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Paz y Ciencia

sábado, 14 de abril de 2012

Primeras reacciones ante el Trastorno Bipolar

"La Noche Estrellada", por Vincent Van Gogh.

Dime la exactitud del mundo,
qué camino tomar,
qué hambre inicia la tormenta ,
la escuálida razón de existir
y la soleada pregunta que no conozco,

dime la mesura concreta ,
dime la piel y la situación para huir,
dónde se duermen los sueños ,
y dónde se confunde el fin y el origen

dime para qué
dime acaso si será o no será jamás

dime quién soy
dime quién soy
¿Quién soy?

"Princesa Inca". Cristina Martín.



Muchas personas que sufren un trastorno bipolar se sienten abrumadas por sentimientos de culpa porque creen que su trastorno se debe únicamente a factores psicológicos o incluso a una simple debilidad de carácter. La persona enferma puede evitar esa sensación de culpa si se sabe que el TB está asociado a unos desequilibrios bioquímicos de los neurotransmisores cerebrales que provocan los cambios tan espectaculares del estado de ánimo. Sus experiencias habrían tenido más sentido en el contexto de árbol genealógico.
Conocer las causas biológicas de este trastorno también ayuda a aclarar por qué la constancia en el seguimiento de los tratamientos es esencial para mantener un buen estado de ánimo. La persona sabe que debe seguir una medicación pero, en ocasiones, no sabe por qué. Hoy en día hay muchos fármacos disponibles, en diversas dosis y combinaciones. Los médicos y los psicólogos deben estar constantemente al día en relación con los tratamientos que deben recomendar a sus pacientes porque las directrices aceptadas para el tratamiento de este trastorno cambian con gran rapidez. Y los pacientes podrán afrontar este trastorno con más eficacia si pueden hablar abiertamente con su médico y su psicólogo de los fármacos más eficaces en su caso, de sus efectos secundarios y de las sensaciones contradictorias que les produce el hecho de tomarlos.

Estrategias de Autocontrol:

Más allá de medicarse y de visitar al psiquiatra y al psicólogo, hay buenas y malas maneras de afrontar este trastorno. El autocontrol supone que la persona aprenda a reconocer los disparadores de sus episodios y lhaga los cambios y ajustes necesarios en su vida. El objetivo es aumentar la estabilidad del estado de ánimo.
Del mismo modo, llevar un registro diario del estado de ánimo ofrece una estructura para seguir los cambios emocionales y determinar la relación entre estos cambios y las fluctuaciones del sueño, la constancia en tomar la medicación y los sucesos que provocan estrés. Hay que recordar que el empeoramiento del estado de ánimo puede ser precipitado por problemas físicos y por estrés. Además de reconocer estos sucesos como disparadores, se puede desarrollar una lista de señales de advertencia que indique el posible inicio de un nuevo episodio maníaco. Por ejemplo, la irritabilidad y un súbito interés por crear algún negocio. Cuando una persona empieza a sentirse deprimida, ciertas estrategias conductuales pueden impedir que la persona se hunda aún más, incluyendo los ejercicios de activación conductual y las técnias de reestructuración cognitiva. La persona se puede sentir más segura si sabe que sus pensamientos e impulsos suicidas -un componente común del trastorno bipolar- se pueden combatir mediante la psicoterapia, la medicación y la aplicación de estrategias de prevención basadas en el apoyo de familiares y amigos íntimos.
El paciente puede tener problemas a la hora de volver al trabajo, adaptarse a su familia y a su comunidad después de una hospitalización. Las personas que desarrollan otras enfermedades crónicas como diabetes, afecciones cardíacas, esclerosis múltiple o hipertensión, también tienen problemas para relacionarse con su pareja, sus hijos, otros familiares, sus amigos y sus compañeros de trabajo. Cuando una persona vuelve a su mundo cotidiano después de un episodio de trastorno bipolar, ni los familiares más benévolos saben cómo interpretar sus cambios de conducta (por ejemplo, la irritabilidad o la falta de motivación). Con frecuencia piensan erróneamente que actúa de esta manera a propósito y que podría controlar su conducta si se esforzara un poco más. La consecuencia de ello es que se vuelven muy críticos y severos. También pueden pensar equivocadamente que la persona no puede cuidar de sí misma y tratan de hacer por ella cosas que en realidad puede hacer sin ninguna dificultad. Pueden intentar controlar su tiempo, dirigir sus pasos en el campo profesional, telefonear a sus médicos para darles información sobre ella o estar en constante alerta para darles información sobre el afectado o estar en constante alerta ante los cambios más insignificantes de su estado emocional.
En el trabajo, las personas afectadas pueden encontrar que al principio sus superiores se muestran comprensivos, pero que pronto empiezan a impacientarse, por ejemplo por una reducción de jornada. Los compañeros de trabajo pueden mostrarse cautos, recelosos o hasta asustados. Además, las personas afectadas pueden tener dificultades para concentrarse en el trabajo como antes de caer enfermas. Todas estas dificultades forman parte del período de convalecencia que sigue a un episodio. Lo más probable es que los problemas de concentración disminuyan a medida que el estado de ánimo se vaya estabilizando. Pero puede ser terrible sentirse incapaz de rendir al nivel que uno sabe que es capaz de alcanzar.
Como probablemente sabrá cualquier persona afectada, el trastorno bipolar conlleva un estigma social que no está asociado a una enfermedad normal. Aunque es evidente que el trastorno bipolar es una afección del cerebro y que sus bases genéticas y biológicas están bien documentadas, se sigue considerando una "enfermedad mental". Muchas personas aún creen que está relacionada con las opciones personales o los principios morales. La consecuencia es que la persona afectada puede ver que los demás se distancian de ella cuando saben que sufre este trastorno.
Sin embargo, se pueden hacer muchas cosas para informar o "educar" a familiares, amigos y compañeros de trabajo sobre la naturaleza de esta enfermedad. Sin duda, la persona afectada verá que la gente responde a su trastorno de maneras que le producirían incomodidad, pero sus reacciones, por lo menos en parte, en función de la manera de presentarles el trastorno. Uno de los objetivos es destacar el papel de la familia y de otros individuos del entorno social de las personas afectadas para ayudarles a rebajar la intensidad de las oscilaciones o ciclos del TB. La idea de la "Psicoeducación" es que el paciente y los allegados entiendan y sepan detectar los "pródromos", es decir, las señales que indican una descompensación, y que puedan poner medidas. Estas estrategias concretas para establecer una comunicación eficaz con la familia y para que los desacuerdos en torno al trastorno no provoquen una escalada de discusiones improductivas generadoras de tensión.
Un paciente puede decir: "He aprendido a aceptar que tengo un desajuste bioquímico, pero yo soy algo más que eso. Si pudiera modificar una sola cosa relacionada con esto, cambiaría el estado de ánimo de la gente que me rodea y la influencia que ejerce en mí, aunque sea más un problema suyo que mío".
Lo fundamental es la Esperanza. Muchas personas afectadas, tanto si les acaban de diagnosticar un trastorno bipolar como si ya han sufrido muchos episodios, contemplan el futuro con temor. El hecho de que una persona reciba este diagnóstico no significa que deba renunciar a aceptar el trastorno y aprender técnicas para afrontarlo con el fin de llevar una vida plena y satisfactoria. Hay que puntualizar algo importante, el TB no es un problema solo biológico o ambiental, tiene componentes de ambas cuestiones. Por ello, con tratamiento farmacológico, psicoterapia y estrategias de afrontamiento, la persona puede disfrutar de la vida e incluso salir fortalecida con respecto a la situación previa. Un ejemplo español es el de "La Princesa Inca" (Cristina Martín), su "apodo" viene de un delirio que tuvo en una fase maníaca. Se trata de una mujer que expone sus pensamientos y sentimientos en una cadena de radio muy popular y ha sido capaz de escribir y publicar un libro de poesías con el prólogo de Gemma Nierga. Esta persona pertenece a un grupo llamado Radio Nikosia, del que soy uno de los que les apoya en su línea de lucha y salida del estigma social.
La perspectiva de seguir un tratamiento a largo plazo, con una combinación de fármacos, plantea a los afectados muchos retos de carácter emocional y práctico. Es importante concienzarse porque es típica la siguiente frase: "No tengo por qué medicarme si me encuentro bien".

Los Árboles ("Princesa Inca") Cristina Martín:

Hablábamos a los árboles,hicimos el amor a los árboles,besábamos a los árboles.Una ambulancia vino a buscarnos, nos ataron.Ellos siguieron hablando a sus dioses,de rodillas en las iglesias,masturbándose ante una tele.Nosotros seguimos atados y pinchados con Haloperidol mientras leían y creían sus cartas astrales por internet...Pero sí, los locos,los paranoides éramos nosotros...Porque hablábamos a los árboles y porque les hacíamos el amor.Ellos eran los cuerdos

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