"Aflorimos: Pensamientos Póstumos". Carlos Castila del Pino.

Pienso, en algo: siento, por algo. No se puede descrbir el pensar o el sentir sin contar con el objeto que lo provoca.

Si estando solo te sientes un enano, tu estatura ante los demás es una superchería.

Vivimos representando ante los demás, pero, si no queremos mentirles, solo debiéramos representarnos a nosotros mismos.

Tratar de evitar lo demasiado; podemos ahogarnos.

Todo exceso es feo y además falso.

Lo místico, una conducta excluyente de todo lo que no sea estético. Lo místico es éxtasis, y lo éxtático es la absorción por lo estético.

Una vez que algo nos guste -o no nos guste-, pongámoslo en cuestión. ¿Por qué nos gusta (o no nos gusta)? Es una tarea autoeducadora.

El inteligente no es necesariamente sabio. En ocasiones puede ser imprudente y hasta hacer tonterísa de elevada magnitud.

Al sabio se le reconoce porque lo es -ante todo- respecto de sí mismo.

El carisma es un don de la naturaleza. Y una gran suerte para quien lo posee. Sin esfuerzo, todos se hacen suyos.

Irritarse es irritarse con uno mismo: ¿para qué?; es antihigiénico.

Lo que nos insta a vivir: el deseo de lo que aún no hemos vivido.

La decisión de incorporar a la persona amada a nuestra vida se hace en condiciones muy desfavorables, a saber, cuando estamos enamorados. Sin sentido, pues, de la realidad, la catástrofe es de esperar, salvo que el azar intervenga a nuestro favor y acertemos sin más.

La cara no es el espejo del alma, sino su máscara. De ser espejo, en todo caso es cóncavo o es convexo.

Para nuestra desgracia, la vida es más interesante no por lo que de bueno hay en ella, sino por lo malo que hemos de soportar.

pp. 125-127 Tusquets. 2011.