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Paz y Ciencia

lunes, 26 de septiembre de 2011

Psiquesoma en Winnicott. Fragmento de su trabajo "La mente y su relación con el psiquesoma"

[...]Teoría de la mente




En base a estas consideraciones preliminares propongo una teoría de la mente. Esta teoría se basa en la labor realizada con pacientes analíticos que se han visto necesitados de efectuar una regresión a un nivel de desarrollo sumamente precoz durante la transferencia. En este escrito daré únicamente un ejemplo de material clínico, pero creo que la teoría resultará valiosa en nuestra labor analítica cotidiana. Supongamos que en el desarrollo precoz de un individuo, salud implica continuidad en el ser. El psiquesoma precoz se mueve a tenor de cierta línea de desarrollo siempre y cuando su continuidad de ser no se vea turbada; dicho de otro modo, para el desarrollo sano del psiquesoma precoz hace falta un medio perfecto. Al principio la necesidad es absoluta. El medio ambiente perfecto es aquel que se adapta activamente a las necesidades del psiquesoma recién formado, aquello que los observadores saben que al principio constituye el pequeño. El mal medio es malo porque debido al fracaso de la adaptación se convierte en un ataque contra el psiquesoma, ataque ante el cual el psiquesoma (es decir, el pequeño) debe reaccionar. Esta reacción turba la continuidad existencial del nuevo individuo. En los comienzos, el buen medio (psicológico) es físico, estando el pequeño en el útero o en brazos y recibiendo cuidados; sólo con el paso del tiempo desarrolla el medio ambiente una nueva característica que hace necesario un nuevo término descriptivo, como puede ser «emocional», «psicológico» o «social». De esto emerge lo que llamamos una madre «buena», con su capacidad de adaptarse activamente a las necesidades del pequeño, capacidad que surge de su devoción o dedicación y que es posibilitada por su narcisismo, su imaginación y sus recuerdos, cosas todas ellas que le permiten saber por medio de la identificación cuáles son las necesidades del pequeño. La necesidad, al principio absoluta, de un buen medio ambiente se convierte rápidamente en relativa. La madre «buena» corriente ya es suficiente. Si es lo suficientemente buena, el pequeño, por la actividad mental, sabrá tolerar sus deficiencias. Esto no se refiere tan sólo a la satisfacción de los impulsos instintivos, sino también a todos los tipos de necesidades primitivas, incluyendo la necesidad de un cuidado negativo o un descuido vivo. La actividad mental del pequeño hace que un medio ambiente suficiente se transforme en uno perfecto, es decir, convierte el fallo de adaptación en un éxito. [...]

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