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Paz y Ciencia

sábado, 30 de noviembre de 2013

Romanticismo de la locura



Si la ciencia moderna y los enormes programas de investigación no consiguen desentrañar el misterio del origen de nuestras esquizofrenias y trastornos bipolares, para nuestros ancestros remotos, el problema de cómo explicar (y gestionar) las depredaciones de la locura tuvo que ser aún más desalentador. Perplejos por su presencia, a menudo buscaban consuelo y respuesta en el mundo sobrenatural: la ira de Dios (o de los dioses); la influencia astrológica de estrellas mal alineadas; a veces incluso la bendición divina o la locura sagrada, dado que -aunque parezca retorcido- algunos tipos de locura se interpretaban de forma positiva. Incluso Sócrates, en el Fedro de Platón, parece refrendar la paradoja: "Nuestras mayores bendiciones nos llegan por vía de la locura, en los casos en los que la locura se nos otorga por regalo divino"... Como concepto cultural, estas nociones de la locura llegarían quizás a su expresión máxima en el trabajo del erudito del Renacimiento Robert Burton, La anatomía de la melancolía.

"Más allá de la cordura: Stop-Estigma"



Un trozo de texto de una novela de Isaac Rosa titulada “El país del miedo” que me conforta y tranquiliza, ya que el miedo también es necesario en nuestras vidas Aprendemos a tener miedo. Existe toda una pedagogía que desde el nacimiento nos enseña a qué debemos temer. Hay miedos heredados, claro, inscritos en la información genética tras milenios de evolución, como los polluelos que al salir del cascarón ya saben distinguir el graznido de alerta, o los renacuajos que reconocen y evitan el hábitat de su predador antes de haber sufrido su ataque. En efecto, hay temores que parecen innatos, por ejemplo la oscuridad, un ruido fuerte, una luz cegadora, un rostro furioso que provoca el llanto de un bebé. Hay otros de transmisión cultural, asimilados, como memes que todos compartimos, que a todos inquietan por igual: ser encerrados, nadar en aguas profundas, ciertos animales de mala reputación, algunos insectos y reptiles, y muchos de los lugares del miedo en la ciudad y en el campo. Hay miedos atávicos, históricos, que acompañan al hombre desde hace milenios. Hay cosas que ya no dan miedo, que lo dieron antes, a generaciones pasadas. Hay miedos nuevos, aunque tan arraigados que parecen haber estado siempre ahí. Pero la mayor parte de nuestros miedos, aquellos que nos acompañarán de por vida, son el resultado de un proceso educativo, los aprendemos. Tales enseñanzas, que en la infancia tienen un sentido instructivo a modo de lección a seguir, perviven en la edad adulta, adaptadas. La desconfianza ante los desconocidos, el miedo al extraño, al mundo exterior como una amenaza, no desaparece jamás, y las calles oscuras nos devuelven siempre a aquel bosque con lobo, de la misma forma que el último pederasta, el secuestrador de niños, es la enésima reencarnación del ogro que recorre las aldeas raptando chiquillos para luego devorarlos en su cueva. Según crecemos, la educación del miedo continua, aunque los materiales empleados serán otros: todo tipo de historia reales o ficticias, que escucharemos, leeremos o veremos a lo largo de nuestra vida; noticias, relatos personales, ficciones literarias y cinematográficas, rumores, leyendas o pesadillas, que harán más grande el edificio de nuestro temor, pues cada nuevo ladrillo se coloca sobre los anteriores, los miedos son acumulativos, los viejos nunca desaparecen.
http://stopestigma.wordpress.com/

Rodrigo Córdoba Sanz: Mi postura es firme en cuanto a realizar otro tipo de técnicas para explicar la patología en lugar de un diagnóstico con todas sus connotaciones. Un motivo de enclaustramiento en el hogar y miedo al que dirán. Un diagnóstico desde el que circula Toda conducta y actitud de la persona diagnosticada. Es un fracaso de la medicina y un triunfo de la Industria Farmacéutica, que a través del DSM-V abre las puertas a prácticamente toda conducta que no sea normal. Estamos patologizando la singularidad. Tal vez puedan tener un poco de razón los señores de batas blancas y dólares en sus bolsillos, la Biblia psiquiátrica es el segundo libro más vendido después de la Biblia. Las razones que pueden tener llevan a la segregación y la cronificación de pacientes que se encuentran en los centros de salud mental como compañeros de batallas. Yo solo pido un poquito de paz y un libro como ese y actitudes diagnósticas, así como posicionamientos de superioridad. Por tener un título de médico, me parecen horteras.

viernes, 29 de noviembre de 2013

SI -ZAZ-

Si j'étais l'amie du bon Dieu Si je connaissais les prières. Si j'avais le sang bleu. Le don d'effacer et tout refaire. Si j'étais reine ou magicienne princesse, fée, grand capitaine, d'un noble régiment. Si j'avais les pas d'un géant. Je mettrais du ciel en misère, Toutes les larmes en rivière, Et fleurirais des sables où filent même l'espoir Je sèmerais des utopies, plier serait interdit, On ne détournerait plus les regards. Si j'avais des milles et des cents, Le talent, la force ou les charmes, Des maîtres, des puissants. Si j'avais les clés de leurs âmes. Si je savais prendre les armes. Au feu d'une armée de titans. J'allumerais des flammes, Dans les rêves éteints des enfants. Je mettrais des couleurs aux peines. J'inventerais des Éden. Aux pas de chances, aux pas d'étoiles, aux moins que rien. Mais je n'ai qu'un cœur en guenille, Et deux mains tendues de brindilles. Une voix que le vent chasse au matin. Mais si nos mains nues se rassemblent, Nos millions de cœurs ensembles. Si nos voix s'unissaient, Quels hivers y résisteraient? Un monde fort, une terre âme sœur, Nous bâtirons dans ces cendres Peu à peu, miette à miette, goutte à goutte et cœur à cœur Peu à peu, miette à miette, goutte à goutte et cœur à cœur. Si era la amiga del buen dios Si conocía las oraciones Si tenía la sangre azul El don de borrar y rehacer todo Si era reina o maga Princesa, hada, gran capitán De un noble regimiento Si tenía los pasos de un gigante Pondría la felicidad en la miseria Todas las lágrimas en río Y hasta en la arena, haría crecer flores Donde hasta la esperanza desaparece Sembraría de utopías, doblegar sería prohibido No distraer más las miradas. Si tenía miles y centos El talento, la fuerza o los encantos De los maestros, de los poderosos Si tenía las llaves de sus almas Si sabía tomar las armas contra un ejército de titanes Encendaría llamas En los sueños apagados de los niños Pondría colores en las penas Inventaría édens A los pasos de posibilidades, a los pasos de estrellas, por los parias Pero tengo sólo un corazón desgarrado y dos manos tendidas y delgadas Una voz que el viento echa por la mañana Pero si nuestras manos tendidas desnudas se reúnen Nuestros millones de corazones juntos Si nuestras voces se unían ¿ Cuáles inviernos resistirían a eso? Un mundo fuerte, una tierra alma gemela Edificaremos en estas cenizas Poco a poco, migaja a migaja Gota a gota y corazón a Corazón Poco a poco, migaja a migaja

La habitación de Van Gogh en Arles

 

 

La chambre de Van Gogh à Arles [La habitación de Van Gogh en Arles]



Sobre el tema de su dormitorio, Van Gogh realiza tres cuadros casi idénticos. El primero, conservado en el museo Van Gogh de Ámsterdam, fue ejecutado en octubre de 1888 y se deterioró en una inundación ocurrida durante la hospitalización del pintor en Arles. Cerca de un año después, éste emprende la realización de dos copias: una, de mismas dimensiones, se conserva hoy en el Art Institute de Chicago; la otra, la del museo de Orsay, realizada para su familia en Holanda, es de tamaño más reducido.

En una carta dirigida a su hermano Théo, Vincent explica lo que le incita a pintar una obra semejante: quiere expresar la tranquilidad y resaltar la sencillez de su dormitorio mediante el simbolismo de los colores. Para ello, describe: "los muros lila pálido, el suelo de un rojo gastado y apagado, las sillas y la cama amarillo de cromo, las almohadas y la sábana verde limón muy pálido, la manta roja sangre, la mesa de aseo anaranjada, la palangana azul, la ventana verde", afirmando: "Había querido expresar un reposo absoluto mediante todos estos tonos diversos".
Mediante estos diferentes tonos, Van Gogh hace referencia a Japón, a sus crespones y a sus estampas. Se justifica de este modo: "Los Japoneses han vivido en interiores muy sencillos y que grandes artistas han vivido en este país."
Pese a que, para los japoneses, una habitación decorada con cuadros y muebles no parezca realmente sencilla, para Vincent es "un dormitorio vacío con una cama de madera y dos sillas." Alcanza a pesar de todo una cierta austeridad, por su composición constituida casi únicamente de líneas rectas y por la combinación rigurosa de superficies de color que compensan la instabilidad de la perspectiva.
 

Creatividad en el tratamiento

 
 
Psicosis maníaco-depresiva o trastorno bipolar
La creatividad como herramienta para el acompañamiento terapéutico

El concepto de locura ha ido variando en el transcurso de la historia. Hoy, el enfermo mental continúa preso en un estigma: etiquetado, ubicado en ese lugar por la sociedad, la familia y las posturas psiquiatrizantes como un objeto de estudio, cosificado, anulado y excluido.

En el entrecruzamiento de las diferentes teorías que abordan la enfermedad mental, la psicosis ha quedado como problema a resolver.

El presente trabajo es un intento de encontrar, delinear y poner en práctica un posible acompañamiento terapéutico orientado a la persona única e irrepetible que padece el "estigma" de psicótico maníaco-depresivo.
La psicosis

Para el psicoanálisis la psicosis es una de las res estructuras subjetivas determinantes del sujeto a partir del registro del complejo de castración como función normativa y organizadora. No habiendo operado, el retorno es desarticulado y fragmentado, en forma de alucinaciones y delirios, construcción interna que el sujeto percibe como cierta y real. La escucha psicoanalítica trata de otorgarle un sentido y una lógica pero le resulta inabordable, ya que el trabajo analítico en transferencia es muy dificultoso.

Ante esta limitación del psicoanálisis para abordar la psicosis, resulta imprescindible incorporar el abordaje múltiple, el trabajo interdisciplinario y la búsqueda de alternativas posibles para tratar a los sujetos que padecen esta patología en su singularidad.

El psicoanálisis clasifica a la psicosis en esquizofrenia, paranoia y maníaco-depresiva.
Para el psiquiatría, en la evolución de sus investigaciones, ha clasificado las patologías de acuerdo a sus manifestaciones y síntomas, permitiendo contar con otras herramientas para su abordaje. Cambia las denominaciones de los cuadros observables y los toma como diferentes trastornos (DMS IV)). Así, la psicosis maníaco-depresiva la considerará un trastorno bipolar, abriendo un abanico de características complementarias a las definidas por el psicoanálisis. Desde su clínica, explica este trastorno también como un desequilibrio químico, constituyendo la información para la administración de psicofármacos.

Esta contradicción teórica plantea un dilema a resolver, no una imposibilidad: buscar y encontrar alternativas para superar las diferencias e integrarlas en un abordaje posible y constructivo.

El diagnóstico

Un diagnóstico es un procedimiento a través del cual se clasifican e identifican las enfermedades en todas las ciencias médicas. Lograr identificar y clasificar correctamente una enfermedad es un proceso arduo e indispensable para poder avanzar en su control y tratamiento, que es único como cada paciente. Para el sujeto tener un diagnóstico y conocerlo implica poder acceder a la información vinculada al mismo y empezar a participar en el tratamiento y abordaje del problema.

Psicosis maníaco-depresiva o trastorno bipolar
"Se trata de un trastorno caracterizado por la presencia de episodios reiterados (es decir al menos dos) en los que el estado de ánimo y los niveles de actividad del enfermo están profundamente alterados, de forma que en ocasiones la alteración consiste en una exaltación del estado de ánimo y un aumento de la vitalidad y del nivel de actividad (manía o hipomanía) y en otras, en una disminución del estado de ánimo y un descenso de la vitalidad y de la actividad (depresión).

El paciente oscila exageradamente de un polo (maníaco) a otro (depresivo) de modo irregular que no le permite integrar ambos extremos.

Hombres y mujeres - a diferencia de otros trastornos afectivos - presentan aproximadamente el mismo riesgo de padecer la enfermedad, la cual típicamente suele emerger en la adolescencia o en la edad adulta temprana y continúa su progresión a lo largo de la vida del sujeto destruyendo, en el mejor de los casos, si no recibe el tratamiento adecuado, la vida escolar, laboral, familiar y social del sujeto y conduciendo, en el peor de los casos, a la persona a poner fin a su propia existencia.

En cuanto a su forma de aparición, normalmente el episodio aparece de forma aguda: los síntomas pueden manifestarse en cuestión de días o semanas. La duración de los episodios es muy variable: desde unos pocos días hasta varios meses, incluso en el mismo día. Previamente a la aparición de medicamentos efectivos, la duración media oscilaba entre seis meses y un año, pero en la actualidad suelen ser notablemente más cortos (semanas o pocos meses).

Las presentaciones típicas del trastorno bipolar (sin diferenciar los episodios maníacos y depresivos se manifiestan bajo las siguientes características:

- Oscilación inestable del humor
Cada episodio forma parte de un vaivén incesante de cambios de humor y se repetirán a lo largo de su vida. Puede estar separada por mesetas pero la posibilidad de caer en una fase depresiva o maníaca está presente siempre como una amenaza constante.

- Comportamiento irregular
Sus conductas son irregulares: no siguen una línea directriz previsible. Esto provoca resentimientos en distintas áreas de su vida. A veces son comportamientos explosivos.

- Actitud frente a la fatiga
Tienen un patrón de ir cansándose progresivamente debido al aburrimiento que le provoca la rutina. No se trata de falta de disciplina, sino de una necesidad de estimulación renovada y siempre creciente que, en caso de faltar, lo hunde en el tedio y el desinterés.

- Vínculos y proyectos
Es un área conflictiva de importancia: cambia rápidamente de postura frente a sus proyectos y afectos. Se debe a la búsqueda de diversidad de experiencias como un alimento del alma, a la complejidad de su mundo personal y a la tendencia a construir vínculos disfuncionales.

- Reacción frente a situaciones nuevas
Al inicio de las nuevas propuestas tienen una fuerte intensidad que decae a poco de andar, como si en el transcurso del tiempo decayera la motivación. Con las personas resulta algo similar: si el contacto les provoca mucha efervescencia, puede llegar a ser explosivo y sin transiciones.

- Autodestructividad
Poseen una gran propensión a destruir con sus comportamientos todo lo que construyen (vínculos, trabajos, etc.)

- Sentirse incomprendidos
Están convencidos de que nadie puede saber de sus males y que no hay quien pueda ayudarlo: situación constante de desconsuelo los lleva a excluirse de una vida social activa. Este panorama es vivenciado como una realidad evidente y certera. Sus sueños no son ficciones para ellos y las imágenes mentales que los forman tienen existencia concreta, muy difícil de poner en palabras.

- Atención flotante
Ensoñación creativa (soñar despierto), cambiar su foco de atención hacia otro centro de interés y ponerse en movimiento.

Otras: dificultad para vivenciar matices, pensamiento concreto, creatividad, torpeza.

El episodio maníaco hace referencia a un elevado, excitado o irritable estado de ánimo, no relacionado con e abuso de sustancias o atribuible a un trastorno médico, cuya duración mínima es de una semana y que incluye una variedad de desajustes en el comportamiento y en los patrones de pensamiento que provocan un significativo desbalance en los diversos ámbitos de la vida del sujeto.

La propia descripción, alejada de cualquier tipo de jerga técnica, de un paciente que sufre este trastorno permite obtener una idea aproximada de lo que sucede durante esta fase:
"Las ideas rápidas se convierten en demasiado rápidas y hay demasiadas.. la confusión reemplaza con rapidez a la claridad.. el pensamiento se bloquea.. la memoria se desvanece.. el humor desbordante deja de ser divertido.. tus amigos comienzan a asustarse.. todo se vuelve en tu contra.. te sentís irritable, enojado, asustado, incontrolable y atrapado."

En un episodio maníaco típico, algunos de los siguientes síntomas suelen estar presentes, hasta el punto de afectar de manera significativa el funcionamiento normal del sujeto.

· Sentimientos desproporcionados e injustificados de bienestar y euforia
· Delirios de grandiosidad
· Dificultad de concentración
· Sentimiento de invencibilidad
· Creencias no realistas sobre las propias capacidades y posibilidades
· Incremento significativo en los niveles de energía y actividad
· Incapacidad para relajarse o permanecer inactivo
· Extrema irritabilidad
· Menor necesidad de descanso por las noches
· Patrones de pensamiento rápidos y acelerados
· Falta de buen juicio
· Abuso de drogas y alcohol
· Patrones de comportamiento significativamente diferentes a los habituales
· Habla rápida y ocasiones de difícil comprensión
· Incremento del deseo sexual
· Autoestima exagerada y grandiosidad
· Verborragia
· Fuga de ideas o experiencia subjetiva de la aceleración del pensamiento
· Distraibilidad extrema
· Agitación psicomotora manifiesta
· Implicación excesiva en actividades placenteras de riesgo
· Pensamientos recurrentes sobre la muerte y/o intentos de suicidio

El DSM IV afirma lo siguiente:

"El grado de aumento de la estimación de sí mismo y las ideas de grandeza pueden desembocar en ideas delirantes así como la irritabilidad y el recelo pueden dar paso a las ideas delirantes de persecución.
En los casos graves pueden presentarse marcadas ideas delirantes de grandeza o religiosas referidas a la propia identidad o a una misión especial. La fuga de ideas y la logorrea pueden dar lugar a una falta de comprensibilidad del lenguaje. La excitación y la actividad física intensa y mantenida pueden dar lugar a agresiones o violencias.

El descuido de la alimentación, de la ingesta de líquidos y de la higiene personal pueden dar lugar a situaciones peligrosas de deshidratación y abandono."

En los episodios denominados hipomaníacos, los síntomas son similares a los surgidos durante la fase maníaca, si bien presentan las siguientes diferencias clave:

· No provoca un significativo deterioro en el normal funcionamiento del sujeto en su vida diaria
· No requiere hospitalización
· No incluye la posibilidad de episodios psicóticos como alucinaciones o delirios.

El DSM IV define la hipomanía en los siguientes términos:
"Hipomanía es un grado menor de manía en el que las alteraciones del humor y del comportamiento son demasiado persistentes y marcadas como para ser incluidas en el apartado de ciclotimia pero a su vez no se acompañan de alucinaciones o ideas delirantes. Hay una exaltación leve y persistente del ánimo (durante al menos varios días seguidos), un aumento de la vitalidad y de la actividad y por lo general, sentimientos marcados de bienestar y de elevado rendimiento físico y mental.

También es frecuente que el individuo se vuelva más sociable, hablador, que se comporte con una familiaridad excesiva, que muestre un excesivo vigor sexual y una disminución de la necesidad de sueño, pero nada de esto tiene un intensidad suficiente como para interferir con la actividad laboral o provocar rechazo social.

En algunos casos la irritabilidad, el engreimiento y la grosería pueden sustituir a la exagerada sociabilidad eufórica. Puede alterarse la capacidad de atención y concentración, dando lugar a una imposibilidad para desarrollar con calma actividades laborales, de entretenimiento o descansar tranquilamente. No obstante, esto no suele impedir el interés por actividades y empresas totalmente nuevas o por gastos ligeramente excesivos."
En los episodios depresivos típicos, por lo general el paciente que los padece sufre un estado de ánimo entristecido y desesperanzado, una sensación de inadecuación y aislamiento profundo junto a una pérdida de la capacidad de interesarse y disfrutar de las cosas, una disminución de su vitalidad y de la energía que provoca una reducción de su nivel de actividad y a un cansancio exagerado, que aparece incluso tras un esfuerzo mínimo.

Síntomas más característicos de la fase depresiva:

· Intensos sentimientos de tristeza y abatimiento
· Autopercepción de inutilidad y poca valía
· Pérdida de interés por las actividades preferidas
· Incapacidad de experimentar sensaciones y emociones placenteras
· Sentimientos de pesimismo y desesperanza
· Pérdida de la reactividad emocional a los acontecimientos y circunstancias ambientales placenteras
· -Cambios significativos en los patrones de sueño, bien por un descenso o un aumento significativo, sin justificación aparente
· Irritabilidad mayor de la habitual
· Dolor y otras sensaciones corporales negativas no atribuibles a algún trastorno físico
· Empeoramiento matutino del estado de ánimo depresivo
· Cambios en los hábitos de alimentación, bien por un aumento o un descenso de la ingesta
· Dificultades manifiestas de concentración, memoria y en los procesos de toma de decisiones
· Resentimiento y frustración injustificada
· Sensaciones de cansancio y agotamiento físico
· Perspectiva sombría del futuro
· Sentimientos de inferioridad e inadecuación
· Disminución de la libido/deseo sexual
· Pérdida de autoconfianza y autoestima
· Sentimiento de vacío interior y culpabilidad
· Ideación suicida recurrente y/o intentos de suicidio

Quizás los episodios más incapacitantes, desconcertantes e incómodos para el individuo son aquellos que involucran síntomas característicos de la depresión y del episodio maníaco y que se pueden presentar durante el mismo día. Son los denominados episodios mixtos. El paciente se encuentra excitado y ansioso pero al mismo tiempo también se siente irritable y deprimido en lugar de sentirse "en la cima del mundo": síntomas de manía y depresión están presentes de forma simultánea.

Psicofarmacología

Los psicofármacos suministrados a estos pacientes son:
Estabilizadores del ánimo (carbonato de litio, carbamacepina, olanzapina)
Antipsicóticos, en caso de algún brote maníaco o una tendencia eufórica predominante, alucinaciones y delirios (haloperidol, risperidona)
Antidepresivos, en caso de algún episodio depresivo (fluoxetina, paroxetina)
Ansiolíticos (benziodiazapinas)

Es importante remarcar que cada sujeto es particular, tanto su organismo como su estructura psíquica y su momento histórico, por lo que cada medicación actuará de manera diferente: reducen la intensidad pero no resuelve ni "cura" el cuadro. La inclusión imprescindible de los psicofármacos (hasta son considerados para toda la vida) colabora a que el paciente pueda realizar su psicoterapia y sus actividades.
Una persona que tenga esta enfermedad, que la conozca y que se conozca a sí mismo puede aprender a convivir con ella y prepararse para las muy probables recaídas que sufra por determinadas situaciones críticas que lo afecten.

Abordaje

El equipo terapéutico tenderá a integrar las diferentes disciplinas para lograr que la estrategia se adapte a la singularidad del paciente. Las dificultades propias de la dinámica de trabajo se analizarán en las reuniones de supervisión y en el propio trabajo analítico del AT, teniendo en cuenta los efectos transferenciales y contratransferenciales que se ponen en juego. Se formará un dispositivo de abordaje que comprenderá los siguientes aspectos:

· Turnos de acompañamientos (máx. 6 hs. por acompañante)
· Evaluar la necesidad de institucionalización (internación, intermedia, domiciliaria)
· Programación de terapia individual y familiar
· Frecuencia de reuniones de supervisión
· Elaboración de informes del AT

Dentro de la estrategia elaborada por el equipo, el acompañamiento terapéutico delineará su táctica apuntando a lograr un vínculo con el paciente atendiendo a su singularidad, las influencias de su entorno familiar y social, a través de la escucha atenta, la receptividad, el respeto por sus tiempos y espacios, la observación de su lenguaje verbal y corporal cotidianos y del despliegue de sus capacidades y habilidades creativas, compartiendo y atentos a los intereses que manifiesta.

No hacer por él, sino con él.

Nuestra propuesta

Qué es la creatividad? Cualidad de todos los seres humanos, implica innovación, ingenio, genio, invención, intuición, originalidad, variedad de experiencias, realización, superación y crecimiento personales por medio de la expresividad, capacidad de adaptación a situaciones y problemas nuevos, multiplicidad de alternativas, sensibilidad…

Crear es un ejercicio, un aprendizaje que se vivencia, se experimenta y se expresa de acuerdo a las particularidades de cada sujeto: sus alegrías y tristezas, sus límites y posibilidades, su historia y su futuro. Crear colabora en flexibilizar los comportamientos obsesivos, los hábitos rígidos, la rutina, la resignación, la pasividad, el miedo a lo desconocido y al fracaso, la falta de placer en el hacer y el embotamiento de los sentidos y la imaginación.

El campo de la salud mental implica un gran desafío: elegir y ubicarnos como personas capaces de pensar acerca del ser humano, de ser sujeto en esta sociedad, de ser acompañantes terapéuticos responsables y comprometidos con la realidad y sus peculiaridades.

Creemos en la capacidad creativa como herramienta para el despliegue de las habilidades y potencialidades del sujeto-paciente en su singularidad, poniendo en juego las tácticas de acompañamiento necesarias y continuamente actualizadas en el devenir del vínculo, como así también en la creatividad de todo nuestro trabajo enmarcado en una estrategia de tratamiento que apunte a re-significar el abordaje de la psicosis desde una conciencia de salud.

La Vanguardia: Dependencia Emocional

 

"Cuando rompemos una relación de pareja deberíamos ir todos al psicólogo"

La psicóloga Silvia Congost publica el manual 'Cuando amar demasiado es depender', para aprender a superar la dependencia emocional

 
Luchar por alguien, necesitar al otro, amar demasiado. Son expresiones que están en nuestra vida cotidiana y que, ya sea por influencia de la literatura romántica, los clichés con los que crecemos o las escenas tórridas de cine y series de televisión, hacemos nuestras y las adquirimos como válidas. El problema surge cuando amar nos hace daño y nos produce sufrimiento hasta el punto que perdemos las riendas de nuestra vida y pasamos a depender emocionalmente de terceras personas. El diagnóstico tiene nombre: dependencia emocional, y en nuestra sociedad está más extendido de lo que creemos. Silvia Congost es psicóloga especializada en el tratamiento de la dependencia emocional y acaba de publicar el manual Cuando amar demasiado es depender (Oniro), donde da a conocer algunas de las claves que se pueden aplicar para librarse de esta situación.
Congost reconoce en el libro que ella fue prisionera de una relación dependiente, por lo que acabó especializándose y recogiendo información sobre una adicción que puede tener los mismos efectos devastadores para nuestra salud que otro tipo de dependencias tóxicas más tipificadas. Para la psicóloga, la base de todo está en entender la diferencia entre el amor y dependencia: “amar es elegir al otro, y esto quiere decir ser libre y tener el poder. Dependencia es necesitar, y esto implica ser esclavo en esta relación, tener miedo a perder al otro y vivir en una decadencia absoluta”.


-El amor es una elección y, aún así, es una de las principales causas de sufrimiento de la humanidad. ¿No sabemos escoger bien?
-Es cierto que hay muchas relaciones de pareja que no funcionan porque elegimos mal. Escogemos sin conciencia, sin tener claro qué es lo que buscamos y cuáles son las características que nos gustaría encontrar en la otra persona para que encajen con las nuestras. Por otro lado, muchos de los casos en los que se acaba sufriendo, se deben a que nos eligen a nosotros. Si partimos de una autoestima baja y tenemos miedo a no encontrar a nadie que quiera estar con nosotros, cuando alguien nos escoge nos aferramos a él o a ella con todas las fuerzas. El resultado suele ser que te adaptas a esa persona y dejas de ser tú mismo.

-Interpreto entonces que el sufrimiento no tendría que tener lugar en las relaciones de pareja…
-Nunca. La palabra sufrimiento y la palabra amor jamás tendrían que ir juntas, lo que pasa es que no lo tenemos entendido así. Creemos que una relación de pareja es una lucha, que hay que sufrir, que hay momentos en los que, para que funcione, lo tienes que pasar mal ¡No tiene nada que ver con todo esto!

-Sufrir por amor tiene cierto punto heroico en nuestra sociedad…
-La lucha en una relación no tendría que tener cabida jamás. Una relación de pareja tiene que ser fácil, debe fluir.

-Usted habla de dos elecciones a la hora de iniciar una relación…
-Sí, una es la inicial, cuando escogemos a la persona que nos gusta y nos enamoramos. Una vez hemos superado esta fase,  y si la persona encaja con esta idea inicial que tenemos de pareja, es cuando escogemos para comprometernos de verdad. Es ahí cuando empiezas a querer a esa persona y la eliges de forma definitiva. Si esa persona no ha encajado contigo tienes dos opciones: dejarla, que sería la correcta, o continuar, que es cuando nos enganchamos y nos exponemos al sufrimiento.

-El peligro de la fase del enamoramiento es que estás tan cegado que difícilmente descubres los defectos del otro…
-Puede ser que veamos cosas, pero solemos pensar que eso ya lo cambiará o que no tiene tanta importancia. Es ahí donde, por desgracia, pasamos por alto todas estas características que deberíamos tener en cuenta.

-¿Es posible cambiar a alguien durante una relación?
-Uno no cambia si no quiere. Si el cambio que esperamos es en la otra persona, obviamente ese cambio no lo podemos controlar porque dependerá de ella. No podemos dar por supuesto que el otro hará esta transformación. Esperar que otro cambie es absurdo.

-Aún así, lo seguimos esperando…
-Casi siempre. Muchas veces nos quedamos con una persona, sea de la manera que sea,  y empezamos a trabajar para que cambie aquello que vemos que no acaba de encajar y se acabe ajustando así al molde que nosotros buscamos. Esto no pasa nunca, y lo único que implica es un desgaste, una destrucción personal que nos lleva cada vez por un camino peor.

-¿La dependencia emocional es ahora mismo la dependencia que más se da en nuestra sociedad?
-No sé si es la más frecuente, pero es con la que más se sufre, con diferencia. Se sufre muchísimo más que con otras adicciones, como puede ser la adicción a ciertas sustancias. Está comprobado que el sufrimiento emocional engancha y es más elevado. Hay una parte obsesiva muy importante que te hace creer que no puedes continuar sin aquella persona. Esto nos hunde muchísimo.

-¿Querer al otro debería ser un autoaprendizaje o alguien nos debería enseñar a amar?
-Todos, más o menos, sabemos amar a los demás. Lo que sí que nos tendrían que enseñar es a pensar en el amor, en qué tendría que ser una relación de pareja sana, o en qué se entiende por una relación tóxica. Por una parte, saber qué buscamos y, por otra, conocer donde están nuestros límites para que no se diluyan cada vez más.

-No lo retrasemos. ¿Qué debemos entender por una relación tóxica?
-Una relación que nos hace sufrir, en la que estamos más tiempo pasándolo mal, que no construyendo algo firme y mirando hacia un futuro conjunto.

-¿Qué síntomas evidencian que nuestra relación puede acabar convirtiéndose en algo tóxico?
-Cuando tenemos dudas sobre si aquella es la persona adecuada o no, y no tomamos ninguna decisión, cuando vemos que entramos en una dinámica basada en las quejas sobre tu relación o tu pareja. A nivel físico empezamos a generar síntomas como la ansiedad, o algunos más depresivos como la pérdida de la ilusión, que nos hacen dejar de ser nosotros mismos y nos degradan cada vez más. Lo que pasa es que muchas veces no relacionamos estos síntomas con la relación de pareja. Como para nosotros dejar a esa persona no es una opción, creemos que nos pasa todo esto por otros motivos. Acabamos acudiendo al médico y nos medican, cuando esto no se soluciona así.

-¿Acude a su consulta mucha gente que antes se ha medicado para solucionar este problema?
-El 90% de las personas acuden con recetas de ansiolíticos o antidepresivos, cuando de toda esta gente sólo lo necesitarían un 5% o un 10%. Ni el propio médico los deriva a un psicólogo, sólo se fijan en los síntomas y les receta en consonancia. Ahí lo único que estás haciendo es poner un parche al problema para que no moleste, pero no lo estás tratando y el problema crece más.

-¿Cuándo tenemos que empezar a asumir que hay que pedir ayuda psicológica ante un problema con nuestra pareja?
-Soy de las que pienso que cuando se rompe una relación de pareja todos tendríamos que ir a un psicólogo para ver qué es lo que ha fallado y qué aprendizaje debemos hacer para no volver a repetir algunos errores. Si hablamos de antes de que la relación termine, es a partir del momento en el que empezamos a encontrarnos mal. Si echamos la vista a atrás nos daremos cuenta de que los problemas se van repitiendo y estamos encallados. Cuando tenemos un problema en nuestra relación deberíamos poder discutirlo y hablarlo, hasta el punto de que ya no debería surgir nunca más. Si esto persiste, hay algo que está fallando y necesitas ayuda de una tercera persona.

-¿Si supiéramos estar solos con nosotros mismos, habrían muchas menos parejas de las que hay en este momento?
-Quizás habrían menos parejas, pienso que sí, pero las que quedarían serían más sanas y satisfactorias. Sin tener miedo a quedarnos solos dejaríamos ir las relaciones que no funcionan con mucha más facilidad de lo que lo hacemos y no nos destruiríamos de esta manera.

-¿El miedo a la soledad es la principal causa a la hora de evitar dejar a alguien?
-Es una de ellas, sobre todo de cara a la otra persona porque solemos pensar, “¿y si cambia cuando no esté conmigo?”.No ha cambiado en 15 años pero tenemos este miedo irracional. También el miedo a dejar a alguien y pensar que no encontrarás a nadie como él. No encontrar a nadie como esas personas, con todo lo que estás sufriendo, debería ser un motivo de celebración. Nos enganchamos a estas características que nos gustan y perder esta relación pasa a ser algo dramático.

-Hay gente que sabe romper bien con sus relaciones tóxicas y otras que las pueden arrastrar toda la vida. ¿Qué les diferencia?
-La diferencia está en la autoestima de la persona. Aquellos que tienen una autoestima fuerte y confían en sus capacidades no tendrán inconveniente en pensar que ellos solos podrán salir de todo aquello que les suceda, y no tendrán problemas en dejar una relación que no funciona. Si confías en ti no temes quedarte solo porque crees que ya tienes lo necesario para salir de esa relación. Cuando tenemos una autoestima baja y nos sentimos poco valorados es cuando nos aferramos a una relación que no queremos perder por miedo a no poder continuar solos.

-¿Cómo se puede trabajar esta autoestima baja para que cambie?
-Con muy pocas sesiones de puede hacer un cambio importante para fortalecer tu autoestima. Todos partimos del mismo punto, no nacemos con una autoestima buena o mala, son los factores ambientales los que hacen que se construya de una manera o de otra: la falta de reconocimiento, el cariño que recibimos de nuestros padres, experiencias duras que hemos pasado…Para trabajar todo esto lo primero que hay que hacer es tomar conciencia de por qué tenemos la autoestima como la tenemos, y a partir de aquí se trata de aprender unas herramientas necesarias que nos permitirán tomar conciencia del potencial que tenemos y demostrarnos a nosotros mismos que no pasa nada por estar solos.

-¿Dar sin esperar nada a cambio funciona en una relación de pareja?
-Nunca. Es una creencia irracional que circula, y es falsa. Una relación de pareja tiene que ser un dar y recibir a partes iguales. El que da y no recibe, acaba sufriendo. Aquello que te dicen a veces de si amas a alguien tienes que demostrarlo ciegamente y hacer lo que sea por el otro, no es así.

-Usted vivió una mala experiencia personal con una relación y lo explica en su libro. ¿Cuál fue el punto de inflexión que le llevó a hacer este cambio de mentalidad?
-Estaba cada vez más desgastada, no entendía qué me pasaba y tenía la sensación de estar volviéndome loca ya que veía que no estaba bien con esa persona. Hacía intentos para dejar la relación, pero no podía y siempre volvía. Llegó un punto que no pude más, y por cuestiones del destino acudí a un seminario que organizó el colegio de psicólogos en el que estaba Walter Riso, y por primera vez oí hablar de dependencia emocional. Allí se me abrió el cielo y entendí qué es lo que me pasaba. Aprendí a pensar y a razonar, y decidí utilizar las mismas herramientas que pueden ser útiles para salir de cualquier adicción. Descubrí que había exactamente las mismas fases y las fui trabajando una a una.  Al ver que muchos de mis clientes estaban pasando por una situación similar, acabé definiendo un proceso de terapia con todos estos pasos y con el que, con menos de diez sesiones, se pueden obtener resultados inmediatos con gente que lleva años arrastrando relaciones tóxicas.

-Socialmente el amor es una adicción bien vista…
-Es cierto. También es verdad que romper con una relación de pareja muchas veces se ve como algo muy gordo, que asocias con una sensación de fracaso. Nos cuesta romper con nuestras relaciones por esta presión social existente y por el miedo al qué dirán. ¿Qué quiere decir amar demasiado? O amas o no amas, pero si amas demasiado es que estás sobrepasando unos límites.

-¿Decir que amas a alguien en exceso o que lo necesitas para tu vida hay que dejarlo para la literatura romántica?
-Son frases muy tóxicas. Hay muchas parejas que se dicen constantemente que se necesitan y esto ha hecho mucho daño. Parece que estás haciendo una demostración de amor extraordinaria, cuando en realidad la interpretación es que si necesitas a alguien estás enfermo.

-¿Haber pasado por una dependencia emocional fuerte te puede marcar para el resto de tu vida?
-Si se hace el proceso de reconstrucción bien hecho nos producirá un aprendizaje que luego utilizaremos en beneficio propio. Una persona que lo ha superado bien y ha aprendido, no vuelve a repetir una relación de este tipo porque aprende cuáles son sus valores y tiene mucho más claro lo que quiere. Esto hace que elija con muchísimas más posibilidades de éxito.

-¿Tener claro lo que no quieres, aunque no sepas lo que es, es positivo?
-Sí. De entrada, nos ayudará a descartar. Aún así, pienso que sí que deberíamos tener cuatro o cinco características básicas de lo que queremos. Tener claro qué es lo que no estamos dispuestos a tolerar quiere decir que tenemos claro cuáles son nuestros límites y esto es muy importante.

-Después de una dependencia y del aprendizaje posterior, ¿qué hay que hacer con esa persona que nos ha causado daño?
-Contacto cero es una de las premisas más importantes. Ver a esa persona nos hace volver a entrar en una dinámica de ilusiones y esperanzas que son muy destructivas.

Dolor Psíquico

Cuando nos abrimos a nuestro dolor, proporcionándole abundante espacio, en vez de mantenerlo en un oscuro rincón, nunca resulta ser tan espeluznante como imaginábamos. Así, nos hacemos amigos de nuestra experiencia y nos expandimos en nuestro interior de una manera nueva. La verdad es que, cuando nos sentimos vacíos en nuestro interior, no es porque nos falte algo, sino porque estamos aislados de la plenitud de nuestro ser.

Debemos ahondar en las áreas oscuras y pasar por ellas antes de alcanzar un estado de libertad, luz y serenidad. Muchas veces, profundizar en esas áreas produce pánico, impotencia, ineficacia... "Un hombre que muere antes de morir, no muere cuando muere" (Monje cristiano Abraham, siglo XVII).

A veces este miedo a la muerte aparece como la posibilidad de perder todo aquello que cree tener. Podemos pensar "tal vez uno pensó esto le sucede a los demás. A mí no me pasará". En algún momento nos damos cuenta que lo único que hay constante en esta vida es el cambio... Lo decisivo no es la duración de la existencia, sino llenar de sentido esa existencia.

"Hay una fuente que se llama dolor.
De ella emana la dicha pura.
Pero el que viva en sus aguas
Siente pavor.
Ve en el hondo pozo
Su imagen clara enmarcada en la noche.
¡Bebe! La imagen se desvanece.
Brota la luz."

jueves, 28 de noviembre de 2013

Situación de vida

"Obstinadas son las restricciones". Los obstáculos son enormes. Las cadenas de mi libertad a las que me he apegado son de oro. Sus ornamentos me han seducido. Son de oro, muy preciadas. Pero me duele el corazón porque no puedo romper las cadenas que me hacen ser libre. Esas cadenas se han convertido en mi vida. Mis canciones se han comvertido en mis grilletes, así es que "me duele el corazón cuando intento vencerlas. La libertad es lo único que quiero".
Esta es la situación de todo ser humano. Es difícil encontrar un ser humano que no quiera volar como un pájaro. El ser humano está dividido entre estar apegado a su encarcelamiento y su anhelo más profundo de libertad.
Osho, Libertad

Confundir personas con taxonomías



El pasado mes de octubre de 2012, la División 32 de la APA (American Psycological Association –Asociación Americana de Psicología), elaboró una “Carta Abierta al DSM-5”, dirigida a la Asociación Americana de Psiquiatría, advirtiendo de los principales problemas asociados a los cambios que incluye la nueva versión del DSM, y solicitando tanto una reforma como una revisión empírica externa de dicho manual.
Este escrito –respaldado con más de 14.000 firmas, y apoyado por más de 50 organizaciones de Salud Mental, entre ellas, el Consejo General de la Psicología (COP)-, no ha logrado que la Comisión nombrada por la Asociación Americana de Psiquiatría reforme el borrador del DSM-5 antes de su publicación.
Por este motivo, el Comité Internacional de Respuesta al DSM-5 –formado por representantes de varias organizaciones de Salud Mental, y apoyado por la División 32 de la APA-, ha decidido elaborar una “Declaración pública de Preocupación por la próxima publicación del DSM-5” con el fin de advertir tanto a los profesionales de la psicología, como a los pacientes e incluso, a los medios de comunicación, acerca de las limitaciones que presenta el DSM-5.

Ver la Declaración pública de preocupación: link 
Artículo completo: Graves limitaciones del DSM-5: acciones de la APA.

Rabindranath Tagore: pétalos de amor

 
 
Gitanjali     ( Fragmentos )

I
No te atormentes por su corazón, corazón mío;
déjalo en la oscuridad. ¿Qué se yo si su belleza es sólo
de su cuerpo, y su sonrisa sólo de su cara? Déjame
aceptar sin preguntas este sencillo sentido
de sus miradas, y ser así feliz.

II
Igual me da si es un manto de ilusión el que sus brazos tejen
alrededor de mí, porque el manto es rico y raro;
y al engaño se le puede sonreír, y olvidarlo.


III
No te atormentes por su corazón, corazón mío; conténtate
si la música es verdadera, aunque no se pueda fiar en la palabra;
disfruta de la gracia que danza, como un lirio, sobre la mentirosa
superficie ondeante, y sea lo que fuere de lo que vive allá en el fondo.

IV
Deseaste mi amor, y, sin embargo, no me amabas.
Por eso mi vida se cuelga de ti como una cadena,
que te grita y se te aferra, más dura
cuanto más luchas por ser libre.

V
Mi desesperación ha llegado a ser tu compañera mortal,
y se agarra al más leve de tus favores, pretendiendo arrastrarte
hasta la caverna de las lágrimas.
Has destrozado mi libertad, y, con su ruina, te has
fabricado tu propia prisión.

VI
No supe lo que hacía un momento y vine.
Pero alza tus ojos que yo vea si queda aún alguna sombra
de los días pasados, una pálida nube, ya sin lluvia, en el horizonte.
Sopórtame un momento¡ aunque yo no sepa lo que hago.
VII
Las rosas están todavía en capullo, y no saben aún
cómo descuidamos coger flores este verano.
La estrella de la mañana tiene todavía el mismo
silencio palpitante; la luz primera está enredada aún
en las enredaderas que cuelgan de mi ventana,
como en aquellos días pasados.
Olvidé un momento que todo había cambiado, y vine.

VIII
Olvidé si tú me avergonzaste alguna vez, volviéndome
tu cara cuando yo te desnudaba mi corazón.
Sólo recuerdo las palabras que tropezaron en el temblor de tus labios;
las sombras de arrebatada pasión de tus ojos oscuros, como las alas
de un pájaro que busca su nido en el crepúsculo.
Olvidé que tú te acordabas, y vine.


IX
Esta mañana mi despertar fue dichoso, porque vi a mi amor.
El cielo era una sola alegría, y mi vida y mi juventud se consumaron.
Hoy mi casa es de verdad mi casa, y mi cuerpo mi cuerpo.
La suerte me ha sido amiga, y mis dudas se disipan.
¡Pájaros, cantad vuestra canción mejor!
¡Luna, derrama tu luz más bella!
¡Dispara, a millones, tus flechas, dios del amor!

La denegación


Sigmund FREUD (1925h)

“La negación” [“La denegación”]

(“Die Verneinung”)[1]

 

LA DENEGACIÓN: 1925
 
(Presentación, traducción y notas de Juan Bauzá)

 

Presentación


 

En la lengua alemana el término Verneinung designa corrientemente la negación tanto en sentido lingüístico gramatical, como en sentido lógico, como en sentido psicológico, es decir el rechazo de una afirmación ya enunciada. Y si se ha traducido también con el término “denegación”, en castellano o en francés, es para subrayar su inflexión al introducirlo en el campo psicoanalítico, es decir que, a través de esta negación, de este “decir no” se produce una reacción de rechazo o repudio, se deniega algo que en psicoanálisis traduce su significación inconsciente específica. Al nivel del título sin más el lector no podría todavía discernir entre el sentido corriente del término y la significación específica que el escrito de Freud va a promover, de ahí, pues que se haya propuesto traducir como “denegación”, referido a esta forma especial de negación que da cuenta de, o revela, los procesos psíquicos inconscientes y los modos correlativos de juicio.

Freud también da otro término, que incluso figuraba en el título del manuscrito original de este artículo: Verleugnung, que suele traducirse por “renegación”, para referirlo al mecanismo de defensa propio de la estructura perversa, véase al respecto en particular su artículo sobre “Fetichismo”[2] (1927).

Todas estas reflexiones son fundamentales para indicar que el examen de la negación se sitúa aquí en un cuestionamiento más general y que se refiere a la lógica de lo inconsciente, y en particular de la defensa en sentido psicoanalítico. Esa lógica obliga a una revisión de la lógica clásica y con ella de la racionalidad científica cuestionada por el psicoanálisis por lo real que no tiene en cuenta.

El psicoanálisis añade así cierta complejidad a los sentidos mencionados habituales de la negación, pues en la consideración de lo inconsciente la negación en ellos adquiere una significación inédita que aunque vinculada con las acepciones clásicas de la negación va más allá de ellas. En este artículo princeps al respecto,redactado en julio de 1925 y publicado en el tercer trimestre del mismo año en la revista Imago, vol XI, nº 3, pp. 217-221, Freud aborda el tema de la significación de la negación para el sujeto del inconsciente. Este abordaje estará en el inicio de una verdadera subversión epistemológica, la que comporta el psicoanálisis mismo en la medida en que intenta restituir ese sujeto en cuestión desalojado, forcluido dirá Lacan por la ciencia normal, aun cuando es el sujeto mismo de esta. El planteamiento psicoanalítico en este sentido constituye así un verdadero paso de ciencia que sólo puede contribuir a consolidar el espíritu científico que debería ser el espíritu racional que corresponde a la búsqueda de la verdad sin concesiones.

Como nos dirá Freud mismo aquí: el “no” en cuestión como signo de lo reprimido inconsciente, deviene “Un certificado de origen comparable al made in Germany”. Por otra parte la operación de la función del juicio no es posible más que a partir de la creación del “símbolo de la negación” que permitirá al pensamiento un primer grado de independencia con respecto a las consecuencias de la represión.

Freud por otra parte distingue aquí en la función del juicio entre el juicio de atribución y el juicio de existencia que no deben confundirse. Eso que está ahí en el adentro con sus cualidades, ¿existe como tal también en el afuera? Estas dos funciones del juicio están estrechamente ligadas: “Lo no-real, lo simplemente representado, lo subjetivo, sólo está adentro; lo otro, lo real, está presente también en el afuera”. Por el hecho de que las representaciones han salido de algún modo de percepciones anteriores, la existencia de la representación constituye ya un garante de la realidad de algún modo de lo representado, por eso: “El primer objetivo e inmediato de la prueba de realidad no es tanto la de encontrar en la percepción real un objeto correspondiente a lo representado como de reencontrarlo, convencerse de que todavía y también está presente en el afuera de mí”, encarnado materialmente, por así decirlo, en la realidad o el mundo real externo del no-yo.

El juicio constituye para Freud la acción intelectual que va a decidir la elección de la acción motriz, es decir el factor determinante que “del pensar hace pasar al actuar”. En definitiva, son muchas las cosas esenciales que aquí Freud despliega para su uso y desarrollo en psicoanálisis, de ahí la traducción que aquí proponemos que trata de restituir y traducir al español castellano  la finura analítica del texto original alemán. Al respecto la extrema densidad de estas cinco páginas es todo un desafío de traducción, no tanto por la oscuridad del texto como por la rigurosidad de su escritura, que anticipa el tratamiento lógico formal estricto que Lacan intentará en su enseñanza.

Así, partiendo del dominio empírico de las observaciones clínicas en el transcurso del trabajo analítico desembocamos en estas consideraciones que corresponden a la lógica del juicio, a la función del juicio [que Freud había trabajado a partir del texto de W. Jerusalem, La función del juicio (1890)], y a la lógica como tal que va a permitir el desarrollo de un análisis lógico puro de un fenómeno psíquico, en la estela de Boole, Schroeder y Couturat, pero que al tener en cuenta lo inconsciente va aobligar a una revisión, una modificación y una ampliación de la lógica clásica moderna derivada de Aristóteles.

Lacan en esta línea, treinta años después del texto de Freud produce ya el primer gran debate lógico en su enseñanza en su seminario de 1953-1954 sobre La técnica psicoanalítica, a propósito de este texto de Freud a partir del comentario de Jean Hyppolite, que Lacan introduce y al que responde. Este debate reelaborado se publicará primero en la revista La Psychanalyse, nº 1, 1956, pp. 17-49, y uficientement en los Escritos (1966), precedido de un texto introductorio: “De un designio”, pp. 363-367[3]. Este debate constituirá el punto de partida de la revisión lógica fundamental de Lacan promovida en su enseñanza y, a nuestro entender, uficie no uficientemente desarrollada y trabajada por los psicoanalistas “post-lacanianos”.

 

  Juan Bauzá

 

 

 

El texto de Freud


 

 

La manera en que nuestros pacientes aportan las ideas que les vienen espontáneamente a la mente (ihre Einfälle)[4] durante el trabajo analítico nos da la oportunidad de hacer algunas observaciones interesantes. “Ahora usted va a pensar (Sie werden jetzt denken)[5] que quiero, o que voy a decirle algo ofensivo, pero no tengo realmente esa intención”. [El analista no ha pensado nada de esto, y así] Comprendemos (Wir verstehen) que se trata aquí del rechazo (das ist die Abweisung)[6], por proyección (durch Projektion)[7], de una idea que acaba de emerger (Eines eben auftauchenden Einfalles)[8]. O bien: “Usted pregunta (Sie fragen)[9] quien puede ser esta persona del sueño. No es la [mi] madre (Die Mutter ist es nicht)”. Nosotros rectificamos: “Entonces, es la [su] madre (Also ist es die Mutter). Nos tomamos la libertad, para la interpretación, de prescindir de la significación de la negación (der Deutung von der Verneinung) y extraer exclusivamente (herauszugreifen) el puro contenido de la idea. Es como si el paciente hubiera dicho: “Ciertamente es la [mi] madre lo que me ha venido súbitamente a la cabeza (eingefallen) a propósito de esta persona del sueño (Mir ist zwar die Mutter zu dieser Person eingefallen), pero no me produce el menor placer [no tengo ningunas ganas de] (aber ich habe keine Lust) admitir esta idea”.

De vez en cuando, como en este caso, puede conseguirse muy fácilmente el buscado esclarecimiento [elucidación] (Aufklärung) de lo reprimido inconsciente. Uno pregunta: “¿Que es lo que usted considera, con toda probabilidad (Was halten Sie wohl), como lo más inverosímil en tal situación? ¿Que es lo que usted piensa que era entonces lo más alejado de ella (ist Ihnen damals am fernsten gelegen)?”. Si el paciente cae en la trampa (Geht der Patient in die Falle) y nombra eso -aquello que de acuerdo a lo que puede pensar, le parece lo más increíble, con ello, casi siempre habrá revelado lo correcto [aquello de lo que verdaderamente se trata] (das Richtige zugestanden). Una bonita contrapartida de esta prueba se produce muy a menudo en el neurótico obsesivo (Zwangsneurotiker) que ya ha sido introducido a una cierta comprensión (Verständnis) de sus síntomas. “He tenido una nueva representación obsesiva (Zwangsvorstellung). En relación con ella, me ha venido enseguida a la cabeza que podría significar tal cosa determinada (dies Bestimmte). Pero no, eso no puede evidentemente ser verdad (das kann ja nicht wahr sein) porque si no, no se me hubiera podido venir a la cabeza”. Lo que rechaza (verwirft), fundándose en lo que ha escuchado de la cura, es naturalmente el verdadero sentido [preciso] de la nueva representación [idea] obsesiva.

 

[10]Un contenido de representación o de pensamiento reprimido, puede entonces abrirse paso (durchdringen)[11] hacia la conciencia, con la condición de que pueda ser negado [denegado] (das er sich verneinen lässt). Así, la negación [denegación] es una manera de tomar conocimiento de lo reprimido, es ya de hecho una superación (eigentlich schon eine Aufhebung) de la represión, pero, por cierto, no es la aceptación de lo reprimido. Se ve como la función intelectual se separa aquí del proceso afectivo. Con ayuda de la negación [denegación] sólo se anula [abole] (rückgängig gemacht) una de las consecuencias del proceso de represión, la de que su contenido de representación [contenido representativo] no llegue a la consciencia. De ello resulta un modo de aceptación intelectual de lo reprimido, mientras que persiste lo esencial de la represión (bei Fortbestand des Wesentlichen an der Verdrängung)[12]. En el transcurso del trabajo analítico se produce frecuentemente otra modificación (Abänderung) muy importante y bastante desconcertante (befremdende) de esta misma situación. Logramos incluso vencer la negación [denegación] e imponer [hacer prevalecer] la aceptación intelectual completa (die volle intellektuelle Annahme) de lo reprimido y, sin embargo con ello no ha sido superado el proceso de represión propiamente dicho.

Puesto que es tarea de la función intelectual del juicio afirmar (bejahen)[13] o negar (verneinen)[14] contenidos de pensamiento, las observaciones anteriores nos han conducido al origen psicológico de esta función. Negar algo en juicio (Etwas im Urteil verneinen) significa de hecho: He aquí algo que (das ist etwas, was) preferiría [desearía poder] reprimir”. La condena [El juicio condenatorio] (Die Verurteilung) es el sustituto intelectual (intellektuelle Ersatz) de la represión, su “No” (ihr Nein) es una marca de la misma (ein Merkzeichen derselben), un certificado de origen (ein Ursprungszertifikat), algo así como el “Made in Germany”. Por medio del símbolo de negación, el pensar (Das Denken) se libera de las restricciones [limitaciones] de la represión y se enriquece con contenidos de los que no puede prescindir para su realización [operación] (Leistung).[15]

 

La función del juicio tiene esencialmente que efectuar [tomar] dos decisiones. Debe atribuir o negar (zu- oder ab-sprechen) una propiedad a una Cosa (Ding)[16], y debe admitir o impugnar (zugestehen oder bestreiten) a una representación la existencia [de algún modo de lo representado o de su referente material] en la realidad[17]. La propiedad sobre la cual tiene que decidir podría haber sido, en su origen, buena o mala, útil [provechosa] o nociva [dañina, perjudicial]. Expresado en el lenguaje de las más antiguas mociones pulsionales orales: “Eso, lo quiero tragar o lo quiero escupir [o vomitar, no lo puedo tragar]”, y prosiguiendo [ampliando] la transposición (Übertragung): “Esto lo quiero introducir en [incorporar a] mi, o esto lo quiero excluir de mi”. Así pues: “Debe estar en mi o fuera de mi”. El Yo-placer originario quiere -como lo he expuesto [desarrollado] en otra parte- introyectarse todo lo bueno [que todo lo bueno sea su-yo, poseerlo en él] (alles Gute) y arrojar fuera de si todo lo malo [que todo lo malo no sea su-yo, arrojarlo fuera de él, como no-yo] (alles Schlechte). De tal manera que lo malo (das Schlechte), lo ajeno [extraño, extranjero] al yo (das dem Ich Fremde), lo situado afuera (das Aussenbefindliche), le resulta al principio idéntico [indiferenciado o indistinto para él] (ist ihm zunächst identisch).[18]

La otra decisión de la función del juicio, la que recae sobre la existencia real de una cosa representada, es un interés [asunto] del Yo-real definitivo (ist ein Interesse des endgültigen Real-Ichs), que se desarrolla a partir del Yo-placer inicial (prueba [control] de realidad (Realitätsprüfung)). Ahora, no se trata ya de saber si algo percibido (una cosa) debe ser admitido o no en el Yo, sino de si algo presente [existente] en el Yo [en mi] como representación puede igualmente ser reencontrado en la percepción (realidad) (ob etwas im Ich als Vorstellung Vorhandenes auch in der Wahrnehmung (Realität) wiedergefunden werden kann). De nuevo, como se ve, estamos frente a una cuestión de afuera [exterior] y adentro [interior] (Ahusen und Innen. Lo no-real (Das Nichtreale), lo únicamente [meramente o puramente] representado (bloss Vorgestellte), subjetivo (Subjektive), solo está presente adentro [es solamente interior] (ist nur innen); lo otro, lo real (Reale), lo está también en el afuera [material de algún modo más allá de la materialidad propia del adentro] (das andere, Reale, auch im Draussen vorhanden). En este desarrollo ha sido dejada de lado la consideración del principio del placer[19]. La experiencia ha enseñado que no sólo es importante el hecho de saber si una cosa (objeto de satisfacción) posee la “buena” propiedad, y así pues merece ser admitida en el Yo, sino que también es importante saber si está ahí, en el mundo exterior (in der Aussenwelt), si existe realmente, de tal manera que uno pueda apoderarse (bemächtigen) de ella [que sea susceptible de posesión] de acuerdo con la necesidad [el anhelo] (nach Bedürfnis).

Para comprender este progreso [paso adelante, literalmente] (Fortschritt) debe recordarse al respecto que todas las representaciones proceden [surgen] de percepciones, que son repeticiones [sucedáneos] de las mismas [re-presentaciones de lo ya-ahí]. Entonces, en el origen, la mera existencia [la existencia misma] (ist also schon die Existenz) de la representación ya constituye una cierta garantía de la realidad de lo representado. La oposición entre subjetivo y objetivo no existe desde el comienzo. Ella se produce [se establece] solamente por el hecho de que el pensar (Er stellt sich erst dadurch her, dass das Denken) posee la facultad [la posibilidad] de reactualizar [hacer presente nuevamente] por reproducción en la representación, algo que alguna vez fue percibido, para lo cual no es necesario que el objeto subsista en el afuera [siga estando ahí afuera presente]. El fin primero y más inmediato de la prueba de realidad (Der erste und nächste Zweck der Realitätsprüfung) no es entonces encontrar en la percepción real el [un] objeto correspondiente a lo representado (ist also nicht, ein dem Vorgestellten entsprechendes Objekt in der realen Wahrnehmung zu finden), sino reencontrarlo [volverlo a encontrar] (sondern es wiederzufinden), convencerse [asegurarse] de que aún existe [está a mano, disponible] (sich zu überzeugen, dass es noch vorhanden ist). Una contribución suplementaria a la diferenciación [discontinuidad] (Entfremdung)[20] entre lo subjetivo y lo objetivo procede [deriva] de otra aptitud de la facultad de pensar. La reproducción de la percepción en la representación [por el hecho mismo de ser re-presentación] no es siempre su reproducción o repetición fiel; puede ser [estar] modificada por omisiones y cambiada [alterada] por fusiones o mezclas de diferentes elementos (durch Verschmelzungen verschiedener Elemente). La prueba de realidad tiene entonces que controlar hasta dónde se extienden esas deformaciones [distorsiones] (Entstellungen). Pero se reconoce de todos modos como condición de la intervención [establecimiento] de la prueba de realidad el hecho de que objetos que antaño habían procurado la satisfacción real (reale Befriedigung) se hayan perdido[21].

El juzgar (das Urteilen) es la acción intelectual que decide la elección de la acción motora, poniendo término al aplazamiento del pensar (Denkaufschub), y hace pasar del pensar al actuar. Ya he tratado en otra parte del aplazamiento del pensar[22]. De ahí que podamos considerar el pensar, en este sentido (en función de la acción que puede derivarse de él) como una acción de prueba (Probeaktion), un ensayo virtual, como un tantear [testeo] motor efectuado con mínimos gastos de descarga. Recordemos [Reflexionemos] (Besinnen wir uns): ¿Donde ha ejercitado el yo tal prueba? ¿En qué lugar ha aprendido esta técnica que ahora aplica en los procesos del pensar (bei den Denkvorgängen)? Esto tuvo lugar en el extremo sensorial del aparato psíquico, en el nivel de las percepciones sensoriales [de los sentidos] (Sinneswahrnehmungen). Según nuestra hipótesis (Nach unserer Annahme), la percepción, en efecto, no es un proceso puramente pasivo, sino que por el contrario, el yo envía periódicamente pequeñas cantidades de investidura (vorkosten) al sistema perceptivo, por medio de las cuales evalúa [prueba, toma muestra de] los estímulos exteriores, para retirarse de nuevo después de cada uno de estos avances tanteantes [vacilantes] (nach jedem solchen tastenden Vorstoss).

 

[23]El estudio del juicio nos abre [da acceso], quizás por primera vez, la comprensión [visión interior] (die Einsicht) del nacimiento [génesis] (Entstehung) de una función intelectual a partir del juego de las mociones pulsionales primarias[24]. El juzgar es el desarrollo ulterior apropiado al fin (die zweckmässige Fortentwicklung) de lo que, en su origen, resulta del principio de placer: la introducción en el Yo o la expulsión fuera del Yo. Su polaridad parece corresponder al carácter de oposición de los dos grupos de pulsiones que hemos supuesto. La afirmación -como sustituto de la unificación [inclusión] (Vereinigung)- forma parte del Eros, la negación [denegación] -consecuencia (Nachfolge) de la expulsión (Ausstossung)- de la pulsión de destrucción (Destruktionstrieb). El placer universal [Las ganas universales] de negar (Die allgemeine Verneinungslust), el negativismo de algunos psicóticos, se puede comprender verosímilmente como índice de la desmezcla de las pulsiones (der Triebentmischung) por retracción (Abzug) de los componentes libidinales. Pero el establecimiento [cumplimiento, la operación efectiva] de la función del juicio (Die Leistung der Urteilsfunktion) sólo se hace posible por el hecho de que la creación del símbolo de la negación (Verneinungssymbols) ha permitido al pensar un primer grado de independencia [separación] respecto de las consecuencias [alienantes propias] de la represión, y con ello también de la compulsión [propia, de la inmediatez impulsiva] (Zwang) del principio de placer.

Con esta concepción de la negación [denegación] concuerda muy bien el hecho de que en el análisis no se encuentre ningún “no” procedente del inconsciente (aus dem Unbewussten), y que el reconocimiento del inconsciente, por parte del Yo, se exprese en una formula negativa. No hay prueba más fuerte [sólida] del descubrimiento (Aufdeckung) logrado del inconsciente [del desvelamiento de sus contenidos[25]] que cuando el analizante reacciona con la siguiente expresión: “Nunca he pensado eso” o bien: “Nunca he pensado en eso”.

 

 

 


 



[1] Para la presente traducción hemos tomado la versión original en alemán de la edición de 1975 de los Studienausgabe, vol III S. Fischer Verlag, p. 371-377. Asimismo hemos tenido en cuenta las dos traducciones al castellano anteriores, la de Ludovico Rosenthal en Biblioteca Nueva, y la de José L. Etcheverry en Amorrortu.
[2] Cf. nuestra traducción del mismo en la web: www.auladepsicoanalisis.com -Textos- Freud
[3] El lector interesado puede referirse a nuestra traducción de estos textos en la web: www.auladepsisosnalisis.com -Textos- Lacan.
[4] [Nota del traductor] Der Einfall: Este término designa un pensamiento o una idea que surge súbitamente en la mente de alguien. Al sustantivo le corresponde el verbo auffallen, que se encuentra al final del parágrafo (eingefallen). Disponemos en castellano de dos sustantivos que no corresponden, salvo parcialmente, al término alemán: “la idea” y “el pensamiento”. En efecto, estos dos términos no contienen el sema “súbitamente”. Sólo su transformación en paráfrasis verbal, como hacemos aquí, permite expresar este aspecto: “lo que viene (súbitamente) a la mente”. El verbo “venir”, “acudir”, puede dar cuenta por sí sólo del carácter inopinado del fenómeno, sin que sea necesario agregarle un adverbio. Esta fórmula verbal no es sin embargo completamente adecuada; en efecto, encontramos el mismo término un poco más lejos, en singular esta vez, y es forzoso comprobar que la fórmula verbal no indicará que se trata de una idea precisa que viene a la mente del paciente, sino, aquí también, que se trata de “todo” lo que le viene a la cabeza. Es necesario pues añadir a la paráfrasis verbal un sustantivo (“idea”) para que la traducción sea suficientemente satisfactoria en todos los casos.
[5] [NT] Sie werden jetzt denken: El futuro inmediato “Usted va a pensar” permite restituir la forma compuesta (auxiliar werden e infinitivo) del futuro alemán. Jetzt da a este tiempo el aspecto de futuro inmediato. Pero expresa igualmente de manera implícita, la probabilidad: “ahora”, en el sentido de “después de todo lo que acabo de decir, es probable que usted piense que...”. Por otra parte, “ahora”, que es el correspondiente exacto de jetzt puede igualmente expresar la conclusión lógica de un proceso de pensamiento, de modo similar al “entonces...” de la apódosis de una implicación.
[6] [NT] die Abweisung: de abweisen, “rehusar”, “rechazar” (un ofrecimiento, por ejemplo), de ahí el rechazo.
[7] [NT] durch Projektion: Este complemento se refiere al rechazo, y no a la emergencia de la idea. Tenemos pues que poner una coma entre este grupo y la proposición relativa que lo precede.
[8] [NT] Eines eben auftauchenden Einfalles: auftauchen es “emerger”, “aparecer en la superficie”, por oposición a untertauchen (“sumergir”, “desaparecer bajo la superficie”). El verbo es aquí empleado bajo forma de participio presente con función adjetival, acompañado de una especificación temporal (eben, “al instante”). Una paráfrasis es necesaria para traducir este aspecto de proceso evocado por el participio presente: “que emerge al instante”, “que acaba de emerger o está emergiendo”.
[9] [NT] Sie fragen: Es importante notar que la subjetivación, la del interrogador y la del interrogado, permanece indeterminada, es decir Freud no escribe: “Sie fragen mich”, “usted me pregunta”, o “Sie fragen sich”, “usted se pregunta”.
[10] [NT] En un primer tiempo, el que corresponde a los párrafos siguientes, Freud va a proceder a un examen del enunciado y de la enunciación, lo que se revela en esta ocasión en este caso es que: “Un contenido de representación...”
[11] [NT] durchdringen: Se trata aquí del verbo intransitivo: el acento está puesto en la partícula separable durch. Significa: llegar a algo por la fuerza (dringen), y esto completamente, totalmente: durch. “abrirse paso” significa abrir, practicar un camino sorteando los obstáculos. Un contenido de representación puede pues abrirse un paso a la consciencia (zum), y no “hasta la consciencia”, que correspondería al alemán bis zum. En efecto, el verbo alemán acentúa más el camino (durch) que su resultado (zum).
[12] [NT] bei Fortbestand des Wesentlichen an der Verdrängung: La preposición bei indica aquí la concomitancia, la simultaneidad. [der] Fortbestand está compuesto de fort, que indica que la acción prosigue, y del verbo bestehen, que significa existir, perdurar, permanecer. Se trata pues aquí de la persistencia de lo esencial de la represión, en el sentido cuantitativo de la “mayor parte”. La preposición an no tiene aquí una significación particular, su papel es el de reforzar la relación de dependencia entre los dos sustantivos.
Aquí, por otra parte figura una nota del propio Freud: Ese mismo proceso está en la base del fenómeno conocido de la invocación. “¡Qué suerte, hace tiempo que no me duele la cabeza!”; he aquí lo que suele ser el primer anuncio premonitorio del ataque que se siente inminente, pero que se desmiente así.
[13] [NT] bejahen: Este término contiene los aspectos siguientes: 1) decir sí: responder afirmativamente a una pregunta. 2) Encontrar que algo es conforme a su concepción, aprobar, considerar como verdadero. “Afirmar” en sentido filosófico de dar un juicio como verdadero.
[14] [NT] verneinen: También este término contiene los aspectos siguientes: 1) decir no: responder negativamente a una pregunta; 2) Encontrar que algo no es conforme a su concepción, recusar, denegar, considerar como falso. “Negar” en sentido filosófico de dar un juicio como falso, en el sentido lógico.
[15] [NT] Todo esto va a exigir un examen de la función del juicio, que abre el segundo tiempo del texto a continuación.
[16] [NT] Es lo que se conoce como juicio de atribución, del tipo “S es (o no es) P”.
[17] [NT] Es el juicio de existencia..Es decir S existe (o no existe) como realidad material, res extensa –que diría Descartes- más allá de la pura representación psíquica, res cogitans, respectivamente.
[18] Esto se examina en “Pulsiones y destinos pulsionales” (FREUD, 1915c) [Ver nuestra traducción en “Textos” de www.auladepsicoanalisis.com. La cuestión es retomada en el capítulo I de El malestar en la cultura (FREUD, 1930a)  (Asimismo ver nuestra traducción en el mismo site)].
[19] [NT] El yo-real ha suspendido o dejado en suspenso el principio de placer en su función de juicio, pues el juicio de existencia no puede fiarse del principio de placer, sino que debe juzgar la representación exclusivamente por comparación con la realidad [o el efecto real material de la percepción de esta, en tanto realidad también representada]. El juicio de existencia debe pues suspender el principio de placer para llevar a cabo adecuadamente su tarea: el control de la realidad. Pero, no se trata de olvidarse del principio de placer, pues precisamente gracias a esta suspensión momentánea, logra con mayor seguridad proporcionar una base mejor, más efectivamente satisfactoria, al principio de placer, precisamente para afianzarlo mejor debe hacerse ese rodeo por el principio de realidad. El principio de placer podría conformarse con la mera representación o la alucinación del objeto capaz de satisfacer la pulsión o el deseo, pero esa detención precisamente no lo satisfaría, pues le faltaría la materialidad necesaria del objeto para ello, su base material, por así decirlo, condición necesaria para la satisfacción efectiva de la pulsión o del deseo en cuestión. La frase siguiente en el texto indica claramente esta idea del rodeo necesario, de la suspensión momentánea del principio de placer, desarrollada por Freud en las “Formulaciones sobre los dos principios del suceder psíquico” (1911) [Cf. nuestra traducción en la web: www.auladepsisoanalisis.com -Textos- Freud]. 
[20] [NT] Entfremdung: Designa el proceso que progresivamente hace de dos cosas indistintas o indiferenciadas, diferentes una de la otra, esto es no idénticas.
[21] [NT] Y con esa pérdida la pérdida de satisfacción real. Obsérvese que el acento está puesto en la relación entre la representación del objeto percibido como bueno, útil, y la satisfacción real [de la “necesidad”] que el mismo procura o puede procurar. En tanto que el objeto es percibido como presente ahí y satisfactorio, no hay necesidad de prueba de realidad. Es la ausencia del objeto y sobre todo de la satisfacción que el mismo procura, lo que produce el desconcierto del sujeto que lo obliga a establecer la diferenciación entre su “presencia” sólo representada e insatisfactoria como tal, y su presencia “real”, satisfactoria como tal. Como puede verse no importa tanto la realidad del objeto como su representación en cuanto a su capacidad material de ser el soporte de la satisfacción real del sujeto, en tanto objeto pulsional. No puede confundirse la realidad objetal en el sentido indicado con la realidad objetiva, la cualidad extrínseca función del sujeto que lo toma como objeto con su cualidad intrínseca. La condición que hace que un objeto sea satisfactorio no es meramente intrínseca al mismo, sino extrínseca, aunque el mismo sea necesario como soporte material de la satisfacción pulsional del sujeto.
[22] [NT] En particular en El Yo y el Ello (FREUD, 1923b) [Cf. nuestra traducción en la web citada] , aunque asimismo en otros lugares de su obra.
[23] [NT] El tercer y último tiempo del texto lo conforman los dos parágrafos siguientes.
[24] [NT] De ahí el envite metapsicológico a continuación.
[25] [NT] No se trata de la demostración de la existencia de lo inconsciente, sino de captar las representaciones inconscientes que, gracias a la negación han podido, en cierta medida, sortear la barrera de la represión.