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Paz y Ciencia

martes, 25 de octubre de 2011

Los niños en dos hogares




Llega un momento de la vida en la que los hijos van madurando. Es importante tener unos padres sólidos y consistentes, firmes y flexibles, cariñosos y cercanos. Es importante la comunicación entre ambos. Es saludable que las personas que han roto sus relaciones puedan encontrar a otras personas para seguir hacia delante sus vidas, encontrar un apoyo es básico. A veces, los pequeños y pequeñas se ponen celosos de las parejas de su madre o padre y a veces tienen problemas de relación con ellos. Por ese motivo muchas personas se cuidan mucho de presentar a su pareja a su hijo o hija. Es un momento delicado pero para que vaya creciendo esa "personita" tiene que aceptar que su mamá o papá tiene derecho legítimo y necesidades emocionales para compartir su vida con otra persona y reconstituir su núcleo familiar.
No siempre es fácil la comunicación entre padres separados, existen muchos temas que enrarecen la relación, desde lo burocrático hasta lo más visceral.
Cuando se dan este tipo de situaciones es interesante asesorarse con una persona que maneje este tipo de casos para gestionar mejor la toma de decisiones. Todos conocemos hijos de padres separados que son fabulosos, estupendos y tienen una vida muy feliz, faltaría más.
Hay que tener cuidado en no proyectar la ira hacia la antigua pareja a través del hijo o hija. Más bien fomentar el que la relación con el otro padre sea agradable.
Cuando son pequeños, pueden utilizar este movimiento de "ping-pong" para realizar algunos movimientos "psicopáticos", con esto me refiero a pequeñas manipulaciones para obtener ciertas cosas.
Estas manipulaciones no suelen ser medidas sino que nacen de la necesidad de recibir un afecto, algunos padres se manejan mejor en los terrenos de los afectos, otros en el plano de lo intelectual y otros en otros factores, existen padres más conservadores y más liberales. No existe una única fórmula para que la maduración emocional de su hijo sea saludable. En todo caso es beneficioso respetar al otro padre, mantener un hogar agradable donde la pareja (de existir) respete al hijo y procurar amoldarse a las necesidades del menor de edad. Para ello, hay que cambiar ciertos mapas mentales, esto no es una cuestión fácil pero se puede lograr con un poco de ayuda, esfuerzo, compromiso, voluntad y deseo.
La felicidad de los progenitores es básica para que la "personita" se sienta cómoda y en un entorno "suficientemente bueno". Aléjense de discursos radicales en relación a este tema, puesto que los padres separados pueden hacer crecer a un hijo muy feliz. Se trata de dejar las "colusiones" a un lado y centrarse en las necesidades del hijo.

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