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Paz y Ciencia

lunes, 30 de abril de 2012

Con Faldas y lo Loco

Les sitúo, última escena de la película. Disfrazados de mujeres se da el siguiente diálogo en una lancha:
- Perooo, soy un hombre.
- Nadie es perfecto.

Encontrar el Sentido

"La solución es fijarnos metas que den significado a nuestra existencia, esto es, dedicarnos desinteresadamente a personas, grupos o causas. Sumergirnos en el trabajo social, político, intelectual o artístico, y desear pasiones que nos impidan cerrarnos en nosotros mismos. Apreciar a los demás a través del amor, de la amistad, de la compasión; y vivir una vida de entrega y de proyectos, de forma que podamos mantenernos activos en un camino con significado, incluso cuando las ilusiones hayan desaparecido".

Simone de Beauvoir, La vejez, 1970.

Erich Fromm: Neurosis Maligna y Benigna

Antes de entrar en la cuestión de qué es curación psicoanálitica, o de qué factores conducen a ella, hemos de considerar y pensar, naturalmente, qué clases de neurosis hay. Bueno, son muchas las clasificaciones de las neurosis, y muchas las modificaciones de estas clasificaciones. Hace poco, Karl Menninger ha dicho que la mayoría de ellas no tienen un valor especial, pero no ha propuesto otra que lo tenga y él recomiende. Yo quisiera proponer la clasificación siguiente, en cierto modo muy simple, y es la diferencia entre la neurosis benigna y la neurosis maligna. Padecen de neurosis benigna, o leve, las personas que no han caído en las citadas pasiones malignas, pero adolecen de graves traumas. Y estoy completamente de acuerdo con Freud cuando dice que hay más probabilidad de curación en caso de trauma más grave. Porque si el paciente ha pasado por un trauma grave sin haberse hecho psicótico ni mostrar enfermedades alarmantes, demuestra verdaderamente que tiene muchísima fuerza desde el punto de vista constitucional. Estos casos de neurosis que no han dañado gravemente la estructura del carácter, o sea, que este no muestra graves regresiones, formas extremas de pasiones malignas, creo que ofrecen la mayor posibilidad de acción al psicoanalista. Aunque, naturalmente, requiere mucho esfuerzo aclarar, hacer llegar a la conciencia, lo que el paciente tiene reprimido, es decir, la cualidad de los factores traumáticos y las reacciones del paciente a ellos, que suelen ir, con mucha frecuencia, en el sentido de negarles su carácter real... y opino que cree Freud, en la importancia del papel que representa el trauma en la génesis de la neurosis, en comparación con los factores constitucionales. Sé bien, desde luego, que Freud entiende por trauma algo diferente de lo que entiendo yo: él consideraría que un trauma es esencialmente de carácter sexual y lo buscaría en una edad temprana. Yo creo que, muy a menudo, el trauma es un proceso prolongado, en el cual una experiencia sucede a la otra, resultando finalmente una suma y, más que una suma, un cúmulo de experiencias: a veces, de un modo que no me parece muy distinto al de neurosis de guerra, cuando se llega a un punto de quebranto, en que se enferma... En este sentido, he de repetir que el trauma debe ser muy profundo para perturbar. Por ejemplo, si se considera trauma el haber tenido un padre débil y una madre fuerte, debe preguntarse cuántas personas se conocen así y que, sin embargo, son bastante normales. En otras palabras, si quiero explicar la neurosis por un hecho traumático, este debe ser tan extraordinario que no me permita citar unos cuantos casos de salud a pesar de haberlo vivido también... Precisamente hay un ejemplo que puedo citar, un fenómeno moderno y una cuestión muy difícil de resolver: lo enfermo que está realmente el hombre organizado moderno, enajenado, narcisista, sin relación, sin intereses verdaderos por la vida, interesado solo por los aparatos, más entusiasmado por un coche deportivo que por una mujer. ¿Está muy enfermo? En cierto sentido, se puede decir que está muy enfermo, de lo cual se seguirían ciertos síntomas: es temeroso, inseguro, y necesita confirmar constantemente su narcisismo. Pero también se podría decir que toda una sociedad no está enferma, en el sentido de que la gente funciona. En mi opinión, estas personas tienen el problema de cómo conseguir adaptarse a la enfermedad general, a lo que podríamos llamar la patología de la normalidad. Hay otros problemas, pero ya se ve que el terapéutico es muy difícil en estos casos. Este hombre padece efectivamente un conflicto esencial, es decir, una grave perturbación del núcleo de su personalidad, a saber, una forma extrema de narcisismo y una falta de amor a la vida. Para curarl, en primer lugar, habría que reformar su personalidad entera, teniendo además a toda la sociedad en contra, porque toda la sociedad está a favor de su neurosis. Y aquí está la paradoja de encontrarnos teóricamente con una persona en cierto modo enferma, pero que en otro sentido no está enferma. Es muy difícil determinar qué podría hacer en este caso el psicoanálisis, y realmente me parece un arduo problema. Hablando de lo que llamo neurosis benigna, la labor terapéutica es relativamente fácil, porque encontramos intacto el núcleo de la estructura energética, de la estructura del carácter. Encaramos unos hechos traumáticos que explican una deformación algo patológica, pero en la atmósfera del psicoanálisis hay mucha probabilidad de curación, tanto por la revelación de lo inconsciente, como por la ayuda que representa la relación terapéutica con el analista. Erich Fromm: "El Arte de Escuchar", Paidós, 2011, Barcelona. Pp. 26-31

Trastorno Ciclotímico y Trastorno Bipolar

"Tengo... Una terrible necesidad... ¿Diré la palabra? De religión. Entonces salgo por la noche y pinto las estrellas". Vincent Van Gogh.
La persona que presenta un trastorno ciclotímico tiene las siguientes características: 1. Se siente activa, irritable y excitada durante períodos breves; 2. Se siente ligeramente deprimida durante períodos breves; 3. Tiende a oscilar entre dos estados de ánimo opuestos. Para complicar aún más las cosas, algunas personas tienen una forma más fluctuante de trastorno del estado de ánimo caracterizado por breves episodios hipomaníacos que alternan con breves espidosios de depresión leve. Para que se considere que una persona sufre un trastorno ciclotímico debe haber alternado entre estos períodos hipomaníacos y depresivos durante al menos dos años seguidos y no haber dejado de presentar estos síntomas durante un tiempo superior a dos meses. ¿En qué se diferencia al trastorno bipolar tipo II? Decir que es posible que la persona reciba los dos trastornos al mismo tiempo. Claro, es tan superficial como corresponder o no a los criterios DSM. Pero lo importante es la estructura de base. Para el psiquiatra Hagop Akiskal, de San Diego School os Medicine de la Universidad de Calofornia, el trastorno ciclotímico es alteración de la personalidad que predispone a quien lo padece a desarrollar un trastorno bipolar II. En realidad, el trastorno ciclotímico tiene mucho en común con los trastornos bipolares I y II desde el punto de vista de su patrón hereditario y de su supuesta base biológica. El trastorno ciclotímico se presenta en el DSM como una forma leve de trastorno bipolar. Cerca de una de cada tres personas con trastorno ciclotímico acaba desarrollando un trastorno bipolar I o II. Existen muy pocos estudios sobre los tratamientos ideales para el trastorno bipolar II en comparación con el trastorno ciclotímico. La consecuencia es que los psiquiatras tienden a tratar los dos trastornos de una manera similar, mediante estabilizadores del ánimo. No obstante se sabe que ciertos antipsicóticos como el Seroquel tienen una función estabilizadora y previene las fases hipomaníacas o maníacas. No obstante, las personas con trastorno ciclotímico pueden prescindir muchas veces de la medicación porque, en general, su trastorno no es tan grave ni perjudicial a priori. Para algunas personas, el diagnóstico de trastorno ciclotímico suena menos alarmante que la de trastorno bipolar II aunqeu los dos trastornos tengan muchos rasgos similares.

Revisión de Erich Fromm sobre el Psicoanálisis

Hoy está de moda hablar de lo que los freudianos llaman las funciones del yo, creo que buscando el mal refugio de querer descubrir el Mediterráneo, porque, fuera de la ortodoxia freudiana, nadie ha dudado nunca de que haya muchas funciones mentales no producidas por los instintos, en el sentido sexual. Y creo que, en cierto modo, esta nueva insistencia en el yo ha supuesto un retroceso desde la que era parte más valiosa del pensamiento de Freud, a saber, su insistencia en las pasiones. En cierto sentido, el concepto de la fuerza del yo es significativo, pero el yo es esencialmente el realizador de las pasiones, de pasiones malignas, o de pasiones benignas. Lo que importa en el hombre, lo que determina su acción, lo que constituye su personalidad, es qué clase de pasiones lo mueven. Por poner solo un ejemplo, pondré el del interés apasionado por la muerte, la destrucción y todo lo que no es vivo, que llamo necrofilia, y el interés apasionado por todo lo vivo, que llamo biofilia. (Nota de Rodrigo C.: Esto lo desarrolla mejor en el libro "El corazón del hombre" -1964-). Ambos son pasiones, no son productos lógicos, no están en el yo, sino que forman parte de la personalida entera. Pues bien, estas no son funciones del yo, sino dos clases de pasiones. Y esta es una revisión que sugiero a la teoría de Freud: lo principal no es la lucha del yo contra las pasiones, sino la lucha de unas pasiones con otras. Erich Fromm: "El arte de escuchar". Paidós, 2012, Barcelona. Pp.: 25-26.

domingo, 29 de abril de 2012

"Aflorismos" de Carlos Castilla del Pino

647. La gran tragedia: la insignificancia. 648. Lo cómico no tiene nada de cómico. Es un modo de tratar cómicamente lo serio. Como el que se ríe para espantar el miedo, aqui se trata de eludir la seriedad con la comicidad. 649. No hay nada que no se pueda decir claramente si se tiene claro en la mente, aunque sea negro u oscuro o indefinible. Porque estas son tres palabras claras que pueden ser aplicables a lo que es negro, oscuro o indefinible. La oscuridad es impostura. 650. Lo indescifrado es un problema, no un misterio. 651. La novela no pretende la tragedia sino el drama. La tragedia está para el escenario, porque es por sí misma espectáculo. 652. Lo que es creación es vida, es contra-muerte. O ilusión de que lo es. 653. El sexo, como cualquier forma de ebriedad, es una manera de mirar hacia otro lado y no al frente, en donde está el fin, lo acabado, la muerte. 654. Dos formas de actuar: una, la inevitable, para ir viviendo; otra, a favor de la vida más allá de la muerte. 655. La buena conciencia, la tranquilizadora, es la hipocresía no social, sino con uno mismo. 656. El creador se vive Creador, es decir, omnipotente. 657. El ojo no solo sirve para ver, sino para mirar.

Trastorno Límite de Personalidad y Trastorno Bipolar

Sid Vicious, cantante de los Sex Pistols: http://youtu.be/DkruBYwJZNw Titulada "Anarchy in The U.K." Un clásico del punk. El TLP (Trastorno Límite de Personalidad o Trastorno Borderline, aunque hay muchos profesionales que prefieren la nomenclatura de la CIE: Trastorno de Inestabilidad Emocional) tiene las siguientes características: 1. Dificultades para definir quién es o quién quiere ser; 2. Un historial de relaciones interpersonales muy intensas e intestables; 3. Un historial de intensos esfuerzos para evitar el abandono real o imaginario por parte de otras personas; 4. Dificultades para controlar la ira; 5. Un historial de conducta impulsiva o imprudente en relación con el sexo, el gasto o la comida, por ejemplo; 5. Un historial de actos destructivos (por ejemplo cortes en las muñecas). Los trastornos de personalidad son patrones duraderos o permanentes de alteraciones del pensamiento, la percepción, la respuesta emocional, la actividad interpersonal y el control de los impulsos. Las carácteristicas distintivas del TLP son la inestabilidad del estado de ánimo, de las relaciones interpersonales y de la autoimagen o de la identidad personal. Las personas con TLP tienen una sensación crónica de vacío, son prácticamente incapaces de estar solas y suelen amenazar con el suicidio. También tienden a mostrar una notable reactividad del estado de ánimo y pueden caer con rapidez en un estado de profnda tristeza, ansiedad o irritablidad en respuesta a sucesos vinculados con sus relaciones íntimas. Estos estados de ánimo tienden a durar unas horas y rara vez unos días. En general, el TLP permanece durante toda la vida del sujeto, aunque hay estudios recientes que señalan la mejoría con la edad. Esto es lógico puesto que la impulsividad y otros factores con componente temperamental, esto es biológico, se van atenuando con la edad. De cualquier modo, la vida de las personas con TLP es de un profundo malestar si no entran en tratamiento. Existen varios paralelismos entre el TLP y el trastorno bipolar, sobre todo con las formas de ciclos rápidos, pero también hay diferencias apreciables. En el TLP, los cambios de estado de ánimo suelen ser muy breves e intensos y casi siempre surgen como reacción de la persona afectada a sentirse rechazada o simplemente desairada por alguien con quien mantiene una relación muy íntima, también sucede esta reactividad sin precipitantes definidos. En realidad, los problemas de las personas con TLP son más visibles cuando se observan sus relaciones sentimentales. Tienden a alternar entre la idealización y la devaluación (pensamiento dicotómico o en blanco y negro), esto es por la disociación, elemento común con el trastorno bipolar. Sin duda, las personas con TLP también caer en la depresión y suelen cumplir con los criterios del trastorno depresivo mayor en alguna época de su vida. Pero no desarrollan por completo un síndrome afectivo maniaco o mixto a menos que también sufran trastorno bipolar, y como he mencionado en post anteriores es frecuente la asociación entre TLP y trastornos del estado de ánimo como la ciclotimia. Por otro lado, entre el 10% y el 40% de las personas con trastorno bipolar también cumplen los criterios para un TLP. ¿Por qué es importante saber si una persona sufre un TLP además (o en lugar) de un trastorno bipolar? Hoy por hoy, aún no existe un acuerdo entre las directrices a seguir para el tratamiento con fármacos de las personas con TLP o con este trastorno y el trastorno bipolar. En general se cree que las personas con los dos trastornos son más "refractarias" al tratamiento o tienen más problemas para responder a los fármacos estabilizadores del estado de ánimo. Si una persona tiene problemas para encontrar una combinación adecuada de fármacos y si cumple algunas de las características anteriores, es posible que tenga este complicado trastorno. De ser así, es muy importante que considere seguir un tratamiento de psicoterapia además de la medicación. Hay un amplio conocimiento acerca del TLP en cuestión de psicoterapia, se sabe que el psicoanálisis ortodoxo no es recomendable y que puede ser yatrogénico, así que se recomienda una psicoterapia de orientación psicoanalítica focalizada en el aqui y ahora (véasae Otto Kernberg), también existe otra forma de psicoterapia contrastada de Marsha Linehan llamada "psicoterapia conductual dialéctica", una forma de psicoterapia cognitivo-conductual para el tratamiento individual y en grupo desarrollada en 1993. Hay que destacar que es muy importante la figura del terapeuta, se ha estudiado la personalidad y forma de intervenir de los terapeutas más destacados en la intervención psicoterápica de este trastorno, tanto Kernberg como Linehan son personas firmes, serenas y que transmiten seguridad. Otro investigador y psicoterapeuta que ha mostrado un camino muy interesante sobre el TLP es Gunderson, sus textos son probablemente los más "finos" en relación a la comprensión de este trastorno.

Actos Fallidos

"Comienza a manifestarse la madurez cuando sentimos que nuestra preocupación es mayor por los demás que por nosotros mismos". Albert Einstein.
En psicoanálisis se denomina acto fallido al conjunto de fenómenos que se producen cuando un individuo se expresa, dice o hace algo distinto a lo que tenía la intención de hacer o decir. Esta noción comprende los errores de expresión (lapsus), de lectura o de audición, que se traducen en inversiones o confusiones que llevan a decir a un individuo lo contrario de lo que se proponía decir. Otros fenómenos surgen del olvido de una palabra o de una idea. Por último, algunos se caracterizan por las pérdidas inexplicables de objetos familiares. Se trata de incidentes aparentemente insignificantes que carecen de consecuencias prácticas. Por este motivo, solo suscitan emociones pasajeras. Puede que el individuo no lo perciba. Cuando toma conciencia de la relación existente entre su intención y el resultado, lo atribuye con facilidad a su falta de atención o al azar. Todavía es posible apelar a explicaciones de orden fisiológico. Así, los lapsus suelen producirse cuando uno está cansado o sufre dolor de cabeza. Sin embargo, Freud demostró en "Psicopatología de la vida cotidiana" (1901) que no se trata simplemente de funcionamiento defectuoso del aparato psíquico, sino de actos psíquicos completos, cuyo estudio podía aportar una comprensión profunda, es decir tiene una significación de orden inconsciente. Según Freud, los actos fallidos son formaciones de compromiso que surgen de la oposición de dos tendencias, una de las cuales es manifiesta y la otra, latente. A través del acto fallido el individuo resuelve su conflicto al manifestar de manera deformada la tendencia latente. Así, el lapsus puede constituir un compromiso entre una intención respetuosa relativa a la voluntad consciente del sujeto y una intención reprimida. Por este motivo, el acto fallido es, al mismo tiempo, un acto realizado con éxito: se trata de la expresión de un deseo inconsciente. Como el sueño, aunque encubre, termina por hacer explícito todo aquello que es imposible de reprimir por completo. En la medida en que los actos fallidos tienen sentido con relación a la interferencia de dos intenciones y no con relación a las influencias de orden fisiólogico (que no hacen más que facilitar sus manifestaciones psíquicas), Freud vio una posibilidad de rebasar los límites de la psicología tradicional. Su estudio es preliminar al acceso al psicoanálisis. Este último otorga importancia preferente a la existencia de tendencias latentes capaces de perturbar otras y de poner en peligro el equilibrio psíquico del sujeto. El psicoanálisis presupone una concepción dinámica de los fenómenos psíquicos. El análisis de los actos fallidos no solo amplió el campo de la psicología sino, áun más, el del psicoanálisis. En un primer momento, sus manifestaciones psíquicas son compatibles con un buen estado de salud y observables por todos; no revelan, por lo general, lo patológico. Luego, parece que se pueden analizar los actos sintomáticos como los tics o el hecho de tararear una misma melodía sin motivo aparente. Estas anomalías del comportamiento, que todos conocemos, pueden ser interpretadas del mismo modo que los actos fallidos. A través de su estudio, el psicoanálisis aborda la comprensión del ser humano en su totalidad.

La Psicología Positiva como Revolución

"El objetivo de la filosofía es cambiarte la vida". Walter Kaufman, profesor de Nietzsche. "De lo que no se puede hablar, mejor es callarse" Wittgenstein, Tractatus Logico-Philosophicus "Ojalá hubiera sospechado en mis años de estudiantes universitario que Winttgenstein no era el Sócrates sino el Darth Vader de la filosofía moderna". Martin Seligman, alumno de Wittgenstein.
... llegué a un cruce de caminos En el que pensé refugiarme tan solo brevemente. Pero cuando dejé la bolsa y me quité los zapatos Me percaté de que era un cruce de caminos distinto. El aire del lugar contenía una calidez tentadora Y todo estaba imbuida de gran viveza. Cuando me presenté a los viajeros allí reunidos, No noté vacilación ni desaliento Sino sinceridad y optimismo. Vi en sus ojos algo que no supe identificar Pero que me hacía sentir como en casa. En ese lugar, juntos, compartimos y fomentamos Y nos regodeamos de la abundancia de la vida. Crossroads, Derrick Carpenter. Quiero que se produzca una revolución de la educación en el mundo. Todos los jóvenes tienen que capacitarse para el mercado laboral, el principal objetivo del sistema educativo vigente desde hace doscientos años. Además, ahora podemos enseñar las habilidades del bienestar, cómo sentir más emociones positivas, encontrarle un sentido a la vida, mejorar las relaciones y conseguir logros más positivos. Los centros educativos de todos los niveles deberían enseñar tales aptitudes. El objetivo es que la gente joven de la próxma generación experimente el crecimiento personal. Aunque he sido profesor de Universidad, de instituto y de escuela primaria, las experiencias más extraordinarias la he tenido en los últimos diez años como profesor de psicología positiva. Y no soy el único; otras personas que han enseñado psicología positiva en distintos lugares del mundo relatan experiencias igual de prodigiosas. Al explicarlo, trato de entender por qué es tan extraordinario y por qué la docencia normal y corrientes suele fallar tan a menudo. El contenido del Master en Psicología Positiva, cuya misión sería combinar la investigación más vanguardista con la aplicación del conocimiento en el mundo real tiene un contenido estimulante, informativo y eleva el espíritu. En segundo lugar, la psicología positiva transforma tanto a nivel personal como profesional. En tercer lugar, la psicología positiva es una vocación. Martin Seligman: "La Vida que Florece", Ediciones B, 2011, Barcelona. Nota de Rodrigo C.: Martin Seligman trabajó en laboratorios cuando la psicología quería parecerse a la física y a la química, claro que los "popes" no pensaban en la psicología aplicada, como pudiera ser la ingeniería. Después, Seligman trabajó y luchó en la docencia dando clases de psicología positiva, lo cual no resultó fácil. Se formó en filosofía y consideró que era una base para seguir trabajando en otra área, él quería trabajar en lo aplicado tras muchos años con perros, ratas y experimentos sofisticados que parecían rendir homenaje al laboratorio de Wundt. Aprendió de Aaron Beck entre otros. Quiso crear una psicología, cuando ya era presidente de la Asociación de Psicología Americana quiso crear una psicología basada en la evidencia y le dijo Stan Moldawsky: "¿Y si la evidencia no nos deja en buen lugar?". Seligman desde Washington veía el panorama de la psicología, fue elegido presidente de la APA porque tenía experiencia en el plano de lo experimental y en lo aplicado por lo que recibió votos de los psicólogos conductistas experimentales y de los facultativos. Seligman quiso hacer una psicología aplicada, se planteaba por qué nadie en psicología se planteaba la felicidad y la psicología estaba tan ensimismada en la enfermedad, cuestión donde desarrolló experiencia con psiquiatras. Finalmente, en 2005 aceptó encantado dirigir el Centro de Psicología Positiva de la Universidad de Pensilvania y crear una nueva titulación: el Máster en Psicología Positiva Aplicada (MAPP). Personalmente, me parece insensato obviar esta corriente, que por otro lado no tiene demasiada repercusión en los medios de difusión de la psicología y menos aún en la psiquiatría. Creo que se pueden aunar dos formas de terapéutica. La psicoterapia diámica, que tiene como objetivo curar no paliar y la psicoterapia positiva, que tiene como objetivo el bienestar y la felicidad.
"El sentido común no es más que un depósito de prejuicios establecidos en la mente antes de cumplir dieciocho años". Albert Einstein.

La naturaleza y naturalidad de las experiencias místicas en psicosis

“Ningún problema puede ser resuelto en el mismo nivel de conciencia en el que se creó”. Albert Einstein. “Un conflicto observado es un conflicto resuelto”. Sri Nisargadatta. “Lo que más nos irrita de los demás es aquello que puede conducirnos a un mejor entendimiento de nosotros mismos”. Carl Jung. “Lo importante no es lo que sucede sino como lo interpretamos”. Lair Ribeiro. No eres una criatura humana en una aventura espiritual, sino una criatura espiritual en una aventura humana”.Theilard de Chardín.
Una experiencia de unión con lo divino que esté completa e integrada incluye una profunda sensación de paz, tranquilidad y serenidad. El individuo se da cuenta de que su origen divino no es exclusivo y personal, sino que afecta a todo el mundo. Parece evidente que muchísima gente del pasado e incluso del presente debe haber descubierto la verdad sobre sí mismo, mientras que los demás, que gozan del potencial, lo harán en el futuro. Esta combinación de grandiosidad y humildad extrema, junto a la ausencia de ostentación, parece caracterizar la forma mística de tratar este tipo de experiencias. Los pacientes esquizofrénicos, por otra parte, tienden a interpretar esta conexión espiritual con lo divino, en términos de su exclusividad y de su papel especial en el esquema del orden del universo. Evalúan la importancia de su nueva perfección en términos de su identificación con sus personalidades cotidianas o egos corporizados, que no han sometido. Por consiguiente, escriben cartas a los presidentes u otros altos cargos gubernamentales, intentando convencer al mundo en general de su origen divino, piden que se les reconozca como profetas y utilizan diversos medios para luchar contra sus enemigos y rivales, reales o imaginarios. Constituiría una simplificación evidente y absurda, así como un error reduccionista, interpretar los estados de unión mística y liberación espiritual, como estados idénticos e indiferenciados de conciencia experimentados por el niño durante su existencia embriónica y en su interacción simbiótica posterior al nacimiento con el organismo materno. La regresión en cuestión es experienciada por un individuo que ha vivido un complejo desarrollo a través de muchas etapas de evolución de la conciencia y ha madurado física, emocional e intelectualmente a lo largo de años de su vida, transcurridos desde su primera infancia. Además, el místico en irrupción extática se nutre claramente de auténticas dimensiones trascendentales y arquetípicas, que están mucho más allá de la biología. Sin embargo, los estados místicos y psicóticos no son siempre tan claramente distinguibles entre sí, como lo sugiere la escala lineal de Ken Wilber (1980), en su análisis de los estados anterior y posterior al ego, en confrontación. Las observaciones clínicas sugieren definitivamente que los estado de unión mística de cierto género están profundamente vinculados con los aspectos positivos... El individuo que establece contacto experiencial con un episodio de la existencia intrauterina serena parece gozar de fácil acceso a la experiencia de unión cósmica, aunque esto no significa en modo alguno que ambos se identifiquen. Asimismo, parece existir definitivamente un vínculo entre perurbación de la vida embriónica, como consecuencia de enfermedades de la madre durante el embarazo, estados de angustia y de tensión emocional crónica, influencias tóxicas y mecánicas, así como abortos intentados o perpetrados, y distorsiones esquizofrénicas de la espiritualidad y de la percepción del mundo. Nota de Rodrigo C.: Este es un fragmento de Stanislav Grof, de la obra titulada "Psicología Transpersonal. Nacimiento, muerte y trascendencia en psicoterapia", Kairós, 2008, Barcelona, Pp.: 334-335. Como pueden observar, sobre todo aquellos legos que lean esta pieza, puede resultar francamente incomprensible e incluso extravagante. No obstante, hay que decir que Stanislav Grof es un psicoterapeuta correctamente formado que quiso cambiar el paradigma de la psicología. Junto a él hay legión, en relación a la psicología transpersonal, él mismo cita a Ken Wilber, cuyo libro más interesante (a mi juicio) se titula "Psicología Integral". Esta forma de entender la psicología, y en particular los fenómenos místicos y psicóticos es muy original. Hay que decir que no es inusual que las personas con esquizofrenia, que no esquizofrénicas, la enfermedad no es el todo, tienen experiencias místicas. Desde la sensación de levitar, hasta hablar con Dios, por citar ejemplos bastante normales en la clínica. Stanislav Grof abre y penetra un fragmento en el vacío de sentido de la psicología en cuanto a lo psicótico y le da significación desde una formación psicoanalítica enriquecida por la experiencia y una forma especial de ver, interpetar y valorar estas vivencias de los pacientes con esquizofrenia. El libro versa sobre estos asuntos y dedica, a mi gusto, demasiadas páginas a justificar su modelo y su revolución cientifica. Este modelo me interesa, todo aquello que tenga que ver directa o indirectamente con el humanismo y el psicoanálisis. Además convierte en "normales" las experiencias psicóticas y las equipara prácticamente a las experiencis místicas. Esta corriente de pensamiento llegó a practicar y estudiar las experiencias con LSD. Él dice en el vídeo que comparto con ustedes a continuación que hizo la carrera de medicina tras leer a Freud, que empezó a trabajar en psiquiatría antes de graduarse (yo empecé a trabajar como psicólogo antes de graduarme, no les puedo dar más detalles) y experimentó el mismo en una "sesión de LSD" que explica como algo maravilloso y transformador profundamente. Creo que aquellas personas curiosas y abiertas a nuevas experiencias y formas de entender el mundo "psi" se pueden ver interesadas en este trabajo, allí va el vídeo: http://youtu.be/9GDQIJCuh7c Stanislav Grof (Praga, 1931), médico y psiquiatra, ha sido jefe de investigación psiquiátrica en Praga y Maryland, ha ocupado la cátedra de Psiquiatría de la Universidad John Hopkins y actualmente es académico residente en el Esalen Institute. Grof es uno de los fundadores de la llamada Psicología transpersonal y propone un nuevo modelo de la psique humana. Según él, existen tres niveles en la conciencia humana: el perinatal, el biográfico y el transpersonal. Grof alienta a alcanzar una transformación profunda y acceder a fuentes internas de satisfacción y plenitud inimaginables en el seno de la psicología tradicional. Sus teorias fueron tan poco convencionales que, en un principio, encontraron muy poca aceptación. Pionero del trabajo con los Estados No Ordinarios de Conciencia, es, asimismo, el teórico más importante en la investigación del campo de la Conciencia Humana, espacio en el cual la Psicología se ha aventurado a explorar a partir de los trabajos publicados por el Dr. Grof ya desde la década de los 60. http://www.eljardindellibro.com/autores/_stanislav_grof.php

sábado, 28 de abril de 2012

Afrontar emociones negativas y un Nuevo enfoque hacia la curación

"Mi felicidad consiste en que sé apreciar lo que tengo y no deseo con exceso lo que no tengo". Leon Tolstoi.
Afrontar emociones negativas: En el siglo terapéutico que acabamos de vivir, la labor del terapeuta era minimizar las emociones negativas mediante fármacos o intevenciones psicológicas con el objetivo de que las personas estuvieran menos ansiosas, airadas o deprimidas. Hoy día la misión del sanador también es minimizar la ansiedad, la ira y la tristeza. Los padres y maestros han asumido la misma misión, lo cual me preocupa porque existe otro enfoque más realista ante estas disforias: aprender a funcionar bien incluso cuando se está triste, ansioso o enfadado, es decir, afrontarlo. Mi postura surge del hallazgo más importante (y menos agradable desde el punto de vista político) fruto de las investigaciones en el campo de la personalidad durante el último cuarto de siglo XX. Este hallazgo incontestable desilusionó a toda una generación de investigadores ambientalistas (incluyéndome a mí), pero es cierto que la mayoría de los rasgos de la personalidad son hereditarios en gran medida, lo cual implica que hay personas predispuestas genéticamente a la tristeza, la ansiedad o la religiosidad. A menudo las disforias, aunque no siempre, derivan de estos rasgos de personalidad. Existen fuertes bases biológicas que predisponen a ciertas personas a la tristeza, la ansiedad y la ira. Los terapeutas pueden modificar estas emociones, pero dentro de unos límites. Es probable que la depresión, la ansiedad y la ira deriven de rasgos de personalidad hereditarios que solo pueden mejorarse, pero no eliminarse por completo. Esto significa que, como pesimista nato, aunque conozco y utilizo todos los trucos terapéuticos del libro para contrarrestar mis pensamientos catastrofistas automáticos, sigo oyendo voces a menudo que me dicen: "soy un perdedor" y "no vale la pena vivir la vida". Normalmente les bajo el volumen rebatiéndolas, pero siempre estarán ahí, acechando en segundo plano, dispuestas a apoderarse de mí ante cualquier contratiempo. ¿Qué puede hacer un terapeuta si la naturaleza hereditaria de la disforia es una de las causas de la barrera del 65 por ciento -el alivio que se encuentra en los fármacos-? Por curioso que parezca, los terapeutas pueden aprovechar la información sobre cómo se preparan los francotiradores y los pilotos de caza. (Por cierto, no intento promocionar a los francotiradores solo quiero describir cómo se entrenan.) Un francotirador puede llegar a tardar veinticuatro horas en colocarse en su sitio. Y luego es posible que tarde otras treinta y seis horas en apretar el gatillo. Esto significa que es muy probable que los francotiradores pasen dos días sin dormir antes de disparar. Están exhaustos. Pongamos por caso que el ejército recurriera a un psicoterapeuta y le preguntara cómo entrenaría a un francotirador. Utilizaría fármacos para mantenerle despierto o intervenciones psicológicas que alivian la somnolencia (un buen método es llevar una goma elástica en la muñeca que restalla para restablecer la actitud vigilante). Sin embargo, los francotiradores no se preparan así. Lo que se hace es mantenerlos despiertos durante tres días y que practiquen los disparon cuando están exhaustos. Es decir, se enseña a los francotiradores a afrontar el estado negativo en el que se encuentran, a funcionar bien incluso estando fatigados. Del mismo modo, los pilotos de caza se seleccionan de entre individuos curtidos que no se asustan con facilidad. Pero a los pilotos de caza les pasan muchas cosas que hacen que hasta los más duros se caguen en los pantalones. Igual que en el ejemplo anterior, los instructores de vuelo no recurren a terapeutas para enseñarles trucos para reducir la ansiedad (que son legión), para que así los aspirantes se conviertan en pilotos de caza relajados, sino que el instructor lanza el caza en picado directo al suelo y el aspirante, más que aterrado, debe aprender a remontar el vuelo. Las emociones negativas y los rasgos negativos de personalidad presentan unos límites biológicos muy fuertes y a lo máximo que puede aspirar un facultativo con el enfoque superficial es a conseguir que los pacientes vivan en la mejor zona de su nivel estable de depresión, ansiedad o ira. Pensemos en Abraham Lincoln y Winston Churchill, dos depresivos severos. Ambos fueron seres humanos sumamente funcionales que afrontaron su "lado oscuro" y pensamientos suicidas. (Lincoln estuvo a punto de suicidarse en enero de 1841.) Ambos aprendieron a rendir incluso cuando estaban sumidos en una profunda depresión. Por consiguiente, dada la persistencia hereditaria de las patologías humanas, uno de los aspectos que la psicología clínica tiene que desarrollar es una psicología que las "afronte". Tenemos que decir a nuestros pacientes: "Mira, lo cierto es que muchas veces -independientemente del éxito de la terapia- te levantarás sintiéndote triste y pensando que la vida no tiene sentido. Tu misión no solo es combatir estos sentimientos sino vivir de forma heroica, funcionar bien incluso cuando estés muy triste". Nuevo enfoque hacia la curación: Hasta el momento he argüido que todos los fármacos y la mayor parte de la psicoterapia no es más que superficial y que a lo sumo, consiguen proporcionar un alivio del 65%. Un a forma de superar este porcentaje es enseñar a los pacientes a afrontarlo. Pero lo más importante es la posibilidad de que las intervenciones positivas superen esa barrera y sitúen a la psicoterapia más allá del alivio sintomático superficial y se encaminen a la curación. La psicoterapia y los fármacos tal como se utilizan en la actualidad están mal concebidos. En las escasas ocasiones en que consiguen tener un éxito total, libran al paciente del sufrimiento, la tristeza y los sentimientos negativos. Es decir, eliminan las condiciones internas que resultan incapacitantes para la vida. No obstante, eliminar tales condiciones no es ni mucho menos lo mismo que construir las condiciones que permiten llevar una vida plena. Si queremos crecer a nivel personal y queremos gozar de bienestar, sin duda debemos minimizar nuestro sufrimiento pero, además, debemos tener emociones positivas, dar sentido a nuestra vida, obtener logros y relaciones positivas. Las habilidades y ejercicios que los fomentan son totalmente distintos a las habilidades que minimizan nuestro sufrimiento. Cultivo rosas. Paso mucho tiempo quitando maleza y escardando. Los hierbajos se interponen en el camino de las rosas; los hierbajos son una condición incapacitante. Pero si uno quiere tener rosas, no basta con quitar hierbajos y escardar. Hay que preparar el terreno con musgo de pantano, plantar un buen rosal, regarlo y darle nutrientes. Hay que proporcionar las condiciones propicias para crecer. Del mismo modo, como terapeuta, de vez en cuando he ayudado a un paciente a librarse de toda su ira, ansiedad y tristeza. Pensé que entonces tendría a un paciente feliz. Pero nunca ha sido así. Tenía un paciente vacío. Y eso ocurre porque las habilidades para el crecimiento personal -para albergar emociones positivas, encontrarle el sentido a la vida, tener un buen trabajo y relaciones positivas- van más allá de las capacidades que minimizan el sufrimiento. Cuando empecé como terapeuta hace casi cuarenta años, era habitual que los pacientes me dijeran: "Solo quiero ser feliz, doctor". Yo lo transformaba en "quiere decir que quiere librarse de la depresión". Por aquel entonces carecía de las herramientas para construir el bienestar y estaba cegado por Sigmund Freud y Arthur Schopenhauer (que predicaron que a lo máximo que pueden aspirar los humanos es minimizar su sufrimiento); la diferencia ni siquiera se me había ocurrido. Entonces solo disponía de las herramientas para aliviar la depresión. Pero todas las personas, todos los pacientes, solo quieren "ser felices" y este objetivo legítimo combina el alivio del sufrimiento con la construcción del bienestar. A mi entender, la curación necesita emplear el arsenal completo para minimizar el sufrimiento -fármacos y psicoterapia- y añadir la psicología positiva. Así pues, esta es mi visión de la terapia del futuro, mi visión de una cura. En primer lugar, hay que explicar a los pacientes que los fármacos y las terapias no son más que alivios temporales de los síntomas, y que estén preparados para la recaída en cuanto se interrumpa el tratamiento. A partir de ahí, la práctica explícita y con éxito para afrontarlos y funcionar bien incluso en presencia de los síntomas debe ser una parte fundamental de la terapia. En segundo lugar, el tratamiento no debería concluir cuando se alivia el sufrimiento. Los pacientes tienen que aprender las habilidades específicas de la psicología positiva, a saber, cómo albergar más emociones positivas, más entrega, dar más sentido a la vida, más logros, y mejores relaciones humanas. A diferencia de las habilidades para minimizar el sufrimiento, estas aptitudes se mantienen por sí mismas. Es probable que traten la depresión y la ansiedad y también es probable que las prevengan. Más que aliviar una patología, estas habilidades son la base del crecimiento personal, y resultan cruciales para el bienestar que todas las personas buscan. Pero, ¿quién propagará estas habilidades por el mundo? Martin Seligman: "La Vida que Florece". Ediciones B, 2011, Barcelona. Pp. 69-73.

Defensa

"Estamos progresando. En la Edad Media me habrían quemado y ahora se conforman con quemar mis libros". Sigmund Freud.
La defensa es el conjunto de operaciones -con frecuencia inconscientes- utilizadas por el yo para mantener su unidad y su integridad contra los peligros externos o internos que lo pondrían en cuestión. Los peligros externos son aquellos que entrañarían la satisfacción de deseos proscritos por prohibiciones sociales. Los peligros internos conciernen a las agresiones de la pulsión sexualo de la pulsión de muerte y a las representaciones que comportan. Según la concepción freudiana, la noción de defensa interviene sobre todo en el análisis del yo y las relaciones del yo y de las pulsiones. El yo se defiende contra las pulsiones de ello que se encamina a los imperativos del superyó. El medio que utiliza la defensa es, principalmente, la represión. Pero existen también defensas primarias, como la transformación de la pulsiones en su contrario, la regresión (que algunas terapeutas utilizan como medio terapéutico, por ejemplo Winnicott), la introyección. Por otra parte, Anna Freud (nacida en 1895) ha demostrado que la defensa puede alcanzar no solo las pulsiones, sino a otras fuentes de angustia, como las exigencias del superyó. La misma recurre entonces a mecanismos diversos, como la sublimación (aquí entraría todo lo relacionado con la creatividad, y por tanto se trata de tranformar las pulsiones que no concuerdan con la sociedad en prodructos respetados por las reglas de la sociedad, el arte es transgresor y es aquello que transforma los códigos de la sociedad por otro lado). Melanie Klein agrega la identificación proyectiva, la negación de la realidad psíquica y el control omnipotente del objeto. Si el yo no llega a movilizar a tiempo suficiente reservas energéticas para mantener el equilibrio psíquico, el aumento de tensiones internas -por ejemplo, las excitaciones sexuales- puede provocar problemas somáticos. De este modo aparece la "neurosis actual" (actual porque concierne a la vida sexual presente, y no pasada, del individuo), en la que Freud incluye la neurosis de angustia, la neurastenia y la hipocondría. La cura psicoanalítica puede aportarle al yo una ayuda exterior para restablecer la unidad perdida del psiquismo. Si la defensa puede ser el origen de la enfermedad esta última puede ser un medio de defensa. Freud ha innovado en el estudio de la histeria al señalar que la ausencia de descarga emocional que caracteriza a la histeria puede estar ligada a una actividad de defensa del sujeto contra las representaciones displacenteras. Introduce en consecuencia la hipnosis (que no se le daba demasiado bien). Empieza a hablar de histeria de defensa, junto a la histeria hipnoide o histeria de retención. Posteriormente abandona la distinción de estas tres formas de histeria con el fin de demostrar que toda histeria pone en juego un mecanismo de defensa. Del mismo modo, cuando reagrupa bajo el término de psiconeurosis las afecciones de los conflictos infantiles experimentados simbólicamente y suma la histeria, la fobia, la obsesión y ciertas psicosis, Freud distingue una psiconeurosis de defensa. Después, cuando descubre la función esencial de la defensa, generaliza esta noción en el conjunto de las psiconeurosis. Este tipo de defensa patológica aparece como la última muralla del yo contra las excitaciones internas displacenteras cuando aquél no aprende a inhibir el displacer mediante "bloqueos laterales". Puede observarse el mismo fenómeno en la cura psicoanalítica; entonces la defensa adquiere el nombre de resistencia.

Premio de Fotografía

Buenos días Rodrigo, desde Fundación INTRAS seguimos habitualmente tu blog. Queríamos felicitarte y remitirte una información. Hemos convocado un premio de fotografía y locura que podría interesar a tus seguidores. Toda la información sobre LOCOGRAFÍAS está en http://premio-fotografia.intras.es; 1.000 € de premio y 2 accesit de 500€ Un saludo Eva Iglesias Vázquez Área de Documentación y Comunicación Fundación INTRAS Santa Lucía Nº 19, 1ª planta. 47005 Valladolid. ESPAÑA Por mi parte podían haber cambiado el nombre del premio, aunque sin ser muy "retorcido" podemos pensar en nuestro célebre aforismo: "En verdad que pobres somos, si solo estamos cuerdos". Winnicott.

Comorbilidad en el Trastorno Bipolar

El término "comorbilidad" se refiere a la coexistencia de dos o más trastornos mentales en la misma persona. Muchas personas tienen más de un trastorno mental definido en el "terrible" DSM-IV-TR. En realidad en dos estudios cuidadosamente diseñados realizados en Estados Unidos sobre los trastornos mentales de la población general -el National Comorbidity Survey y el Epidemiologic Catchment Area- se llegó a la conclusión de que del 56% al 60% de las personas con algún trastorno mental tienen dos o más trastornos. En la práctica clínica se suelen dar múltiples diagnósticos a los pacientes, a veces porque tienen más de un trastorno y a veces porque el profesional no está seguro de cuál es el más adecuado y, en consecuencia, diagnostica más de uno. ¿Cómo aparece una persona con dos o más trastornos coexistentes? Los trastornos que suelen aparecer junto con el trastorno bipolar suelen ser el trsatorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), el trastorno límite de la personalidad, el trastorno ciclotímico, la esquizofrenia, el trastorno esquizoafectivo, el trastorno depresivo mayor recidivante y trastornos de ánimo inducidos por sustancias. Lo anterior es el enfoque clínico clásico y académico. No obstante, el trastorno bipolar supone algo más profundo que un conjunto de signos y síntomas. Melanie Klein escibió un trabajo fantástico sobre la psicosis maniaco-depresiva, que es así como los nostálgicos del psicoanálisis denominan la patología. Allí profundiza más allá de la sintomatología y habla del "splitting" o disociación. Este es un mecanismo fundamental de esta patología. Por tanto, aunque fenomenológicamente, los trastornos "comórbidos" citados anteriormente son los más frecuentes en la persona afectada, existe un mecanismo fundamental que explica el fundamento del trastorno. Citaré dos ejemplos, uno con respecto al TDAH y otro en relación al Trastorno Límite de la Personalidad. Para ello hay que explicar que según el enfoque de las personas que trabajamos con la estructura de personalidad y sus trastornos, quizá focalizamos más en los trastornos de personalidad y los diagnosticamos más y mejor. Ahora bien, no siempre que existe un trastorno bipolar hay un trastorno de personalidad. Ahora bien, el trastorno bipolar también supone un profundo trstorno en la estructura de personalidad. Suelo explicar a los pacientes que tienen un trastorno de personalidad el modelo explicativo de Theodore Millon. Este "personólogo" norteamericano, ha publicado libros muy interesantes sobre los trastornos de personalidad. El modelo explicativo que comparto con mis pacientes es el siguiente, en forma de círculos concéntricos, desde el exterior al interior sigue esta pauta que encuentra su analogía con lo médico (ya saben ustedes, que la persona que acude a un psicólogo, sin haber acudido antes a ningún profesional de la salud mental, vienen con ese "modelo médico" interiorizado, que tiene que ver con una actitud pasiva, es decir, de toma de pastillas o interconsultas con el urólogo, el ginecólogo, el endocrinólogo, etc.) Entonces la explicación resulta más sencilla, funciona como metáfora y penetra en el hemisferio derecho: el modelo es así, en la parte del exterior estarían los problemas del Eje IV del DSM y que tienen qu ver con las situaciones estresantes, por ejemplo, problemas económicos, problemas en el hogar, problemas en el trabajo, etc. Esto, Millon, lo equipara a lo que serían las bacterias. En el eje inmediatamente interior están los trastornos de personalidad, cuya analogía tiene que ver con el sistema inmunológico, es decir, tener una alteración de identidad-un trastorno de personalidad supone que la persona es más vulnerable a tener patologías del eje I como son la ansiedad, trastornos del estado de ánimo, etc., Millon hace la analogía con la tos, la fiebre, etc. Entonces los círculos van desde los problemas relacionados con el estrés, luego los trastornos de personalidad, eje II y finalmente los trastornos del Eje I, que son los que llevan a las personas a acudir a la consulta. Los trastornos de personalidad son "egosintónicos" y los trastornos del eje I son "egodistónicos", esto significa que una persona que tiene mucha ansiedad o está deprimida pide consulta, sin embargo, una persona que tiene un trastorno narcisista, explota a los demás y tiene un ego grandioso no suele tomar conciencia de que su forma de ser es un problema hasta que no desarrolla trastornos del Eje I. Primero pondré en ejemplo que transmite David J. Miklowitz sobre la comorbilidad con el TDAH y después pondré un ejemplo con el trastorno límite de personalidad: 1. Comorbilidad entre el trastorno bipolar y el TDAH: Elena había sufrido varios episodios depresivos prolongados durante los cuales había tenido problemas para conservar el trabajo. Sus períodos hipomaníacos se caracterizaban por irritabilidad, pensamiento acelerado y trastornos del sueño. Su esposo, Chris, era comprensivo con sus depresiones, pero se enfurecía cuando intentaba hablar con ella de su situación laboral y Elena desviaba la mirada y parecía no escucharle. Chris también se quejaba de que cometía muchos errores por descuido: cuando enviaba su curriculum solicitando algún puesto de trabajo, muchas veces faltaba una página o la impresión era defectuosa. También era frecuente que se olvidara de las visitas al médico. Su mala memoria y su falta de atención parecían caracterizar su conducta la mayor parte del tiempo, incluso cuando no estaba deprimida. Hace poco, una lectora me preguntaba por qué su psiquiatra le había prescrito fármacos estimulantes en lugar de fármacos sedantes. La medicación para el TDAH es el metilfenidato, un fármaco que tiene un efecto paradójico y cuyo ojetivo es disminuir la atención y disminuir la hiperactividad. Esto también pasa con personas que tienen un trastorno obsesivo-compulsivo o un trastorno de angustia y les prescriben un antidepresivo, piensan que no están deprimidas y que no les hace falta ese fármaco. 2. Comorbilidad entre el trastorno bipolar y el trastorno límite: Alicia vino a consulta derivada por su psiquiatra para realizar psicoterapia. Acababa de hacer un intento de suicidio serio (tuvieron que coserle los cortes en las muñecas). Tuvo la fortuna de que entraron sus padres en el baño aunque no estaba previsto que acudieran a la casa. Inmediatamente después de su intento de suicidio y el inicio de la psicoterapia "viró" y empezó a dormir poco, a comprarse mucha ropa y encontró una pareja que le proporcionaba el afecto necesario que le faltaba para sentirse más entera, "la ilusión de completud". Alicia tíene una hija enfermera que "utiliza" como medicina, esto es, como apoyo a base de llamadas, acompañarle a las visitas, hablar con los médicos. Alicia decía que su hija hacía de madre para ella. Yo no dejaría de lado el hecho de que su madre "real" tenía un enfermedad psicótica con delirios de infidelidad. Entonces, podemos entender que tenía un componente importante de depedencia y de trastorno obsesivo-compulsivo de la personalida, con lo cual, no solo había comorbilidad entre el trastorno de estado de ánimo (trastorno bipolar II) y el trastorno límite, sino que también existía coexistencia de varios trastornos de personalidad, circunstancia muy frecuente. Apuntar que cuando no existe un trastorno de personalidad puro o "de libro" se dice que es un trastorno de personalida no especificado con rasgos (en este caso) límites, obsesivo-compulsivos y de dependencia. Como pueden ver, lo que el manual DSM transmite no es más que una parte muy superficial del sujeto. ¿Dónde está el sujeto en la psicología clínica oficial, o en el DSM? La psicología, desafortunadamente, ha heredado el modelo de la medicina y está subyugada a esta en lo institucional y en la praxis. Como ejemplo, un psiquiatra al que derivé una paciente con un trastorno psicosomático (en el DSM -Trastorno Somatoforme-), dijo a la paciente que le enseñara yo, técnicas de relajación para disminuir su ansiedad. Otro psiquiatra le dijo a una paciente alcohólica que los psiquiatras estudiaban muchos años más que los psicólogos y ridiculizó la profesión de la psicología. Estas actitudes de superioridad son frecuentes. En cuanto al trastorno bipolar, existe un modelo médico dentro de lo denominado medicina conductual que entiende que el trastorno bipolar es crónico y nada se puede hacer para curarlo, solo intervenir de manera paliativa a nivel farmacológico, como todos los psicofármacos, y a nivel psicoterápico con la psicoeducación. El psicoanálisis es más ambicioso y busca la curación de la persona, pero, como les he explicado en "post" anteriores, lo que sucede en el contexto de una psicoterapia psicoanalítica o de psicoanálisis no se puede estudiar de manera empírica porque existen variables de tipo vincular y emocional que no se pueden someter a estudios de laboratorio. Por ello, se dice que la inervención mejor para el trastorno bipolar es la psicoeducación y las psicoterapias de tipo intepersonal y cognitivo-conductual. Me parece una actitud nihilista y creo que no es "insensato" comentar que en toda esta trama del DSM y de la actitud de la psiquiatría oficial y biológica hacia la psicoterapia está muy relacionada con la industria farmacéutica, una de las industrias más poderosas además de la industria de la guerra. Un profesional que practica el psicoanálisis humanista y la psicoterapia positiva, entre otras, debe denunciar este tipo de hechos que tienen que ver más con intereses comerciales y lucrativos de los psiquiatras que con la "mismidad" de la persona que padece un "trastorno". Jim Carrey, Elizabeth Taylor, Robert Downey Jr, Mel Gibson, Ari Telch , Alejandro Bracho y Miguel Pizarro han hecho pública su enfermedad México, 1 May. (Notimex).- A raíz de que la actriz británica Catherine Zeta-Jones confesó recientemente que padece de trastorno bipolar, Demi Lovato y Selena Gómez creen que también sufren de este padecimiento. Zeta-Jones manifestó de manera abierta sufrir el trastorno afectivo bipolar (TAB), conocido anteriormente como psicosis maníaco-depresiva, que alterna de manera abrupta períodos de excitabilidad (manía) con otros de depresión. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), este padecimiento afecta aproximadamente al 4 por ciento de la población mundial y es la sexta causa de incapacidad laboral. Hace unos días, la esposa del también actor Michael Douglas, reconoció la importancia de pedir ayuda a tiempo, además de que si su bipolaridad ha servido para que otros se atiendan, entonces habrá valido la pena, puesto que ella ingresó en un centro de salud mental durante cinco días. Jim Carrey, Elizabeth Taylor, Robert Downey Jr, Mel Gibson, Ari Telch , Alejandro Bracho y Miguel Pizarro, son algunas de las personalidades que se han visto afectadas por el TAB, al igual que la ganadora del Oscar. El actor Jim Carrey, quien en filmes como "Irene, yo y mi otro yo" o "Mentiroso mentiroso" dio vida a enfermos mentales, y su vida no es tan ajena a estos papeles. De acuerdo a la declaración de un amigo del actor, su ruptura con Jenny McCarthy fue causada por su estado psíquico. Elizabeth Taylor, una de las musas del Séptimo Arte, fallecida el pasado 23 de abril, se casó con siete hombres con los cuales nunca logró una estabilidad y aunque nunca habló en forma abierta de su enfermedad, algunas personas han comentado que sus episodios depresivos y su adicción al alcohol provocaron múltiples fracasos sentimentales. Russell Brand, marido de Katy Perry , se ha visto afectado por este mal, al sufrir dos patologías: trastorno bipolar y trastorno por déficit de atención con hiperactividad (ADHD). Gracias a un seguimiento muy exhaustivo puede llevar una vida normal. La madrastra del actor Robert Downey Jr., comentó a una publicación internacional que fue diagnosticado con trastorno bipolar, aunque él lo haya negado varias veces. Por su parte, Mel Gibson confesó en el documental "Acting class 1977" que era maníaco-depresivo. Muchos psicólogos han asegurado que se ha escudado en su enfermedad para justificar sus arranques de violencia y narcisismo. En México, Ari Telch , el año pasado, fue internado de urgencia en un hospital de psiquiatría de esta ciudad, debido a una crisis producto de su bipolaridad. El actor se ha visto afectado por este mal desde los 13 años. Alejandro Bracho también ha tenido que pisar el nosocomio por este tipo de trastorno, quien a causa de un proyecto que no se concretó y con el cual esperaba tener éxito, se deprimió a tal grado que lo llevó a pensar en el suicidio. Con el rostro demacrado, la voz entrecortada e incluso con la convicción de volver a intentarlo, el actor Miguel Pizarro sorprendió en 2004 al hablar sobre su enfermedad y su intento de suicidio.
http://youtu.be/ogHIUvSrQ3E

Siete Bases para cultivar la Conciencia Plena

"La función de la educación es ayudarte desde la niñez, no a imitar a otros, sino a ser tú mismo todo el tiempo" J. Krishnamurti.
1. Viva su vida momento a momento. La realidad se desarrolla momento a momento, cada instante aporta algo distinto al anterior, cada momento es único: vívalos sin dejarlos escapar pensando en fantasías sobre el futuro o en recuerdos del pasado. Aunque es evidente que la vida requiere una cierta capacidad de planificación y prepararse para el futuro, en ocasiones empleamos demasiados esfuerzos en anticipar el futuro explorando sin parar posibles escenarios. Esta tendencia no es sana y suele producir ansiedad y estrés, por lo que es conveniente regularla. De la misma forma, la reflexión sobre hechos pasados nos permite aprender para el futuro, pero dificultamos la capacidad de resolver problemas si deriva hacia una excesiva rumia. La rumia tampoco es sana, ya que facilita la depresión, por lo que también hay que regular esta tendencia. 2. No juzgue tanto, no se juzgue. Todo juicio produce una cierta tensión emocional que posiciona al individuo frente al acontecimiento en uno de estos tres sentidos: a favor, en contra o indiferente. Estas posiciones predisponen nuestras actuaciones y orientan la antención posterior. Cultivando una cierta imparcialidad ante las situaciones, podemos suspender los juicios o evitar juzgar y así poder conocer mejor la realidad sin tener que vincularnos tan emocionalmente con ella. Recuerde que todos los acontecimientos se producen por una serie de causas, que a su vez son producidas por otras, y así hasta el infinito. Poder experimentar un acontecimiento sin tener que juzgarlo obligatoriamente es el primer grado de libertad. Los juicios son una de las mayores fuentes de estrés. La mente que está constantemente estableciendo juicios y categorías, limita la percepción de la realidad, al quedar condicionada ésta por las emociones correspondientes. 3. Confíe en sus capacidades, en su sabiduría y en sus recursos. Que nadie intente ser distinto a sí mismo, ni piense que la felicidad depende de factores externos. Intente en la medida de lo posible ser usted mismo y busque la felicidad en lo que la realidad le puede ofrecer aquí y ahora, que es la única posibilidad real. Algunos sabios han propuesto que nuestra tarea en esta vida es simplemente llegar a ser lo que en realidad somos, liberándonos de todo lo que no pertenece a esta identidad esencial. 4. Cultive la mente de principiante, abierta, interesada. Prestando atención al momento presente, se evita interpretar la realidad mediante situaciones pasadas, lo que le permitirá aprovechar todas las oportunidades que se presenten. Toda situación siempre tiene algo de nuevo, cada momento es único, aprovéchelo. En situaciones difíciles intente cultivar la curiosidad en vez de dejarse llevar solo por las preocupaciones. De toda circusntancia se puede aprender algo si tenemos suficiente curiosidad para verlo como mente del principiante. 5. No busque solo resultados, fíjese en el proceso e intente hacer lo que tenga entre manos lo mejor que pueda. Todo deseo desequilibra la mente, ya que dirige nuestra atención en una dirección y genera unas expectativas que nos ponen en deuda con el futuro, creando cierta tensión. Esto no significa que debamos renunciar a los objetivos, pero sí debemos poner más énfasis en el proceso, que es donde se crean las causas para que se den los objetivos que deseamos. Recuerde que una persona casi nunca puede alcanzar por sí misma todo lo que se propone. Es imprescindible que se den ciertas circunstancias favorables para todo éxito. No obstante, una pesona sí es responsable de su motivación, intención y atención a un proceso. Por otro lado, obsesionarse con un objetivo puede impedir ver otras oportunidades que quizá sean más interesantes. 6. Acepte la realidad como es, conozca sus límites y aprenda a soltar. Lo que resistes persiste y lo que aceptas se transforma, dice un dicho popular. Solo aceptando las cosas, podemos intentar cambiar algo. Aceptar los límites de cada cual es fundamental para ser realista en los objetivos. Así y todo, tener límites es una circunstancia de la persona, no una característica de su identidad. No se identifique con sus limitaciones, ni límite a otros. La paciencia es una forma de sabiduría. Lo contrario, la impaciencia, es querer que las cosas vayan al ritmo que uno desea, que suele ser distinto a como van en realidad. Otra fuente de problemas es nuestro intento de cambiar a otros. Como dijo Gandhi: si quieres cambiar el mundo, debes cambiarte a ti mismo. Experimente dejando que algunas cosas sean tal y como son, y fíjese, mientras tanto, en qué es lo que ocurre con usted. Aceptar no se debe confundir con conformarse, pero hay cosas contra las que no se puede luchar y otras solo se corrigen si primero se aceptan. Recuerde la plegaria: "Señor, dame fuerzas para cambiar lo que se puede cambiar, paciencia para aceptar lo que no se puede cambiar, y sabiduría para distinguir entre ambos". 7. Cuídese, trátese con amor y cariño. Para poder practicar la conciencia plena, es necesario establecer una relación positiva con uno mismo; de esta forma se adquiere la suficiente flexibilidad mental para poder cultivar una visión de la realidad más acertada y saludable. Esta relación incorpora aceptación, amor, apertura, paciencia y diligencia, con objeto de cambiar la relación que la persoa establece consigo mismo y con el mundo. http://youtu.be/UZn91JmsUGE Within Temptation&The Metropole Orchestra/Black Symphony: "Stand my Ground".

viernes, 27 de abril de 2012

Psicología Positiva: una vuelta de tuerca importantísima

"La esquizofrenia no puede entenderse sin comprender la desesperación". "Deberíamos dedicarnos a desaprender gran parte de lo aprendido y aprender lo que no se nos ha enseñado". "Las personas creativas que no puede dejar de explorar otros territorios mentales se encuentran en mayor riesgo, es como alguien que sube una montaña, tiene más riesgo que alguien que simplemente camina a lo largo de un carril en la aldea". Citas de Ronald D. Laing.
En este mundo, Martin Seligman no es el único "iluminado" de la psicología positiva, de hecho, hay por lo menos un español, que para colmo es psiquiatra, llamado Luis Rojas Marcos que también "profesa" la fe de tener como objetivo de la psicología la felicidad y el bienestar en lugar de la ausencia de síntomas y los tratamientos focalizados en el malestar que retroalimentan al malestar, victimiza al paciente y si seguimos los cánones de la psicología clínica y la psiquiatría, categorizan de una forma muy poco "humanista": diagnóstico, pronóstico y tratamiento, como si fuera la diabetes. Les dejo con unas palabras de un libro escrito por Dan Baker y Cameron Stauth que tiene un nombre con cara de libro de autoayuda cursi, no obstante esto que comparto con ustedes, transmite un mensaje más allá del "carpe diem". O del "Flower Power" que mencionaba en el post anterior. Además pongo una nota de color y orientación en las citas que he escogido para dar cuerpo al fragmento del libro. Dan Baker y Cameron Stauth: "Lo que sabe la gente feliz". Ed. Urano, 2004, Barcelona. Pp.: 19-20. Los miedos seguirán viniendo siempre, siempre. Pero podemos superarlos. Ese en nuestro don evolutivo: nuestro camino de salida de la oscuridad del pasado, hacia la luz. - La cabeza me está asesinando -se quejó el señor Conner, dejándose caer en un asiento-. El mercado me está dando una paliza. Seguro que esperaba que yo lo compadeciera o, en la terminología de mi profesión, que "validara" sus sentimientos. No soy partidario de la validación de los sentimientos así como así. Los sentimientos pueden ser igual de embrollados que las conductas. Sabía que ocurriera lo que ocurriera en el mercado ese día o cualquier otro, Christopher Conner tendría más que suficiente para llevar un estilo de vida lujoso hasta el día de su muerte. Nada lo estaba asesinando esa hermosa mañana, aparte de los miedos que se infligía él mismo. Había visitado a varios otros psicólogos, pero estos habían hecho poco más que catalogar sus sentimientos y corroborar su desdicha. Esa validación no crítica de los sentimientos, que lleva a la glorificación del papel de víctima, es uno de los muchos errores que se perpetran eb el campo de la psicología clínica. La psicología clínica, es decir el tratamiento en un hospital o clínica de personas afectadas por trastornos mentales, comenzó con mucho bombo y platillo a fines del siglo XIX, a modo de complemento de la medicina moderna. Se estructuró siguiendo el modelo médico tradicional de combatir lo patológico. La psicología clínica se basó en la suposición de que la mayoría de las personas son sanas mentalmente y felices, pero algunos contraen patologías que encajan en compartimentos diagnósticos claramente delimitados y requieren tratamientos estandarizados. Este método suena científico y por lo general es muy lucrativo. El único problema es que no funciona muy bien; fracasa aproximadamente en dos de cada tres casos. Sin embargo, pese a los frecuentes fracasos del método antipatología, este sistema está considerado por muchos de sus practicantes, y creo que con bastante cinismo, como el único camino válido de la psicología. Una de las grandes deficiencias de este método psicológico "cínico" es que no se pensó para ayudar a las personas a encontrar la felicidad. Se suponía que si se curaba la enfermedad mental, la felicidad llegaría de forma natural como condición humana normal. Sin embargo, esto sencillamente no se le ocurre a la mayoría de las personas. Nuestra constitución miedosa lo impide. Además, creo que aun en el caso de que la persona no tenga ninguna enfermedad psíquica diagnosticable, de todos modos no se la puede considerar sana psicológicamente a no ser que sea feliz. Ausencia de enfermedad no es lo mismo que salud, tal como ausencia de pobreza no es lo mismo que riqueza. Mi opinión sobre la psicología es similar a la de los médicos que practican la medicina integradora. Estos médicos tratan de ayudar a sus pacientes a pasar de la mera ausencia de enfermedad al dominio de la salud robusta, en el que se sientan llenos de energía, vitalidad y fuerza. En la misma línea, trato de ayudar a las personas a pasar de la mera ausencia de trastorno psíquico al dominio de la felicidad, en el que se sientan optimistas, llenas de amor y conectadas espiritualmente. Creo que el trabajo de la psicología del siglo XXI estará caracterizado por la búsqueda de la felicidad. Este es el tipo de empresa que puede cambiar toda una cultura. He visto el poder de esta búsqueda. La he visto cambiar vidas. Pensé que podía cambiar la vida al señor Conner. Y creo que puede cambiar la nuestra.
"Vivir es nacer a cada instante". Erich Fromm. "Etiquetar a un niño de enfermo mental es estigmatización, no un diagnóstico. Darle a un niño una droga psiquiátrica es envenenamiento, no un tratamiento". Thomas Szasz. "Si le hablas a Dios, es oración. Pero si Dios te habla, es esquizofrenia". Thomas S. Szasz, The Second Sin, Anchor/Doubleday, Garden City, NY. 1973, Page 113. "La salvación del hombre está en manos de los inadaptados creativos". Martin Luther King "Preferiría estar solo / con un esquizofrénico / que con un psiquiatra". Carol Batton

La Barrera del 65 por ciento: Psicología Positiva

"El amor infantil sigue el principio: Amo porque me aman. El amor maduro obedece al principio: Me aman porque amo. El amor inmaduro dice: Te amo porque lo necesito. El amor maduro dice: Te necesito porque te amo". Erich Fromm.
Les expongo unas ideas de Martin Seligman del libro "La Vida que Florece", que luego comentaré. Se trata de la página 65 y sucesivas, bajo el epígrafe del asunto de este "post". Habla de los mitos de la salud mental, como por ejemplo los fármacos, y las oposiciones a la "psicoterapia positiva". Además transmite unas interesantes críticas, no solo se queda en ese lado "positivo" que algunos pacientes califican de "Flower Power". Cuando transmitimos este enfoque a personas que se encuentran como aquellos pobres animalillos con los que, hace más de 45 años, experimentaba Seligman como investigador. Es decir, en el "formato" de la indefensión aprendida: "Yo no voy a cambiar, no puedo cambiar, me parece que tú eres demasiado optimista, creo que no puedo mejorar, yo soy un rayado, etc, etc". Y desde luego que tienen su "razón". Su manera de ver el mundo, las circunstancias, el futuro y a sí mismos es francamente desolador. Allí van las palabras de Martin Seligman: Me he pasado buena parte de la vida midiendo los efectos de la psicoterapia y de los fármacos y les voy a contar el segundo secretito sucio. Casi siempre, los efectos son los que técnicamente se llama "reducidos". La depresión es un ejemplo típico. Consideremos dos tratamientos que, según numerosos estudios, "funcionan": la terapia cognitiva para la depresión (que cambia el modo de pensar sobre acontecimientos negativos) y los inhibidores selectivos de recaptación de serotonina (ISRS como Prozac, Paroxetina...) Tomando una media de todos los estudios publicados, con cada uno de ellos se obtiene un índice de alivio del 65 por ciento, acompañado de un efecto placebo que va del 45 al 55 por ciento. Cuanto más realista y sofisticado es el placebo, mayor es el porcentaje del mismo: la respuesta al placebo es tan elevada que en la mitad de los estudios en los que la FDA (la Agencia Alimentaria y del Medicamento de EE.UU.) basó la aprobación oficial de los fármacos antidepresivos, no había diferencia entre el placebo y el fármaco. Hay estudios recientes sobre los fármacos antidepresivos que resultan incluso más desalentadores. Un prestigioso consorcio de psicólogos y psiquiatras recopilaron los datos de los 718 pacientes procedentes de los seis mejores estudios comparativos entre fármaco y placebo y dividieron a los pacientes de acuerdo con la gravedad de la depresión. En caso de depresión muy severa (si sufre de una depresión tan grave lo más probable es que ni siquiera pudiera leer este párrafo), los fármacos demostraron tener una eficacia fiable, pero en el caso de depresión moderada o leve, los efectos eran nulos. Desgraciadamente, la gran mayoría de las recetas para antidepresivos se extienden para este tipo de pacientes, depresivos entre moderados y leves. Así pues, siendo generosos, se estima que los fármacos presentan una ventaja máxima del 20 por ciento sobre el placebo en cuanto a beneficio. Este 65 por ciento surge una y otra vez, ya sea al analizar el porcentaje de pacientes que obtienen un alivio o el porcentaje de alivio de síntomas en los pacientes. Yo llamo a este problema "la barrera del 65 por ciento". ¿Por qué existe una barrera del 65 por ciento y por qué son tan reducidos los efectos? Desde el primer día en que empecé a practicar esquí hasta cuando lo dejé al cabo de cinco años, siempre luché contra la montaña. Esquiar nunca me resultaba fácil. Todas las modalidades de psicoterapia que conozco, todos los ejercicios, son una intervención del tipo "lucha contra la montaña". Es decir, estas terapias no se refuerzan por sí solas y, por consiguiente, los beneficios se desvanecen con el tiempo. En general, todas las técnicas de terapia hablada son complicadas de hacer, no resultan nada divertidas y son difíciles de incorporar en la vida personal. De hecho, medimos la eficacia de las terapias habladas por lo que duran antes de "disiparse" una vez concluido el tratamiento. Todos y cada uno de los fármacos presentan exactamente la misma característica: en cuanto se dejan de tomar, se vuelve al punto de partida, y la reaparición y la recaída son norma. Para contrastar, pruebe el siguiente ejercicio de psicología positiva. Es divertido y perdurable en cuanto cuaja. Reaccionar de Forma Activa y Constructiva. Por curioso que resulte, la terapia de pareja suele consistir en enseñar a los dos miembros a pelearse mejor. Así una relación insufrible puede volverse mínimamente tolerable. No está mal. Sin embargo, a la psicología positiva le interesa más convertir una relación buena en excelente. Shelly Gable, profesora de psicología de la Universidad de California en Santa Bárbara, ha demostrado que la forma de celebrar algo es un indicador más fiable de las relaciones sólidas que la forma de pelear. Las personas que nos importan suelen compartir con nosotros las victorias, los triunfos, y otras cosas buenas menos trascendentales que les ocuren. Nuestra forma de reaccionar fortalece la relación o la socava. Hay cuatro formas básicas de reacción, y solo una fortalece las relaciones. Esta es la tarea de la semana: escuche con atención cada vez que una persona que le importe le cuente algo bueno que le haya sucedido. Desvíese de su camino para reaccionar de forma activa y constructiva. Pida a la persona que reviva el acontecimiento con usted; cuánto más tiempo pase reviviéndolo, mejor. Dedique mucho tiempo a reaccionar. (Ser lacónico es malo.) Busque sucesos buenos durante toda la semana y deje constancia de ellos por la noche del siguiente modo: Evento del Otro-Mi Respuesta-La Respuesta del Otro para Conmigo. Si descubre que no se le da demasiado bien, planifíquelo con antelación. Anote algunos eventos positivos concretos de los que hayan hecho partícipe recientemente. Escriba cómo debería haber reaccionado. Cuando se levante por la mañana, dedique cinco minutos a visualizar con quién se encontrará a lo largo de la jornada y qué cosas buenas es probable que le cuenten sobre ellos mismos. Planifique su reacción activa y constructiva. Utilice variantes de estas reacciones activas y constructivas a lo largo de la semana. A diferencia de la lucha contra la montaña, esta técnica se mantiene por sí misma. Sin embargo, a la mayoría de nosotros no nos sale de forma natural y tenemos que practicarla con diligencia hasta que se convierte en un hábito. Me encantó ver a mi hijo Darryl de dieciséis años sentado en la primera fila en un seminario que impartí en Berlín en julio de 2010. Por fin tenía la oportunidad de mostrar a Darryl a qué me dedico aparte de sentarme delante del ordenador, escribir y jugar al bridge. En la primera hora, pedí a los seiscientos participantes que realizaron un ejercicio activo-constructivo, los puse por parejas y la persona A presentaba un suceso positivo y la persona B respondía y luego intercambiaban el papel. Vi que Darryl lo hacía con un desconocido. Al día siguiente, fuimos toda la familia al enorme mercado de Tiergarten. Nos separamos, compramos baratijas y distintos recuerdos de nuestra visita a Europa. Mis dos hijas pequeñas, Carly, de nueve años y Jenny, de seis, disfrutaban de lo lindo con la aventura, y corrían de un puesto a otro. Aquel día la temperatura en Berlín alcanzó niveles extremos -rozaba los 38º- y enseguida nos quedamos sin energía y sin dinero, por lo que nos reunimos en una cafetería cercana para disfrutar del aire acondicionado y del café con hielo. Carly y Jenny lucían unas diademas doradas, de plástico y con incrustaciones de bisutería. - Las hemos conseguido por trece euros - anunció Carly orgullosa. - ¿No habéis regateado? -repliqué sin pensar. - Vaya, eso sí que es un gran ejemplo de reacción activa y destructiva, papá -comentó Daryl. O sea que yo sigo practicando y con muchas clases particulares. Sin embargo, en cuanto se empieza a poner en práctica, caes mejor a los demás, pasan más tiempo contigo y comparten más detalles de su vida íntima. Uno se siente mejor y todo ello refuerza la capacidad de reaccionar de forma activa y constructiva. Nota de Rodrigo Córdoba Sanz: como psicólogo y psicoterapeuta, debo decir tres cosas: 1. Los psicofármacos son paliativos, de acuerdo, no obstante, alivian el sufrimiento y eso me parece positivo. 2. Criticar todas las psicoterapias me parece poco atinado, entre otras cosas porque este hombre ha trabajado en laboratorios y en la Universidad pero no sé si ha tratado ha un solo paciente. Dicho de otra manera, es una rata de biblioteca y laboratorio. 3. La Psicoterapia Posititiva promete muchísimo en cuanto a su teoría, pero en la práctica, los ejercios no son tan originales, eso sí, el objetivo es bien distinto al de la psicología convencional, es decir, la felicidad, no la ausencia de síntomas. http://youtu.be/TGs6eSm1ysE Un poco de Beethoven.

Tres Perlas

"El cuerpo y la mente son mellizos y solo Dios sabe cuál es cual".
A. Charles Swinburne, Panteísmo en dos palabras.

"Nuestra ciencia, comparada con la compleja realidad, es primitiva e infantil; aún así, es la cosa más preciada que tenemos".
Albert Einstein, La dinámica del movimiento, 1905.

"He tratado a muchos pacientes, y no he visto ni uno, mayor de treinta años, cuyo problema, al final, no fuese encontrar una perspectiva espiritual de la vida".
Carl Gustav Jung, Entrevista en Time, 14 de febrero de 1955.

Reírnos

"Los profanos en estas cosas se sentirán sorprendidos al saber que en el campo de concentración había sentido del humor. El humor es una de las armas con las que el alma lucha por su supervivencia. Yo mismo entrené a un amigo que trabajaba a mi lado a inventarse cada día una historia divertida sobre algún incidente que pudiera suceder al día siguiente de nuestra liberación..."

Victor E. Frankl, El hombre en busca de sentido, 1946.

Descubrir la comicidad de situaciones estresantes y reírse también protege nuestro equilibrio emocional. El buen sentido del humor nos permite ver las contradicciones y las ironías de la vida, lo que a menudo disminuye la intensidad de las emociones negativas que provocan las desgracias.

Hablar, comprender, entender

"Una vez que se quedaron solos, Robin se dirigió al joven y le dijo -pues bien, muchacho, cuéntame tus inquietudes, háblame libremente. Un caudal de palabras siempre aligera las penas del corazón. Es como abrir la presa cuando está a punto de desbordarse. Ven, siéntate aquí, a mi lado, y desahógate".

Howard Pyle, Las aventuras de Robin Hood, 1911.

Relaciones Sociales

"El hombre es consciente de la brevedad de su vida, de que nace sin su consentimiento y perece en contra de su voluntad. Es consciente de su impotencia... Todo esto hace de su existencia solitaria una prisión insoportable. El hombre sabe que se volvería loco si no pudiera liberarse de esta prisión y unirse, de alguna forma, a otros seres humanos".

Erich Fromm, El arte de amar, 1956.

Curación en Psicoanálisis

"Mientras tememos conscientemente no ser amados, el temor real, aunque habitualmente inconsciente, es el de amar". Erich Fromm.
Se suele hablar mucho del papel del trauma en el desarrollo de patologias psíquicas, estos "traumas" pueden ser sofisticados, o groseros. Puede ir desde la negligencia, el abuso sexual, el abuso físico, la desatención, la sobreprotección, el doble-vínculo, si hablamos en términos de la Teoría de la Comunicación y otras muchas formas que se han estudiado a lo largo de los siglos XIX, XX y el momento actual. Aquellos que pensamos en términos de estructura de personalidad, no de aparición/desaparición de síntomas, que suele ser el criterio de los pacientes para valorar su mejoría, discrepa del conocimiento de la psicoterapia. Sigmund Freud en "Análisis Terminable e Interminable" plantea que la ausencia de síntomas no significa la curación y que cuanto mayor sea el trauma más fácil es la curación. ¿Paradójico, verdad? Bien, Erich Fromm, un psicoanalista humanista y que además también voló sobre el terreno de la sociología, conocido por "El Arte de Amar" y "El Miedo a la Libertad", ha escrito otros muchos trabajos verdaderamente interesantes. Para mí, resulta un profesional que me seduce, esto no significa que lleve su saber al plano de la auténtica certeza sin ambages. No obstante me inspira, como lo hacen otros psicoanalistas y psicoterapeutas de otras orientaciones dentro de lo denominado psicoterapias dinámicas. También me abro a las psicologías "oficiales", aunque estas son paliativas y no tienen como objetivo la curación sino que la persona sea funcional. Que no es poco. Pero, ni el psicoanálisis ni la psicología oficial se han planteado un objetivo importante, la felicidad. Cuando un terapeuta habla de felicidad a un paciente que se encuentra en un estado disfórico, es como hablar del "milenarismo" a un físico teórico. ¿Qué condición es favorable para la curación, según Freud? En "Análisis Terminable e Interminable", dice que cuanto más fuerte sea el trauma, más posibilidades hay de curación, cosa que muchos no tienen en cuenta al pensar en la teoría de Freud. La persona del psicoanalista es el otro factor que debe ser favorable para la curación. En este último escrito suyo, Freud hace una observación muy interesante sobre la situación analítica, que merece la pena citar, y es que el analista "necesita de alguna superioridad para servir al paciente como modelo en situaciones analíticas, y como maestro en otras. Por último, no se olvide que el vínculo analítico se funda en el amor por la verdad, es decir, en el reconocimiento de la realidad objetiva, y que excluye toda ilusión y todo engaño" Erich Fromm, en "El arte de escuchar" dice lo siguiente: "Freud tuvo siempre una idea un poco mecanicista de la curación. Como es sabido, la idea de principio era que, revelándose o descubriéndose el afecto reprimido, este, al hacerse consciente, sale del sistema, por decirlo así. Es lo que se llama `abreacción´, con una idea muy mecanicista, como el sacar pus de una inflamación, y se creía que esto ocurría de modo enteramente natural y automático. (Nota de Rodrigo C.: ahora viene lo mejor:) "Pues bien, Freud y otros muchos psicoanalistas comprendieron que esto no es cierto, porque, si lo fuese, los que más exteriorizan su irracionalidad serían los más sanos, porque se desahogan, echan las cosas fuera de su sistema..., pero no son los más sanos. Así, Freud y otros psicoanalistas abandonaron esta teoría, aunque sustituyéndola por una idea menos explícita: la de que si el paciente comprende o, empleando otra expresión, se hace consciente de su realidad inconsciente, sus síntomas, sencillamente, desaparecerán. O sea, que en realidad no tiene que hacer ningún esfuerzo especial, salvo el de acudir a la consulta del psicoanalista, decir lo que se le ocurra y pasar por los apuros que ello encierra forzosamente. Pero, digámoslo, nada depende de un esfuerzo particular del paciente, ni de una particular voluntad suya: él se curará, supuesto que logremos vencer sus resistencias y le demos a conocer lo reprimido. Se trata de una idea no tan mecanicista como la primitiva teoría de Freud de la abreacción, pero sigue siendo un poco mecanicista, según la entiendo. Da por supuesto que la cosa es fácil, en el sentido de que todo al paciente le irá bien, con solo que descubra lo reprimido". Por tanto, según lo anterior y las lecturas atractivas de Freud, el psicoanálisis consiste en descubrir la realidad inconsciente de una persona. Todo aquello que se aparte de esta premisa no es psicoanálisis. Ahora bien, puede la técnica psicoanalítica abordar todas las patologías, ser eficaz en todas las personas... Pensemos que fue diseñada para tratar las neurosis. No obstante, la idea de curación es algo que resulta reconfortable. Pero la curación depende más de lo que Freud explicó y de lo que los más puristas han entendido de sus escritos reveladores. Además de revelar la realidad inconsciente, la persona tiene que tomar una decisión, curarse o seguir hablando sobre sus problemas. Esta "decisión", es lo que Freud llamaba "resistencias" y se relaciona con los "mecanismos de defensa". Si, dejamos a la persona sin mecanismos de defensa se hundirá. Tal y como dice la propia expresión, los mecanismos de defensa, son "recursos" para protegerse del sufrimiento. Las personas se agarran a estos recursos y los psicoanalistas que trabajan según el legado de Freud, intentan vencer esas resistencias a toda costa. En personas frágiles, con un yo débil, el trabajo analítico ortodoxo mantendrá o empeorará la situación del paciente. Cabe la posibilidad de que mejore, pero entiendo que no se deberá al método analítico. Existen muchas variables intangibles que autores como Ferenczi o Winnicott han realzado, y es el valor del vínculo analítico en el plano de lo emocional. Winnicott mostró el camino fértil para que la persona "jugara" en el espacio analítico, es decir, que abandonara la situación de rigidez para dejarse llevar por los senderos de una atmósfera confiable donde poder elaborar (jugando metafóricamente) con el analista. Ferenczi llegó incluso a hablar del "análisis mutuo". Winnicott es un autor poco "resistido" por el establishment psicoanalítico pero Ferenczi, que fue analista de Melanie Klein fue tachado de loco por Freud y sus allegados más forofos. Desde la época de Freud, han surgido miles de enfoques para trabajar en psicoterapia dinámica. Y esto ha sucedido tras practicar el método clásico y ortodoxo y objetivar que no siempre es lo más apropiado. Desde luego que puede resultar cómodo para según que pacientes, el paciente habla, el analista escucha e interviene brevemente, sin interrumpir el flujo de pensamientos, fantasías, ilusiones del analizado. ¿Cómo puede ser que todavía existan profesionales que sigan a raja tabla el mensaje de Freud sin abrirse a otras perspectivas dentro y fuera del psicoanálisis? Otra cuestión que quiero comentar, y la he dejado entrever en líneas anteriores, es que el psicoanálisis no es indicado para muchas patologías. Por ejemplo, en los trastornos de personalidad se indica otros tratamientos o bien, un psicoanálisis modificado, como el del genial Otto Kernberg. Gunderson es otro gran profesional con grandes conocimientos psicoanalíticos y que conoce los trastornos de personalidad de forma exquisita. En sus trabajos sobre el trastorno borderline expone su forma de trabajar y, precisamente, no es como propone el psicoanálisis clásico. Resumo y concluyo, aunque dejo abierta una línea de debate y pensamiento para seguir trabajando y escribiendo: el psicoanálisis apropiado para patologías como los trastornos de personalidad o patologías graves es un psicoanálisis modificado, focalizando el aquí y ahora, realizándose cara a cara y promoviendo cambios actitudinales. Aquí, me "encomiendo" al mensaje de Freud, el psicoanalista o el psicoterapeuta debe ser valorado por el paciente como una persona que tiene lo que denominaba Lacan "el supuesto saber". Todos sabemos que el saber lo tiene el paciente, pero no se atreve a hacerlo consciente. Esa es la realidad.
"La envidia, los celos, la ambición, todo tipo de avidez, son pasiones: el amor es una acción, la práctica de un poder humano, que sólo puede realizarse en la libertad y jamás como resultado de una compulsión". Erich Fromm.

jueves, 26 de abril de 2012

Khalil Gibrán

"A menudo escucho que os referís al hombre que comete un delito como si él no fuera uno de vosotros, como un extraño y un intruso en vuestro mundo. Mas yo os digo que de igual forma que el más santo no puede elevarse por encima de lo más sublime que existe en cada uno de vosotros, tampoco el malvado puede caer más bajo de lo más bajo que existe en cada uno de vosotros".

Khalil Gibrán, El profeta,  1923.

El caso Dora

Publicada en 1904, la observación del "Caso Dora", que Freud había tratado en 1899, ilustra los principios que se desprenden de "La interpretación de los sueños". Esta exposición se propone demostrar el interés del análisis onírico como medio de acceso al material psíquico reprimido en el inconsciente y la significación de las manifestaciones mórbidas de carácter neurótico como sustitutos de una vida sexual normal. Llevada por su padre a ver a Freud -que antes de su matrimonio lo había curado de una afección nerviosa de origen sifilítico- Dora, de dieciocho años de edad al comienzo de la cura, presenta después de varios años síntomas característicos de la "pequeña histeria": malestar respiratorio, tos entrecortada, crisis de afonía y de migrañas, estados depresivos, agresividad hacia los suyos partiendo de una expresión de hastío, considerada poco sincera, de la vida. Predispuesta a la neurosis por su herencia paterna, además había vivido una adolescencia perturbada por la desunión de sus padres. Dominada por la personalidad del padre, su familia reproduce una situación típicamente edípica. Su madre busca una compensación afectiva en el acrecientamiento de la actividad doméstica y de la ternura hacia su hijo, en tanto el padre -a cuyo lado se ponía Dira sin reservas- alimentaba una relación duradera con la mujer de un matrimonio amigo: los K. El marido, el señor K., cortejaba a Dora asiduamente y había intentado seducirla. El análisis sugirió una profunda ambivalencia de sentimientos hacia el padre, primero considerado un cómplice y después juzgado como un delincuente, a continuación de la tentativa de seducción del señor K. La reacción histérica provocada por una ocasión de excitación sexual revela, aunque sean encubiertas por la adhesión al padre, las pulsiones reprimidas del sujeto: amor antaño consciente, después condenado por la moral social, hacia el señor K.; y sentimientos homosexuales, no menos profundos, experimentados por Dora hacia la esposa de aquél. Sacando a la luz la simultaneidad de las tendencias más diversas, el análisis esclarece los fenómenos de localización de los síntomas neuróticos en las zonas erógenas extragenitales, sin que puedan discernirse razones orgánicas. Demuestra de qué manera esta complacencia somática, por conversión de elementos psíquicos reprimidos en manifestaciones corporales, aporta a la neurosis cierta forma de satisfacción sexual. Pero es esencialmente la interpretación de los sueños lo que permite confirmar lo bien fundado de estas hipótesis. Si en un primer sueño muchas veces repetido, Dora huye con su padre de una casa en llamas en la que su madre intenta retenerla, es para desviarse de una realidad aplastante y recuperar -al rechazar su existencia presente- la paz de una infancia sin conflictos. A continuación en contrapartida, el encuentro con un joven desconocido en la aldea extranjera donde acaba de enterarse de la muerte de su padre, significaría, sobre todo, su deseo de reinserción en su vida actual. El Caso Dora marca también los límites de la terapéutica freudiana. En razón de una transferencia mal dominada, Dora habría "vuelto a representar" con su médico la ruptura que había tratado de imponerle a su padre. Interrumpe brutalmente la cura para ser "recuperada" por la vida, según Freud, pero más verosímilmente, al decir del especialista que la trató después, para no conocer jamás la verdadera expansión del ánimo.
http://youtu.be/MY1fvzzVmII Canción de Warcry titulada "Cada vez".