PEACE

PEACE
Paz y Ciencia

martes, 29 de mayo de 2012

Rodrigo Córdoba Sanz dialoga con Luis Rojas Marcos




"Tengo la fuerte sensación de que lo opuesto al amor no es el odio; es la apatía, la indiferencia... Es importante un bledo". Leo Buscaglia, Vivir, amar y aprender. 1993.

Todos nacemos con la capacidad de amar y dejarnos amar. Pero, desafortunadamente, no son pocas las personas que en el camino tortuoso de la vida son afligidas en algún momento por males que dañan temporalmente o incluso destruyen su aptitud para comunicarse y crear o mantener vínculos afectivos gratificantes con otros.
Existen, por ejemplo, rasgos enfermizos de carácter que, en dosis suficientes, interfieren seriamente con las relaciones afectivas y la convivencia saludable. Los rasgos más comunes son las tendencias paranoicas, antisociales o narcisistas y la inestabilidad emocional del llamado "trastorno límite" de la personalidad. Las personas de carácter paranoide tienen a proyectar o atribuir al prójimo actitudes hostiles o intenciones malévolas que realmente no posee. Asumen fácilmente que la gente los engaña o quiere explotarlos. En el seno de la pareja, son celosos del compañero, dominantes, controladores y ponen en tela de juicio continuamente y sin fundamento su fidelidad.
Por su parte, los caracteres antisociales muestran una fuerte propensión hacia el engaño, la irresponsabilidad, la manipulación y la explotación del prójimo. Ignoran los derechos de los demás sin escrúpulos ni remordimiento y hacen caso omiso de sus sentimientos y deseos. En cuanto a la personalidades narcisistas, sus rasgos típicos son la necesidad de admiración, la prepotencia, la envidia, la arrogancia, una excesiva sensibilidad hacia cualquier tipo de rechazo y la incapacidad de reconocer los sentimientos ajenos. La peculiaridad primordial de la personalidad "límite" es la profunda inestabilidad emocional que manifiestan estos individuos en el ámbito de las relaciones afectivas. Son personas muy impulsivas, volubles e inseguras. Por ejemplo, alternan entre los extremos de idealización y menosprecio de los demás. Ante la menor amenaza de pérdida de apoyo, la maravillosa imagen idealizada de la pareja es reemplazada por la odiosa imagen de un cruel perseguidor. Estas personas también son proclives a realizar esfuerzos frenéticos para evitar un distanciamiento real o imaginario del compañero, incluidas las amenazas o gestos suicidas. (Nota de Rodrigo C.: Entiendo que esta descripción de los "venenos de la intimidad" es algo vaga y difusa. Hay que matizar algunas cosas, con respecto a los antisociales, nadie suele sacarles la cara, hubo un profesional llamado Winnicott que escribió acerca de "La Tendencia Antisocial", de hecho, escribió un libro junto a Clare Britton, su segunda esposa, al respecto, ella era asistente social. Con respecto a los narcisistas hay que decir que ellos no consideran que tengan un problema, como los antisociales, eso es un engorro, puesto que las personas que les rodean y se ven afectadas por sus chantajes emocionales nada pueden hacer excepto aguantar y desgastarse psíquicamente; con respecto a los paranoides, que no paranoicos, son narcisistas que no han tenido el suficiente aporte externo de afecto y que han sido tratados con dureza emocional; con respecto a los trastornos borderline o límite, se suele asociar, con gente que no trabaja especialmente con esta patología un mito: que son narcisistas y manipuladores. Como los narcisistas, los límites son personas que han tenido, como todos los mencionados y estos, en un porcentaje muchísimo más elevado, biografías "salvajes", esto es, negligencias, abusos físicos y sexuales, etc. Los límite no hacen esas maniobras para llamar la atención, eso es más propio de los histriónicos. Los límite sienten, en muchos casos, placer al ver la sangre correr, como si se sintieran vivos, por otro lado, hay un alto componente autodestructivo. La inestabilidad emocional que describe Rojas Marcos tiene que ver con el "pensamiento dicotómico", lo que Kernberg hace tres décadas descubrió como escisión, mecanismo de defensa enunciado por Freud. Esto tiene que ver con que no tengan una imagen integrada de sí mismos ni de las personas significativas. Tal y como los plantea Rojas Marcos aquí, parecen "malas bestias", no obstante, esto no es así del todo. En un sentido de las relaciones amorosas sí, pero en un sentido humano debería dedicar varios libros a explicar con detalle tantos trastornos de personalidad. Creo que este tipo de mensajes en libros divulgativos contaminan, de forma más poderosa y tóxica que los mass media así que seamos sensatos y pongamos las cosas claras. Un paciente límite sufre muchísimo y suele tener enfermedades comórbidas. Algunos psiquiatras les medican tanto que pueden llegar a ser identificados por otros psiquiatras que se basen, como mecanismo de guía, en la medicación por esquizofrénicos, esquizoafectivos y patologías psicóticas. Ahora bien, esto es una pequeña parte de los pacientes límite. Lo común es la impulsividad, la labilidad y lo que conlleva: adicciones y conductas temerarias).
En general, todos estos rasgos caracterológicos inhabilitan al individuo para percibir a los demás como seres independientes, para sentir empatía o ponerse en el lugar de la otra persona, para confiar, ser leal y respetar las necesidades de otros, para tolerar la dependencia mutua y gozar de la intimidad y, en definitva, para dar y recibir cariño.
Otras alteraciones del ánimo, como la angustia o la depresión, así como el dolor físico crónico, las discapacidades graves del cuerpo, las adicciones, y ciertos procesos cerebrales patológicos, como la esquizofrenia (Nota de Rodrigo C.: Lo único que se ha demostrado es que las personas con ciertas esquizofrenia(s) tienen menor activación en el lóbulo prefrontal, decir procesos cerebrales patológicos es excederse), y sigue tan campante Rojas Marcos: o las demencias, también desfiguran nuestro raciocinio, trastornan la comunicación, inhiben los sentimientos amorosos y socavan la capacidad para relacionarnos.
(Rodrigo Córdoba Sanz. CONCLUSIÓN: Tener un Trastorno de Personalidad, especialmente, u otro Trastorno "inhibe los sentimientos y socava la capacidad para relacionarnos". Creo que Rojas Marcos en su formación en Nueva York ha dado con el núcleo más duro de la psiquiatría. Me sorprende porque he leído otros libros suyos, con un enfoque de psicología positiva, donde no estigmatizaba e incluso transmitía una identificación con la psicología positiva de Martin Seligman. Me quedo con esto último porque en el párrafo compartido con ustedes creo que escribe como lo que llama un colega "psiquiatrón". Esto es, un psiquiatra contra los que lucha Thomas Szasz, por cierto, profesor emérito de la Universidad de Nueva York y autor de libros que han pasado a la historia de la psicología y la psiquiatría como "El Mito de la Enfermedad Mental" o "El Segundo Pecado").

El texto en negro corresponde al libro de Luis Rojas Marcos: "Convivir". Con amargura titula el capítulo III: "Venenos de la intimidad". Parece que se lo hayan dictado los de la editorial... Si me permiten sacar mi espíritu inspirado en la Antipsiquiatría, este hombre en este arranque del capítulo haría repetir al psiquiatra escocés psicoanalista y humanista: Ronald D. Laing: "La ciencia ha destruido el mundo". No creo que haya que entender esa cita, extraída de una entrevista periodística, con lo que eso supone, y entenderla al pie de la letra. Creo que hay que contextualizarla con mensajes como lo dicho anteriormente. Salud.

Janis Joplin: "A Piece of mi Heart", dicen que tenía trastorno límite. Es curioso los psiquiatras diagnostican a personas muertas retrospectivamente y el modelo de Freud, que se basa en el análisis y la reconstrucción histórica, retrospectiva de la etiología de las neurosis les parece una especulación sin fundamento. En fin, paradojas...
http://youtu.be/N6caderaGS8 Que la disfruten, está subtitulada.

No hay comentarios: