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Paz y Ciencia

martes, 1 de mayo de 2012

Realidad(es) Psíquicas ante un problema psíquico

"Para nuevas necesidades, necesitamos nuevas técnicas". Jackson Pollock. "El tiempo es un niño que juega como un niño. Yo soy uno pero contrapuesto a mí mismo soy joven y viejo al mismo tiempo". C. Gustav Jung
La OMS dice que la salud es el bienestar físico, psíquico y social, además de la ausencia de enfermedad. Es un avance con respecto a criterios anteriores. Sobre ello trataremos aquí exponiendo también algún ejemplo. Además de hablar sobre la salud, que la entiendo como la conquista del bienestar, la alegría y la felicidad, no la ausencia de síntomas, sino la verdadera curación, que es el objetivo de las psicoterapias dinámicas y de la psicoterapia positiva (1999, M.Seligman); valoraremos un concepto clave en las psicoterapias dinámicas que procede del padre del psicoanálisis, Sigmund Freud. El concepto de realidad psíquica se define teóricamente así: término utilizado frecuentemente por Freud para designar lo que, en el psiquismo del sujeto, presenta una coherencia y una resistencia comparables a las de la realidad material; se trata fundamentalmente del deseo Inconsciente y de las fantasías con él relacionadas. Cuando Freud habla de realidad psíquica, no lo hace simplemente para designar el campo de la psicología, concebido como poseyendo su propio tipo de realidad y susceptible de una investigación científica, sino lo que, para el sujeto, adquiere, en su psiquismo, valor de realidad. Esto signfica que cada individuo es un sujeto singular, que construye una realidad propia, única y fuertemente arraigada a su carácter y su forma de verse a sí mismo y de ver el mundo. Una persona afectada de un problema psíquico está inscrita dentro de una familia, una relación de pareja, una sociedad. Erich Fromm difunde la idea de que la sociedad moderna está enferma. Podíamos decir que es una "sociedad narcisista", donde impera el tener al Ser. Recomiendo aquí el texto de Fromm titulado "Tener o Ser". Entonces, el concepto de "normalidad" que viene con la persona al consultorio es un concepto teñido de las ideas sociales arraigadas que atraviesan el aparato psíquico y dejan un poso prejuiciso. Por ejemplo, un paciente deprimido puede decir: es que me ven esperando en el centro de salud, en la zona de salud mental y deben de pensar que estoy "loco". Algo común y corriente, que perjudica la imagen que de sí mismo pudiera tener esa persona. Por otro lado, la familia, cada uno de los miembros tienen una lectura singular del problema psicológico del Paciente Identificado (PI), si empleamos la jerga de terapia sistémica. A no ser que exista una locura compartida o "Folie à Deux": Trastorno Psicótico Compartido, fenómeno poco frecuente sensu stricto, pero cuyo "espíritu" no suele ser tan infrecuente. En primer lugar, es habitual que la primera reacción del paciente, de los familiares o de alguno de ellos sea de negación, "ponerse una venda en los ojos". Mecanismo que disminuye la angustia ante algo incomprensible, duro y ansiógeno. Otras veces puede ser la familia la que primero mueva ficha y solicite ayuda para el afectado, esto suele pasar con pacientes con trastorno de personalidad o problemas donde el paciente no tiene conciencia de enfermedad, por ejemplo si está en un episodio maniaco, también con adolescentes y, evidentemente, con niños. La familia y la pareja pueden ayudar o perjudicar el progreso del tratamiento. Normalmente, si han existido negligencias, maltratos o abusos la familia boicotea el tratamiento, esto es prácticamente un axioma. En relación a la pareja: existen casos donde la pareja magnifica la enfermedad y colabora, donde magnifica la enfermedad y no colabora y cuando minimiza la enfermedad, en estos casos suele colaborar. El hecho de que el cónyuge minimice la enfermedad y colabore supone que presta una ayuda al paciente, porque está dispuesto a acudir a la consulta con el propósito de tener mejor conocimiento del problema de la persona afectada y saber cómo manejar las situaciones. Existen casos donde el problema de la persona es interpretado por la familia o el cónyuge como que "lo hace voluntariamente", es clásico aquello de "parece que te pones malo adrede". El objetivo del tratamiento es que las personas que rodean a la persona afectada relativicen, des-patologicen, des-psicologicen, des-psiquiatricen e iviten a la persona a que no se regodee en el trastorno y lleve una vida funcional y que acuda a su tratamiento, y si es preciso, que tome la medicación necesaria. Por otro lado, no hay que obviar el componente social, la persona tiene que intentar crear una red de apoyo social sólida que le contenga, le ayude a salir de su "ensimismamiento patológico" y que se desarrolle como persona y encuentre el bienestar y la felicidad. Por ello, hay que ser cautos a la hora de transmitir el trastorno, puesto que como he dicho arriba hay personas que pueden reaccionar "estigmatizando" al paciente y tratándole de una forma poco recomendable. La influencia de lo social es muy importante. Hay que tratar entonces de hacer higiénicas las áreas de la familia, de la pareja, de los amigos y de los compañeros de trabajo.

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