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Paz y Ciencia

martes, 29 de mayo de 2012

La Capacidad de Percibir Subjetivamente la Realidad




 El hombre tiene dos capacidades de percibir la realidad:
1. Por un lado, tiene la capacidad de estimar la realidad tal como debe ser estimada para poder manejarla. Es decir, mi necesidad de sobrevivir me impone la realidad tal como debo estimarla para manejarla. Tengo que ver que la leña es leña, con sus cualidades específicas, si quiero hacer fuego con ella. Si veo alguien que corre hacia mí empuñando un arma con malas intenciones, y creo que es el mensajero de la paz con una paloma, moriré. Lo cual quiere decir que el entendimiento, el conocimiento de la realidad necesario para manejarla es una función biologicamente condicionada del hombre. La mayoría de la gente lo tiene, y por eso funciona socialmente.
2. Por otro lado, el hombre tiene la capacidad, no de estimar qué puede hacer con la realidad, sino de experimentarla subjetivamente. Digamos que está mirando un árbol. Es su dueño, y puede mirarlo pensando qué precio tendrá y si le convendrá talarlo: está pensando en su valor de venta. Pero si yo contemplo el mundo desde un punto de vista subjetivo, como algo que veo porque tengo ojos para ver y sentir, si tengo sentido de la belleza, ese árbol me parecerá maravilloso. Del mismo modo se puede experimentar a una persona. La miro y le hablo. Si quiero manejarla, me pregunto qué puedo hacer con ella, qué flaquezas tiene, cuál es su fortaleza, etcétera. Entonces, el cuadro entero que me hago de esta persona queda determinado por mi propócito de hacer algo con ella. Pero si le hablo, me guste, me disguste o me sea indiferente, y la miro sin ningún propósito de este tipo, experimentaré un gran placer, ojalá, o podré tener un sentimiento de antipatía, o cualquier otro: veré a esta persona -si tengo tal capacidad- en sus honduras, en toda su esencia, tal como es.
Esta capacidad de ver las cosas subjetivamente se manifiesta, por ejemplo, en la poesía. Digamos que, si un poeta escribe: "La rosa arde como una llama", para la forma de pensar cotidiana, estará loco. Coja usted una rosa y trate de freír huevos con ella: nada. Claro, que no es eso lo que él quiere decir: solo habla de la impresión que ha tenido de la rosa.
Ha visto, sentido y experimentado su cualidad ardiente y viva porque es poeta. Y no lo llamemos loco. Lo llamamos poeta porque tiene al mismo tiempo la capacidad de ver la rosa de esta manera, subjetivamente, y la capacidad de verla objetivamente. Sabe muy bien que no puede hacer fuego con ella.
Hoy, la mayoría de la gente, que ha perdido esta capacidad, puede ver las cosas, como se suele decir, con realismo, en el primer sentido, o sea, sabe muy bien cómo manejar la realidad; pero no es capaz de ver algo, persona o cosa, de manera plenamente subjetiva, sin más finalidad que la de experimentar tal vista, tal sonido o tal cuadro. Pues bien, el que no tiene la capacidad de ver la realidad subjetivamente está tan enfermo como el que no puede estimarla en su exterioridad.
Y sin embargo, llamamos psicótico solamente a quien no tiene la capacidad de estimar la realidad exterior. Al que no tiene la capacidad de ver nada subjetivamente, no lo llamamos enfermo, cuando lo es tanto como aquel. Y no lo llamamos enfermo, por un razón muy sencilla: llamamos enermizo solamente lo qu estorba al funcionamiento social. El concepto de enfermedad es esencialmente un concepto social. Así, el que es un idiota sentimental o un idiota artístico, y no entiende nada, no es capaz de ver nada, excepto el valor práctico del dinero, es hoy para nosotros un tipo listísimo. Esta es la clase de hombres que tienen más éxito, y tiene más éxito porque no se distrae nunca, como se distrae Charlost en la película, trabajando en la cadena de montaje, cuando pasa una chica guapa. De modo que, si no sientes nada, si no tienes ninguna experiencia subjetiva, estás adaptadísimo a la sociedad, que solo se interesa por lo que haces, por lo que haces de práctico; pero no por eso eres más sano.
Quien está más enfermo, si el llamado psicótico o el llamado realista, es una cuestión controvertida, todavía sin resolver. Por mi parte, creo que más de un esquizofrénico ha podido ser más feliz con su esquizofrenia que si hubiera estado sentado en una oficina, fbaricando alguna mercancía inútil, o vendiéndola por ahí. Por poner un buen ejemplo, sé de un hombre que tenía mucho éxito, pero estaba totalmente dominado por su mujer, una de estas abglosajonas típicas, ya saben, menudita, muy modesta, muy delgada, que no podía decir una palabra más alta qeu otra, discretísima, y que mandaba en la familia como una tirana, pero disimuladamente con ese estilo de inocencia y candor, a veces dulce, a veces no tan dulce, pero con esa conducta de exagerada modestia y retraímiento. el marido, ya en edad avanzada, sufrió una depresión que lo obligó a hospitalizarse. Los médicos, con mucha inteligencia, prohibieron las visitas de la mujer, pero permitieron las del hijo. Y dijo el hombre a su hijo: "¿Sabes?, soy feliz por primera vez en mi vida". Puede parecer muy raro, en un hombre deprimido y hospitalizado, y sin embargo es perfectamente cierto. Por primera vez en su vida, se sentía un hombre libre deprimido o no deprimido. Era lo mejor que podía tener para ser libre. Una vez volviese a casa, ¡zas!, volvería a la prisión, y ya no lo podría soportar.

1 comentario:

Silvia Parque dijo...

Estoy más que de acuerdo con una idea central en la entrada. Llamamos "enfermo" a lo que estorba al funcionamiento social. Pero no estoy de acuerdo con la forma en que se manejan los conceptos "objetivo" y "subjetivo". Por ejemplo, la idea de que ver objetivamente la realidad salva la vida, no es objetable en el sentido de que, si no vemos que al siguiente paso caeremos a un hoyo, nos caeremos. Pero también, en otro sentido, la apreciación subjetiva, motor del sentimiento, salva la vida. La visión clásica de objetivo - subjetivo como afuera - adentro, y como separables, además coloca a "lo subjetivo" como un instrumento (en el sentido de "recurso"): siendo que nadie carece de "la capacidad de ver la vida subjetivamente". No sería sujeto. El que es frío y calculador tiene una visión subjetiva fría y calculadora.