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Paz y Ciencia

viernes, 30 de abril de 2010

Autopistas de 20 carriles

Ser libre es una aspiración que el adolescente intenta ferozmente. Es dependiente de sus padres y con mucha frecuencia, según ciertos estudios, en estratos medios culturales, el 100% de los adolescentes refieren tener algún problema con su padre o el que ejerce la función paterna. Hoy un psicoanalista amigo hablaba de que la función materna y paterna son funciones, no tienen porque ir ligadas al género. Es algo para pensar.
Estos adolescentes están inmersos en una cultura de la que los padres son portavoces, y en los mass media tenemos como ejemplo Física y Química, un programa donde es lícito que una profesora tenga un affaire con un alumno. Allí se habla de sexo de una forma clara, sin tapujos. Un profesor con gusto por el psicoanálisis, también amigo decía que sus alumnos llegan a clase cargados de hormonas, desatados sin una función de corte.
Decía André Green que el deseo descentra. En el centro se coloca el objeto. Esto le pegaría a mi buen amigo, de inclinación lacaniana-winnicottiana.
Siguiendo con la charla, pensábamos en los adolescentes de hoy, y de la famosa vuelta al péndulo, de la severidad de los años de posguerra y antes, de donde hay un excelente trabajo clínico y antropológico de Castilla del Pino: Estudio sobre la depresión. Estos adolescentes están con familias que están asustadas por la conducta de ellos, no atienden a normas, no tienen ganas de esforzarse y utilizan el ocio de manera tóxica (algunos). Bien, Don Manolo, erudito de la música y el psicoanálisis que anda leyendo una biografía muy interesante de Leonardo de donde ha sacado jugosas intelecciones empleaba un ejemplo clarificador. Si de Zaragoza a Calatayud hay dos carriles es porque es suficiente, en algunos tramos para adelantar (en subidas) hay tres, pero generalmente hay dos. Pues bien, nuestros adolescentes están en una carretera de 20 carriles, con lo cual el caos del ambiente es abrumador, no saben a dónde dirigirse y cuando quieren coger un desvío se cruzan toda la calzada.
Poner límites, la expresión más popular en educación en estos últimos años consiste en dos cosas, poner amor y confianza en un lado y en el otro frustrar. Dicho en términos de Don Manolo, sería que la carretera no sea un camino de mulas ni una autopista de 20 carriles. Imaginaros cómo sería nuestra vida si condujéramos por autopistas diseñadas como la llegada a los peajes. Cuestión que me hace pensar que todo en esta vida, cuesta, incluso viajar con seguridad, y esto la sociedad, y su paradigma, la familia, no se lo está enseñando a los jóvenes.

Johanne Pachelbel

jueves, 29 de abril de 2010

Mitos y Realidad del Trastorno Borderline

Deja de andar sobre cáscaras de huevo. Retoma el control ante el comportamiento de la persona con trastorno límite de la personalidad.

Mitos frecuentes en el abordaje del TLP:

Mito 1: Las personas con TLP no mejoran nunca.
Realidad: Mucha gente con TLP afirma haber tenido éxito con el tratamiento adecuado.

Es difícil cambiar los rasgos de personalidad pero el comportamiento aprendido puede ser desaprendido. Muchos síntomas que tienen naturaleza biológica como la impulsividad puede ser tratada farmacológicamente.
Los terapeutas han sido formados de manera que este trastorno ha sido poco menos que demonizado, siendo etiquetados de pacientes difíciles. Muchos terapeutas no conocen los avances en el tratamiento del TLP: Gunderson, Kernberg, Fonagy, Millon, son algunos de los que han contribuido a ver el TLP de una forma más real, más amplia y más científica.

Mito 2: El TLP es una “definición cajón de sastre”. Es decir, los clínicos le dan este diagnóstico a los pacientes cuando no saben qué les pasa.
Realidad: El TLP deberia ser diagnosticado sólo cuando los pacientes cumplen con los criterios diagnósticos.

Janice Cauwels (1992) escribió: El TLP es todavía un diagnóstico de cajón de sastre, una etiqueta que se planta a los pacientes por terapeutas que intentan aparentar que su enfermedad es entendida. También es usado para racionalizar fallos o errores de tratamiento, para evitar prescribir drogas u otros tratamientos médicos, para defenderse de los asuntos sexuales que pueden haber surgido en la terapia, para expresar el odio ed los pacientes y para justificar la conducta que resulta de tales reacciones emocionales. Es decir, algunos clínicos usan la palabra “borderline” como algunos matones de patio usan la palabra “piojo”. Pero el hecho de que el TLP sea usado como una definición cajón de sastre no lo convierte en una definición cajón de sastre, del mismo modo que llamarle adelgazante a un pomelo no lo convierte en un adelgazante. Un paciente debería ser diagnosticado como borderline solo si cumple los criterios clínicos y sólo después de que un clínico haya trabajado con el paciente durante un tiempo para verificar que los síntomas del TLP son persistentes, intensos y de larga duración.

Mito 3: Las mujeres tienen TLP; los hombres Trastorno Antisocial de la Personalidad.
Realidad: Aunque el TLP es diagnosticado más frecuentemente en mujeres, los hombres también lo padecen.

Según el DSM-IV, cerca del 75 por ciento de los diagnosticados del TLP son mujeres y la mayor parte de los diagnosticados por trastorno antisocial son hombres. Los borderline sienten vergüenza, culpabilidad, dolor emocional y vacío, las personas con TAP, generalmente no.
¿Por qué hay más mujeres diagnosticadas de TLP?
- El abuso sexual, que es común en las historias de la infancia de pacientes borderline, le ocurre más a mujeres que a hombres.
- En esta sociedad las mujeres experimentan más mensajes inconsistentes e invalidantes.
- Las mujeres son más vulnerables al TLP porque son socializadas más dependientes de los demás y más sensibles al rechazo.
- Los clínicos están predispuestos. Los estudios han mostrado que los profesionales de la salud mental tienden a diagnosticar TLP más a menudo a mujeres que a hombres.
- Los hombres buscan ayuda con menor frecuencia.
- Los hombres suelen ser tratados sólo por su alcoholismo o abuso de sustancias; sus síntomas borderline pasan inadvertidos porque se asume que el TLP es un trastorno de mujeres.
- Las mujeres borderline se encuentran en el sistema de salud mental, los hombres están en prisión.

Mito 4: No existe eso del TLP.
Realidad: Más de trescientos estudios de investigación y tres mil artículos clínicos aportan amplia evidencia de que el TLP es una enfermedad psiquiátrica válida y diagnosticable.

Los clínicos pueden afirmar que el TLP no existe por varias razones. No están al tanto de las últimas investigaciones y están desinformados. Pueden creer que el TLP no es un trastorno aparte, sino que forma parte de otra enfermedad como el Trastorno Bipolar o el Trastorno por Estrés Postraumático. Pueden simplemente rechazar la idea de etiquetar a alguien como “borderline” porque piensan que es demasiado estigmatizante, o pueden encontrar casi todos los diagnósticos psiquiátricos limitantes y engañosos.

Paul T. Mason, M.S. y Randi Kreger.

miércoles, 28 de abril de 2010

Desde los afectos: Mario Benedetti


¿Cómo hacerte saber que siempre hay tiempo?

Que uno sólo tiene que buscarlo y dárselo.

Que nadie establece normas salvo la vida.

Que la vida sin ciertas normas pierde forma.

Que la forma no se pierde con abrirnos.

Que abrirnos no es amar indiscriminadamente.

Que no está prohibido amar.

Que también se puede odiar.

Que el odio y el amor son afectos.

Que la agresión porque sí, hiere mucho.

Que las heridas se cierran.

Que las puertas no deben cerrarse.

Que la mayor puerta es el afecto.

Que los afectos nos definen.

Que definirse no es remar contra la corriente.

Que no cuanto más fuerte se hace el trazo más se dibuja.

Que buscar un equilibrio no implica ser tibio.

Que negar palabras implica abrir distancias.

Que encontrarse es muy hermoso.

Que el sexo forma parte de lo hermoso de la vida.

Que la vida parte del sexo.

Que el "por qué" de los niños tiene un por qué.

Que querer saber de alguien no es sólo curiosidad.

Que para saber todo de todos es curiosidad malsana.

Que nunca está de más agradecer.

Que la autodeterminación no es hacer las cosas solo.

Que nadie quiere estar solo.

Que para no estar solo hay que dar.

Que para dar debimos recibir antes.

Que para que nos den también hay que saber como pedir.

Que saber pedir no es regalarse.

Que regalarse es en definitiva no quererse.

Que para que nos quieran debemos demostrar qué somos.

Que para que alguien sea hay que ayudarlo.

Que ayudar es poder alentar y apoyar.

Que adular no es ayudar.

Que adular es tan pernicioso como dar vuelta la cara.

Que las cosas cara a cara son honestas.

Que nadie es honesto porque no roba.

Que el que roba no es ladrón por placer.

Que cuando no hay placer en las cosas no se está viviendo.

Que para sentir la vida no hay que olvidarse que existe la muerte.

Que se puede estar muerto en vida.

Que se siente con el cuerpo y la mente.

Que con los oídos se escucha.

Que cuesta ser sensible y no herirse.

Que herirse no es desangrarse.

Que para no ser heridos levantamos muros.

Que quien siembra muros no recoge nada.

Que casi todos somos albañiles de muros.

Que sería mejor construir puentes.

Que sobre ellos se va a la otra orilla y también se vuelve.

Que volver no implica retroceder.

Que retroceder también puede ser avanzar.

Que no por mucho avanzar se amanece cerca del sol.



Cómo hacerte saber que nadie establece normas salvo la vida?

Algo de miedo

El miedo es el peor enemigo de la ansiedad. Los fundamentos que dan sentido al miedo son muchos. El miedo puede ser hacia un objeto o puede ser un miedo sin objeto. Cuando el miedo no tiene objeto se torna escurridizo y pesaroso, el miedo sin objeto es aquel que tiene que ver con la ansiedad latente, la ansiedad generalizada, el distress.
El miedo resulta ser adaptativo en ciertos niveles, es un instinto transmitido en la herencia y en verbo. Los miedos son idiosincrásicos, son también biográficos, puede resultar una persona tener una fobia a las palomas por la herencia transmitida por su madre, que también tenía fobia a las palomas. Son miedos que se transmiten culturalmente, en la educación y que se posan inconscientemente en el imaginario del sujeto.
El miedo difuso es también incómodo, en las psicosis se da una situación de miedo paralizante debido a fantasías persecutorias que generan miedo, ansiedad y un profundo sentimiento de displacer que deriva en inhibición, tristeza y apatía. Elementos de la depresión que siente el individuo al verse paralizado, rodeado, sin salida.
La ansiedad generalizada es el trastorno más prevalerte de todos los trastornos de ansiedad, se caracteriza por un miedo difuso, preocupación y tensión interna y síntomas vegetativos durante el día. Junto a la depresión son los trastornos que más se ven en la clínica. Referentes al Eje I del DSM-IV.
La desesperanza es elemento que limita al sujeto en su búsqueda de soluciones, esto afecta a nivel cognitivo, a la toma de decisiones y a mirar al futuro de una forma halagüeña.
Al miedo hay que descubrirle el objeto que provoca dicho miedo, eso significa el miedo, le da forma y se puede controlar. El miedo está en el pensamiento transmitido verbalmente, por eso se puede tratar. El miedo resulta ser un enemigo de la libertad, el pensamiento se bloquea, se paraliza, se detiene en el miedo y surge una actividad cognitiva que provoca efectos psicológicos y somáticos. El miedo es una esclavitud, es frecuente tener miedo y no saber porqué, se habla de ansiedad cuando se quiere decir miedo. Miedo a ser en un mundo tal y como el sujeto ha crecido, con su bagaje vivencial. Miedo a existir en un cuerpo y en una identidad, miedo a una situación antropológica de alienación, miedo a uno mismo, miedo a los demás. El concepto de uno mismo, la identidad, la esencia del sujeto como persona que está en el mundo es la clave para entender los miedos, los miedos son producto de un recuerdo, de una experiencia, de algo oído (transmitido), los miedos también tienen en cuanto a la etología un papel adaptativo pero estamos hablando de miedos a nuestra condición de individuos en un mundo construido con el lenguaje, esos miedos apremian y son más difíciles de detener ya que no tienen la respuesta instintiva o respuesta condicionada funcional.

martes, 27 de abril de 2010

Refugios


Evadirse de la realidad es un mecanismo de defensa, replegarse, retrotraerse, refugiarse. Cada cual tiene su espacio psíquico donde se refugia del mundo externo, la forma de evasión, en ocasiones puede ser a través de tóxicos, viajes, deportes de riesgo, etc. El refugio es un lugar donde mora la apacible sonrisa de la imposibilidad mágica de conectar con el conflicto, es una forma de negar el problema y construir un edificio interno que aísla del mundo externo. El grosor de dicha estructura indica la desconexión de la realidad. Puede suceder que una persona esté con frecuencia en su refugio, intentando evadir el contacto con la realidad, que le resulta frustrante. Estos refugios están alimentados por el instinto de muerte porque son repetitivos, no son fértiles y producen un ensimismamiento que difumina la realidad. A veces puede suceder que una persona haya hecho de ese refugio su vida, y su yo se vea escindido entre dos facetas. El refugio es un lugar que no enriquece a la persona, es un lugar de pobreza psíquica, de aislamiento, soledad y miedos. Allí se alimentan estas emociones.

Revista Fortune



'Fortune' rechaza una portada que satiriza el capitalismo de EE UU
La revista desestima la ilustración que encargó al historietista Chris Ware por su retrato ácido de los excesos financieros

EL PAIS ABEL GRAU - Madrid - 27/04/2010
Le encargaron una portada y les ha dado un implacable retrato del capitalismo. La revista Fortune pidió al historietista Chris Ware, el celebrado autor de Jimmy Corrigan, el chico más listo del mundo, que ilustrara la portada de su número 500. Pero el resultado no les ha convencido. Ware ha firmado un retrato satírico en el que muestra un mapa de Norteamérica dominado por las grandes empresas. Ante semjante aldabonazo al credo capitalista, la dirección de la revista que elabora la lista de las mayores empresas de EE UU ha preferido no publicar la imagen.

La composición de Ware exhibe abundantes detalles que arremeten contra los excesos financieros del capitalismo desbocado. Presiden la imagen tres grandes rascacielos con la forma del número 500 (en alusión a la revista) que se alzan sobre el mapa de Norteamérica. En las azoteas, varias figuras bailan y brindan con vino mientras grúas y helicópteros recogen y elevan cargamentos de dinero hacia las alturas. Abajo, en el centro del mapa, una tetera en ebullición con forma de elefante alude al Partido Republicano. A su alrededor, varias figuras parecen celebrar la escena. Siguen referencias al financiero Warren Buffet (que posee una de las mayores fortunas del planeta), al casino de acciones y bonos de la ruleta financiera, a las subprimes y a la especulación inmobiliaria. Más al sur, pasada la alambrada de la frontera y ya en territorio mexicano, se muestra una Fábrica de exploitación (sic). Mientras tanto, un helicóptero extrae dinero del Tesoro (Hacienda) de Estados Unidos, y al fondo, se ve la hacienda de Grecia vacía. En fin, Ware no deja títere con cabeza. Más de lo que ha podido digerir la corrección financiera de Fortune.

Borderline

Algunos pacientes se sienten incomprendidos y bichos raros, el hecho de saber qué les pasa les produce cierta calma en un primer tiempo no obstante alimenta la visión negativa que tienen de sí mismos. Por tal razón en cuanto a la psicoeducación hay que tener mucho ojo en qué se dice y cómo se dice. Los pacientes borderline son personas sensibles que pueden desestabilizarse tras una consulta si se habla de su enfermedad de una forma muy directa, brusca y sin tener previamente una confianza suficientemente adecuada.
Son personas que tienen mala prensa porque tienen conductas erráticas, a veces no acuden a sus tratamientos o los cuestionan, tienen muchas comorbilidades con trastornos del eje I, por ejemplo abuso de sustancias, ansiedad, depresión, anorexia, agresividad, conductas autodestructivas y un largo etcétera.
Estas personas tienen miedo al abandono, tienen miedo a la soledad, no se sienten queridos, tienen unas biografías duras que hay que reconstruir. Es lo que Balint llamaba "basic fault". Son personas, generalmente muy inteligentes que en ocasiones llevan un recorrido de muchos terapeutas, en cuyo caso es más difícil establecer una buena alianza terapéutica por todo el bagaje previo de escepticismo y desconfianza.
Suelen generar problemas de contratransferencia, esto es producen desconcierto y "cargan" emocionalmente al terapeuta.
A veces transmiten odio hacia el terapeuta, en cuyo caso hay que mantenerse inerme y resistir ese odio para proporcionarles una experiencia emocional correctiva.
Tienen "hemorragias conductuales", pueden salir un fin de semana y drogarse hasta perder la noción de la realidad. Estas personas pueden tener psicosis tóxicas y micropsicosis por el contenido latente de su psiquismo, que está constituido por objetos persecutorios, hostilidad, odio y un pobre concepto de sí mismos.
Tienden a mimetizarse con personas de su entorno, es una forma de encontrar una identidad definida, ya que su propia identidad está difusa, difuminada, no saben bien quienes son y esto les produce terror. Sienten un profundo vacío interior, miedos diversos y tienen una conducta caótica que es fiel reflejo de su mundo interno, pueden ser los más encantadores o los más agresivos, al terapeuta lo pueden idealizar o devaluar. El mecanismo de la disociación está presente en ellos, así como una escisión del yo. Existe una parte psicótica y una parte neurótica que compensa y contiene a la parte psicótica. Por eso van transitando de un lado a otro, siendo riesgoso el consumo de tóxicos que disparan violentamente la parte caótica de su personalidad y les lleva a tener problemas consigo mismo y con los demás.
Tanto ellos como sus familias y otros allegados no suelen entender hasta muy avanzada la terapia lo que les pasa, las familias se cierran a pensar que su hijo está tan enfermo, prefieren pensar en otras cuestiones.
Sin embargo estas personas pueden curarse, hay que buscar sus puntos de salud y potenciarlos, hay que aliarse con la parte sana de la persona y reforzar sus comportamientos reflexivos y serenos.
Estas personas sufren mucho, las oscilaciones de su estado de ánimo, de su autoconcepto, de su imagen corporal y la relación con el mundo se antoja difícil de digerir, ya que viven muy intensamente los afectos y a veces quieren dejarlo todo, abandonar y morirse, sea metafóricamente o a través de intentos de suicidio o conductas autoagresivas o peligrosas.
Suelen utilizar los tóxicos como relajantes y como una forma de evadirse de la realidad que no soportan, algunos pueden utilizarla para ser más divertidos o encajar con los demás.
En definitiva, creo que cada caso es singular y que esta explicación es descriptiva y limitada.

lunes, 26 de abril de 2010

Diario de Krishnamurti: Sobre el miedo

Existe el miedo. El miedo jamás está en el ahora; está antes o después del presente activo, ¿es eso miedo? Está ahí y no hay modo de escapar de él, no hay evasión posible.
Ahí, en ese momento real, hay atención total al instante del peligro físico o psicológico. Cuando hay atención completa, no hay miedo. Pero el hecho presente de inatención engendra miedo; el miedo surge cuando eludimos el hecho, cuando escapamos de él; entonces, el escape mismo es el miedo.

Viaje entre mundos

El enfoque de la clínica tiene un sesgo que casi podríamos llamar "irracional".
Cada persona, cada terapeuta está inscrito en una estructura económica-sociopolítica singular, además pertenece a diversas asociaciones que configuran su identidad en lo laboral. Tiene una orientación teórica y una personalidad específica. Por tanto cuando el paciente toma contacto con el analista está conectando con un sujeto que está condicionado por un saber propuesto por estas instituciones y por su posición en el mundo.
Para ser un buen psicoterapeuta hay que situarse en el mundo del paciente, ver el mundo desde donde esta persona lo ve, atender a su discurso desde el significado en su fantasía, aunque dejemos de lado la realidad empírica. En psicoanálisis lo que importa es el significado de lo que dice el paciente desde su perspectiva, aunque estemos hablando desde un saber psiquiátrico de ilusiones o de delirios. En psicoanálisis el terapeuta vive y dialoga desde el mundo interno del paciente, poco a poco con una relación confiable (Winnicott) podemos hacer el trabajo de frustrar en cuanto a dar una suficiente dosis de realidad para que se vaya desarrollando el principio de realidad. Esto es, que el sujeto salga de su refugio psíquico para vivir en la realidad externa. Situación harto dificultosa y dolorosa para el paciente.
Se trata de resignificar en el principio de realidad el discurso del paciente, lo que Bion llama una reversión de la perspectiva.
Puedo añadir que para que esto se vaya dando lo fundamental es la relación emocional que se va desarrollando entre analista/terapeuta y paciente. La atmósfera tiene tanto o más importante que las intervenciones verbales que se puedan dar para apuntalar el tratamiento. La interpretación es la vía principal de un análisis ortodoxo y hemos de pensar que puede resultar alienante por ser subjetiva, por tanto puede ser formulada como interrogante, lo que le resta penetración y eficacia pero no lastima ese clima distendido donde se invita a reflexionar y a hacer esa dura transición desde el mundo de los recuerdos, los sueños, las fantasías y las ilusiones a la realidad compartida. Este pasaje ha de darse suavemente, es por esto por lo que cada vez más autores de gran valor en el panorama de la psicoterapia y el psicoanálisis abogan por un encuentro donde se establezcan unas variables fijas de tiempo de sesión, frecuencia de sesiones, honorarios y reglas de asociación libre y otras, que tienen que ver con el encuadre o marco que dispone y propone una forma de relación, un vínculo donde se entiende y se desarrolla la transferencia. Creo que las fórmulas clásicas y las modernas siempre tienen en cuenta el uso de la transferencia y contratransferencia (aunque haya profesionales que nieguen esta última). El desarrollo del trabajo analítico debe ser de un profundo humanismo, mucho más elástica que las primeras propuestas de Freud, adaptándose a las necesidades del paciente y no al revés. Sin hacer una merma del rigor y del encuadre analítico. La profesionalidad del analista pasa por ser cordial, serio, riguroso y entender, así como ayudar a entender al paciente lo que le sucede. Abogo por hacerlo de una forma más linda de la que los primeros escritos técnicos de Freud indican. Y prefiero orientarme en función de la persona que atiendo, caso por caso. Modulando el setting, creo que es la clínica real y posible del siglo XXI en Zaragoza (España).

domingo, 25 de abril de 2010

Sueños diurnos

Recoges en un paso firme y despreocupado la fuerza que arremete la vida de quien sueña,
soñando despierto o soñando dormido, ya es difícil discernir cuando hablamos de vigilia o sueño, sólo sé que tú estás allí intentando hacer un encaje que cierra las penumbras de una vida pensada, pensada hasta el hastío. Alguien me decía que no pensara tanto, tal vez tuviera razón, como reflejo de su deseo inadvertido, como formación reactiva de un deseo imposible. Queriendo transmitir un mensaje de afecto solidario, el exacto momento de juntar nuestros queridos brazos, a veces hermoso otras alarmante, una escena altisonante, cambiante y modulada, recuerdo aquello que decía el sabio, lo único inmutable es el cambio. Desde que recordara tu secreto y viera tus ojos supe que allí estaba el enigma de tu ser, quise acercarme a verte, a conocerte y a intimar un poco.
La estampa fue distinta a lo soñado, pero el recuerdo siempre deja un poso distorsionado que se ancla al deseo. En esta vida, estamos intentando construir la casa de nuestra vida, ladrillo por ladrillo, deseo por deseo, ahora intento ver dentro de tus ojos lo que quieres decirme, y sé que es tan bello que tus palabras inocentes no pueden capturar todo lo que tu eterna dulzura puede indicarme cuando te acurrucas.
El sueño es un aspecto vital en la fuerza de la fantasía, estar viviendo en ese mundo hace que me sienta bien, volver a la realidad empírica me abruma, la vida es un residuo de certeras impresiones y falsas percepciones. Cerrado en mundo dulce cuya permanencia quema y derrite el dulzor como el tiempo hace con una manzana caramelizada, el éxito está en un clamor, aquel que rezuma vida y un modo de mirarse más ajustado. Poco a poco y encerrado en ese mundo, con una madriguera que día a día me lleva a la realidad, a veces sobre cuatro ruedas otras sobre un autobús, el efecto es el del encuentro con el sombrerero loco, y yo me planteo, quién es el loco. Cuando los conejos corren con un reloj, cuando los gatos desaparecen y cuando uno puede cambiar de tamaño. Quizá tuvieran razón Merton, Durkheim o Castilla del Pino, la alienación nos deja inadvertidamente sin sentido, creo que leeré algo más de Victor Frankl.
"Un libro es un cerebro que habla; cerrado, un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora..."
Proverbio hindú

Como hacerte saber: Mario Benedetti



COMO HACERTE SABER QUE SIEMPRE HAY TIEMPO?
QUE UNO SOLO TIENE QUE BUSCARLO Y DARSELO.
QUE NADIE ESTABLECE NORMAS SALVO LA VIDA.
QUE LA VIDA SIN CIERTAS NORMAS PIERDE FORMA
QUE LA FORMA NO SE PIERDE CON ABRIRNOS.
QUE ABRIRNOS NO ES AMAR INDISCRIMINADAMENTE.
QUE NO ESTA PROHIBIDO AMAR
QUE TAMBIEN SE PUEDE ODIAR
COMO HACERTE SABER QUE NADIE ESTABLECE NORMAS
SOLO LA VIDA.
QUE EL ODIO Y EL AMOR SON AFECTOS
QUE LA AGRESION POR SI, HIERE MUCHO
QUE LAS HERIDAS SE CIERRAN.
QUE LAS PUERTAS NO DEBEN CERRARSE
QUE LA MAYOR PUERTA ES EL AFECTO
QUE LOS AFECTOS NOS DEFINEN
QUE DEFINIRSE NO ES REMAR CONTRA LA CORRIENTE
QUE CUANDO MAS FUERTE SE HACE EL TRAZO MAS SE DIBUJA
QUE BUSCAR UN EQUILIBRIO NO IMPLICA SER TIBIO
QUE NEGAR PALABRAS IMPLICA ABRIR DISTANCIAS
QUE ENCONTRARSE ES MUY HERMOSO
QUE EL SEXO FORMA PARTE DE LO HERMOSO DE LA VIDA
QUE LA VIDA PARTE DEL SEXO
QUE EL POR QUE DE LOS NIÑOS TIENE UN POR QUE
QUE QUERER SABER DE ALGUIEN NO SOLO ES CURIOSIDAD
QUE QUERER SABER TODO DE TODOS ES CURIOSIDAD MALSANA
QUE NUNCA ESTA DE MAS AGRADECER
QUE LA AUTODETERMINACION NO ES HACER LAS COSAS SOLO
QUE NADIE QUIERE ESTAR SOLO
QUE PARA DAR DEBIMOS RECIBIR ANTES
QUE PARA QUE NOS DEN HAY QUE SABER PEDIR
QUE SABER PEDIR NO ES REGALARSE
QUE REGALARSE ES EN DEFINITIVA ES NO QUERERSE
QUE PARA QUE NOS QUIERAN DEBEMOS MOSTRAR QUIENES SOMOS
QUE PARA QUE ALGUIEN SEA, HAY QUE AYUDARLO
QUE AYUDAR ES PODER ALENTAR Y APOYAR
QUE ADULAR NO ES AYUDAR
QUE ADULAR ES TAN PERNICIOSO COMO DAR VUELTA LA CARA
QUE LAS COSAS CARA A CARA SON HONESTAS
QUE NADIE ES HONESTO PORQUE NO ROBA
QUE EL QUE ROBA NO ES LADRON POR PLACER
QUE CUANDO NO HAY PLACER EN LAS COSAS, NO SE ESTA VIVIENDO
QUE PARA SENTIR LA VIDA NO HAY QUE OLVIDARSE QUE EXISTE LA MUERTE
QUE SE PUEDE ESTAR MUERTO EN VIDA
QUE SE SIENTE CON EL CUERPO Y CON LA MENTE
QUE CON LOS OIDOS SE ESCUCHA
QUE CUESTA SER SENSIBLE Y NO HERIRSE
QUE HERIRSE NO ES DESANGRARSE
QUE PARA NO SER HERIDOS LEVANTAMOS MUROS
QUE QUIEN SIEMBRA MUROS NO RECOGE NADA
QUE CASI TODOS SOMOS ALBAÑILES DE MUROS
QUE SERIA MUCHO MEJOR CONSTRUIR PUENTES
QUE SOBRE ELLOS SE VA A LA OTRA ORILLA Y TAMBIEN SE VUELVE
QUE VOLVER NO IMPLICA RETROCEDER
QUE RETROCEDR PUEDE SER TAMBIEN AVANZAR
QUE NO POR MUCHO AVANZAR SE AMANECE MAS CERCA DEL SOL
COMO HACERTE SABER, QUE NADIE ESTABLECE NORMAS
SALVO LA VIDA.

Táctica y Estrategia: Mario Benedetti



Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos

mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible

mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos

mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos

mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple

mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.

jueves, 22 de abril de 2010

Encuentro, comunicación interhumana y transferencia en el psicoanálisis

Un fragmento del Caso Dominique de Françoise Dolto, que pese a los avances en el tratamiento el padre decidió interrumpirlo porque quería una intervención quirúrgica. El niño acude como retrasado y es un niño psicótico cuyo lenguaje simbólico le lleva a que Dolto penetre en su psiquismo dejándose llevar por las agarraderas de un discurso delirante, tras muchas resistencias el resultado terapéutico lleva a su fin y el niño está preparado para afrontar la vida con niños de su edad (15 años) y estudiar sin demasiados problemas. Una lectura recomendable que no sintetizo aquí por la delicadeza y profundidad del trabajo, que resulta ser una encomiable transcripción y comentarios del análisis de un muchacho de 15 años psicótico, su madre y hermano.

Págs. 204-205 Siglo Veintiuno editores 1973. Madrid.

A menudo se oye decir que el trabajo analítico puede ser peligroso, que separa a las parejas o que esteriliza a los artistas. Pues bien, si su acceso a la verdad culmina en la pérdida de sentido para ellos de sus opciones previas, es que el compromiso de estos sujetos no había sido más que un compromiso neurótico y, por lo que hace a los artistas de profesión, que su creatividad no era auténtica. Lo que construyeron muestra ser, tras el trabajo psicoanalítico, una evitación de su comunicación, una evitación de su responsabilidad en la comunicación, una evitación de su responsabilidad en sociedad, más bien que lo que allí veía el ambiente, la prueba de que habían asumido a la vez su deseo y su inscripción en la realidad, de una creatividad responsable. Ningún amor verdadero, viviente, es disociable por el trabajo del psicoanálisis. Ninguna comunicación de un artista auténtico puede esterilizarse por un psicoanálisis; porque el artista sigue percibiendo mucho más que los otros y por lo tanto perdura su deseo de comunicarlo con otros. Lo que hay de auténtico en un ser humano lo es más después de un psicoanálisis. Pero es verdad que seres que no llegan a comunicar ni a crear en la vida social han encontrado medios laterales de expresarse en un arte de refugio, que pierde para ellos su sentido cuando han recobrado la autenticidad de su dinamismo.

Tristeza, trabajo narrativo

El mecer de la tristeza deja calada el alma, se llenan de un sudor agrio las grietas, el cielo se ve brumoso, el presente no se encuentra, el pasado no se quiere ver y el futuro resulta una dura empresa por conquistar. La tristeza invita a la desesperanza, la diselpidia que resulta un cruel vasallo de la morada sin conquistar. El camino a la felicidad se antoja eterno, la enfermedad se adueña de lo más profundo que tenemos, el concepto profundo de nuestra propia existencia en el mundo. Poco a poco uno se ve devorado por la excrementicia situación. No basta con nada, algo pasa, pero no se sabe qué. Vas buscando y analizando pero sólo encuentras más motivos para la pesadumbre, a medida que uno crece sufre solemnemente, el crecimiento tiene un coste, con un peaje que pagar, el de renunciar a viejas ideas, a argumentos sólidos que han apuntalado la vida de un sujeto deseante, inscrito en una sociedad alienante. Alienación en el sentido antropológico de la expresión, donde las instituciones de poder alienan, dejan aislado e incomunicado al individuo, sin posibilidad para desplegarse según su gesto espontáneo. Sólo hay algo que puede evadir, pero es algo efímero, simple y veleidoso, es la gesta de la creatividad.
En la medida en que la vida se hace creativa y la creatividad no es una tarea cualquiera la felicidad empieza a salir de ese espacio donde está refugiada, acurrucada y recluída. Replegado en un mundo que se antoja cruel, cabizbajo y taciturno, así mora en la existencia un alma errática fuera de normas.
La sensibilidad es otro duro pesar, se trata del castigo por una infancia rota, miles de versiones, todas ellas "científicas" se aposentan en la entrada de tu saber pero ninguna vale. Es la "irracionalidad de la ciencia", circunstancia que es un imposible por definición pero que cabe decir, como matiza Castilla del Pino que toda ciencia tiene un bagaje connotativo, el de la persona que escribe esa ciencia o inventa esa ciencia.
Mientras tanto almas henchidas de dolor, agotadas y sacrificadas siguen buscando un camino que les lleve a la felicidad y lo más fácil que se encuentra es un libro de autoayuda, objeto de valor pero que tiene un efecto lenitivo como el agua con azúcar para las agujetas. Ya vale todo, no hay lugar para pensar, no hay espacio para el sufrimiento, cuando el sufrimiento no deja pensar entonces, desesperados recurrimos a nuestra experiencia, el beneficio de esta nos traslada a contemplar con perspectiva lo vivido, pero ha sido el tiempo lo que ha contribuido, y tal vez todo lo trabajado. La tristeza es la hermana de la ansiedad y juntas corrompen y disuelven la lógica, dejando para otros momentos el fin de una situación que se vive como injusta, si no desde el costado de la culpa se intenta desarrollar. En fin, qué eterno es el debate sobre la tristeza y cuántas páginas podríamos llenar con reflexiones dolidas sobre la experiencia de no-vida, de alejamiento de la realidad, de distorsión y de profundo dolor inefable, a veces incapaz de ser verbalizado. Callados moriremos con dolor.

Complementos a la teoría onírica


Sigmund Freud. Complementos a la teoría onírica. Publicación original: Internazionale Zeitschrift für Psychoanalyse, vol. VI, 1929, pág. 397.

Dice así: [...] Sostiene que hay motivos suficientes para aceptar, junto a los conocidos sueños desiderativos y a los sueños de angustia, que se ajustan fácilmente a la teoría, una tercera categoría que denomina "sueños punitivos" o "de castigo". Si se tiene en cuenta la justificada aceptación de una instancia particular en el yo, autoobservadora y crítica (ideal del yo, censor, conciencia), también aquellos sueños punitivos se adaptarían a la teoría de la realización de deseo, pues representarían la realización del deseo de esta instancia crítica. Guardarían con los sueños desiderativos propiamente dichos la misma relación que tienen los síntomas de la neurosis obsesiva, producidos por formación reactiva, con los síntomas histéricos. Una excepción más valedera a la regla de que el sueño sería una realización de deseos, el conferenciante la ve en los denominados sueños "traumáticos", como ocurren en los accidentados, pero también en los psicoanálisis de los neuróticos, trayendo a luz los traumas psíquicos infantiles olvidados. Con respecto a la conciliación de estos sueños con la teoría de la realización del deseo, remitió a un trabajo próximo a publicarse, que se titulará "Más allá del principio del placer".
El tercer punto de su comunicación se refiere a un estudio aún inédito del doctor Varendock, de Gante, quien logró observar conscientemente, en amplia escala, la actividad fantaseadora inconsciente en estados crepusculares (llamada "pensamiento autístico" por dicho autor). En el curso de dicho estudio se demostró que también la previsión de las eventualidades del día siguiente, la preparación de intentos de solución y adaptativos, etc., cae plenamente en el dominio de esta actividad preconsciente, que es también la productora de las ideas latentes del sueño, de modo que, como el conferenciante siempre ha afirmado, nada tiene que ver con la elaboración onírica.

Este ideal del yo, punitivo, tiene que ver con los autorreproches depresivos y la culpa. Puede ser un mecanismo obsesivo en el que el soñante se castiga con una función desiderativa por algo que considera que está haciendo mal, por ejemplo la idea de robar a su familia. Esta instancia del ideal del yo, es aquella que mira con severidad en determinadas estructuras culpando y haciendo vivir al sujeto bajo el yugo del debería, del tener que y de otros imperativos categóricos que nunca pueden ser alcanzados porque la severidad siempre es mayor de lo que en la realidad empírica se puede cambiar. Por tanto se intentan hacer movimientos en la realidad para cambiar la culpa sentida pero esa culpa parte de una instancia superior, castigadora y que se ha ido formando "en la educación", a lo largo de la biografía, en esto influye mucho las relaciones paradigmáticas del sujeto, en su día padres y después parejas. No obstante es una instancia intrapsíquica que mira con ojos poco amistosos la conducta y la moral del sujeto sancionándola por motivos imaginarios.
Los sueños que añade en esta comunicación Freud: desiderativos, de angustia y punitivos o de castigo son la columna vertebral del soñante, pero los pacientes neuróticos funcionarán con estos recursos en su vida cotidiana, y allí existe un hilo conductor entre la vigilia y el sueño, que es conectado con el imaginario propio de una sociedad, de una familia, de un individuo.

miércoles, 21 de abril de 2010

El placer de leer a Freud

Una miscelánea es lo que se encuentra en este mes, el furor provocado al releer los textos de Freud provoca unas emociones intensas de adoración, casi diríamos, con la cautela de saber que es sólo el bosquejo de una enfermedad. La de la contemplación de un texto que revela aquello que soñábamos cuando íbamos a la facultad y cuando empezamos a atender a pacientes.
Curiosamente, los asertos del mismo Freud se contemplan en la vida real, salvando algunos motivos de época que hay que mantener al margen y entenderlos en su sentido histórico.
Recuerdo a un paciente al que le leí unas pocas líneas de Freud, es una persona sin educación universitaria, estudió más bien poco y se ha criado en el campo. Sus palabras fueron, "me siento muy identificado", "no sé quién lo habrá escrito pero está muy bien". Podrán decirme que no era una voz autorizada, los que atendemos a personas sabemos que el saber está en esas personas y no en los libros o en gloriosas cabezas pensantes del pasado y del presente.
Empezar por leer La Interpretación de los Sueños (1899), que Freud editó como 1900 para hacerlo entrar (dicen algunos) en el siglo veintiuno, es un ejercicio muy interesante. La Psicopatología de la vida cotidiana, también puede ser de interés general.
Más allá del principio del placer y El Malestar en la Cultura son libros que me impresionaron especialmente y que releeré. Recomiendo su lectura sea psicoterapeuta de la escuela que sea, una lectura crítica. También propongo que los legos lo lean, ahora en cómodas ediciones de Alianza Editorial.
Un saludo. Rodrigo Córdoba Sanz.

Psicoanálisis y arte: Todos somos borderline, de Freud a Stieg Larsson



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De Elisabeth von R. a Lisbeth S.: todos somos borderline

Por Yago Franco
yagofranco
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“Todos somos borderline”. Hace 10 años estas palabras aparecieron en un texto (Clínica psicoanalítica en la crisis: resignación y esperanza), en referencia a cuestiones que se presentaban en la clínica, y que me llevaban a reflexionar además sobre la actualidad de la cultura y de la subjetividad. Apenas volveré sobre parte de lo allí enunciado. La década transcurrida permitió observar la pertinencia de muchas de las hipótesis allí esbozadas.

Avance de la insignificancia: idea-concepto de Cornelius Castoriadis, que hace referencia a un estado de destitución del sentido social, sentido que es a la vez indispensable para la construcción de sentido por parte de la psique. Ese sentido socialmente instituido oficia de cemento que mantiene unida a una sociedad. Es una producción del imaginario socialinstituyente[1] que crea así un mundo simbólico que será habitado por los sujetos. Si ese cemento es rígido, inestable, débil, si está en desestructuración o ha caído, no dejará de tener efectos sobre la psique en su capacidad de construir su propio cemento, que hace - entre otras cuestiones - a las fronteras intra e intersubjetivas.

Fronteras, bordes: las llamadas patologías de los bordes justamente tienen que ver con fallas en los mismos. André Green sostiene que hay que buscar fallas en el objeto de origen - por su intrusiva presencia o su denodado abandono - para poder entender que frente a dicha falla se ponen en juego diversas defensas: descarga en el cuerpo (psicosomática), pasaje al acto, adicciones, desinvestimiento del mundo. Extiendo esta idea a que para la psique es indispensable la existencia - lo que sostenía arriba - de un mundo social de sentido para poder constituir el propio. Tarea de inmersión en un mundo simbólico que está en manos del otro en el origen de los tiempos del infante, y que luego debe hallar en las diversas instituciones de la sociedad (escuela, trabajo, las significaciones referidas a la moral, la ética, el orden de sexuación, las miras de la sociedad, etc.) su continuación. Sentido que es a su vez tomado por la psique y traducido, recreado, metamorfoseado en un sentido propio. La sociedad al fallar en donarles a los sujetos un sentido investible, puede producir lo que denominé como un estado borderline artificial, que se produce en un más allá del malestar en la cultura, diferenciado del malestar en la cultura debido al ataque que hace al yo de los sujetos.

De allí esta provocadora enunciación: avanza la insignificancia: todos somos borderline. Es decir: si el mundo de sentido no cumple con su función orientadora para la psique, las fronteras de esta se pueden ver afectadas. El mundo de sentido es ese magma de significaciones enlazadas a - ni más ni menos - modelos identificatorios y modos de conducir el mundo pulsional de los sujetos. El sujeto crea su propio sentido en esa zona de entrecruzamiento entre su historia, su imaginación radical, el sentido socialmente instituído y lo actual de su vida (que incluye la vida y acontecimientos sociales, sus lazos con otros, etc.).

Debe entenderse entonces que no utilizaré - como no lo hice entonces - a lo denominado borderline como una entidad clínica, sino como una vía para entender un modo de ser de la psique, para entender su dificultad en establecer fronteras sea al interior de sus estratos, tanto como con el mundo (en el que están los otros). Para avanzar en esta idea, haremos un recorrido histórico, recorrido que - adelanto - pondrá a la discusión lo siguiente: allí donde la neurosis era un modo de estructuración de la psique afín a un modo de ser de la sociedad, encontramos por lo menos formas mixtas donde lo denominado borderline es ilustrativo de nuevas estructuraciones ... o desestructuraciones. Allí donde encontrábamos a eros, hoy nos topamos con tánatos, en una convivencia en la que el segundo podría estar ganando la partida.

Una comparación - odiosa como todas, pero orientadora - entre dos heroínas nos permitirá avanzar en nuestro camino.


Elisabeth, 1900

Elisabeth von R. es en buena medida coautora del método analítico, ya que con ella Freud implementa la asociación libre - y su sintomatología histérica es representativa no solo de su historia y avatares edípicos, pulsionales y deseantes, sino que está finamente anudada a significaciones de su época, que ha pasado a la historia como aquella regida por la moral victoriana. Promotora de una moral sexual cultural que para Freud ayudaba a producir una nerviosidad moderna (Freud, 1908). Elisabeth von R. se encontraba atrapada en un deseo detenido por la represión, cuestión metapsicológica no del todo separable de la represión del ejercicio de la sexualidad que dicha moral propugnaba, ligada a modelos identificatorios y modos de satisfacer/desviar el mundo pulsional. La época mostraba sus marcas en reprimidas, frustradas y frustrantes histéricas y obedientes y eficaces obsesivos que, de paso, reproducían un orden social que los “necesitaba” así. Sin respetar a rajatabla a las distintas clases sociales, un modo de ser mujer y de ser hombre se reproducía atravesándolas, por supuesto que con diversas metamorfosis pero en general respetando determinada manera de conducir el mundo pulsional e identificatorio.

Predominaba la represión como uno de los destinos de la pulsión que habita en el deseo, retornando este bajo la forma de síntoma conversivo, que, interrogado, develaría la verdad del deseo. Algo fundamental para lo que aquí desarrollaremos, es recordar que la pulsión - para ingresar a la psique - debe hallar representantes en ésta: ellos son las representaciones y los afectos. Son los que han sido denominados representantes representativos de la pulsión.

Si las significaciones de época deciden sobre el destino de las pulsiones, lo hacen, por lo tanto, sobre sus representantes en la psique: las representaciones y los afectos.Cada época propone caminos posibles para dichos representantes, como un modo social de conseguir un cemento que permita a la sociedad cierta unidad. Podemos decir que las significaciones de época imponen modos de representar, sentir y hacer. O que no hay modo de representar, sentir, hacer que no sean – en su mayor medida- sociales e históricos.

Lisbeth, Millenium

La historia parece estar mostrándonos modos regresivos, degradados y también probablemente nuevos y de porvenir incierto, del mundo afectivo y representacional, debido a los destinos que impone al mundo pulsional. Ya no al modo de la histeria - o incluso, ya no histerias al modo de Elisabeth von R.., o fobias y obsesiones - . sino más bien parece señalar el modo que encarna Lisbeth S.. Lisbeth Salander: protagonista de la película Millenium. Los hombres que no amaban a las mujeres, adaptación del libro del mismo nombre, de Stieg Larsson. Sabemos - porque el mismo autor lo ha dicho - que intenta denunciar el modo de ser de la sociedad sueca – relativo a las significaciones imaginarias presentes en la misma - , y cierto destino que le otorga a las mujeres. Y no nos parece muy alejada esa sociedad de un mundo de significaciones que circula en las sociedades occidentales, con sus particularidades, pero sin perder un sentido que es cada vez más globalizado.

Entre Elisabeth von R. y Lisbeth S. hay notables diferencias y parecidos, más allá de lo que las apariencias dejan ver. A Elisabeth von R. le fue asignado el diagnóstico de histeria, y el análisis de su síntoma llevará a interpretarlo como una defensa contra su deseo edípico hacia el padre - desplazado en un cuñado -. Elisabeth cuidó a su padre abnegadamente durante su enfermedad terminal, y luego padeció la muerte de su madre. Lisbeth S. – en cambio - ha matado (o por lo menos ha intentado hacerlo) a su padre golpeador/abusador - para vengar el maltrato que les proporcionó a ella y ha su madre (inutilizada por este para criar a Lisbeth) -, y ha sido diagnosticada por un psicólogo como personalidad antisocial, asesina potencial, esquizofrénica, y alojada en una institución acorde a tal diagnóstico, se ha prostituido en la adolescencia, está bajo libertad vigilada, y ahora transita como hacker y hace de la venganza de todo hombre que no ame (que maltrate, pervierta, asesine) a las mujeres un objetivo. Solitaria y desconfiada, inexpresiva, y a la vez cargada de odio, ejerce justicia por mano propia, en coincidencia con un mundo en cuyas instituciones los sujetos han dejado de creer. Mientras en épocas de Elisabeth von R. las instituciones (justicia, poder político, medios de comunicación, familia, trabajo, economía, etc.) eran depositarias de credibilidad, o eran combatidas vigorosamente por movimientos que buscaban instituir otro tipo de sociedad – igualitaria - , en la de Lisbeth ya no se espera nada de ellas, y a lo sumo buena parte de los sujetos intentan sobrellevar/sobrevivir el maltrato (muchas veces bajo la forma del abandono/exclusión) al que los somete. Mientras que la oposición a la sociedad parece desarrollarse sobre arenas movedizas, sin que puedan establecerse con claridad las vías para el acceso a otro tipo de sociedad, o inclusive cómo ésta debiera ser.

La hiperpresencia de la realidad

Lisbeth S. parece ignorar la verdad que se oculta detrás de sus actos: o estos están tan ligados a una historia real, que toda justificación que no se ampare en ellos puede resultarle exótica. En el acto está su verdad, y no aparecen formaciones sintomáticas. ¿Sería accesible a un análisis Lisbeth?, ¿lo demandaría?, ¿podría ubicarse en posición de padeciente, dar paso a la angustia? Antes de que dichas preguntas puedan ser siquiera formuladas, es tomada por el sistema carcelario y psiquiatrizada. Se obtura así la posibilidad de interrogar su padecimiento. Sobre qué verdad podría transmitirnos éste, sobre ella y sobre la época. ¿Cuál podría ser su aporte, como lo fue el de Elisabeth más de cien años atrás?

Podemos apreciar en Lisbeth una hiperpresencia de la realidad (histórica y actual en este caso). Es una característica de nuestra época. En nuestras sociedades, la hiperpresencia de la realidad (del cuerpo, del otro, de lo laboral, de acontecimientos sociales, etc.) parece tomar el relevo y al mismo tiempo impedir el advenimiento de la capacidad elaborativa de la psique, del trabajo de entramar y desentramar representaciones y afectos, de la actualidad y de la historia, entretejidos con un mundo deseante en el que pueden apreciarse las marcas edípicas y de los lazos originarios. Esto es una potencial dificultad para los sujetos de tramar su mundo deseante y fantasmático. Y por lo tanto de crear síntomas: en su lugar, depresiones inespecíficas, pasajes al acto, angustia generalizada (que se ha dado en llamar ataque de pánico), adicciones, afecciones psicosomáticas ...

Elisabeth von R. muestra en su sintomatología la identificación con su padre, es más, esta identificación representa un momento crucial del lazo entre ambos. En Lisbeth S. esta posibilidad está ausente. Ha transitado una infancia marcada por la presencia de un padre perverso que ha causado accidentes en el miramiento materno (Fernando Ulloa). Anoréxica, aislada, conectada solamente con el mundo virtual, sin amistades (salvo su amigo hacker, denominado “plaga”), con una sexualidad ad hoc (hétero u homosexual), llena de odio apenas contenido y bordeando el estallido - que cuando se produce replica la violencia a la que fue sometida - , con marcas diversas en el cuerpo (tatuajes, piercings), parece poder entrar y salir de situaciones-límites como quien oprime un switch.

¿La era de Lisbeth S.?

La película muestra reiteradamente cómo el afecto regresiona/degrada a pulsión. Se descarga en el cuerpo, en acto, adicciones ... También cómo el erotismo dejó el paso a una sexualidad desnuda de metáforas y de reconocimiento del otro ligado a la ternura. Mientras en Elisabeth von R. se encuentran reprimidos deseos sexuales, en Lisbeth es al revés: lo que está ausente “reprimido” es la ternura. Amor sin sexo de un lado, sexo sin amor del otro.

Y sin embargo ... Lisbeth se enamora (lo confiesa cuando le dice a la madre que no hay que enamorarse) de un hombre que ama a las mujeres, y que intenta hallar justicia allí donde estas han sido asesinadas por un asesino serial nazi. El lazo con este hombre le permite (¿por primera vez?) transitar por la ternura: visitará así a su madre recluida en un geriátrico (“debí haberlo hecho hace mucho tiempo”, reconoce).

El film plantea una cuestión inquietante: habría que ir más lejos que lo que la subjetividad del hombre amado por Lisbeth lo permite para poder hacer justicia. Ella va más lejos. Una justicia de hombres y mujeres solitarios, apartados de la burocracia estatal y de la ley, apartada de lo colectivo. ¿Es la única alternativa?

Podemos observar la alteración del lazo con el semejante (ya no parece alcanzar la serie enumerada por Freud en Psicología de las masas y análisis del yo), la crisis de la familia (burguesa), el predominio de lo digital sobre lo analógico, la presencia cada vez mayor del mundo virtual, el estar de modo permanente on line (todas cuestiones que hacen a la hiperpresencia de la realidad) la compulsión al consumo, la aceleración de la temporalidad ... Y en medio de todo ello la crisis de la significación paterna, que en la película aparece por un lado en la versión bestial de lo paterno encarnada en el padre de Lisbeth, y por el otro en su compañero, el periodista/protagonista Blomkvist que es descrito por Larsson como portando estereotipos femeninos, mientras que Lisbeth porta los masculinos. Crisis de la significación paterna que no debiera confundirse con la destitución del orden patriarcal. Todas estas son cuestiones que obligan a pensar en otros modos de la subjetividad, por lo tanto del padecimiento, y como consecuencia, de la cura. ¿Donde era Emma Bovary, ha devenido Lisbeth Salander?

Todos somos borderline

La destitución del mundo simbólico, a manos de la aceleración de la temporalidad y de la preeminencia de la tecnología ligada sobre todo a la imágen - ambos factores solidarios - es una consecuencia de la aceleración de la producción y el consumo que impera en los países capitalistas, consecuencia del siempre más y de la sed de lo nuevo por lo nuevo que anida en la significación del capitalismo. Esto pone en crisis significaciones centrales. Aquellas que estaban fuertemente instituidas en épocas de Elisabeth von R., hoy están por lo menos fragilizadas. Si en época de Freud la represión social del ejercicio de la sexualidad encontraba eco en la represión psíquica exacerbada de retoños de la sexualidad infantil, hoy, la destitución del mundo de sentido va de la mano de una crisis del imaginario social instituyente - aquél que crea el mundo simbólico - y esto encuentra en la psique un correlato en dificultades en el ejercicio de la imaginación radical[2]. Los representantes representativos de la pulsión degradan, o no se producen. Los trastornos (ya no síntomas) que hemos mencionado (pasajes al acto, afecciones psicosomáticas, desinvestimiento del mundo, etc) son prueba de ello.

Si el hacer hablar a las histéricas y obsesivos permitió develar un mundo oculto, no solamente en la psique, sino en la sociedad (tenemos a la vista el cuestionamiento de la moral sexual imperante, de la sacralización de la familia burguesa, el modo de ser de la sociedad moderna, o la iglesia y los ejércitos), lo que lo borderline puede decir tiene la misma importancia, y algo de ello hemos descripto. Pero también - y el personaje de Lisbeth Salander es una muestra de ello - hay algo de positivo - o algo potencialmente positivo - que anida en una subjetividad como la descripta. Nuestra heroína (como lo fue Elisabeth) no solo denuncia un modo de ser del mundo instituido, sino que muestra algunas armas para combatirlo - más allá de su modo individualista y a-social, alejado del mundo político. En los intersticios de una sociedad en la que el miramiento está ausente, podemos hallar puntos de fractura, tal como nuestra heroína del 1900 nos mostraba en los intersticios de la represión de la sexualidad. La sexualidad misma se mostró como arma para instituir - al liberar sus retoños reprimidos, al poder liberar cadenas de significaciones atascadas en la moral que las amordazaba. ¿Hoy qué nos espera? Tal vez no lo sepamos aún. Lo que sí sabemos es que la fragilidad de fronteras es potencial fuente de creación, como lo demuestra la creación artística. En la que no corresponde hablar de fragilidad (que puede obturar la creación) sino de plasticidad, siendo sus productos sometidos a reflexión, a trabajo elaborativo. Lisbeth S. enseña - en medio de su sufrimiento por momentos no sentido como tal - la posibilidad de crear actos instituyentes de una subjetividad no adaptada al padecimiento y al sentido que lo origina, impuestos por una sociedad que mortifica con su cultura.



[1] Para Cornelius Castoriadis, es la posición (en el colectivo anónimo y por éste) de un magma de significaciones imaginarias, y de instituciones que las portan y las transmiten. Es el modo de presentificación de la imaginación radical en el conjunto, produciendo significaciones que la psique no podría producir por sí sola sin el colectivo. Instancia de creación del modo de una sociedad, dado que instituye las significaciones que producen un determinado mundo (griego, romano, incaico, etc.) llevando a la emergencia de representaciones, afectos y acciones propios del mismo. Se debe diferenciar del término "imaginario social" que habitualmente circula, y que es sinónimo de representaciones sociales.

[2] (Castoriadis) Capacidad de la psique de crear un flujo constante de representaciones, deseos y afectos. Es radical, en tanto es fuente de creación. Implica creación, y no solo repetición, o combinaciones sobre una cantidad predeterminada y finita de representaciones. La psique tiende a interrumpir este flujo de imaginación radical, debido a las demandas de socialización; la reflexión a la que se adviene en un tratamiento psicoanalítico, permite liberarla de un modo lúcido. Con esto Castoriadis retoma la propuesta de Freud de la exigencia de figurabilidad, mecanismo previo a la condensación y el desplazamiento.

Ideas sobre Freud

Las personas que me propongo describir atraen nuestra atención por presentar regularmente asociadas tres cualidades: son ordenados, económicos y tenaces. Cada una de estas palabras sintetiza, en realidad, un pequeño grupo de rasgos característicos afines. La cualidad de «ordenado» comprende tanto la pulcritud individual como la escrupulosidad en el cumplimiento de deberes corrientes y la garantía personal; lo contrario de «ordenado» sería, en este sentido, descuidado o desordenado. La economía puede aparecer intensificada hasta la avaricia, y la tenacidad convertirse en obstinación, enlazándose a ella fácilmente una tendencia a la cólera e inclinaciones vengativas. Las dos últimas condiciones mencionadas, la economía y la tenacidad, aparecen más estrechamente enlazadas entre sí que con la primera. Son también la parte más constante del complejo total. De todos modos me parece indudable que las tres se enlazan de algún modo entre sí.

Este fragmento de Sigmund Freud de 1908: "El carácter y el erotismo anal" es la consecución en parte de "Los tres ensayos sobre una teoría sexual", de 1905. En este segundo trabajo se postulan los efectos de las relaciones sexuales que tienen los niños con su cuerpo (autoerotismo) y con sus primeros modelos (los padres, fundamentalmente la madre). Por este escrito fue tachado de "pansexualista", argumento que aun se aduce para desacreditar su obra.
Sin embargo, Freud fue avanzando y reescribiendo la historia del psicoanálisis cambiando en sus propuestas y revisiones de los textos. Para él quedaba claro que, en aquella época victoriana, la represión sexual era la causa de la neurosis, pero siempre destaca que hay otros factores para entender la génesis de estas neurosis.
También habla de un gradiente de normalidad-anormalidad en donde se sitúa cualquier sujeto y este fragmento que les copio es lo que derivaría más adelante en la neurosis obsesiva. Freud también sabía que esta organización o complejo podía detener y contener otras angustias y fantasías que podían derivar en una demencia precoz, tal y como él escribe. Freud acabó siendo el psicopatólogo más famoso y sus teorizaciones siguen profundamente arraigadas entre psicólogos y psiquiatras. Nadie que quiera saber las bases de la mente humana ha dejado de leer a Sigmund Freud. En países como Francia existe una mayor cultura del psicoanálisis y los legos leen su obra, la entiendan e interpreten bien o no. Desde luego que sus aportes a la psicopatología son vitales.

Un paciente con carácter y erotismo anal, esto es, obsesivo puede pasarse años hablando de su trabajo, de su dinero sin poder hablar, aunque lo intente de otros factores más relacionados con el mundo interno. Es por esto por lo que se necesita un tratamiento para abrir ese campo reflexivo hacia los sentimientos, las emociones, las relaciones, lo fantasmático y las vivencias del sujeto. Es un trabajo duro ya que estamos hablando de lenguajes complementarios, lo racional y lo emocional. Y día a día hay que luchar por llevar al paciente a sus sentimientos, a como se piensa y se siente. Como recuerda Freud, a veces esa estructura es la defensa hermética de un trastorno psicótico. Hay que andar con ojo a la hora de hacer una psicoterapia de apoyo o una psicoterapia dirigida al insight, es por esto por lo que las nuevas propuestas en psicoterapia buscan poner la primacía en el sostén y forma del encuadre antes que en las intervenciones verbales. En un extremo estaría el punto de vista de Castilla del Pino que decía que toda interpretación dicha como cierta es siempre falsa, y esto lo justificaba porque existe un campo intersubjetivo donde cobra valor la interpretación. Freud es una delicia de leer por su precisión, creatividad y genialidad, aun con ese estilo de escritura de principios del siglo XX que a veces hace algo complicada su lectura.

martes, 20 de abril de 2010

Noticia: Centros de Menores

Acabo de leer un documento que habla de los centros de menores, de su adjudicación y de las tareas realizadas en tales centros. Los responsables de tal informe solicitan mayor transparencia y un concurso público de las empresas que lleven los centros.
Lo más interesante es que se solicitan nuevas medidas educativas y terapéuticas, más presencia de psicólogos además de los educadores sociales que existen en estos centros.
Son adolescentes con graves carencias y estructuras familiares muy problemáticas que necesitan un trabajo interdisciplinar coordinado. Se trata de poder ayudar a que el adolescente o adulto regrese a su núcleo familiar o vaya a un lugar donde encuentre un medio suficientemente bueno, un espacio de confiabilidad.
Estos centros han sido duramente criticados desde lo burocrático hasta el propio defensor del menor. Es deleznable que todavía no se tenga cuidado, esmero y una necesaria sensibilidad para organizar estos centros. Quizá falta una perspectiva para conocer el engranaje entre lo burocrático y lo instrumental, el trabajo de campo, el trabajo clínico y el medio que existe en dichos centros, con sus propios códigos y leyes implícitos. Las más de las veces los coordinadores son meros espectadores pasivos que no conocen el trabajo interno de primera mano sino es a través de informadores o coordinadores. Por tanto, aquellos que gobiernan el centro son los propios educadores, quienes pasan el día a día con los internos. El problema está en quién tiene la mejor y mayor preparación para dictaminar el trato individualizado. Se necesita una mayor comunicación entre todos para la mayor eficacia de los centros y poder ayudar mejor a los internos.

lunes, 19 de abril de 2010

Biografía de Sigmund Freud









Freud, fracaso y éxito


El fracaso ha sido algo que ha hecho grandes a muchas personas. Freud, en sus inicios como neurólogo probó con la cocaína, llegó a ingerirla y a recomendarla a otros médicos, descubrió el papel de anestesia que tenía el componente. Sin embargo uno de sus colegas falleció por una sobredosis. Freud contactó con Joseph Breuer y él le contó que estaba en tratamiento con una paciente a la que llamó Anna O. Esta paciente tenía dolores y una nerviosidad que parecía calmarse temporalmente cuando hablaba con él. No había signos orgánicos que justificaran sus dolores y otros síntomas. Freud acabó tratando a esta paciente (Berta Pappenheim) y descubrió junto a lo expuesto por Breuer el método "catártico", que fue lo que dio origen más adelante al psicoanálisis. Cuando él había ingerido cocaína soñó "El sueño de la inyección de Irma", es un sueño que tuvo Freud del 23 al 24 de julio 1895 y que él mismo consideró como el sueño con el que se le reveló el "secreto del sueño".


Freud nos cuenta que en el verano de 1895 tenía una paciente que él llama Irma (hoy sabemos que era Emma Eckstein (1865-1924), una mujer de una prominente familia socialista de Vienna que era muy activa en el movimiento de la liberación de las mujeres y después se hizo psicoanalista) y cuya cura ha sido terminada solamente con un éxito parcial. Un día, Freud tiene la visita de su amigo/colega Otto, también médico, que dice: "Irma está mejor, pero no completamente curada.". Freud se enfada por este comentario, porque piensa oir un reproche por lo cual, por la noche, se sienta para escribir la historia del análisis de Irma para dársela al doctór M. (Breuer), un amigo común, como para justificarse.


El sueño: Un gran vestíbulo - muchos invitados, a quienes nosotros recibimos. - Entre ellos Irma, a quien enseguida llevo aparte como para responder a su carta, y para reprocharle que todavía no acepte la "solución". Le digo: "Si todavía tienes dolores, es realmente por tu exclusiva culpa." - Ella responde: "Si supieses los dolores que tengo ahora en el cuello, el estómago y el vientre; me siento oprimida."- Yo me aterro y la miro. Ella se ve pálida y abotargada; pienso que después de todo he descuidado sin duda algo orgánico. La llevo hasta la ventana y reviso el interior de su garganta. Se muestra un poco renuente, como las mujeres que llevan dentadura postiza. Pienso entre mí que en modo alguno tiene necesidad de ello. - Después la boca se abre bien, y hallo a la derecha una gran mancha blanca, y en otras partes veo extrañas formaciones rugosas, que manifiestamente están modeladas como los cornetes nasales, extensas escaras blanco-grisáceas. - Aprisa llamo al doctor M., quien repite el examen y lo confirma...El doctor M. se ve enteramente distinto que de ordinario; está muy pálido, cojea, está sin barba en el mentón... Ahora también está de pie junto a ella mi amigo Otto, y mi amigo Leopold la percute a través del corsé y dice: "Tiene una matidez abajo a la izquierda", y también señala una parte de la piel infiltrada en el hombro izquierdo (lo que yo siento como él, a pesar del vestido)... M. dice: "No hay duda, es una infección, pero no es nada; sobrevendrá todavía una disentería y se eliminará el veneno"... Inmediatamente nosotros sabemos de dónde viene la infección. No hace mucho mi amigo Otto, en una ocasión en que ella se sentía mal, le dio una inyección con un preparado de propilo, propiteno...ácido propiónico...trimetilamina (cuya fórmula veo ante mí escrita con caracteres gruesos)... No se dan esas inyecciones tan a la ligera... Es probable también que la jeringa no estuviera limpia.


Freud concluye el análisis del sueño así: "El resultado del sueño, en efecto, es que no soy el culpable de que persistan los padecimientos de Irma, sino Otto; éste con su observación acerca de la incompleta curación de Irma, me ha irritado, y el sueño me venga de él devolviéndole ese reproche. El sueño me libera de responsabilidades por el estado de Irma, atribuyéndole a otros factores produce toda una serie de razones. El sueño figura un cierto estado de cosas tal como yo desearía que fuese. Su contenido es, entonces, un cumplimiento de deseo, y su motivo, un deseo."


Como vemos un fracaso como es el del Caso Irma, la ingesta de la cocaína y las supuestas propiedades terapéuticas de esta solución dieron paso a un éxito, el amanecer de la teoría psicoanalítica con el descubrimiento que el sueño es una realización de deseos.


Freud tuvo muchos problemas en sus historiales médicos porque estaba edificando una teorización muy compleja y novedosa, sólo al final tenemos una estructura cerrada y hermética, autosuficiente que da explicación a los fenómenos oníricos y a los síntomas psíquicos. Dibujándose el psicoanálisis como un método de investigación, un método de psicoterapia y una teoría psicológica.


Muchos, como con Copérnico o Darwin han intentado declararle un canalla por lo que él llamaba "resistencias al psicoanálisis". El caso es que poco a poco esta ciencia a progresado y ahora ayuda, fuera de dogmas y posturas hieráticas, frías y distantes el psicoanálisis moderno ha triunfado, no ha sido desnaturalizado como algunos aferrados a la nostalgia clásica postulan. De un fracaso, o muchos, Freud logró un éxito, se puede aprender de la experiencia, de los errores y lograr (como decía una paciente), "un cambio de perspectiva, un cambio según el cual percibo las cosas de otra manera". Se siente más viva, despierta, lúcida y animosa. Para ello ha tenido que elaborar pérdidas y asumir situaciones muy dolorosas. Es el célebre y actual concepto de resiliencia.

domingo, 18 de abril de 2010

"Teoría Interaccional"

Hans Loewald en 1960, un miembro de la corriente clásica de la psicología del yo dice respecto a la interacción:

Las interpretaciones psicoanalíticas representan, en elevados niveles de interacción, el mutuo reconocimiento involucrado en la creación de identidad de la experiencia en dos individualidades de distintos niveles de organización del yo. El insight adquirido en tal interacción es una experiencia integrativa.

Schwaber (1995) considera que el psicoanálisis debe centrarse en lo intrapsíquico. Dice esta autora:

[...] a menos que mantengamos nuestro foco en lo que es interno, en lo que es intrapsíquico, estamos siguiendo una forma de teorizar -y de escuchar- que es inherentemente no psicoanalitica [...] ¿Cómo podemos entonces emplear el concepto de interacción dentro de nuestro lenguaje psicoanalítico? Creo que podemos hacerlo, tal como propongo, prestando atención a cómo vive esta interacción quienes son sus sujetos, y formulando la siguiente pregunta: interacción -¿Desde el punto de vista de quién? [...] Cada uno de nosotros -analista, paciente, observador externo- puede estar de acuerdo con lo sucedido, pero puede diferir, sutilmente o ampliamente, acerca de lo que ello significa y los sentimientos que despierta.

Hay quien considera la interacción un peligroso desvío, André Green (1993):

La manera en que mi paciente influye en mis procesos mentales tiene que ver con las representaciones de toda clase que él induce en mí. Mi interpretación le afecta por la vía de las representaciones que ellas inducen en él. No hay lugar, en la sesión analítica, para los actos, ni del analizado ni del analista. Los modelos basados en la referencia a la acción -"interacción", "transacción"- no representan un progreso sino un peligroso desvío. Yo me apoyo más bien en los modelos basados en la representación, en un sentido del término mucho más amplio de lo que tradicionalmente ha sido entendido.

Psicoanálisis vincular y Psicoterapia relacional

Comentaba alguna idea sobre psicoterapia relacional. También podemos hablar de psicoanálisis vincular, sea como fuere estamos prestando atención en ambos casos al espacio intersubjetivo creado entre paciente y analista.
Cuando pensamos en el espacio intersubjetivo nos referimos a dos lugares, dos mundos que se entrelazan desde una posición algo distinto porque existe una cierta asimetría, necesaria para que se de una beneficiosa psicoterapia. Es la nueva corriente, hace poco en la I.P.A. se creo un espacio para el psicoanálisis vincular de manos de Beatriz Janine e Isidoro Berenstein, docentes entre otros lugares del Hospital Italiano de Buenos Aires. Grandes investigadores y clínicos avezados, Janine es una admiradora de la obra de Piera Aulagnier y quizá ella haya sido una de las primeras teóricas-clínicas que pasan a entender el sistema de la familia con conceptos como el "contrato narcisista", los conceptos de violencia primaria y secundaria. Su modo de entender la fantasmática del paciente.
Ya no se contempla sólo como el espacio personal donde un analista intenta facilitar el esclarecimiento de las fantasías, angustias y deseos que conforman el fértil camino del insight. En la psicoterapia vincular se da pasos a familias y grupos y se trata de entender el producto de las relaciones entre miembros de familias y grupos para resolver problemas vinculares, de relación.
La psicoterapia relacional trata de entender la relación analítica como la fuente donde se desarrolla el trabajo analítico, dejando en un segundo plano, o en función de esa relación, las intervenciones verbales.
Son nuevas propuestas, frescas y más ajustadas a las nuevas demandas y a la clínica del siglo XXI.

Sedosas tus manos

Sedosas tus manos, corriente de aire que levanta tu pelo
común desgaste de la vida que enriquece tu rostro
desván de mis pensamientos y fuente de una fina sensibilidad
agudas son tus lecturas y finas tus apuestas y comentarios
acompañando en un duro proceso nos acercamos a un momento soñado
es la conquista del amor lo que se presume como un boceto de una pizarra mágica
lugar donde podemos dibujar el futuro más hermoso, intrincado, arropado de un gesto
momento de dulce aproximación, cuando ese lenitivo que es tu compañía sirve también
para conquistar nuevas metas y retos, es el abrumador poder de la unión de dos almas.

Psicoterapia Relacional

La psicoterapia relacional, de la que en España Joan Coderch es un gran referente se formula siguiendo al Freud de la última época, Freud abandonó la praxis de neutralidad, quizá por la intuición de aquel enfant terrible que fue Ferenczi. Ferenczi postuló ejercer un cuidado a modo de maternaje, dando más importancia a la relación. Fairbairn cambió el ejercicio del psicoanálisis siguiendo modelos pulsionales para decir que la líbido es una buscadora de objetos. Que el ejercicio de la líbido consiste en establecer relaciones emocionales. Harry Stack Sullivan fue el padre de la psicoterapia interpersonal, poco estudiado y comprendido fue también pionero.
El miedo, como dice Coderch es desviarse del psicoanálisis ortodoxo, no obstante autores como Winnicott o Kohut han establecido un modelo de tratamiento distinto al clásico freudiano.
De los últimos escritos de Freud tenemos la certeza de que al final de su trayectoria su modelo de trabajo era más cercano, prestaba libros y se alejó un poco de esa posición fría y distante que se llamó terapéutica.
Joan Coderch nos explica que para el tratamiento de pacientes con déficit, carencias o falla básica (Balint), discípulo de Ferenczi, la propia relación emocional que se desarrolla entre paciente y terapeuta tiene la clave del tratamiento. Esto es el medio ambiente que se le provee al paciente es más importante que las interpretaciones. Lo cual significa un cambio en la concepción del psicoanálisis, un avance.
Ya no impera el psicoanalista serio, rígido, callado, inactivo y distante sino que se trata de construir un clima de mutua colaboración. Coderch también reconceptualiza el concepto de transferencia, alejándose de la propuesta antigua según la cual la transferencia era la proyección de fantasías y vivencias del pasado en la relación con el analizado. También redefine el concepto de Complejo de Edipo que lo valora como un aspecto en el caso de que haya un problema en la relación madre-padre-hijo.
Coderch explica que existe un continuum o gradiente entre el trastorno por déficit y el trastorno intrapsíquico. Nos dice que ahora los consultantes se quejan de vacío interior, vida aburrida, problemas de sentido y que detrás de esos emergentes se halla una carencia vivida que ha de subsanarse en la transferencia de una psicoterapia relacional.
El trabajo es pues, intersubjetivo, entre dos y la propia relación emocional entre paciente y analista es la que ha de estar diseñada y construida para el propósito de curar o aliviar al paciente de su problema.
Cuando intervenimos de forma interpretativa o con confrontación en pacientes con déficit encontramos que esto resulta violento, Coderch recuerda a Winnicott en su estructuración del modo de establecer el setting y recalca que lo más bello e importante que se pueda conseguir está en el ambiente generado por el encuadre, por la relación emocional, por el vínculo generado, más allá de la existencia de interpretaciones, clarificaciones, señalamientos o explicaciones.
Por tanto recalca el papel de lo pragmático frente a lo semántico.



sábado, 17 de abril de 2010

Carácter Obsesivo a través de los ojos de un artista

El carácter y el erotismo anal [1908]
http://www.elortiba.org/freud10.html

Sigmund Freud
Las personas que me propongo describir atraen nuestra atención por presentar regularmente asociadas tres cualidades: son ordenados, económicos y tenaces. Cada una de estas palabras sintetiza, en realidad, un pequeño grupo de rasgos característicos afines. La cualidad de «ordenado» comprende tanto la pulcritud individual como la escrupulosidad en el cumplimiento de deberes corrientes y la garantía personal; lo contrario de «ordenado» sería, en este sentido, descuidado o desordenado. La economía puede aparecer intensificada hasta la avaricia, y la tenacidad convertirse en obstinación, enlazándose a ella fácilmente una tendencia a la cólera e inclinaciones vengativas. Las dos últimas condiciones mencionadas, la economía y la tenacidad, aparecen más estrechamente enlazadas entre sí que con la primera. Son también la parte más constante del complejo total. De todos modos me parece indudable que las tres se enlazan de algún modo entre sí.

[...] De todos modos, podemos establecer para la constitución definitiva del carácter, producto de los instintos parciales, la siguiente fórmula: los rasgos permanentes del carácter son continuaciones invariadas de los instintos primitivos, sublimaciones de los mismos o reacciones contra ellos.
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Quizá resulte curioso el trabajo que me propongo a realizar, un paciente me prestó un libro de Roberto Iniesta, cantante de Extremoduro titulado "El viaje íntimo de la locura".

En dicho libro Don Severino, el protagonista pasa por ser un notario dedicado exclusivamente a los deberes de su despacho y al estudio, queriendo emular a su padre, como un mandato divino consiguiendo todo lo que aquél un día fue.
No tiene distracciones, y Roberto Iniesta lo describe como tenaz, "categóricamente cumplidor, sin dobleces y trabajador como el que más. Ni siquiera cogía vacaciones. Estaba tan apegado a su trabajo que se diría que lo necesitaba, y es posible que así fuera".
Es la descripción de una neurosis obsesiva, una persona aferrada a la disciplina, el orden escrupuloso y meticuloso, a aquella persona que deja de lado las diversiones para centrarse en el trabajo y el estudio, recluida, sin contacto social excepto el de sus clientes y compañeros.
Un día Don Severino llega tarde a su trabajo e Iniesta escribe: "Esto, que para cualquiera sería una anécdota, pero que para don Severino era una catástrofe sin precedentes, fue lo único que alteró el suave discurrir de aquel lunes que, por lo demás, no se distinguiría en nada de cualquier otro lunes o martes de otra semana o de cualquier otro mes". Por un fallo eléctrico el despertador no suena y llega un poco tarde al trabajo, ruborizado y con culpa. Iniesta añade que su vida era "como una costra dura y antigua".
En la novela la casa de Don Severino, que primero leo no es demasiado grande y después que es grande, comienza a volar y depositarlo en diferentes lugares, final y gradualmente se instala en la selva, donde encuentra el amor con los gorilas y finalmente con una antropóloga que le descubre masturbándose en un árbol. Como anécdota decir que si en google buscas una célebre canción de este cantautor y pones: "extremoduro, me levante hasta los huevos de vivir" aparecen 5770 entradas.
Pues bien lo fascinante de todo esto es poder descubrir en la la lectura de este libro que hay del imaginario de Extremoduro (Robe). Popular también por cantar con Fito de Fito y los Fitipaldis.
Claro que para eso hay que conocer las letras del grupo y conectarlo con el libro publicado.
Como primera aproximación, es un recorrido de la libertad psíquica, este señor por lo visto escribe mucho sobre la inmunda sociedad en la que estamos inscritos (según sus palabras).
Él ha sido y se declara toxicómano y ha publicado este libro que resulta muy curioso. Una persona de gran corazón me lo dejó por algo pero eso es harina de otro costal.
Podemos decir que don Severino padece de una neurosis obsesiva y que va realizando un movimiento de regresión hacia momentos evolutivos más arcaicos, identificándose en el texto la libertad con lo primario y lo salvaje. Cuestiones que aparecen en sus letras. Tal vez sea eso, ese desbarajuste instintivo lo que se encuentra Roberto Iniesta cuando sus recursos defensivos y sus fetiches desaparecen. Habría que preguntárselo. Cito el Prólogo: "El hombre es el único animal que necesita escribir su historia para poder recordarla. Cuando nace no sabe absolutamente nada. Moriría si no aprendiera a vivi. La raza humana es la única en la naturaleza que no transmite ninguna información innata que vaya más allá de lo puramente genético. Carece de auténticos instintos. No durará mucho.
Porque ¿quién escribe la historia? Nunca los vencidos, los despojados, los sometidos. Por eso, por ejemplo, las guerras -cuando acaban, y pasa el tiempo- dejan en memoria colectiva un poso en el que se adivina el inconfundible y dulce sabor de la victoria: esfuerzo con recompensa, sufrimiento con premio, dolor que termina, que se olvida.
¡Qué distinta hubiera sido la historia de la humanidad si sólo hubiera escuchado a los perdedores!
Tampoco escribimos la historia los ignorados, los que no existimos, los que no tenemos voz, los que, en definitiva, no contamos.
[...] Sé que a nadie interesa mi punto de vista, pero soy yo quién debería contar lo que ocurrió. Yo soy a que estaba más cerca cuando todo comenzó; estaba justo en medio, pero dicen que tengo poca perspectiva, que yo no cuento, que sólo soy una lombriz. Y eso no lo discuto. Soy una lombriz. Sí, una lombriz de tierra. ¡A mucha honra! Mi especie lleva millones de años escarbando el mundo y pasándose información; por eso sé de qué estoy hablando. Sé que el mundo se partió y sé que ahora ya no hay un mundo, sino dos, y sé que mi cuerpo se repartió entre ellos."


viernes, 16 de abril de 2010

Apuntes del Caso Dominique

Ahora bien, es la escucha del analista la que, en la relación transferencial, llama al discurso verídico a través de las necesarias resistencias transitorias y en mi opinión no es la interpretación de las resistencias la que libera al lenguaje verídico, tanto más que, según pienso, las resistencias siempre están del lado del psicoanalista cuando las del paciente no pueden ser superadas.

Se deja una cierta distancia a los padres, se les deja una autonomía que pueden utilizar para fines justificadores de sus críticas y sus resistencias. Es cierto que un tratamiento que implica una frustración bastante grande del sujeto pone muchas cartas en manos del analista en el trabajo de la transferencia, y esto bien vale la dificultad acrecentada que implica para el psicoanalista, que debe estar particularmente presente a todo lo que se expresa, disponible para escuchar lo que no comprende y para retenerlo, para percibir rápidamente y aceptar comprendiendo su valor pulsional positivo las expresiones de resistencias. En cuanto a la interpretación o a la intervención con valor interpretativo, parece necesaria casi en cada sesión, mientras que en los tratamientos de ritmos más frecuentes generalmente es rara: la inutilidad de la intervención en cada sesión proviene entonces, por una parte, de que el sujeto tiene tiempo, no estando bajo la presión de las pulsiones inconscientes tanto como en las sesiones espaciadas, de desarrollar las articulaciones entre sus asociaciones y de captar (preconsciente y a menudo conscientemente) por sí mismo sus resonancias transferenciales, remitiéndolas a su origen; por otra parte, se abordan los puntos nodales de los conflictos, en general, de acuerdo con un tempo mucho más lento.
Françoise Doltó. Siglo Veintiuno Editores S.A., 1973, Madrid.