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Paz y Ciencia

sábado, 5 de febrero de 2011

Infancia y Edipo. Qué aporta el psicoanálisis.

Hacia los siete años de edad llega la resolución del complejo de Edipo, la renuncia al objeto edípico en tanto que objeto sexual carnálmente deseado y la ubicación de los padres en un nivel particular, exento del juego sexual. El amor por ellos, descarnalizado, se transforma en ternura.
Para que ese trabajo de evolución pueda, sin embargo, hacerse de manera verdaderamente formadora, y que en la pubertad no aparezca el problema de las coqueterías de hija a padre y de rivalidad de instintos con la madre; que para el hijo no aparezcan las explosiones de voluntad dominadora hacia la madre y de rebeldía contra el padre, reveladoras de un complejo de Edipo no resuelto; para ello es preciso que la renuncia sensual del niño se haya efectuado sobre un terreno claro. Sería deseable que no quedara más ninguna duda, en los níños de ambos sexos, después de los siete años, sobre el doble hecho de la complementariedad de los sexos y el carácter axial de esta complementariedad para la vida social. Si la educadora ha permitido que los ojos de los niños se abrieran en forma progresiva sobre el libro de la naturaleza, ese doble hecho surgirá como una integración normal en grandes leyes de la vida. El carácter futuro de la madurez, requerido para tal integración, tomará de golpe su sentido. Al renunciar al cariño sensual por la persona parental complementaria, el niño captará que ese instinto, cuya satisfacción le aporta placer, es valedero y que, devenido a su vez en adulto, conocerá las alegrías legítimas de la vida en pareja con el complemento de su elección. La exigencia del duro renunciamiento, en el caso del complejo de Edipo, no se presentará ya, de tal modo, con su aspecto por completo negativo y traumatizante, sino con el integración en un todo, con una promesa segura de expansión.
¡Cuántos padres (dice Doltó) que infantilizan a sus hijos, no dándoles la clave de las emociones prefigurativas de la vida adulta, o aterrorizándolos por adelantado sobre los peligros de esa vida posterior, vida deseable y soñada aún por aquellos, a través del personaje mágico del padre o de la madre! [...]

Es aún otro mérito del psicoanálisis haber demostrado que el ser humano podía vivir, en forma simbólica, etapas faltantes de su desarrollo en una relación de transferencia imaginaria, aunque controlada. Esa relación afectiva deviene emocionalmente rica en experiencias educativas que permite revivir y, de hecho, concede al sujeto alcanzar la autonomía de un comportamiento determinado hasta ahí por la repetición del fracaso que había detenido la evolución en las primeras identificaciones familiares.
Si bien el psicoanálisis libera, de tal modo, a los adultos jóvenes de los trastornos psicológicos del infantilismo afectivo, un gran campo de acción es, cada vez en mayor medida, el estudio y el descubrimiento de los factores espontáneos y provocadores de la neurosis en la infancia. Queda así ampliamente abierto el campo de las investigaciones sobre las interrelaciones de dependencia humana.


Referencia: Françoise Dolto: "La dificultad de vivir" Gedisa Editorial.
Como podemos leer esta psicoanalista, que tuvo una manera divergente de trabajar teóricamente y técinicamente en su consulta nos da algunas claves del psicoanálisis, lo más importante es que el psicoanálisis, piedra angular de la psicoterapia dinámica habla de los SENTIMIENTOS. Dolto se especializó en la infancia y era hija de su época, por lo que su teoría nos aporta la herencia de Freud y su propio bagaje, perspectiva y experiencia personal. Sin duda una profesional digna de ser alabada por su creatividad y alcance.

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