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Paz y Ciencia

martes, 1 de mayo de 2012

Esquizofrenia y Trastorno Bipolar

"Confusión" será mi epitafio, al tiempo que me arrastro por un camino roto y destrozado y, si lo hacemos, podremos todos sentarnos y reírnos. Pero me temo que mañana estaré llorando, sí, me temo que mañana estaré llorando. Peter Sinfield, "Epitaph", 1969
Debemos hablar de "esquizofrenias" no de una esquizofrenia. Tal vez el DSM encorseta a la persona con su peculiar "esquizofrenia" en unos criterios uniformes para el diagnóstico sencillo y quizá simplista. Según este manual, la persona con esquizofrenia presenta normalmente estos síntomas: 1. Ideas delirantes, como la sensación de que alguien la sigue, la creencia de que sus pensamientos son controlados por alguna fuerza externa o la creencia de que alguna persona (u organización) quiere hacerle daño. 2. Alucinaciones auditivas o visuales. 3. Falta de motivación, apatía y retraimiento. 4. "Aplanamiento" afectivo. 5. Lenguaje y pensamientos desorganizado y confusos. Puede ser muy difícil distinguir entre trastorno bipolar y esquizofrenia si la persona está en crisis o en una hospitalización por primera vez. Existe un mito relacionado con que la persona con esquizofrenias tienen múltiples personalidades, en realidad sufren delirios (creencias irracionales) o alucinaciones (experiencias sensoriales, como oír voces sin un estímulo real). También pueden presentar fuertes depresiones. Con todo, su principal problema es que están separadas de sus emociones (el llamado "aplanamiento afectivo"). Las personas que padecen un trastorno bipolar también pueden sufrir delirios y alucinaciones que normalmente (aunque no siempre) son de tipo maníaco y están caracterizados por la grandiosidad (por ejemplo: "Soy Dios y las personas y la televisión me manda mensajes cifrados"). Según los criterios del DSM-IV, una persona tiene trastorno bipolar en lugar de esquizofrenia si, durante sus episodios, experimenta grandes oscilaciones de las emociones y de los niveles de energía o actividad, y si sus delirios o alucinaciones (en caso de producirse) no aparecen hasta después del inicio de los cambios de estado de ánimo. Si los delirios y las alucinaciones se desarrollan antes de estos cambios y/o persisten una vez han mejorado los síntomas depresivos o maníacos, es más probable que se diagnostique una esquizofrenia o un trastorno en el cual convergen los cambios de estado de ánimo con delirios y alucinaciones, por decirlo de algún modo, se trata de una "mezcla" entre un trastorno del estado de ánimo y una esquizofrenia, se denomina trastorno esquizoafectivo. Estas distinciones son muy importantes de cara al pronóstico. El pronóstico a largo plazo de la esquizofrenia -desde el punto de vista de número de hospitalizaciones, la capacidad para trabajar y otros indicadores de la calidad de vida- es peor que del trastorno bipolar o el trastorno esquizoafectivo. Hay que decir, que cuando una persona, por primera vez, desarrolla un cuadro esquizofrénico -episodio psicótico agudo- no tiene por qué desarrollar un trastorno esquizofrénico. La regla de los tres tercios indica que un tercio se recupera, otro tercio tiene síntomas residuales y un último tercio desarrolla la esquizofrenia per se. Es importante hacer el diagnóstico diferencial porque el tratamiento psicoterápico y farmacológico es diferente. http://youtu.be/AKRCo3347fw Goran Bregowik http://www.dominacionysociedad.com.ar/parte_1_cap_1.htm

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