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Paz y Ciencia

sábado, 19 de febrero de 2011

Sobre la diagnosis

Existe una vertiente científica, fundamentada en el psicodiagnóstico que va hacia el diagnóstico de una persona. Esto es necesario, hay que delimitar un delimitado cuadro en la mente del limitado profesional para poder operar con los fármacos y a nivel técnico y táctico, para desarrollar una estrategia de intervención en el caso de una psicoterapia breve y para comprender en función de un prototipo.
No obstante los diagnósticos hacen mucho daño, una persona se ha comunicado conmigo, dice lo siguiente:
ya lo he visto.. y ni no se si el mismo u otro similar hace un tiempo...
lo único que te puedo decir es que me ha traido a la memoria la novela
que me recomendaste... Monte Miseria.. creo que vivimos cada vez en un
mundo que tolera menos el sufrimiento.. donde hay que ser perfectos y
todos iguales.... solo nos intentan encasillar.. viva la diferencia... y
me alegro de ser mentalmente insana y poder usar mi cabeza y no dejarme
influir...
Esta persona ha sido diagnosticada, vivió en un entorno de enfermedad durante ese tiempo, sus amigos y relaciones giraban en torno a eso, el resultado fue que interiorizó la imagen que desde niña le habían transmitido, que era mala y rara. Con una madre sin empatía y un padre agresivo. Esa imagen interna de niña mala y rara se alimentó cuando un psiquiatra acostumbrado a poner diagnósticos de este tipo se lo explicó, derivó en una ruptura matrimonial, no me consta pero el marido se arropó de la diagnosis y de los libros para justificar las conductas de su pareja, la pareja desapareció aunque la calidad humana de ambos y la descendencia les mantiene unidos.
El diagnóstico no se debe dar a no ser de que sea operativo darlo, por ejemplo una persona que no tiene conciencia de enfermedad, previamente a "espetar" el diagnóstico hay que realizar un trabajo de psicoeducación para que esa persona y la familia sepa de qué estamos hablando, el trastorno bipolar, la esquizofrenia y ciertos tipos de trastorno de personalidad son candidatos a este movimiento.
Muchos padres están hartos, no les gusta entender a su hijo o hija con un determinado trastorno, aunque haya estado en los calabozos 4 veces en 2 años, aunque haya "trapicheado" con drogas o aunque grite y pierda el control, como esos feos y horteras realities que se ven en la televisión, a mí me agotan en un minuto, hacer audiencia del morbo (que significa enfermedad) es cínico y devastador.
Hacer un diagnóstico no es inhumano, es una necesidad científica para la comunicación entre profesionales, para que el terapeuta entienda lo que está pasando. No obstante es un paso que tiene más tintes burocráticos que operacionales, un buen terapeuta puede entender en un espacio de una a tres sesiones el problema del paciente. Pero el problema no es el diagnóstico, el motivo de consulta no es el problema y el diagnóstico no tiene NADA que ver con lo que le pasa a la persona, no dice nada de la etiología excepto en el modelo psicoanalítico que tiene un esquema conceptual distinto al DSM.
Esta persona que escribía arriba, divorciada y con dos hijos, trabaja con una minusvalía del 65% debido a un diagnóstico psiquiátrico. Esa persona puede tener ciertas ayudas, por ejemplo conseguir ciertos servicios del ayuntamiento más baratos.
Sin embargo, de manera casi indeleble se ha marcado un "cuño" con una enfermedad que se le considera crónica cuando no es así, esta persona desde el inicio de nuestros contactos hasta ahora ha mejorado notablemente, un punto de fuga fue la salida de ese entorno patologizante: foros, amistades, diagnosticadas, psiquiatras que ponían la etiqueta y personas que buscaban la esencia de su sufrimiento en un diagnóstico que llene una identidad difusa y desparramada entre los rótulos de enfermedad.
Otra persona pidió una ayuda por sus diagnósticos, donde figuraba el mismo que el de nuestra "comentarista" y ahora vive de la enfermedad, se dedica a sus hijos y a nutrir espacios de encuentro entre enfermos. Su identidad ha sido ilusoriamente apuntalada por la enfermedad.
La diferencia entre ambas personas es que una ha querido trabajar y luchar por recuperarse confiando en los terapeutas, aunque no siempre y la otra persona ha dejado de lado la posibilidad de recuperación por remotas razones para mí.
Así pues el sistema diagnóstico del DSM genera enfermos que podrían ser meses después o años después personas total o parcialmente funcionales, personas que pudieran trabajar, tener una familia o irse de excursión a la montaña. El DSM es un invento para hacer científico el método de clasificación de los trastornos mentales. No es lo mismo trastorno que enfermedad. Un trastorno es una alteración de función, ya sea volitiva, emocional, cognitiva, conductual o relacional. Una enfermedad es un problema con una base orgánica y no existen datos de laboratorio ni estadísticas que den carácter de ciencia al DSM, así que es un documento para las peritaciones, para comunicarle al médico de atención primaria o al psiquiatra biológico. También se puede explicar qué le pasa a la persona sin recurrir a tecnicismos vacíos de contenido, por ejemplo: "Depresión recurrente" o "Distimia". Se puede decir, sobre un núcleo melancólico ha organizado un sistema de defensas hipomaníacas. Todo suena a palabrería.
La descripción de un problema no es decir, es un TOC o es un esquizofrénico, sino entender los factores constitutivos de su pasado, su presente y sus posibilidades de enfrentarse al futuro, sus recursos, sus capacidades y sus potenciales. Alguna vez han visto un informe psiquiátrico donde ponga, por ejemplo, es una gran jugadora de balonmano, entrena tres veces a la semana, sale a pasear con sus hijos los fines de semana por el parque y entre semana trabaja en algo que no le gusta y está con un marido con el que llevan cinco meses sin hacer el amor por falta de líbido.
Aunque tampoco sea demasiado profundo dice más, aporta más información y ayuda a conocer mejor a la persona, cierto es que hay unos criterios de eticidad y un método para elaborar un informe donde no entran ese tipo de cuestiones, nos tenemos que remitir a códigos diagnósticos, vg. F20 Esquizofrenia.
Esta "comentarista rebelde" nos muestra una cara indómita que no tiene porqué ser mala, ella acude a su psicoterapia y al psiquiatra cuando está descompensada, conoce su problema y pone soluciones a ello.
El no dejarse atravesar por la espada del diagnóstico es algo que deberían instruir los psicólogos, aunque algunos desgraciadamente también lo hagan, es propio de la psicología clínica, en psicoterapia la cuestión es distinta, el objetivo es comprender y ayudar al paciente. También existen psicoterapias frías y despersonalizadas, donde un rígido terapeuta mira desde la lejanía y otro está tumbado contando cosas muy duras, después al levantarse un pequeño mareo emerge por la profusión volcánica de sentimientos.

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