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Paz y Ciencia

sábado, 10 de agosto de 2013

Su hijo es ecuánime

Si no llorase ahora, llorar eternamente mereciera. Torquato Lasso, "Jerusalén liberada".

Es decir, tiende a mantener un estado de ánimo estable. En palabras sencillas, su hijo no es nada llorón...
Lloran según la edad, porque se les cae una torre de piezas de construcción, porque no les compramos un helado, porque les llevamos al médico, porque nos vamos cinco minutos, porque no encuentran la teta a la primera, porque les cambiamos el pañal, porque les secamos el pelo... Ningún adulto lloraría por esas cosas, desde luego.
Si nuestro equipo bajara todos los días a segunda, si nos despidiesen del trabajo cada mañana, nos pasaríamos también todo el día llorando.
Carlos González: "Bésame Mucho"

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