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Paz y Ciencia

domingo, 8 de abril de 2012

Estrés, vuelta al trabajo: una oportunidad

Sólo tienes derecho al acto y no a sus frutos.
Nunca consideres que eres la causa de los frutos de tu acción, ni caigas en la inacción.

Bhagavad Gita,
cap. 2, verso 47






Para explicar las causas del estrés hay que considerar que la persona percibe una situación como amenazante. No tiene por qué serlo necesariamente; con que se produzca esa ilusión de peligro, es suficiente para desencadenar el proceso de lucha o huída. La mente empezará a generar pensamientos que alimentarán la ilusión hastya hacerla casi real y el cuerpo desarrollará los síntomas correspondientes: alceración del pulso, aumento de la tensión arterial, taquicardia, sudoración, contracturas musculares, dolor en el pecho, etc. Asi que el primer eslabón en la generación del estrés es la percepción, como filtra e interpreta la situación la persona.
Hasta hace poco se consideraba que la mente funcionaba como procesador, como un robot.
Una estimulación externa daba lugar a unos impulsos nerviosos que originaban una respuesta motora. Un modelo que encajaba muy bien con el modelo mecanicista, que prevalece aún en la ciencia médica. Sin embargo, recientes experimentos han forzado un cambio de paradigma. Varela y su equipo han comprobado con estímulos auditivos que existe una pausa entre la sensación y percepción que luego origina la acción, es decir, que las neuronas que se estimulan con un sonido se apagan y luego otras distintas se encienden para iniciar lo que sería la respuesta motora. Este descubrimiento confirma las explicaciones que describen el funcionamiento de la mente como sucesivos momentos discontinuos de actos cognitivos, donde la impresión inicial de un fenómeno es neutral y va seguida de otra fase conceptual donde el fenómeno se compara dando lugar a una emoción, de la que surge una tendencia a actuar en un sentido determinado. Esta tendencia, que normalmente se ejecuta, es donde la voluntad puede cambiar, resultando en una acción alternativa. Este proceso se ha podido observar con una tecnología llamada electroencefalografía y que está permitiendo grandes avances en el conocimiento del cerebro.
El interés de este descubrimiento radica en que demuestra que el comportamiento no es automático, sino que hay un momento donde se pueden dar distintas respuestas a un estímulo. Aquí tenemos una estructura biológica que muestra la libertad del individuo. Una libertad que coexiste con el condicionamiento previo, ya que esas posibilidades están condicionadas por circunstancias pasadas.
Desde una perspectiva de reducción de estrés, podemos afirmar que tener expectativas elevadas o fijarse en aquellos que tienen más que uno es adaptativo si sirve como estímulo para dar lo mejor de uno mismo. Pero cuando este afán de logro implica una obligación, interna o externa, surge el miedo al fracaso o la rabia ante los obstáculos, apareciendo el desagradable estrés. Por lo tanto, es tan importante saber ponerse objetivos estimulantes como saber cuándo hay que abandonar un objetivo porque las circunstancias cambian y no justifican el esfuerzo, o porque ya no se está en la dirección correcta.

Estos contenidos son material para reflexionar y aplicar poco a poco con la guía de un psicólogo. Los resultados son buenos y están contrastados. Esta corriente pertenece al Mindfulness, conciencia plena. El libro en el que están inspiradas estas líneas es de un biólogo que se decantó por las técnicas para reducir el estrés de una forma científica. Dentro de un marco biopsicosocial donde también tiene una gran importancia tomar conciencia de uno mismo, de su respiración, de sus mocimientos, de sus pensamientos (esto llevado al extremo cae en la obsesión), incluso de la meditación. El marco es novedoso, revolucionario y atractivo. Todo psicólogo tiene que tener documentación actualizada y reciclarse día a día. En formación continuada. Este libro que mencionaré a continuación sirve para pacientes y para profesionales. Se trata de un manual, con una tendencia a la divulgación donde se muestra que la posibilidad de salir de una situación donde no encontramos salida, reside en nuestra toma de conciencia de la realidad, nuestros pensamientos y el control de las emociones. Todo ello, dentro de una atmósfera de espiritualidad que hace más trascedente la vida.
Para ello no vale con ir al psicólogo pasivamente para que cambie a la persona que sufre, esa persona tiene que ser consciente de su sufrimiento y movilizarse sin dejar los brazos caer y derrotarse, es lo que un psicólogo cognitivo llamaría "terribilitis". Se trata de un libro para abrir la mente y cambiar con esfuerzo y tesón.

La referencia es esta; Andrés Martín Asuero: "Con Rumbo Propio. Responder a situaciones de crisis". Plataforma Editorial. 2008. Barcelona.

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