Tristeza

La pérdida de vitalidad, la ausencia remota de fe, ilusión y esperanza, así como una falta de objetivos en el proyecto vital, como una vida presente que no merece la pena de ser vivida, conduce a la tristeza y la depresión. La vida supone un esfuerzo, una actividad creativa, para hacer de casi cualquier momento, un momento digno de ser vivido. La felicidad es más complicada que la tristeza, de la felicidad no nos damos cuenta en retrospectiva, el dolor se recuerda mejor. Vivir es un duro pasaje para la persona deprimida, vivir es difícil sin esa "chispa" que es la felicidad. Hay que cultivarla, instante a instante, tenemos que dejar atrás la "tiranía del debería", tal y como dice Karen Horney, y centrarnos en que la vida descentra. Para una vida fértil necesitamos ser elásticos y olvidarnos de fijarnos en una posición. La vida requiere cambios y estar dispuestos a luchar, luchar todos juntos, sin enemigos, luchar todos juntos, a veces en aras de transgredir el establishment.
Rodrigo Córdoba Sanz