles para que lo cure. Isolda llega enarbolando en su barco una bandera blanca, signo de esperanza. Isolda , la de las blancas manos atormentada por los celos le anuncia a Tristán que la vela es negra. Tristán muere, Isolda, la rubia desembarca en ese instante, sube al castillo, abraza el cuerpo de su amante y muere.



Algunas versiones cuentan que Marcos, el buen rey, conmovido por el gran amor de los jóvenes los hizo enterrar uno junto al otro y que, al día siguiente, las tumbas quedaron envueltas por un maravilloso rosal de rosas de un rojo profundo.



El origen de este mito es celta, surge en la edad Media.



Tristán e Isolda ha sido fuente de diversas manifestaciones artísticas desde el siglo XVIII al XX.















“Tristán e Isolda” de Wagner







Es el gran mito del adulterio. Es considerado el prototipo de las relaciones entre el hombre y la mujer. El mito surge en el contexto histórico de la sociedad cortesana y caballeresca de los siglos XII y XIII.



Hemos dicho anteriormente que todo mito es una representación inacabable, donde la repetición y la insistencia nos muestran al hombre eternamente atravesado por las vicisitudes de la vida y sometido al Destino.



Por ello, de manera secreta y difusa la vigencia del mito nos afecta e incide con leyes propias que son profanadas y negadas por nuestros códigos oficiales. Sin embargo son nuestros sueños y fantasías quienes le otorgan existencia y consistencia.



El mito de Tristán e Isolda transcurre en una atmósfera trágica y apasionada, más allá del bien y del mal, es un drama donde lo pecaminoso, la transgresión, lo sagrado, la muerte, el engaño, la pasión, la infidelidad, la desgracia, la traición se entrelazan creando innumerables situaciones de dolor, esperanza y desesperación.



El mito culmina con la muerte del culpable.



El vínculo con lo sagrado está en relación con la supervivencia oscura y engañosa. El hombre que escribió la ópera de Tristán e Isolda sabía de las pasiones, la elección a favor de la Muerte es una decisión fundamental, en tanto la muerte conlleva a liberarse de un mundo ordenado por el mal.



Wagner tiene la sensibilidad de los elegidos, de los talentosos, violó el tabú: lo dijo todo, lo confesó todo en los textos de sus libretos y en su música.



Logró, a través de sus óperas, la posibilidad de hacer expresar en lágrimas profundas lo que no se hallaba de ningún modo y que aparecía como indiferencia en lo social, como un cierto autismo en tanto escisión severa psíquica.



La audacia de esta obra en pro de un total desprecio organizado y mantenido en el consenso social, por la ceguera inconsciente de un momento histórico cultural vaciado de significación para el psiquismo.



Cantó, Wagner a la Noche, a la disolución de las formas, de los seres, a la liberación del deseo, a la demanda, a la gloria crepuscular herida mortal del cuerpo.















La dimensión del amor







Entendemos al amor como la búsqueda del otro, del recíproco. Platón en El Banquete define al amor, que es dar a alguien lo que no se tiene.



Desde el Psicoanálisis el amor, es estar en relación al deseo del Otro, desde aquel Otro formador de la subjetividad. El amor es una pasión que pide ser la ignorancia. Ignorancia que está en el centro de nuestra poética: el inconsciente.



El amor es impotente, aunque sea recíproco, porque ignora que no es más que el deseo de ser Uno, por lo cual conduce a la imposibilidad de establecer la relación entre ellos, los dos sexos.



El amor es signo, y con él se cambia de razón, es el poeta quien se dirige a esa razón, compromete a los cuerpos que están en relación a lo que fue el sujeto para el Otro.



Aparece lo paradojal que, como dijimos, está en el centro de nuestra poética: el inconsciente.



La pasión y la desgracia forman parte de la condición humana, están allí, muchas veces como estorbo, aunque no sepamos de su existencia, las queremos en cuanto tales y es en la vía de la repetición que se nos hace presente en la clínica psicoterapéutica.



Más allá de los tiempos, las escenas del mito insisten, se reeditan una y otra vez, con diferencias más o menos sutiles.



En la escucha clínica pulsan esos retazos de vida, re-aparecen en el discurso todo el tiempo.



El mito rige, está instalado, de ello hablan los pacientes sin saberlo.















BIBLIGRAFÍA







Freud, Sigmund. Obras Completas. Amorrortu editores. 1989.



Lacan Jacques “Homenaje a Marguerite Duras” de Intervenciones y texto 2



“Psicoanálisis. Radiofonía & Televisión”



Seminario 11 “Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis”



Seminario 19 “O peor”



Seminario 21 “Los no incautos yerran”.



Rougemont Denis de El amor en Occidente editorial Kairós. 1979



Wagner Richard Opera de Tristán e Isolda. París 1973.







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[1] Freud designa con el nombre de Edipo el complejo compuesto en el inconsciente por la agresividad del hijo contra el padre, obstáculo del amor a la madre y por el sentimiento de culpabilidad que resulta de ello (pág 117)

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