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Paz y Ciencia

miércoles, 1 de mayo de 2013

Medicina Educativa

Medicina Educativa



[...] Pues hacerse adulto significaría dejar de negar la verdad, sentir el dolor reprimido, conocer racionalmente la historia que el cuerpo ya conoce emocionalmente, integrar esa historia y no tener que reprimirla más. Que luego el contacto con los padres pueda o no mantenerse dependerá de las circunstancias. Pero lo que sí debe terminar es la relación enfermiza con los padres interiorizados en la infancia, esa relación a la que llamamos amor, pero que no es amor y que está compuesta de distintos elementos como la gratitud, la compasión, las expectativas, las negaciones, las ilusiones, el miedo, la obediencia y el temor al castigo.
He dedicado mucho tiempo a estudiar por qué algunas personas consideran que sus terapias han sido un éxito y otras, pese a décadas de análisis o terapias, siguen atascadas en sus síntomas sin poder librarse de ellos. He constatado que, en todos los casos que acabaron positivamente, las personas pudieron librarse de la relación destructiva del niño maltratado cuando contaron con un apoyo que les permitió desvelar su historia y expresar su indignación por el comportamiento de sus padres. Esas personas, de adultas, pudieron organizar sus vidas con mayor libertad sin necesidad de odiar a sus padres. Pero no pudieron hacerlo aquellos que en sus terapìas fueron exhortados a perdonar creyendo que el perdón conllevaría un éxito curativo. Estos quedaron aprisionados en la situación del niño pequeño que cree que quiere a sus padres, pero que en el fondo se deja controlar y (en forma de enfermedades) se deja destruir por los padres que ha tenido interiorizados toda su vida. Semejante dependencia fomenta el odio que está reprimido pero que, no obstante, sigue activo y empuja a agredir a inocentes. Solo odiamos cuando nos sentimos impotentes.

Alice Miller: "El cuerpo nunca miente". Tusquets. 2011, Barcelona. Pp.: 88-94

Alice Miller llega a plantearse si algún de los pacientes que acuden por las consultas no han sufrido algún tipo de maltrato. Alice Miller fue maltratada y dedicó toda su vida al estudio sociológico y psicológico de tal fenómeno. Hay que considerar el sesgo de lo que le pasó a ella, esto es, influyen sus proyecciones. Por ejemplo, hay algo que me parece muy nutritivo y cierto, Milller dice que su analista era "moralista". Esto sucede a menudo. Los psicoanalistas consideran, siguiendo a Freud que aquellso recuerdos son fantasías. Así que paradójicamente se asocia el psicoanálisis con "revolver en el pasado" y en este caso en particular, se trata de "relativizar" lo que sucedió. Alice Miller comenta que cuando la persona que padece el sufrimiento saca fuera y es consecuente con sus sentimientos alcanza un nivel de salud importante.
Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo, Psicoterapeuta, Zaragoza.
rcordobasanz@gmail.com

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