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Paz y Ciencia

miércoles, 11 de abril de 2012

Reducción del estrés

"Si tu problema escapa a tu área de influencia, ¿por qué preocuparte?; no hay nada que puedas hacer. Por el contrario, si tu problema se encuentra en tu círculo de control, ¿por qué preocuparte?, ¡Haz algo al respecto!"

Siempre que hay estrés realizamos algún tipo de acción orientado a eliminar esta sensación de malestar. No siempre tenemos éxito y, en ocasiones, aquello que hacemos tiene un efecto favorable a corto plazo pero resulta nefasto a la larga.
Si la emoción que surge es la rabia y esta condiciona el comportamiento hacia la agresividad, se puede encontrar con dos consecuencias negativas en su entorno: la rabia produce miedo y el miedo baja el rendimiento; además, la rabia aísla y en el mundo actual la interdependencia de las personas para resolver los problemas cada vez es mayor. Por lo tanto, un primer paso hacia la reducción del estrés está en la regulación emocional de estas dos emociones intensas: el miedo y la rabia.
Puesto que el estrés viene acompañado de una emoción desagradable, muchas de las estrategias de afrontamiento del estrés son en realidad esfuerzos por deshacerse de esa sensación desagradable. Estas estrategias se dice que están basadas en la emoción: el café nos activa y da energía; el alcohol relaja y pone distancia con los problemas; hacer deporte también relaja y libera la tensión del sistema cuerpo-mente; ir a un spa, o darse un paseo por el campo; etcétera. Estas estrategias son análogas a un tratamiento sintomático que evita el malestar, pero no erradica la causa del problema. Tienen un efecto rápido, pero su utilidad es limitada.
La otra posibilidad implica erradicar la causa del estrés, lo que se conoce como estrategias centradas en la tarea, o cuestión. Por ejemplo, si mi estrés viene por no tener tiempo libre, tengo que tomar medidas con respecto a mi agenda; aprender a organizarme, a decir que no, a planificar mejor o quizá cambiar de trabajo o de estilo de vida. De esta forma conseguiré disponer de tiempo libre y erradicar mi malestar de forma definitiva.
Para poder afrontar este desafío de erradicar las causas de estrés, es necesario hacer un poco de autocrítica y ver la posibilidad propia en las circunstancias, ya que solemos culpar demasiado a los otros. Es aquí donde encontrará utilidad en las técnicas de meditación. El estrés genera emociones intensas que reducen la capacidad de encontrar soluciones valientes, definitivas o innovadoras; la meditación le proporciona un espacio de calma y serenidad desde el que podrá activar sus recursos internos y encontrar la mejor forma de resolver el problema.
El estrés genera un desequilibrio y la salud requiere recuperar ese equilibrio. Por ello, las mejores estrategias son las que reducen ese desequilibrio, aquellas que llamamos adaptativas. Por ejemplo, las sustancias químicas -café, alcohol o drogas, aquí incluimos según que tipo de psicofármacos como las benzodiacepinas)-. Estas sustanciaS tienen un gran poder para cambiar las emociones no son adaptativas, ya que generan adicción, con sus problemas de salud física y mental. Por el contrario, apuntarse a un grupo de yoga, ir a nadar a la piscina, correr, recupera el equilibrio sin efectos secundarios.

"Lo que resisten persiste y lo que aceptas se transforma".
O. Pujol, Nada por obligación y todo con ilusión, Amat, Barcelona, 2004.


Andrés Martín Asuero: "Con Rumbo Propio. Responder a situaciones de crisis". Ed. Plataforma. Barcelona, 2008.

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