Una relación entre persona y persona

La relación entre estas dos personas es el eje de la terapia, es su terreno fértil. No solamente no se evita esta relación, en nombre de un supuesto distanciamiento profesional, sino que es una relación fundamental y transfomadora. El terapeuta se compromete con la relación. Se dispone a mantener un "encuentro" entre dos procesos experienciales (los sentimientos, los pensamientos, los afectos en movimiento que transcurren por dentro): el del terapeuta y el del cliente. El encuentro desencadenará en este último un proceso de desarrollo.