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Paz y Ciencia

miércoles, 28 de agosto de 2013

Apego Experimental

John Bowlby fue el primer psicoanalista (inglés), que estudió, bajo las premisas de la etología y muy influído por los experimentos de imprinting de Konrad Lorenz con aves.
Bowlby observó de manera científica a los cachorros humanos.
Observó como pasa un tiempo desde que el bebé reconoce a la madre, la diferencia y puede aferrarse a ella; un tiempo que se ubica entre los 7 y 8 meses. La conducta de apego del bebé, dirigida a mantener la proximidad de la madre, resulta obvia cuando sale de la habitación. En cuanto se aleja, su hijo responde de una forma peculiar que no había utilizado antes con tanta sintonía: se echa a llorar.
Antes lloraba por diversas causas, como vimos: desde el deseo de escucharse y ensanchar sus pulmones hasta la rabia y la pena.
Pero ahora, la sola ausencia de su madre es suficiente para provocar los pucheros; acusa recibo de su ausencia. Protesta cuando la mamá, y sólo la mamá, se aleja, y la recibe con sonrisas cuando vuelve.
Estas muestras de apego exclusivo son formas de conducta que permanecen a lo largo de la vida.
Claro está que, en adultos, algunas formas regresivas pueden resultar disfuncionales.
Rodrigo Córdoba Sanz, psicólogo y psicoterapeuta.
Bibliografía: "Un año para toda la vida", Mariela Michelena;
"La maternidad: encuentro con la propia sombra"; Laura Gutman

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