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Paz y Ciencia

sábado, 14 de abril de 2012

"Costumbres y sexualidad en Oceanía": Margaret Mead




Pionera de la antropología cultural americana, Margaret Mead (nacida en 1901) inicia su carrera mediante estudios sobre el terreno (estudios de campo). En 1925 obtiene una beca para una expedición a Samoa (Polinesia), donde emprende el estudio del desarrollo psicológico de los adolescentes en una sociedad primitiva. Los resultados de la investigación quedan consignados en "Adolescencia en Samoa", publicado en 1928.
Entre 1931 y 1933, Margaret Mead estudia los comportamientos masculino y femenino en tres tribus de Nueva Guinea. En 1935 publica sus conclusiones en "Sexo y temperamento en tres sociedades primitivas".
Observando lo agudo de la crisis de la adolescencia femenina en Estados Unidos y las profundas perturbaciones psicológicas que la misma provoca. Margaret Mead aborda la sociedad samoana con la pregunta: ¿Es igual en todas partes? Su investigació, le permite responder negativamente. La pubertad entre las jóvenes samoanas es un fenómeno puramente biológico que no plantea ningún problema de orden psicológico y no provoca ninguna señal ni riesgo de inadaptación social. Concebida como un mundo armonioso, la sociedad samoana permite a los niños y a los adolescentes al medio social mediante una eduación flexible y abierta. Un clima de libertad sexual prepara a la joven para la vida adulta del matrimonio.
Al estudiar tres tribus primitivas de Nueva Guinea, Margaret Mead precisará la parte de la biología y la del condicionamiento social en los respectivos papeles del hombre y de la mujer en nuestras sociedades, que parecen definitivamente codificados. Comprueba que entre los arpesh, el comportamiento masculino y el femenino se confunden y son, sobre todo, de carácter "dúctil". No existe competencia entre ambos sexos, que se adjudican sin distinciones, las principales tareas sociales. Esta tesitura se cultiva entre los niños mediante una educación plena de ternura y de afecto. Por el contrario, los gumor tienen un carácter violento. Los niños son educados duramente y a menudo maltratados, a fin de que aprendan a defenderse. Pero tampoco allí existe ninguna diferencia notable entre la psicología del hombre y la de la mujer.
Por último, entre los chambuli se da una diferencia entre el papel masculino y el femenino, aunque es exactamente opuesta a la que rige en la cultura occidental. El temperamento chambuli masculino es suave y artístico, en tanto las mujeres asumen la responsabilidad de la vida social y la iniciativa en el campo sexual, y constituyen un grupo homogéneo frente a los hombres. En consecuencia, nada de lo que nos parece natural en los rasgos del carácter de ambos sexos lo es, sino que representa el resultado del acondicionamiento social. No existen diferencias de naturaleza sino de cultura. Poniéndose en guardia contra el etnocentrismo, Margaret Mead extrae de sus investigaciones la lección del relativismo etnológico. Al poner en evidencia la preponderancia de lo cultural, demuestra al mismo tiempo la posibilidad de cambiar,y, por consiguiente, de mejorar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sin duda en el humano la cultura es mas determinante que la genetica, cosa que pone de relieve una rama "blanda" de la biologia que es la ecologia humana. Te recomiendo el libro de Lewontin Kamin y Rose. No esta en los genes de Mondadori. Saludos. Jorge