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Paz y Ciencia

domingo, 15 de abril de 2012

Estado de ánimo eufórico




El estado de ánimo eufórico, elevado y expansivo de los episodios maníacos es una experiencia excepcionalmente agradable para la persona que sufre el trastorno. Kay Jamison ha escrito mucho sobre las maravillosas sensaciones que suelen acompañar a los episodios maníacos y sobre el deseo de mantener estas sensaciones que suelen acompañar a episodios maníacos y sobre el deseo de mantener estas sensaciones, que puede hacer que la persona se resista a medicarse. Sin embargo, no todas las personas con trastorno bipolar experimentan euforia cuando su estado de ánimo se eleva. Por ejemplo, una paciente de 42 años de edad, describía su estado de ánimo durante los episodios maníacos como "la conciencia repentina de no estar deprimida".
El estado de ánimo eufórico o elevado que experimenta la persona afectada puede parecer extraño o ridículo a los demás y, aunque es muy probable que no lo compartan, tampoco les afectará tanto como les afecta la irritabilidad. Para los familiares, sobre todo si ya han sido testigos de uno o más episodios anteriores, el estado de ánimo eufórico es preocupante en la medida en que anuncia la aparición de un auténtico episodio maníaco.
Consideremos ahora cómo experimentan la depresión las personas afectadas. Algunas la decriben como una intensa sensación de tristeza, otras se sienten atontadas y aletargadas, otras se sienten distanciadas de los demás, otras pierden totalmente el interés en las cosas con las que normalmente disfrutan. Como expresaba un paciente de una manera muy gráfica: "Mis depresiones se me comen vivo. Me siento como si estuviera encerrado en una celda o un calabozo, separado de los demás. Solo hay desesperanzay no veo ningún futuro".
En cambio, un familiar o un amigo pueden pensar que es la misma persona quien se provoca la depresión. Al principio, las personas más cercanas pueden mostrarse comprensivas, pero suelen acabar irritadas y enojadas pensando que la persona no se esfuerza lo suficiente y que podría salir adelante "si se lo propusiera".
Y, ¿qué es lo que busca el médico? Para determinar si el diagnóstico es correcto (cuando se diagnostica a una persona por primera vez) o si el individuo afectado experimenta una recidiva (en el caso de que ya se le haya diagnosticado antes de trastorno bipolar), el médico examinará si el estado de ánimo de la persona afectada, en función de su grado o intensidad, es diferente del estado de ánimo de una persona "normal". Dicho de otro modo, el médico se hará preguntas como estas: el estado de ánimo de la persona examinada -euforia, irritabilidad o depresión- ¿dura varios días seguidos? Los cambios del estado de ánimo, ¿le causan problemas en su vida social, laboral y/o familiar?

Preguntas que puede plantear un médico para distinguir los ciclos del estado de ánimo propios del trastorno bipolar de los cambios de humor normales.

- Los cambios del estado de ánimo de la persona, ¿son causa de problemas en su vida social o familiar?
- Estos cambios del estado de ánimo, ¿influyen negativamente en la productividad laboral de la persona durante períodos superiores a unos cuantos días?
- Los estados de ánimo de la persona, ¿duran varios días seguidos, prácticamente sin cambiar, o experimentan un cambio cuando sucede algo bueno?
- Cuando el estado de ánimo de la persona cambia, ¿se dan cuenta otras personas y hacen comentarios al respecto?
- Los cambios del estado de ánimo, ¿están acompañados de cambios perceptibles en el pensamiento, la percepción, el sueño, y/o los niveles de energía o de actividad?
- Los cambios del estado de ánimo, ¿se llegan a descontrolar hasta el punto de que sea necesario llamar a la policía o ingresar a la persona en el hospital?

Si la respuesta a la mayoría de las preguntas es sí, es probable que las oscilaciones del estado de ánimo de la persona vayan más allá de lo que se considera "normal".

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