Con cierta frecuencia, personas de fuera de Zaragoza me llaman para pedirme consejo o contactos. Esto suele ir al hilo de algún artículo propio o ajeno con el que se sienten identificados. Por lo prolijo de los artículos destinados al TLP, en el que me he formado y reciclo concienzudamente, muchas veces es por tal razón.
Estas personas son muy curiosas, indagan, buscan un espacio propicio donde sentirse comprendidas. La confluencia entre su peculiar forma de ser, que no se ajusta a los cánones de la psicología convencional y a que pocos profesionales son expertos y preparados psicologícamente para atender a estos pacientes hace que hayan tenido varias experiencias terapéuticas o de intento de ello sin resultar fructífero.
Cada vez hay mayor y mejor información sobre el TLP, se le conoce mucho mejor y creo que eso se plasmará en el DSM, aunque no sea santo de mi devoción la nomenclatura categorial, y menos en un trastorno como el borderline. Los trastornos de personalidad se deberían diagnosticar por cluster, el trastorno de personalidad indiferenciado se ha convertido en algo muy habitual pero es que si seguimos con preción lo que plantea el manual de diagnósitico podríamos "poner" muchas etiquetas a un mismo paciente. Esto parece una imprudencia y no invita al optimismo científico.
Reinvindico desde aquí lugares especializados donde se trabaje con TLP, la especialización del trabajo psicoterápico y farmacológico, como es en el Hospital Provincial de Zaragoza y en el Centro Logpsic, llevados por Rubio Larrosa y Dolores Mosquera, respectivamente.
Estas personas necesitan que alguien les entienda, eso es primordial, sin ese primer paso no se podrá construir un espacio de confianza y armonía en la relación terapéutica. Ese ambiente confiable se desarrolla también con las habilidades y conocimientos del terapeuta en base a qué es lo que le pasa al paciente. Pueden contar conmigo. Un saludo. rcordobasanz@gmail.com
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