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Paz y Ciencia

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Cómo sobrevivir emocionalmente a tus padres: El Confidencial

@Guillermo Moratinos 09/11/2011 (06:00h)
Cuando el escritor Martin Amis era adolescente, hubo de presenciar cómo su padre interrumpía el banquete que estaban celebrando para mantener relaciones sexuales con tres invitadas que en ese momento esperaban en el jardín de su casa. Este es sólo un ejemplo de la dura infancia que vivió Amis, bajo la tutela del también escritor Kingsley Amis.
En el año 2000 el británico se desnudó y publicó la obra Experiencia (Ed. Anagrama) en la que narra sus memorias. En el libro da a conocer las duras experiencias que ha vivido y la complicada relación con su padre. Kingsley fue su mayor crítico e, incluso, se resistió a leer algunas obras de su hijo. La vida de Martin siempre ha estado marcada por la relación con su padre. Kingsley se desentendió de la educación de su vástago y fue la madrastra del chico la que lo introdujo en la literatura a los 16 años. Se puede decir que los progenitores de Martin fueron negligentes con su hijo, puesto que, la azarosa vida del escritor traía a su casa multitud de fiestas y alcohol, lo que permitió a Martin una libertad inusual en su adolescencia.

Aunque la relación padre-hijo fue conflictiva siempre existió entre ambos una afecto y admiración, aunque de forma asimétrica. Fue, por tanto, la muerte de su padre lo que le empujó a publicar sus memorias y la necesidad de dar a conocer la versión de su vida. "Lo hago porque siento las mismas inquietudes que sienten todos los demás. Quiero dejar las cosas en claro [...], y hablar, por una vez, sin artificio", cuenta Amis.

No hay que irse muy lejos para ver como hoy en día muchos padres complican la relación con sus hijos. Bien sea por una educación demasiado estricta, bien por un desinterés sobre la vida del niño, muchas personas arrastran hasta su independencia estas experiencias que les condicionan para el resto de su vida.

La psicóloga Victoria Noguerol confirma a El Confidencial estos hechos. “Hay muchísimos casos de este tipo”, asegura y argumenta que estos problemas podrían evitarse tomando conciencia del problema y hablándolos, lo que mejoraría la salud emocional de estos sujetos. De todas formas, Noguerol comenta que “cada vez más familias son sensibles a ello y que se deciden a buscar ayuda externa”.

La situación, por tanto, tiene marcha atrás y se puede sobrevivir a los padres con un poco de apoyo. Ramón Riera, psiquiatra, psicoterapeuta y profesor del máster de psicoanálisis relacional, explica a este diario que “en estos casos adversos una de las cosas que más ayuda es tener la comprensión de alguien sobre lo que está pasando” porque el afectado en estas situaciones no tiene conciencia de lo que está ocurriendo.

A su juicio, el problema se debe a que los progenitores “no dejan que el niño florezca en sus particularidades". Si de pequeño no se encuentra a alguien que valide lo que le ocurre al menor, éste “llegará a la adolescencia en situación caótica”, lo que le hace susceptible de protagonizar conductas de riesgo como el consumo de drogas, de alcohol o el exceso de velocidad. Esto ocurre cuando el individuo intenta recuperara el autoestima mediante “intentos poco razonables y a la desesperada”.

Para que estas “circunstancias adversas” no acaben siendo una “vivencia traumática” hay que emplear una serie de herramientas que consigan dar la vuelta a la situación. Ramón Riera posiciona como principales medidas “tomar conciencia de lo ocurrido, poner a nuestros padres en su sitio y contar con el apoyo de alguien que te entienda”. Si se consiguen realizar estas cuestiones, el sujeto “saldrá reforzado”. Sin embargo, este psiquiatra comenta que “en general es más fácil que la situación se complique”.

Victoria Noguerol también corrobora que “lo más importante es hablar y expresar los sentimientos”. La psicóloga comenta que por cultura, por ejemplo, los hombres tienden a bloquear sus sentimientos y con esto no se consigue nada.

Asegura que a partir de ese momento ya se abren posibilidades para solucionar el problema y niega la creencia de que las personas no pueden cambiar. “Abres más opciones si hablas con toda la familia, ya que este tipo de conflictos tienden a taparse de cara a la sociedad y pueden llegar a transmitirse de generación en generación”, por eso es tan importante encontrar una solución a tiempo.

Hay que reconocer el problema y poner a nuestros padres en su sitio

Para empezar a tomar conciencia de los hechos, necesitamos a alguien que actúe como espejo y nos devuélva la imagen que debemos tener de nosotros mismos, que será distinta de la que nos han inculcado nuestros padres.

Victoria Noguerol argumenta que las víctimas de estas situaciones “asocian mensajes de la infancia” con su forma actual de relacionarse. “Aprenden a sobrevivir como pueden y llenan su mente de pensamientos negativos como que no sirve para nada, que no es capaz, que no tiene apoyo, etc.”. Esto marca la personalidad del individuo y se reproduce a lo largo de la vida en forma de impactos que no nos permiten desprendernos de esa carga.

Para poner a nuestros progenitores en su sitio, es necesario “que haya un poco de ruptura con ellos”. Ramón Riera considera que “hay que poner las cartas sobre la mesa” porque "es lo más democrático que se puede hacer para ver si los padres son capaces de reorganizarse y salir de la crisis”. Sin embargo, insiste en el riego de “ruptura total” durante el camino.

Hay que tener en cuenta que nuestro objetivo “no es cambiarlos a ellos, sino florecer y conseguir que te respeten”. Una vez que esto se consigue será más fácil que el afectado entienda por qué han tenido esa actitud durante su infancia. “La única forma para que un joven entienda a su padre de 50 años es que el progenitor no lo ahogue”.

Otros consejos útiles para salir de la situación son “rodearte de un entorno afín que nos permita ser nosotros mismos, intentar no traicionarse o estar conectado con tus propios sentimientos”. Es conveniente, además, emanciparse para contar con cierta independencia. Si esto no funciona, el psiquiatra recomienda acudir a un profesional, ya que en pocas sesiones se puede conseguir la solución idónea.

Riera destaca que un factor decisivo en la “capacidad de introspección”. Esta cualidad no puede aprenderse sola, ya que somos seres sociales por naturaleza, menos aún "si no se ha crecido en un entorno en el que estemos rodeados de espejos que nos devuelvan los estados emocionales que vamos mostrando”.

Para conseguir esta introspección, el psiquiatra recomienda ayudarnos con la cultura, que nos conecta con los sentimientos. “Si uno lee una novela, se mete en las emociones de los personajes y se siente identificado”. El problema es que hay jóvenes que han crecido en entornos sin cultura, por lo que la situación se complica al buscar el sujeto estas emociones en las drogas, el alcohol o la velocidad.

El psiquiatra, sin embargo, alerta de que “lo más habitual es que se congelen las relaciones, porque nunca se pone el problema sobre la mesa, y no se llegue a una solución, sino que se aplaca al otro y se mantiene una relación en falso que puede acabar cronificándose”.

Por último, Victoria Noguerol ha demarcado una serie de indicadores para prevenir este tipo de problemas. “Los adolescentes usan todo tipo de señales, otra cosa es que las entendamos”. La psicóloga comenta que normalmente a estos jóvenes se les señala con el dedo en vez de llegar a la raíz del problema y solucionarlo. La agresividad, rabia, depresión, violencia, trastornos del sueño o de la alimentación y cambios en el rendimiento escolar son los factores más repetidos en adolescentes con esta problemática.
http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2011/11/09/como-sobrevivir-emocionalmente-a-tus-padres-87385/

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