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Paz y Ciencia

domingo, 18 de septiembre de 2011

Yo padre, Yo niño, Yo adulto. Análisis Transaccional


ESTADOS DEL YO Y TRANSACCIONES.


Las interacciones de las personas están compuestas de transacciones. Cualquier transacción tiene

dos partes: el estimulo y la respuesta. Las transacciones individuales usualmente son parte de una

serie mayor. Algunas de estas series o secuencias de transacciones pueden ser directas,

productivas o saludables o pueden ser ulteriores, inútiles y poco saludables.

Cuando las personas interactuan lo hacen desde uno de tres diferentes estados del yo. Un estado

del yo es una forma especifica de pensar, sentir y actuar y cada estado del yo tiene su origen en

regiones especificas del cerebro. Las personas pueden actuar desde su estado del yo Padre o

desde su estado del yo Niño o estado del yo Adulto. Y en toda ocasión nuestras acciones provienen

de uno de estos tres estados del yo.

EL NIÑO.

El estado ‘Niño del yo’. En él aparecen los impulsos naturales, las primeras experiencias que se nos

grabaron en la infancia y cómo respondimos ante ellas. Es la parte de nuestra persona que siente,

piensa, actúa, habla y responde igual que lo hacíamos siendo niños. Tiene un tipo de pensamiento

mágico e irracional, las relaciones las concibe como algo eminentemente emocional.

Cuando estamos en el estado del yo Niño nosotros actuamos como el niño que una vez fuimos. No

estamos sólo haciendo una escena; nosotros pensamos, sentimos, vemos, escuchamos y

reaccionamos como un niño de tres, cinco u ocho años de edad. Los estados del yo son estados

plenamente experimentados del ser, no-solo roles. Cuando el Niño es odioso, o amoroso, impulsivo,

espontaneo o juguetón se le llama Niño Natural. Cuando es pensativo, creativo o imaginativo se le

llama Pequeño Profesor. Cuando esta atemorizado, culpable o avergonzado se le llama Niño

Adaptado. El Niño tiene todos los sentimientos; miedo, amor, ira, alegría, tristeza, vergüenza, etc. El

Niño frecuentemente es culpado de ser la fuente de los problemas de las personas porque está

centrado en sí mismo, es emocional, poderosos y se resiste a la supresión que viene con crecer.

El estado Niño de Yo funcionalmente se divide en Niño Libre (NL) y Niño Adaptado (NA), el Niño

Libre es espontáneo, creativo, intuitivo, curioso, expresa sus emociones auténticas y constituye la

parte más bella y posiblemente más necesaria de nuestra personalidad, en ella se encuentra el

placer y la autogratificación, sus elementos negativos son el egoísmo y en ocasiones la crueldad. El

Niño Adaptado tiene a su vez dos formas de expresión, una en lo positivo tiende a la disciplina, el

respeto, la capacidad de obedecer normas, en lo negativo se manifiesta por una actitud retraída,

temerosa, confusa, desvalorizada, que tiende a la obediencia automática y la autodescalificación,

esta actitud es llamada de Niño Sumiso (NS), la otra forma de expresión (Niño Rebelde) también

tiene elementos positivos, el espíritu no convencional, la inconformidad con lo establecido, que

puede ser favorecedora del cambio, diversos aspectos negativos como son la agresividad, rebeldía,

actitud retadora y desafiante, con frecuencia opositor por sistema o hábito, sin valorar

adecuadamente sus propios intereses.

EL PADRE.

El estado ‘Padre del yo’. Derivado de los padres y madres que hemos tenido y de las personas

mayores que han intervenido de manera directa en nuestra educación. Es un compendio de las

actitudes y el comportamiento incorporados de procedencia externa. Sentimos, pensamos,

actuamos y hablamos de una manera muy semejante a como lo hacían nuestros padres y madres

cuando éramos niños, ya que ellos fueron modelos básicos en la formación de nuestra

personalidad. Sus valores e ideas acerca de la vida, sus pautas de comportamiento, sus normas,

reglas y leyes de convivencia, se van a ir grabando en el hijo o hija, e influyen de forma poderosa en

la configuración futura de su personalidad. Y todo eso sucede sin que la persona sea consciente de

ello, por lo que se terminan reproduciendo pautas aprendidas en la infancia sin darse casi cuenta.

El Padre es como una grabadora de cinta. Es una colección de códigos de vida pregrabados,

prejuzgados y prejuiciados. Cuando una persona esta en un estado del yo Padre piensa, siente y se

conduce como uno de sus padres o alguien que tomo su lugar. El Padre decide, sin razonar, como

reaccionar a las situaciones, lo que es bueno y es malo, y como las personas deben vivir. El Padre

juzga para o contra y puede ser controlador o dar apoyo. Cuando el Padre es critico se le llama

Padre Critico. Cuando da apoyo se le llama Padre Nutritivo.

Un estado del yo puede dominar a una persona a la exclusión de los otros dos. Un ejemplo de esto

es un Padre Nutritivo o Critico excluyente, lo que sucede cuando una persona es incapaz de usar su

Niño o su Adulto. Esta persona está en gran desventaja porque para poder ser un ser humano con

buen funcionamiento, los estados del yo tienen que estar disponibles cuando son necesarios.

Con un Padre excluyente como único estado del yo funcionando, la persona tiene que vivir sin el

beneficio de su Niño o Adulto, y por lo tanto esta cercenado de dos terceras partes de su potencial

humano.

El Padre usa viejas "grabaciones" para resolver problemas y por lo tanto generalmente está

veinticinco años atrás de los tiempos (aunque pueden ser 250 o hasta 2,500 años atrás de los

tiempos) esto es útil cuando no hay información disponible al Adulto, o no hay tiempo para usar el

pensamiento del Adulto. El Niño por otro lado, creará soluciones novedosas basadas en la intuición

pero estas soluciones pueden no ser tan confiables como las decisiones basadas en hechos que

hace el Adulto.

EL ADULTO.

El estado ‘Adulto del yo’. En él percibimos la realidad presente de forma objetiva, de forma

organizada, calculamos las circunstancias y consecuencias de nuestros actos con la base de la

experiencia y los conocimientos. Es la dimensión interior del individuo, que se caracteriza por el

análisis racional de las situaciones, la formulación sensata de juicios y la puesta en marcha del

propio sentido de la responsabilidad. Este estado hace posible la supervivencia y, cuando está

suficientemente desarrollado, debe analizar si en nuestra conducta hay exceso de influencias

inconscientes e irracionales de nuestro padre o de nuestro niño.

Cuando la persona está en el estado del yo Adulto, funciona como una computadora humana.

Opera en los datos que colecciona y guarda o usa para tomar decisiones de acuerdo a un programa

basado en la lógica.

Cuando la persona esta en el estado del yo Adulto usa pensamiento lógico para resolver problemas,

asegurándose de que las emociones del Niño o Padre no contaminen el proceso. Las personas

podrían concluir con esto que las emociones no son buenas. Pero solo significa que para ser

racional y lógicos debemos ser capaces de separarnos a nosotros mismos de nuestras emociones.

Esto no significa que ser racional y lógico es la mejor manera de ser todo el tiempo. De hecho, igual

que el Padre excluyente hace un ser humano incompleto, también un Adulto excluyente tiene un

efecto desvitalizante en las personas. Las personas siempre pueden objetar: "¡Yo soy un adulto y

tengo emociones!" Y tienen razón. Ser un ser humano maduro o crecido no es lo mismo que estar

en el estado del yo Adulto. Los niños pequeños pueden estar en su Adulto y las personas crecidas

bien ajustadas pueden usar su Padre y su Niño todo el tiempo.

El Adulto computa todos los datos que se le alimentan. Si los datos están al día, entonces las

respuestas del Adulto serán propicias y más efectivas que las soluciones del Padre. Si los datos son

incorrectos la computadora del Adulto producirá respuestas incorrectas. Una función muy

importante del Adulto es predecir resultados y proveer una critica basada en hechos de la

efectividad de la conducta de las personas en la persecución de las metas que eligieron. Esta

función critica basada en hechos es diferente de la función basada en valores del Padre Critico.

A veces el Adulto usa información que tiene su origen en el Niño o en el Padre y que puede estar

incorrecto. A esto se le llama contaminación . Cuando una contaminación viene del Padre se le

llama prejuicio. Por ejemplo, cuando alguien asume que las mujeres prefieren seguir el liderazgo de

un hombre en vez de tomar sus propias decisiones es un dato que viene al Adulto desde el Padre y

es una contaminación porque es aceptado como un hecho sin cotejarlo con la realidad.

La misma aceptación de información no cotejada puede ocurrir con la información que provee el

Niño en cuyo caso se le llama autoengaño. Un autoengaño que generalmente el Adulto acepta

como realidad. Por ejemplo, cuando una persona esta convencida de que esta siendo envenenado

por el gobierno, probablemente esto este basado en los miedos de su Niño que el Adulto acepta, en

vez de en hechos. Un proceso extremadamente importante en el análisis transaccional es la

descontaminación del Adulto.

VOCES EN LA CABEZA.

Como puede usted recordar, el estado del yo Padre es como una grabadora llena de declaraciones

prejuzgadas, prejuiciadas y pre-programadas. Estas declaraciones "grabadas" pueden ser activadas

mientras estamos en nuestro Adulto o Niño y podemos escucharlas realmente como si fueran

"voces en nuestra cabeza". Las grabaciones parentales se pueden sentir bien o mal dependiendo

cual Padre las haga. En otras teorías de la personalidad las voces dañinas del Padre Critico son

conocidas como un super ego áspero, diálogos internos negativos, trampas cognitivas, baja

autoestima, protector cognitivo o expectativas catastróficas.

El Padre Critico puede hacer declaraciones devaluatorias como: "tú eres malo", "estúpido", "feo,"

"loco" y "enfermo"; en resumen estas condenado, no OK". El Padre Nutritivo ama al Niño

incondicionalmente y dice cosas como: "yo te amo", "eres un triunfador", "eres inteligente", "eres

una princesa" o "eres hermoso".

El Padre Critico controla al Niño impidiéndole sentirse a gusto consigo mismo. Si el Niño quiere ser

amado el Padre Critico dice: "Tu no lo mereces". Si el Niño quiere dar amor el Padre Critico puede

decir: "Eso no es deseable". Si el Niño esta enojado ante un trabajo poco gratificante el Padre

Critico puede decir: "Esto es lo mejor que puedes hacer porque eres haragán". Si el Niño viene con

una nueva idea que va en contra de los viejos puntos de vista el Padre Critico puede decir: "Tu

debes de estar loco para pensar de esa manera". El Padre Critico puede hacer que las personas se

sientan no aprobados y forzarlos a hacer cosas que no desean hacer. Para contraatacar esta clase

de Padre Critico las personas pueden aprender a desarrollar su Padre Nutritivo, Adulto o Niño

Natural.

Por medio de un egograma podemos mostrar la fuerza relativa de los estados del yo de una

persona en un momento dado. Esto es muy útil al diagramar la forma en que las personas cambian

a través del tiempo, especialmente de cómo ellos reducen su Padre Critico y aumentan su Padre

Nutritivo, Adulto o Niño.

Como todos hemos sido niños, hemos tenido mayores que nos han influido y somos capaces de

tener sentido de lo real, se puede decir que en nuestro interior dialogan los tres estados:

padre, niño y adulto. Son procesos internos de la mente que están siempre activos. Sin embargo, a

veces no somos conscientes de ello, incluso muchas personas nunca lo son.
 
 
 
 
Fuente:http://www.monografias.com/trabajos-pdf902/el-analisis-transaccional/el-analisis-transaccional.pdf

4 comentarios:

Anónimo dijo...

perfecta descripcion vaya q si me ha ayudado

Anónimo dijo...

Que delicia de apuntes, disfrute cada momento de la lectura.

maariagrazia dijo...

Muy buena descripción. Me ayudó mucho.

Unknown dijo...

Excelente , demasiado bueno ...