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Paz y Ciencia

miércoles, 11 de abril de 2012

Cambio de Actitudes




Una gran parte del estrés está producido por la tensión acumulativa de enfrentarse a múltiples incidentes en los que la realidad choca con las expectativas propias. La realidad es así y no cambia para adecuarse a nuestro interés. El resultado es una corriente de negatividad y frustración después de cada incidente.
Un ejemplo típico es querer cambiar a otras personas, esto tiene que ver con el aforismo: "Lo que resistes persiste y lo que aceptas lo transformas". En la vida común y corriente, a veces, queremos que las personas sean de otro modo. Esto no puede ser así. Exceptuando que tenga un problema psíquico y voluntad de cambio. Por tanto hay que aceptar a los otros como son y dejaremos de tener quebraderos de cabeza.
Esta aceptación, que es una de las bases de la conciencia plena, libera de tensión, esa que tiene que ver con los intentos de cambiar al otro.
Como dice Victor Frankl en su libro "El Hombre en Busca de Sentido", un libro imprescindible para entender el sufrimiento humano, si al hombre se le da una razón para vivir, él mismo encontrará la forma de vivir, de donde se deduce lo difícil que resulta vivir sin un sentido.
Muchas veces el éxito se convierte en una prisión. Los deseos de tener éxito pueden ser estimulantes, pero también puede exigir cada vez mayores cuotas de esfuerzo que quizás afecten negativamente a la salud o a las relaciones. Resulta agradable, de vez en cuando, revisar qué desea hacer uno en la vida, cuál es su misión, y ver si durante la jornada tiene ocasiones para practicar sus valores personales. Poder dedicar su tiempo y energía a algo que de sentido a su vida y donde pueda compartir o expresar sus valores personales es una inmensa fuente de satisfacción personal. Para ello, fíjese en aquellos elementos de la vida que le aportan armonía y poténcielos. Sea consciente de aquellas actitudes o actividades que le desagradan e intente ver cómo puede hacer las cosas de otra forma.
Otra cuestión relacionado con la actitud es la forma de afrontar las crisis. Desgraciadamente, una y otra vez en la vida nos enfrentamos a situaciones difíciles, donde parece que ninguna solución es buena, o simplemente, como en la muerte de un ser querido, no hay solución. Sin embargo, toda crisis lleva un componente de amenaza
unido a un componente de oportunidad. La amenaza se ve claramente y causa el estrés; la oportunidad puede incluso permanecer oculta, pero siempre está ahí. Muchas veces el impacto emocional de la crisis nos impide ver las oportunidades que lleva consigo,
porque la mente se centra en la pérdida o en el peligro.
En las crisis siempre hay oportunidad de desarrollo personal: aquellas personas que consiguen superar una crisis no sólo sobreviven a ella; salen fortalecidas y son un apoyo y consuelo para los demás. Se llama resiliencia y es la capacidad que tenemos las personas de crecer ante las adversidades. El aprendizaje solo se produce después de cometer un fallo. Quizás uno se da cuenta de que está conduciendo su vida de forma inadecuada; no importa lo que haya hecho si ahora comienza a dar pasos en la que considera su dirección correcta.
Otra actitud más para prevenir el estrés tiene que ver con el cuidado de la salud. El estrés afecta a la resistencia del organismo, la actitud optimista refuerza el sistema inmunológico. Si en su vida hay estrés aliméntese de forma sana, asegúrese de que descansa lo suficiente y haga ejercicio físico. Tenga cuidado con intentar reducir el estrés de una excesiva carga laboral trabajando más y más, pues el rendimiento baja y la salud se resiente.
Finalmente, y no menos importante, se encuentra la actitud referente a las relaciones afectivas. Vimos que el estrés surge en entornos amenazantes. Cuando estamos con personas que nos aprecian, que nos escuchan sin juzgar y nos comprenden, aunque no necesariamente compartan todos los puntos de vista, nos sentimos seguros. En esas situaciones el estrés disminuye. Si ante una temporada estresante usted se aísla y pierde contacto con su familia o amigos, estará desperdiciando un valioso recurso para reducir el estrés. Cultive relaciones afectivas de calidad, basadas en la honestidad y en la comprensión mutua.
Un problema surge cuando existe poco suministro afectivo interno, en ese caso, la persona se siente con poca autoestima y requiere de aprobación, afecto y refuerzo de los demás de una manera imperiosa, con cierta dependencia emocional. En este tipo de casos, la persona "utiliza" a sus amistades como "medicina"; ya sea para que le ayuden con sus problemas o para sentirse querido.
Me remito de nuevo al aforismo: "Lo que resistes persiste y lo que aceptas se transforma".

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