PEACE

PEACE
Paz y Ciencia

martes, 12 de julio de 2011

Elisabeth Kúbler-Ross

Como pueden haberse dado cuenta Elisabeth Kúbler-Ross, que ha escrito unos libros con un enfoque espiritual y científico trabajó primero con psicóticos y después con moribundos, he leído y escuchado lo que dice de ellos. Fue una mujer de un gran corazón, de una excelente calidad humana, quizás excesivamente idealista en el marco de la ciencia rígida y el materialismo. Pero ha transmitido esperanzas a muchos con su legado.
Ha escrito varios libros, uno de ellos cuando estaba a punto de fallecer, reflexionando sobre la vida y la muerte, circunstancia que le da un valor añadido al escribir desde su piel, desde su alma. Ella le da un gran valor a lo espiritual, reivindica que en los tratamientos se queda por fuera la dimensión espiritual para centrarse en internalizaciones intelectuales vía interpretación o propuestas técnicas sin una ligazón que facilite el insight emocional. Trató de darles un lugar distinto a los psicóticos, a las personas con enfermedades llamadas crónicas y luchó por transmitir ese legado. Tuvo y tiene más de 20 doctor honoris causa en distintas universidades del mundo. Fue un referente, una transformadora, una revolucionaria. Creo que no merece críticas, ni tan siquiera en la manera de divulgar las tareas del duelo, ya que ella pensaba, podemos deducir que ese proceso no se da en etapas sino que es un esquema para pensar de tipo didáctico.
A mí me conmueve su interés por la muerte y ese capullo que libera un alma permanente, así como el trabajo con psicóticos. Como ejemplo, ella cita en uno de sus libros, creo recordar que en "La muerte: un amanecer", que una persona diagnosticada de esquizofrenia le dijo que veía en una mancha en la pared algo en particular, ella sólo le pudo decir con honestidad, tú lo ves pero yo no puedo verlo. Es un cambio de perspectiva de la psiquiatría, que penaliza el síntoma y lo apaga para la "normalización" y "adaptación" del sujeto a la realidad. Pero pocos se preocupan de ese malestar subjetivo, biográfico en muchos casos, que le ha conducido a la enfermedad. Tampoco se suelen detener en las creencias religiosas o espirituales como factor motriz de la vida, de la esperanza, aunque sólo pueda parecer a priori que es una cuestión de "angustia existencial". Pensar en la continuidad de la vida ayudaba a esos pacientes que atendía Elisabeth y las largas horas de escucha en los hospitales le ayudó a un enriquecimiento mutuo y a plantearse muchas cosas que las personas qe no están cerca de ese tipo de dolor no pueden ver con nitidez, ella fue una persona lúcida, quizá demasiado revolucionaria para el establishment pero digna de estudiar y aprender de ella. También resulta un bálsamo para personas que han perdido un familiar.

No hay comentarios: