PEACE

PEACE
Paz y Ciencia

martes, 3 de abril de 2012

"Aflorismos". Carlos Castilla del Pino

Nada grande se ha hecho desde la facilidad. La facilidad, una trampa que uno se pone a sí mismo; una traición.

No creerse lo de bueno puedan decir de uno los demás. Uno sabe que no es para tanto; o sea, que de hecho eso que se dice no es verdad.

El olvido es el polvo levantado por el viento, o sea, lo reduce todo a la nada.

El ideal en la vida sería éste: que de todo lo que uno haga se pueda decir que es limpio. ¿Cómo sería el mundo si todos actuáramos limpiamente?

Deberíamos aprender a vivir con arte, a darle un rango estético a cada acto de nuestra vida.

Significa lo que yo quiero que signifique: eso es del todo verdad en la música.

Esto vale lo que yo quiero que valga: ésa es la teoría del valor, sea estético, sea ético.

No hace falta imaginarse lo infinamente grandioso en un dios. Lo es el mundo, que existe y está aquí, y somos de él.

Hacer el mal es, desde el punto de vista de nuestra economía mental, es decir, vital, antieconómico.

Es poco inteligente tomarse el éxito en serio.

Saberse querido, saberse respetado cuando no se tiene poder; ése es el éxito (moral, no social), en el que se cae en la cuenta cuando ya no tiene remedio, cuando uno es presa del escepticismo del otro tipo de éxito.

La relación humana es ficticia; lo que ocurre es que se conocen, más o menos, las claves de la ficción. Tomada como real, se evita la parálisis.

El sujeto es el creador de ficciones, y la psicología el tratado, primero, de la capacidad ficcional del sujeto, y después de la temática de sus ficciones.

Cada actuación humana, pongamos por caso, o es tonta o inteligente, y define al sujeto como tonto o inteligente. Pero eso es de puertas afuera. Dentro, no hay relación de alternativa, sino de coexistencia: se puede ser tonto e inteligente.

La relación del sujeto con la realidad es un duelo. Uno tiene que desafiar a la realidad, medirse con ella.


Carlos Castilla del Pino: "Aflorismos: Pensamientos Póstumos". Tusquets. pp.122-124

No hay comentarios: