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Paz y Ciencia

miércoles, 4 de abril de 2012

Transferencia




Este es un fenómeno descubierto por el psicoanálisis que sucede en las psicoterapias dinámicas, no solo en el psicoanálisis. Otras, como la terapia conductual no considera estas cuestiones en la mayor parte de los casos. Se trata de uno de los conceptos fundamentales y su análisis y revisión ayuda a entender que está sucediendo en la relación terapeuta-paciente. La contrapartida es la contratransferencia, que es lo que evoca y remueve al terapeuta, por ello debe estar bien analizado.
La transferencia es una relación específica que es establece entre el paciente y el analista-terapeuta durante la cura. En la transferencia, el paciente revive como si fueran presentes las situaciones infantiles que se encuentran en el origen de sus conflictos psíquicos. Los sentimientos de amor o de odio que entonces experimentaba son transferidos a la persona del analista. El éxito de la cura depende de la forma en que el analista trate la transferencia.
El psicoanálisis ha demostrado que el fenómeno de transferencia podía observarse en otras situaciones. Toda relación profesional, médica o escolar puede ser estudiada en términos de transferencia. Lo específico de la transferencia que se desarrolla entre el paciente y el psicoanalista es su extraordinaria intensidad (la transferencia de una paciente de Joseph Breuer, Anna O., tuvo por consecuencia un embarazo histérico). Ahora no se emplean estas nomenclaturas. De ahí deriva la posibilidad de transferencias en extremo agresivas, que rara vez se manifiestan en el marco de una simple relación médica. En su prinera obra, escrita en colaboración con Breuer, Freud no parece haber comprendido aún toda la importancia del fenómeno. Es la etapa preanalítica. Considera la transferencia como un síntoma, un obstáculo para la curación, que es necesario comprender y hacer desaparecer. Transcurrieron muchos años hasta eu comrpendió su verdadero sentido.
Al descubrir el complejo de Edipo, Freud modifica profundamente su concepto de transferencia. Comprueba que el neurótico proyecta en la persona del psicoanalista la imagen de sus padres y que revive con él los sentimientos que ha experimentado siendo niño, en especial la mezcla de amor y de odio que constituye la ambivalencia edípica. La observación de esta reaparición de los conflictos infantiles en el curso de la transferencia conduciría a Freud a considerar este fenómeno, poco a poco, como la estructura misma de la cura y su elemento decisivo. El análisis e una joven histérica (jerga decimonónica), Dora, demuestra que el éxito o el fracaso de la cura a menudo están determinados por la transferencia: un error que cometió Freud en la interpretación de la transferencia de Dora puso en riesgo la curación.
En consecuencia, es necesario precisar el doble papel de la transferencia en la práctica psicoterápica. También es el soporte de las proyecciones del paciente, que revivirá en toda su intensidad dramática, los conflictos e inhibiciones que han marcado su pasado. Por tal razón, Freud califica la transferencia de "el más poderoso de los instrumentos terapéuticos". Corresponde al terapeuta dominar esta transferencia-contratransferencia, utilizarla y, por último, destruirla.
Por lo demás, Freud subraya que existe una contratransferencia que designa al conjunto de reacciones inconscientes del analista-terapeuta hacia la persona del analizado, el cual reactiva sus propios conflictos. Por consiguiente, es necesario que el propio analista sea analizado antes de que se desarrolle esta relación fantasmáticam clave de la relación que los une.

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