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Paz y Ciencia

miércoles, 6 de junio de 2012

Avances en Psicoterapia Psicoanalítica

Texto de Hugo Bleichmar. Propone, junto a su mujer, Emilce Dio Bleichmar. En la Universidad Pontificia de Comillas, un lugar para formar a futuros psicoterapeutas. Su modelo es innovador y hace confluir el Psicoanálisis, con los avances de las neurociencias, por ejemplo el cognitivismo y otros nutrientes que amplían el campo de perspectiva y práctica clínica. En este libro: "Avances en Psicoterapia Psicoanalítica. Hacia una técnica de intervenciones específicas", Hugo Bleichmar construye y comparte su trabajo y su experiencia. El matrimonio reside en Madrid y proceden de Argentina. Son miembros de la IPA y grandes profesionales y profesores. El capítulo que voy a abordar se titula "Algunas dimensiones par un Modelo Modular-Transformacional en Psicopatología y Psicoterapia". Creo que puede resultar muy interesante compartirlo con los lectores. Al respecto comentar que son portavoces, por tanto, de la Segunda Fuerza (Psicoanálisis). Les pondré una cita de La Tercera Fuerza, como transición a la Cuarta Fuerza: la Psicología Transpersonal, que nació en los 60.

Abraham Maslow, uno de los principales precursores humanistas, se interesó en aquéllas posibilidades que iban más allá de la autorrealización, donde el individuo trasciende los límites de la identidad y la experiencia. Dijo Maslow:“....considero que la psicología humanista, la psicología de la tercera fuerza, es un movimiento de transición, una preparación para una cuarta psicología, superior a ella, transpersonal, transhumana, centrada en el cosmos, más que en las necesidades e intereses humanos. Una psicología que va más allá de la condición humana, de la identidad, de la auto-realización...” Hasta aquí, el aporte de Rodrigo Córdoba Sanz, ahora le toca a Bleichmar tocar el piano.
http://youtu.be/E3OObR8vg10 Mozart -concierto piano-




Interjuego.
Por necesidades de autoconservación (persecuión, hambre, etc.) y/o de apego emocional, se entrega al otro el cuerpo sexual, la mente y el deseo. Por necesidades narcisistas, se renuncia al cuerpo sexual o a la autoconservación. Por necesidades sexuales se renuncia a la autoconservación o al narcisismo.
Por necesidades narcisistas o de apego afectivo insatisfechas, se las compensa con la hipersexualidad o el placer oral (bulimia). Por necesidades sexuales insatisfechas, se las compensa con la hipernarcisización de la mente o del poder sobre el otro.

Si partimos de la obra freudiana, vemos que en ella podemos reconocer la descripción y teorización sobre una serie de sistemas motivacionales. En primer lugar, un sistema sensual-sexual que abarca desde el erotismo de la piel en su conjunto hasta el placer localizado de las zonas erógenas clásicas -oral, anal, uretral, genital-. Posteriormente, cuando Freud introduce el concepto de narcisismo, a este lo hace sustentarse en una libido, la del yo, como separable de la libido de objeto. La razón de esta distinción se debe a que constata que es diferente el placer sensual-sexual que el placer de la valoración del yo. Distinción que permite entender por qué un sujeto es capaz de ahogar el placer de la sexualidad -oral, genital o de otras formas de sensualidad- con tal de satisfacer el placer narcisista, como lo muestra el asceta o el sujeto resentido con el objeto de amor al que rechaza para apuntalar un orgullo previamente lastimado. El sistema narcisista constituye así un módulo motivacional que aunque pueda tener su origen en el sensual-sexual, una vez constituido, pasa a poseer un grado importante de autonomía en relación con aquel, entrando en articulaciones complejas, incluidas variaciones periódicas en la dominancia relativa de uno sobre el otro. El sujeto se rebaja ante el objeto de amor, aceptando toda clase de humillaciones en pos del placer sexual; satisfecho este, el sistema narcisista puede volver a adquirir jerarquía, maltratándose al objeto para hacerle sentir su poder, hasta el momento en que el deseo sexual retorna con toda su fuerza.
Pero si el sistema motivacional sensual-sexual y el sistema narcisista empujan hacia la búsqueda del placer -ese es el elemento que comparten-, el psiquismo es regido por otro sistema motivacional poderoso: el conjunto de mecanismos por los que se trata de evitar el displacer, cualquiera que sea la forma de este -dolor físico, sufrimiento psíquico bajo las modalidades del miedo, de la culpa, de la vergüenza, etc.- Sistema de evitación/disminución del displacer que comprende desde los mecanismos de defensa hasta los movimientos más primitivos de fuga de la situación dolorosa, o de abolición del pensar y el sentir.
Por otra parte, a partir de los trabajos de Bowlby (1980) -retomó, en otro nivel, ideas de Fairbairn en cuanto a la búsqueda de objeto-, el deseo de apego es considerado por algunos autores como un sistema motivacional. La razón de entenderlo como un sistema con autonomía relativa parte no solo de los estudios evolutivos dede una perspectiva psicoanalítica sino de lo que muestra la clínica de adultos: algunos sujetos renuncian a la sexualidad, incluso a la satisfacción narcisista ya que se someten y aceptan humillaciones con tal de que el objeto no les abandone. No es por la satisfacción sexual ni porque el objeto sirva para disminuir el displacer -en muchos casos lo provoca continuamente- sino porque la presencia del objeto es vivida comom fuente de toda seguridad. Apego, incluso del tipo más regresivo, casi equivalente al del niño pequeño aterrorizado que corre hacia el objeto protector, y que depende mucho más de las pulsiones de autoconservación que de las sexuales.
Cuatro sistemas motivacionales (sensual-sexual, narcisista, apego, y de evitación del displacer-dolor) que no agotan la lista y que requieren tanto su descomposición en las dimensiones componentes de cada uno de ellos como ser relacionados con las configuraciones que en la producción teórica y clínica pscoanalítica se han ido decantando como poderosos instrumentos conceptuales qe iluminan la psicopatología y la psicoterapia -yo, ello, superyó.

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