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Paz y Ciencia

sábado, 14 de enero de 2012

La influencia de los padres en la génesis de los trastornos mentales

Éste es un tema para un largo debate. Existe un acuerdo validado en la praxis, según el cual, y allí entran los distintos modelos psicológicos, los padres influyen en el desarrollo de los hijos. Evidentemente no suele haber problema cuando se trata de un hijo o hija exitoso, sereno, calmado, reflexivo y sosegado.
Cuando presenta algún tipo de problema psicológico, que se clasifican como trastornos mentales, los padres tienen otra óptica. Su narcisismo se ve dañado. Su identidad se ve en cuestión y su desempeño realizado la mayor parte de las veces con esmero se ve en entredicho.
Por esta razón los padres no suelen o no quieren participar de buena gana en el tratamiento de los hijos. Cada escuela propone un enfoque, por citar dos ejemplos, la sistémica propone un tratamiento familiar, el psicoanálisis propone un tratamiento individual, hace muy poco que emergió el psicoanálisis vincular de la mano del recién fallecido Berenstein y Janine Puget entre otros.
Los cognitivistas hablarían de modelos cognitivos de aprendizaje social, los sistémicos de pautas de comunicación y formas de relación, dando énfasis a la paradoja, los conductistas hablarían de un sistema de refuerzos y castigos, los psicoanalista son los que más profundamente han trabajado este tema considerando múltiples variables. Aunque existen psicoanalistas deterministas.
En el siglo XXI sabemos que el individuo no solo tiene personalidad, que es el temperamento (lo biológico) y carácter (lo psicosocial), sino también una identidad, un self, una mismidad o como quieran entenderlo.
Para entender a una persona es útil y necesario conocer a su familia o tener datos de su familia, y lo más importante, los sentimientos, actitudes y conductas que están relacionadas.
Lo del Caso Schreber es algo exagerado que sirve como ejemplo (citado en el post anterior titulado paranoia). Los padres son personas, y no ven con objetividad a su hijo o hija, le ven desde el prisma del amor y de sus propias problemáticas no resueltas. Aquí entra una anécota de un paciente que decía que cuándo íbamos a entrar a hablar de sus abuelos. Él era un médico orgánico ajeno al mundo "psi" centrado en lo biológico.
Si cuesta trabajo para médicos, imagínense para personas ajenas a la medicina, ahora piensen en unos padres que ven sufrir a su hijo. Culparles es sádico y además no sirve para nada. Se puede y debe trabajar con ello para que poco a poco vayan tomando conciencia y tal vez, aunque solo sea escuchado su soliloquio se den cuenta de que, por ejemplo, les ha pasado lo mismo con otro hermano. Esto se ve en personas, por citar un ejemplo de nuestra época, a aquellas personas que les enviaron a estudiar a un internado. Se criaron en el orden y la disciplina pero con un déficit de cariño.
Con respecto a trabajar con un paciente seré breve, el hecho de que sus padres hayan podido influir en su problema por diversas causas, por ejemplo, por falta de atención, agresiones o aspectos más sutiles como la obliteración del gesto espontáneo y la imposición de un modelo ideal de conducta, no es razón suficiente, ni es operativo ni humano echar la culpa a los padres, más aún cuando la persona es adulta y tiene que aprender a vivir de manera independiente. Tal vez ese haya sido un error del psicoanálisis anterior.

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