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Paz y Ciencia

martes, 12 de junio de 2012

Desplegando los Talentos Creadores



A veces en las tardes una cara nos mira desde el fondo de un espejo: el arte debe ser como ese espejo que nos revela nuestra propia cara. Jorge Luis Borges.


DESPLEGANDO LOS TALENTOS CREADORES

Hemos adelantado algunas ideas (en post anteriores) en torno de la vía creativa en el trabajo bipolar. El nudo de todas ellas pasa por comprender que para que una persona sea auténticamente creativa debe aprender a crearse, primero, a sí misma. Que la creatividad es inherente a la naturaleza del hombre y dejarla fluir libremente nos permite ser plenos, genuinos y deplegar nuestros talentos dormidos.
Por lo tanto:
¿Quiere ser usted mismo? Sea creativo.
Al respecto Rudyard Kipling dice que "cuando el daimon (espíritu creativo) tomas las riendas uno debe dejar de pensar conscientemente y debe limitarse a dejarse llevar, esperar y obedecer". En suma, que crear es poder pasar a la dirección intuitiva de la vida, dejar de lado el control de la razón, aventurarse a que lo inconsciente hable, que los sentidos exploren los matices, que la imaginación participe activamente de la vida.
Cuando esto se hace posible, la persona adviene a un nuevo estado de conciencia que paulatinamente se va convirtiendo en un modo natural de ser y actuar. Pero para que esto ocurra hay que trabajar para modificar ciertas condiciones subjetivas y objetivas que se lo impiden; recorrer un camino en el cual se van superando los obstáculos emocionales (temores, angustias, miedos, desvalorizaciones) y materiales (falta de experiencia, descoconocimiento de técnicas concretas de labor creativa, etc.). Entre uno y otro aspecto se genera una interesante interacción, ya que venciendo las trabas internas se puede ser más expresivo, al alcanzar mayor expresividad aunemtna la estima y esto, a su vez, se traduce en más libertad creativa. Pero ¿cómo cultivar esta libertad creativa? ¿Qué semillas hay que sembrar para engendrar esta mudanza en una persona bipolar?
En este sentido proponemos fomentar tres artes: el arte creativo, el arte expresivo y el arte de los sentidos. Estas artes se entrecruzan unas con otras, y no es sencillo deslindar el campo de cada una de ellas. La separación que hacemos aquí es a los efectos de potenciar lo que cada arte aporta y sus diferencias de enfoque, pero, en la práctica, las tres están sólidamente conectadas y en alma de quien las experimenta terminan fundidas en un mismo suelo común: imaginación, intuición, sensibilidad...

1. El Arte Creativo.
Ser creativo es ya de por sí, todo un arte. El "arte magno" para la bipolaridad, ya que está incrementado por la intuición, la curiosidad, el pensamiento lateral y en imágenes y la oscilación, cualidades propias del bipolar.
Ser creativo es capaz de imaginar lo que no existe en la realidad, y es tener, luego, el poder de fecundarla y engendrar la existencia de algo nuevo en ella. Por eso la creatividad es originalidad, invención, innovación, primicia, novedad, descubrimiento, renovación, la cuna de la sabiduría y el sendero por donde se realiza el auténtico aprendizaje. Ser creativo es haber aprendido a pensar libremente con todos los recursos de que el alma y el cuerpo disponen.
Las personas bipolares suelen ser sorprendentes: alcanzan soluciones de problemas por vías inesperadas. Su capacidad para ponerse, mentalmente, en lugares distantes unos de otros, de invertir situaciones, de pensar en imágenes las lleva aun tipo de respuestas desconcertantes para los otros, pero que no constituyen una falla sino un proceso de elaboración diferente del analítico. Y esto significa que el bipolar es más creativo y mucho más veloz en llegar a conclusiones que el promedio, pero dado el tipo de condicionamientos que recibió en su infancia, estos lo han estancado y lo han llevado a estructurar la oscilación como un mecanismo inadecuado de funcionamiento en su vida y sus emociones.
Entonces, operativamente, por creatividad podemos entender la capacidad de dar origen a cosas nuevas y la capacidad de encontrar distintas y mejores soluciones. Y para que esto se materialice se necesita el dominio de ciertos poderes personales: fantasía, sensibilidad, capacidad para descubrir relaciones no evidentes entre las cosas, intuición, imaginación activa, audacia y pensamiento lateral.
Algunas personas disponen de un don creativo natural, tienen como un carisma sobresaliente y son grandes "creadores". Pero todos disponemos de ciertos talentos que podemos hacer crecer no para ganarnos un Nobel, precisamente, sino para embellecer nuestra vida y la de nuestros semejantes. Porque -como dice bien Borges-:"La belleza no es privilegio de unos cuantos hombres ilustres".
Una opción para cultivar la creatividad son los talleres creativos que despiertan y hacen surgir una serie de cualidades: versatilidad de pensamiento, intuición, imaginación, percepción, confianza en sí mismo, independencia, tenacidad, flexibilidad, amplitud de miras, valor, firmeza, decisión, ambición, autocrítica, pasión, entrega, capacidad de síntesis, fluidez asociativa, autorrealización y equilibrio.
Con todos estos beneficios en puerta uno se podría preguntar por qué la creatividad no ocupa un lugar más sobresaliente en nuestra cultura en los tratamientos terapéuticos. Es que la sociedad y los terapeutas sobrevaloran la información en desmedro del aprendizaje y el aprendizaje por sobre el "saber pensar" autónomamente, que esquivale, aquí, a ser creativo.
La creatividad es lo contrario a la repetición y la masificación. Y el particular modo de organización que impera en la salud y la educación es, justamente, la defensa de los valores contrarios: no hay personas sino "casos clínicos", no se está ante un ser atormentado y sufriendo, sino ante "un bipolar tipo II". Sin embargo -tal como afirma la medicina natural: no hay enfermedades sino enfermos.

Eduardo H. Grecco: "Despertar el Don Bipolar". Kairós, 2012. Barcelona. Pp.: 101-104.

Seguiremos desarrollando con Grecco la creatividad en el Bipolar, no obstante, pese a los matices que realiza en cuestión de la idiosincrasia bipolar. El talento creativo está y puede ser desarrollado en cualquier persona. Todo el mundo tiene ese potencial, a veces, estar encapsulados en un rol, identificación, estereotipo, etc., produce una sensación de vacío que, bien pudiera llenarse parcialmente, cuanto menos. Desarrollando la creatividad. No hay que pintar grandes obras, ni escribir bestsellers (tampoco suelen ser muy buenos), en fin, es tener un estilo de vida creativo, desarrollar os talentos inherentes a la persona y cada sujeto es singular. Por tanto, sus aptitudes, virtudes y capacidades creativas se desarrollarán de manera específica. Rodrigo Córdoba Sanz.

http://desdeelalmario.blogspot.com.es/2010/12/nacerte.html Un hermoso post cargado de emotividad y belleza lieraria, acompáñenlo de la música que aparece debajo del texto, envolviendo y dando una atmósfera especial.

Oscilar entre la manía y la depresión pudiera ser una definición básica de la bipolaridad, pero que requiere de una mirada más profunda para poder acceder a la comprensión cabal de esta dinámica y sus consecuentes indicaciones. Así, considerar la bipolaridad como referida a pacientes neuróticos antes que como derivación de la psicosis, tratarla como una modalidad de funcionamiento en donde se dan la creatividad, la intuición y el éxtasis, y admitirla como una realidad en el modo de ser del bipolar en el mundo, constituyen los pilares sobre los que Grecco plantea la manera de encarar un mejor tratamiento terapéutico.

El libro está dividido en siete estaciones, en donde el autor describe los rasgos que caracterizan a la persona bipolar y qué hay detrás de cada uno de estos rasgos, cuáles y cómo han sido los procedimientos terapéuticos pasados, cuáles y cómo son los que él recomienda y, finalmente, una breve serie de indicaciones prácticas a aplicar en el día a día en cuanto a los pacientes. Hay que aclarar que como el libro trata de un enfoque, de una manera de entender la bipolaridad, no se explaya en tecnicismos aunque se mencionen aquellos que el lector interesado podrá ir consultando.

Dice Grecco “Así como un abrazo equivale a 25mg de Prozac, un acto creativo es una buena dosis de litio”, y luego “… por ejemplo, la serotonina –crecida en la experiencia amorosa, mermada ante la incapacidad para sofocar el miedo- puede traducirse, emocionalmente, en todo lo que no es amor es temor, es miedo… los psicofárcamos sólo anestesian ese dolor, nunca lo erradican”. Como se ve, es el enfoque planteado lo que vuelve particular al libro, y no el derroche estadístico de casos tratados en variadas circunstancias, ni una serie más o menos precisa de prescripciones farmacológicas aplicadas a los mismos.

Un punto importante que aborda el autor es el referente a lo que el terapeuta significa para un bipolar. Aquí, en lugar de marcar los límites que deben resaltar la línea entre el paciente y el profesional, nos señala el nivel de involucración afectivo y emocional que ambos protagonistas deben asumir en el proceso del tratamiento. Para recrear sus postulados, en esta sección Grecco se vale de citas de George Bernard Shaw y también de Jorge Luis Borges, adicionándole a su discurso calidez poética, y esa justeza expresiva que a veces se logra mejor con expresiones metafóricas propias de la poesía.

“La bipolaridad como oportunidad” es un libro ante todo ameno y claro, en donde aquellas personas que conforman el entorno cercano de un bipolar podrán encontrar más allá de la “explicación de la conducta”, las herramientas para comprender las potencialidades que esta encierra en uno y otro ciclo. En cuanto a los bipolares, pueden tender los puentes sin temor, porque es tal el cariño que irradia el texto, que hasta el más despectivo habrá de encontrarle aciertos incontestables. Así la invitación para darle una mirada a esta hamaca, que nos recuerda que mientras exista el mundo habrá días con sus noches.

http://dualidad101217.foroactivo.net/t105-la-bipolaridad-como-oportunidad-eduardo-h-grecco

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