Rasgos del Carácter Masoquista

1. Envidia
Si entendemos la esencia de la envidia como un deseo excesivamente intenso de incorporación de la "buena madre", el concepto coincide con la noción psicoanalítica de "impulso canibalístico", que puede manifestarse no solo como hambre de amor, sino como una voracidad o avidez más generalizada.

2. Autoimagen pobre
El rasgo más notable desde el punto de vista de número de descriptores que incluye es el que implica un concepto pobre de sí mismo. Entre sus características específicas figuran, además de la "mala autoimagen" en sí, otras como "sentimiento de inadecuación", "inclinación de ridículo", "sentimiento de poco inteligente", "feo", "repulsivo", "podrido", "venenoso", etc.

3. Concentración en el sufrimiento
Para comprenderlos, deberíamos evocar, más allá del sufrimiento que surge de una pobre autoimagen y la frustración de una necesidad exagerada, el uso del dolor como venganza y una esperanza inconsciente de obtener el amor mediante el sufrimiento...
Poseídos por un profundo anhelo, dominados por la nostalgia, íntimamente melancólicos y a veces visiblemente lánguidos y llorosos, son en general pesimistas, con frecuencia amargos y algunas veces cínicos. Rasgos asociados son lamentación, queja, desánimo y autocompasión.

4. Necesidad de conmover
Su ansia de amor es a su vez mantenida por una necesidad de reconocimiento que son incapaces de darse a sí mismos. La "dependencia" que de ello se deriva puede manifestarse no solo como una adherencia, un sutil abuso de contacto que parecfe provenir no solo de la necesidad de contacto, sino también una anticipada prevención o aplazamiento de la separación.

5. Prodigalidad
Atentas, comprensivas, muy dispuestas a pedir perdón, tiernas, amables, cordiales, sacrificadas, humildes y, en ocasiones, agasajadoras. Su cualidad cuidadora no solo parece constituir una forma de "dar para recibir", es decir, dependendiente solo de la necesidad de amor, sino también de una identificación empática con las necesidades de los demás, que algunas veces les hacen ser padres preocupados, asistentes sociales comprensivos, atentos psicoterapeutas y defensores de minusválidos.

6. Emocionalidad
Estamos en presencia del "Eneatipo emocional", con intereses intelectualesd e introversión. Adicción al amor, dedicación a los demás, sino también a la expresión de ira. Las personas envidiosas sienten el odio intensamente y sus gritos son de lo más impresionante.

7. Arrogancia Competitiva
Relacionada con la emocionalidad del odio, a veces existe una actitud de supèrioridad junto a -y en compensación de una mala autoimagen. Aunque el individuo pueda estar hirviendo de autodesprecio y odio hacia sí mismo, su actitud hacia el mundo extgerno es la de una "prima-donna" o, al menos, la de una persona muy especial. Cuando esta demanda de ser especial es frustrada, puede verse complicada por un papel victimista de "genio incomprendido".

8. Refinamiento
Hay una inclinación hacia el refinamiento (y su correspondiente aversión a la grosería) manifiesta en descriptores tales
como "con estilo", "delicado", "elegante", "con gusto", "artístico", "sensible" y, algunas veces "dárselas de artista"... Pueden entenderse como esfuerzos de la persona para compensar una pobre autoimagen. Estos esfuerzos suponen un intento de la persona por ser algo diferente de lo que es...

9. Intereses Artísticos
La característica inclinación del eneatipo IV hacia el arte está sobredeterminada: al menos una de sus raíces reside en el rasgo de refinamiento del carácter envidioso.

10. Fuerte Superego
[...] El gusto por los formalismos sociales refleja tanto la característica de estético-refinado como la de orientado hacia las normas. Hay, por supuesto, un fuerte superego implícito en la comprensión a la culpa del eneatipo IV, en su vergüenza, autoodio y autodenigración.

Basado en el Texto de Claudio Naranjo: "Carácter y Neurosis. Una visión integradora". Ed. La Llave.
Un libro excelente.

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