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Paz y Ciencia

jueves, 12 de abril de 2012

Crisis y Oportunidad


"Todas las crisis tienen dos elementos: peligro y oportunidad. Con independencia de la peligrosidad de la situación, en el corazón de cada crisis se esconde una gran oportunidad. Abundantes beneficios esperan a quienes descubren el secreto de encontrar la oportunidad en la crisis".

Antiguo Proverbio Chino.


La palabra crisis, en la caligrafía china, se escribe uniendo los símbolos de peligro y oportunidad. Esta expresión capta la esencia de nuestra incierta vida normal, porque ésta también tiene dos facetas: aparte del obvio riesgo a la integridad física, el peligro es que a consecuencia del desasosiego y la vulnerabilidad que sentimos, nos paralicemos, nos estanquemos y nos aislemos. Al mismo tiempo, esta situación de inseguridad nos ofrce la oportunidad de crecer emocionalmente, potenciar nuestra solidaridad y fortalecer nuestra determinación por resolver los conflictos que causan la inestabilidad en el mundo.
Al reflexionar sobre las tensiones que estamos viviendo, nos enfrentamos con la impotencia que sentimos ante la incertidumbre que nos acosa y que somos incapaces de controlar. A la vez, nos reconfortamos ante el hecho de que los seres humanos debemos nuestra posición de privilegio en la Tierra, a la extraordinaria capacidad de adaptación y recuperación que poseemos.
Pienso que esta capacidad explica el hecho de que, con frecuencia, las personas que superan graves situaciones no se limiten a volver al nivel previo de la normalidad, sino que experimentan cambios positivos. Por ejemplo, en una revisión de unos cuarenta estudios recientes sobre los cambios que se observan en ls personas después de vivir adversidades muy penosas y prolongadas, los psicólogos de la Universidad de Warwick (Reino Unido), Alex Linley y Stephen Joseph, llegaron a la conclusión de que muchos hombres y mujeres crecen emocionalmente.
La aptitud de estas personas de extraer consecuencias provechosas de las desgracias no esta relacionada con la edad, ni el sexo, ni el nivel socioeconómico, ni el tipo de calamidad que soportaron. El crecimiento o las secuelas positivas que ocasionan en ellos las coyunturas estresantes dependen sobre todo de su capacidad de adaptación y de los mecanismos de defensa o los antídotos que utilizan para protegerse de los efectos dañinos.

Luis Rojas Marcos: "Nuestra Incierta Vida Normal". Punto de Lectura, 2008, Madrid. Pp. 134-137

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