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Paz y Ciencia

sábado, 14 de abril de 2012

Aspectos básicos del Trastorno Bipolar


Fotografía de Oscar Wilde:
A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante.



Su principal característica es la oscilación extrema del estado de ánimo, desde la elevación de los estados maníacos hasta las depresiones más profundas. Se considera un trastorno del estado de ánimo porque influye profundamente en la experiencia que tiene la persona de la emoción y el "afecto" (su manera de transmitir emociones a lo demás). Se llama trastorno bipolar porque los los cambios del estado de ánimo se dan entre dos polos, elevado y bajo, en contraste con el trastorno unipolar, donde los cambios del estado de ánimo solo se dan hacia un único polo: bajo.
En el estado elevado o "maníaco", las personas afectadas experimentan distintas combinaciones de lo siguiente: euforia exagerada (estado de ánimo excesivamente alegre o expansivo), gran irritabilidad (estado de ánimo excesivamente iracundo y susceptible), disminución de la necesidad de dormir, grandiosidad, aumento de la verbosidad (verborrea), pensamiento acelerado o fuga de ideas, aumento de los niveles de actividad y de energía, cambios de pensamiento, atención y percepción, y conducta impulsiva y temeraria. Estos episodios se alternan con intervalos donde la persona está deprimida, triste, melancólica o "con el ánimo por los suelos", pierde el interés por las cosas con las que normalmente,: disfruta, no tiene apetito y pierde peso, se siente fatigada, le cuesta dormir, tiene una profunda sensación de culpa, de inutilidad, le cuesta concentrarse o tomar decisiones y piensa con frecuenca en el suicidio.
Los episodios maníacos o depresivos pueden durar desde unos días a varios meses. Muchas personas afectadas (cerca del 40% según los cálculos) no experimentan episodios depresivos y maníacos de manera alterna, sino de forma simultánea: se trata de los llamados "episodios mixtos".
Los episodios del TB no se desarrollan de la noche a la mañana y la gravedad de los estados maníacos o depresivos varía mucho de un inviduo a otro. En muchas personas, el estado maníaco se desarrolla por fases. Gabrielle Carlson y Frederick Goodwin(1973) observaron que, en las primeras fases de un episodio maníaco, las personas se sienten "marchosas" o "energizadas" y su pensamiento se acelera con muchísimas ideas. Su necesidad de dormir empieza a disminuir progresivamente y se sienten aturdidas o ligeramente irritables (estado "hipomaníaco"). Más adelante entran de lleno en un estado maníaco marcado por la euforia, conductas impulsivas como gastos de dinero "a lo loco" y períodos frenéticos de intensa actividad. En las ilusiones (creencias irracionales), alucinaciones (oír voces o ver cosas) y una ansiedad extrema. No todas las personas afectadas de trastorno experimentan estas fases y muchas reciben tratamiento antes de llegar a la fase más avanzada.
Las personas afectadas también se van hundiendo gradualmente en la depresión aunque las fases son menos claras. En algunos casos se manifiestan depresiones muy graves (o "mayores"), de repente, cuando la persona se siente bien. En otros se manifiestan tras una serie de depresiones más leves llamadas "distimias".7
En algunas personas, los intervalos entre los episodios maníacos y depresivos pueden estar libres de síntomas. Otras personas "arrastran" algunos síntomas de los episodios como alteraciones del sueño, irritabilidad o algún síntoma distímico hipomaníaco. La mayoría de las personas afectadas experimentan problemas en su vida social y laboral a causa de la enfermedad.
Entre el 0,8% y el 1,6% de la población general sufre un "trastorno bipolar I", marcado por oscilaciones o ciclos entre fases depresivas y maníacas extremas. Cerca del 0,5% (una de cada doscientas personas) sufre un "trastorno bipolar II", donde la persona afectada oscila entre episodios depresivos graves y los llamados episodios hipomaníacos, una forma más leve de estado de ánimo. Se han identificado casos de aparición de trastorno bipolar en niños y en ancianos, aunque la edad típica de la primera aparición está entre los 15 y los 19 años de edad (Goodwin y Jamison, 1990). En general el trastorno bipolar se trata con una gama de fármacos en combinación con psicoterapia:

Estabilizadores del estado de ánimo (p.ej.: carbonato de litio);
Antidepresivos
Antipsicóticos y/o
Ansiolíticos

David J. Miklowitz: "Trastorno Bipolar. Una guía para pacientes y familiares". Paidós, 2004, Barcelona. Pp. 34-36

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