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Paz y Ciencia

domingo, 8 de abril de 2012

Complejo de Inferioridad




Se ha integrado en el lenguaje corriente y se ha transformado en una lugar común. Esto procede de Alfred Adler, disidente de la causa freudiana. Este investigador y clínico trabajó con niños con problemas como sordomudos, ciegos, etc. Él comprobó que no todos desarrollaban un problema en su psiquismo, en relación a su "autoestima".
Adler desarrolla su teoría para designar el temor a parecer inferior ante los demás, lo que tiene su origen en una enfermedad real o en una educación deficiente. En el complejo de inferioridad -Adler se refiere, con mayor precisión, al sentimiento de inferioridad-, el individuo intenta compensar con mayor o menor éxito su deficiencia y, según los resultados de este esfuerzo de compensación, se transforma ora en un genio, ora en un enfermo mental, con todos los estadios intermedios.
Alfred Adler pasó de la oftalmología a la psicoterapia después de su encuentro con Freud, del que sería el primer disidente de la Sociedad Psicoanálitica. Adler no quería aceptar la teoría de la sexualidad de Freud. Jung fue otro disidente por razones similares.
Cuatro conferencias ("Crítica de la teoría de Freud sobre la sexualidad como base de la vida psíquica") y un libro ("Estudio sobre la inferioridad de los órganos y su compensación psíquica", 1907) lo conducen a fundar una nueva escuela llamada de "psicología individual" (1911).
En "El sentido de la vida", Adler resume su teoría del sentimiento de inferioridad en una frase "Ser un hombre es sentirse inferior". Se trataría de un sentimiento universal al que en alguna medida nadie escapa. Para Adler, el complejo de inferioridad tiene tres fuentes: una inferioridad orgánica, las indulgencias excesivas y las negligencias educativas. Las lesiones orgánicas tienen tal importancia que terminan por afectar la estructura del psiquismo y orientar al sujeto hacia las realizaciones extraordinarias o hacia la neurosis. Adler cita los casos de Demóstenes (tartamudez), Beethoven (sordera) y Monet (mala vista), que se convirtieron en orador, músico y pintor de genio respectivamente. La explicación se encuentra en la ley de las compensaciones.
Asimismo, el niño excesivamente "mimado" presenta dificultades en su comportamiento social, puesto que opta por ampararse en alguna otra persona. Al contrario, un niño "descuidado" o "indeseado" (huérfanos, niños nacidos fuera del matrimonio, etc.) se sentirá desvalido y tendrá tendencia a descorazonarse fácilmente o a ejercer la dominación y la voluntad de poder. Algunos autores modernos -por ejemplo, Daniel Lagache- han intentado ver un parentesco entre el sentimiento de inferioridad y el sentimiento de culpa definido por Freud, pero entre ambos parece existir una diferencia estructural.
Freud ha criticado vivamente la psicología individual de Adler, señalando su carácter parcial y pobre. Para aquél, "un niño se siente inferior si nota que no es amado, y lo mismo se aplica al adulto. El único órgano que se considera realmente como inferior es el pene atrofiado: el clítoris de la niña". (Cuestión cuanto menos cuestionable).
No obstante su existencia es indiscutible, el complejo de inferioridad no parece tener, de todas maneras, la importancia primordial que le adjudica Adler en nuestra vida psicológica. Pero su descubrimiento y sus consecuencias terapéuticas significan una apreciable contribución a la teoría psicoanalítica.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bueno. Bastante claro y preciso.