PEACE

PEACE
Paz y Ciencia

sábado, 12 de enero de 2013

Inmortal

Si el hombre fuese inmortal, podría con razón demorar cada uno de sus actos hasta lo infinito, no tendría el menor interés en realizarlos precisamente ahora, podría dejarlos perfectamente para mañana o pasado mañana, para dentro de un año o de diez. En cambio, viviendo como vivimos en presencia de la muerte como el límite infranqueable de nuestro futuro y la inexorable limitación de todas nuestras posibilidades, nos vemos obligados a aprovechar cada instante de vida.
La finitud, la temporalidad, no es solo una característica humana, sino que es, además, una característica esencial y constitutiva de la naturaleza humana que da sentido a la vida.
EL SENTIDO DE LA EXISTENCIA HUMANA ESTÁ EN SU CARÁCTER IRREVERSIBLE.
Por eso, solo podremos comprender la responsabilidad de vida de un hombre siempre que la entendamos como una responsabilidad con vistas al carácter temporal de la vida, que solo se vive una vez.
Si queremos que un hombre preste atención e importancia a la vida, como terapeutas, tenemos que trasladar al paciente el carácter histórico de la misma, la responsabilidad del hombre en ella. Esto lo podemos hacer todos, sentándonos y considerando a la vida en su dimensión finita, partiendo del primer capítulo, el presente, y poco a poco, continuar hasta el siguiente capítulo. Con los pies firmes en el presente, en el "aquí y ahora", dando buena cuenta de la versatilidad y capacidad creativa para construir e innovar.
De las situaciones más dolorosas, de las situaciones más duras, se aprenden infinidad de cosas. Todo hombre, en mayor o menor medida, es atravesado, y pasa, por situaciones que le requieren movilizarse en aras de conseguir pasar a la página siguiente. De a poquito podemos conseguir consolidar un hermoso texto. Como decía Fritz Perls, el carácter supone enquistamiento, el individuo sano está en constante cambio, y es de este modo, por el que puede seguir escribiendo una página tras otra.
Para sobrevivir solo hace falta dejar que la vida pasa:
- ¿Qué haces?
- Echando el día.
Para vivir hay que tener una actitud proactiva, constructiva y creativa; casi podemos decir que para VIVIR cada día es el primero, para VIVIR cada día es el último.
Rodrigo Córdoba Sanz

1 comentario:

Silvia Parque dijo...

Si no supiera que moriré, no me movería.